Partida Rol por web

Proyecto Mutante X (X-Mutant Project)

#2.1 Jason y Niobe: La vida es un Circo que no para de girar.

Cargando editor
09/03/2013, 22:24
Directora

Sigues navegando por las brumas de tus recuerdos, sueños y pesadillas, incapaz de volver a la realidad hasta que empiezas a notar como algo caliente se asienta en tu estómago. Tu corazón bombea cada vez más fuerte, ardiente y sientes como el fuego corre por tus venas, literalmente. Duele y eso te hace abrir los ojos, de repente.

Cargando editor
09/03/2013, 22:25
Kaylee

Lo primero que notas es tu boca pastosa, como si hubieras tragado parte del polvo del suelo donde te has caído, lo segundo es que ves a Kaylee agachada sobre ti, mirándote con preocupación.

-Estás bien? Qué ha pasado?- te interroga muy nerviosa, casi histérica.

Cuando te incorporas ves a pocos metros al médico de la compañía, un hombre de unos 35 años, rubio y cojo. Siempre llevaba ese bastón de madera tan feo. No debe ganar mucho con su profesión. El doctor está agachado sobre Tío Jesse, que también está caído en el suelo. No sabes qué está haciendo, tu visión aún está algo borrosa y te duele todo horriblemente. Pero estás vivo y ya no te duele la cabeza. De hecho, sospechosamente es lo único que no te duele en este preciso momento.

Cargando editor
11/03/2013, 14:02
Niobe

- ¡Eh! - exclamo cuando les alcanzamos, mas confiada ahora que tengo a este...iba a decir ángel, pero mas bien parece un demonio castigado en el infierno por ser sensual hasta la perdición.

Oh, mierda, ¿qué hago pensando esto? ¡Solo es otra chica mas!

- Vosotros, ¿no os creeríais en serio que no iba a volver? Soy muy cabezota... Lo siento por vosotros.

Miro de reojo al afro. ¿De qué me suena tanto, joder?

Cargando editor
16/03/2013, 17:36
Jason GreenWood

- Aaah, joder -Mascullo al recobrar la consciencia. Intento tragar saliva, pero mi boca está más reseca que el cerebro de mi padre. Cagüenlaputa. Abro los ojos y veo a Kaylee, por lo que vuelvo a cerrarlos y abro de nuevo un solo ojo. - Hmmm... si cada vez que pierda la consciencia, al abrir los ojos te voy a ver, voy a tener que desmayarme más a menudo.

Esbozo una sonrisa maliciosa, incorporándome y soltando un largo suspiro. Rodeo su cintura de avispa con mis manos y la atraigo hacia mi, cogiéndole una nalga.

- No te preocupes, estoy bien -Miento, sonriendo y dándole un beso en la mejilla para tranquilizarla. Miro hacia el doctor, intentando enfocar con los ojos. Vuelvo a sonreír y miro a Kaylee. - ¿Me puedes traer un vaso de agua?

Pienso en lo que ha pasado. Me siento como si mi padre me hubiese dado una paliza de campeonato. Pero, ¡eh!, qué bien me siento. ¡No me duele la puta cabeza! No hay enanos diminutos dándome martillazos en las sienes, ¡¡aleluya!! No sé cómo lo habré hecho, pero tengo que repetirlo. Comparado con la migraña, esto es mierda. Me siento como si hoy pudiese hacerlo todo.

Así que, como puedo hacerlo todo, hoy es el día. Me levanto del suelo y, aunque trastabilleo, lanzo una mirada al doctor de "ni se te ocurra retenerme, porque no" y voy hacia Kaylee, cogiéndola por detrás y hundo mi cara en su pelo.

- Vámonos -Le susurro. - Tú y yo. Solos. Ahora.

Y para que le quede claro de qué hablo, rodeo su cuerpo con mi brazo y le agarro un pecho desde atrás.

Cargando editor
23/03/2013, 15:48
La Bruja Escarlata

La mujer de cabello color caoba enarca una ceja y parece recomponer su ropa de zíngara al pararse ambas delante del atípico dueto. Luego levanta la mirada y esboza una sonrisa algo pícara.

-Venga muchachotes, ya habeis oído a la chica- pone una mueca divertida, mientras los mira con calma -Dejad estar lo que tengais planeado y disfrutemos todos de una bonita noche de circo.

Cargando editor
23/03/2013, 15:50
La Mole

El hombre enorme te mira por unos segundos y luego pasa a mirar a Lisbeth, con suma atención. Enarca una ceja, poniendo cara de escepticismo.

-Estás un poco lejos de tu casa, no crees pequeña Wanda?- dice éste no sin cierto resentimiento en su voz. Por lo visto, aquel tipo mega-obeso conoce a la adivina y no se llama Lisbeth.

La mujer se encoge de hombros con indiferencia.

-Me gusta salir por ahí a que me dé el aire, que quieres que te diga, Fred.

Cargando editor
23/03/2013, 15:51
Dientes de Sable

Gruñe y mira a ambas, primero a tí con menosprecio y luego a la mujer que te acompaña, a la cual bufa como un gato. Sólo le falta que se le erice todo el pelo y se le ponga cola de mapache (bueno, si tuviera cola de gato, claro).

-Es tuya, yo me ocupo de doc- y os da la espalda, dirigiéndose en línea recta hacia el tipo negro. La cara del afroamericano es un poema antes de volver a intentar salir corriendo, aunque esta vez Dientes de Sable es más rápido y le atrapa, cogiéndole como si fuera un fardo, con firmeza y fuerza como si fuera una boa constrictor.

Cargando editor
25/03/2013, 13:39
Niobe

Otra vez que se me ignora. Ser una niña es una mierda, nadie te toma en serio, y eso me jode. Me jode mucho. Y ya pasó con la tia loca del gimnasio ilegal, y algo en mi me dice que va a volver a pasar cuando el tio que parece un puto tigre manda al gordo a por Lisbeth (Wanda, mejor dicho, que no se me ha escapado) y él se va a por el tio afro que no logro recordar aunque exprima cada una de mis neuronas para ello.

Dejo la escena del gordo y la chica, porque sé que se apañará; he podido leerlo en su actitud y además, es una mutante como yo supongo que soy así que va sobrada.

Y yo pienso ir sobrada también.

- ¡A VER, MISIFÚ! - grito ahora, llamando al de los colmillos - ¿Tú no escuchas o qué? Odio que me ignoren así que no seas un gato malo y suelta al chico - señalo - Vamos, gatito... No quiero tener que castigarte sin pescado - sonrío de lado. Es pura provocación y debería cortarme pero ¿sabeis qué? Creo que la única manera de que se fije en mi es así. Igual me arrepiento de aquí a un rato pero de momento me ha salido así.

Sigo apretando los puños, intentando sentirme como me sentí en el gimnasio pero también intentando controlarlo, que no se me vaya tan de las manos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya mierda de tirada xD En fin.

Cargando editor
28/03/2013, 13:38
Jason GreenWood

Kaylee: Sonríe ante tu primera respuesta, tras despertarte.
-Bienvenido al mundo de los vivos!- responde aliviada -Pero no vuelvas a hacerlo!- te riñe levemente -Me he asustado mucho, no te movías y parecía que casi no respirabas! Y Tío Jesse parece estar mucho peor...- comenta ésta. Oís de fondo una sirena de ambulancia y movimiento a vuestro alrededor. El doctor de la Compañía finalmente se ha rendido y ha llamado a Urgencias para llevar a Tío Jesse a un sitio más adecuado, como el Hospital.

La muchacha se levanta para ir a buscar lo que le pides pero se ve pillada desprevenida por tu ataque a traición hacia sus tetas.
-Oye! Quieres ese agua o no?- te saca la lengua, en broma.

Jason: Sonrío levemente, abrazándome a ella. Me resulta un poco chocante lo que ha comentado de Tío Jesse. ¿Qué le ha pasado? Lo poco que recuerdo es ese insufrible dolor de cabeza... y luego, me he despertado en el suelo con Kaylee mirándome. Me rasco la cabeza, sin soltarle la teta.
- Hmmm... Creo que podríamos hacer algo mejor -Sonrío, soltándola al fin. - ¿Vamos a por unas birras?

La cojo de la mano y comienzo a caminar hacia el puesto de bebidas más cercana, mirando mientras nos alejamos el cuerpo tirado de Tío Jesse. Miro a Kaylee.
- ¿Qué le ha pasado a Tío Jesse?

Kaylee: te mira por un momento, seria y luego mira hacia donde la ambulancia está subiendo al susodicho, acompañado de Doc.
-Le ha dado algo en el cerebro, como un infarto o algo así, no he entendido gran cosa de lo que ha dicho Doc la verdad. No sé como van a pagar la factura del hospital...- dice la chica, preocupada genuinamente. Al principio no ha dicho nada acerca de tus manoseos, pero al final aparta tu mano de su pecho y lo baja hasta su cadera. -No creo que sea buena idea lo de la cerveza, Jason pero si quieres podemos ir a la carabana a echarnos un rato. Un refresco te irá mejor, te has desmayado, te lo recuerdo, no creo que el alcohol sea buena idea...- balbucea eso último, algo más insegura.

Jason: Me muerdo el labio, algo nervioso. ¿Un infarto cerebral? ¿Es eso posible? Lo peor es que no es la primera vez que pasa. Creo que ya pasó una vez, la última vez que mis padres me dejaron salir fuera y conocer gente... Me río ante su sugerencia de no beber alcohol.
- No te preocupes, estoy bien. De hecho, nunca me he sentido mejor -La suelto, estirando mi cuerpo mientras camino. - Sólo noto como si hubiese estado haciendo ejercicio meses. Como si tuviese agujetas. Pero estoy genial.

Llegamos al puesto de las bebidas y saludo al encargado, pidiéndole una birra.
- ¿Tú qué quieres, Kay?

Kaylee: Aunque te mira con algo de desconfianza con tu despreocupación por lo que te acaba de pasar, parece decidir no comentar nada más al respecto.
-Lo mismo- sonríe dulcemente. El tipo de la parada de las bebidas normalmente no vende alcohol a menores y vosotros obviamente no aparentais más edad que la que teneis, pero por suerte el hombre os conoce, sabe que sois de la Compañía y hace la vista gorda al respecto. Sí, en el Circo tienen sus propias normas y una de ellas es que prefieren controlar lo que bebeis en casa que no que vayais por ahí y os metan garrafón o algo peor. Al menos aquí consideran que estareis controlados y en casa. Os entrega un botellín de cerveza a cada uno pero os avisa que sólo os dará una y no más, que si no le podría caer el pelo con la policia rondando por allí...
-Tengo un rato antes de la siguiente función...- te insinua Kaylee, ronroneando levemente a tu oído.

Jason: Sonrío al hombre y le doy las gracias, soltando algo de dinero que me había dado Arturo. Le doy un trago a mi botellín y, aunque me parece la bebida más amarga y asquerosa que he probado nunca, finjo que me gusta. Al fin y al cabo, a los adultos les mola. Y yo ya soy adulto. Así que también me mola. Miro a Kaylee y sonrío, cogiéndola de nuevo de la mano y caminando hacia nuestra carabana.
- Me gustaría ir a ver tu función, pero creo que Arturo ya me ha dado demasiado tiempo libre. No quiero que se mosquee, me cae bien.

Abro la puerta de la carabana y dejo que entre la primera, siguiéndola mientras le miro el culo. Doy otro trago a la cerveza.
- Agh -Me quejo cuando ya he cerrado la puerta. Me arrodillo en el suelo, llevándome una mano a la cabeza. - La cerveza... me está... Agh... -Me río. - Es broma -Vuelvo a reír. - Estoy hecho un toro.

Kaylee: Bebe del botellín un par de tragos aunque no pone cara de asco como Jason, no era la primera vez que bebía cerveza, aunque no era una bebida que le entusiasmara. En su antigua escuela en alguna fiesta con sus amigas (cuando todavía tenía amigas) había cerveza y vodka, con lo que alguna borrachera había pillado (y unas cuantas broncas al respecto por parte de sus padres, claro). Sus amigas eran un poco putoncillas y borrachas y balas perdidas, pero ella a veces las echaba de menos. Kaylee sonrie a la broma de Jason, aunque le da un manotazo por asustarla de ese modo.
-No vuelvas a repetirlo, mamón! Me asustas haciendo eso!- te da otro manotazo en el hombro y entra contigo en la carabana. Se acerca y se sienta en la encimera de la zona de cocina. Da un nuevo trago.
-Arturo es buena gente, nos deja vivir en su casa y has visto su movil? De donde sacará tanto dinero para unos de esos trastos?- sonríe pícaramente.

Jason: Me acerco a ella, colocándome frente a frente junto a sus piernas. Distraidamente, coloco una de mis manos en su pierna.
- Igual vende droga. -Sonrío de lado, divertido ante la idea de que Arturo sea un traficante. Acaricio su pierna, pero no la subo más de la cuenta. Almenos, no todavía. Me quedo callado, sin saber bien qué decir. - Kaylee... yo... -Carraspeo y me ruborizo ligeramente. - Creo que he sido yo, el que le ha hecho eso a Tío Jesse...

Frunzo el ceño, bastante preocupado de que me mire como a un monstruo. Aunque la intención era no mirarla a los ojos para no ver su mirada de asco y repulsión, lo cierto es que el hecho de que pueda fijar mis ojos en sus tetas es una GRAN ayuda. Noto algo de presión en el pantalón. - No sé cómo, ni el qué. Pero creo que no es la primera vez que pasa... Me gustas. Mucho. Joder, me sacaste de ese horrible lugar llamado "casa", eres una gran chica y estás buenísima. Pero igual sería mejor que te alejases de mi.

Kaylee: Apoya una de sus manos sobre la tuya, la que tienes sobre su pierna y le acaricia con suavidad. Te mira a los ojos o al menos eso intenta ya que se lo pones un poco complicado al mirar tan hacia abajo.
-No digas tonterias, tú nunca me harías daño y no sabemos que le ha pasado, por lo que sé bebe mucho y es un broncas, probablemente está así por todo lo que lleva haciendo durante toda su vida- se encoge de hombros. Se acerca a tí, sin bajarme de la encimera y posa sus labios en los tuyos, con suavidad, brevemente, como un aleteo de mariposa, y luego se separa de nuevo de tí.

Jason: Suspiro, pero no la contradigo. Yo sé... bueno, yo creo que sí he sido yo. Al fin y al cabo, soy un monstruo mutante. Una aberración de la naturaleza. Sin embargo, con su beso se me olvida todo lo que estaba pensando. Sonrío levemente y acerco mi cara a la suya, devolviéndole el beso. Me noto algo torpe, ya que es mi primer beso, pero he visto muchos videos sobre el tema. Subo mi mano por su pierna y la otra por su cuerpo. La abrazo contra mi cuerpo.
- Wow. Qué bien sabes -Digo cuando me aparto, sonriendo y relamiendome el labio inferior. La cojo en brazos y la cargo con fuerza hacia la cama, tumbándola con cuidado. Me recuesto ligeramente sobre ella, comenzando a besarla de nuevo y bajando por su cuello. Con miedo a que me diga que pare, comienzo a desnudarla.

Kaylee: Sonríe dulcemente ante tu respuesta a su beso. Deja que la levantes y la lleves a la cama, mientras te devuelve los besos y los acompaña de más besos en tu rostro y cuello. Ella por su parte intenta quitarte la camiseta mientras tú intentas lo mismo con su ropa.
-No lo he hecho con nadie, no quiero que pienses que soy una guarra...- te murmura entre beso y beso, mientras acaba de quitarte la camiseta y acaricia tu espalda.

Jason: Creo que voy a explotar. Mi cuerpo arde y estoy a punto de sufrir un colapso mental, pero esta vez es distinto a antes. Ahora el problema es que la sangre no me llega. Río nervioso.
- Yo... yo tam... tampoco -Balbuceo, totalmente nervioso. Aunque me cuesta más de tres intentos, acabo quitándole el sostén. Me quedo mirando sus pechos, completamente embobado. Abro ligeramente la boca, como si quisiese decir algo, pero no me salen las palabras, así que vuelvo a besarla, mientras la toco con mis manos.

Acabo por desnudarme, bajándome los pantalones y los slips y vuelvo a besarla, bajando por su cuerpo hasta sus pechos, que también beso y lamo con ganas. La miro.
- ¿E... estás bien? -Pregunto, algo inseguro.

Kaylee: Te besa más ansiosamente, jadeando de vez en cuando como para respirar. Acaricia tu cuerpo y se acerca a tus partes nobles, con delicadeza. Afirma con la cabeza como respuesta a tu pregunta. Seguís besándoos y explorando vuestros cuerpos durante unos minutos más hasta que finalmente llegais a lo inevitable. La temperatura de la carabana sube tremendamente y el olor ácido del sudor mezclado con las feromonas inunda vuestras fosas nasales. Aunque tampoco es que ahora mismo os importe demasiado, en pleno éxtasis adolescentil.

Jason: Unos minutos después, aún desnudo y con el cuerpo empapado de sudor, rebusco en un cajón de Arturo hasta encontrar un cigarro. Sonrío enormemente y me giro a mirarla, enseñándole mi descubrimiento.
- He oído que después de hacer el amor, no hay nada como un cigarro. Probemos a ver. -Busco fuego para encenderlo y vuelvo con ella a la cama, abrazándome a ella. La beso lenta y apasionadamente, acariciándole el pelo. La recuesto sobre mi pecho. - ¿Te ha gustado? Yo... ha sido lo mejor que me ha pasado nunca. -Sonrío.

Cargando editor
29/03/2013, 20:16
Dientes de Sable

Lo intentas. De verdad que lo intentas, tratas de recordar la sensación de poder, el brote de energía que te recorría todo el cuerpo en el gimnasio antes del estallido en tu interior, el que te permite que la tierra te obedezca. Pero aunque quieras,o deseas, alcanzar esa chispa de vida en alguna parte de tí, no la sientes. No sabes porqué motivo no alcanzas ese rinconcito especial en tu alma o en tu cabeza. Quizás es ese miedo a perder el control y provocar el hundimiento de todo el terreno del circo, tu único hogar en mucho tiempo, el que te frena y no te deja alcanzar la gloria que sabes que llevas dentro. Eso te lleva al fracaso absoluto. Bueno, eso y tu exceso de confianza, que a veces es más traicionero que un bocadillo tirado en una papelera. Y casi te cuesta el cuello esta vez.

El hombre gato primero bufa como un enorme tigre de dos patas, pero claro, tú no te das cuenta porque estabas demasiado concentrada intentando concentrarte y cuando el gigantón rubio se lanza contra tí para soltarte un sopapo por poco no lo ves venir. Pero, te dará eso suficiente margen para esquivarle? Para correr? Para hacer lo que sea que te evite llevarte la ostia padre de tu vida?

- Tiradas (2)

Notas de juego

*He tirado percepción por tí para avanzar un poco la escena y q no sea tan lenta, pero te toca a tí decidir qué haces en tu tirada y próximo post. Para simplificar, cualquiera q sea tu acción, tanto si esquivas como si intentas un escudo o lo que sea, la dificultad es la del ataque de Dientes de Sable. Debes igualarla o superarla para evitar el daño, ok? ^^

Cargando editor
30/03/2013, 15:50
Niobe

Vale, he conseguido que soltara al afro pero, claro, para venir a por mi. Es obvio que buscaba esto, sí, pero lo buscaba sintiéndome "especial"... Y al verle saltar contra mi no me siento nada, pero nada especial. ¿Por qué? ¿Cómo lo hice la otra vez? Solo recuerdo el cabreo monumental que me pillé, y después el descontrol que prácticamente hizo que mi cuerpo y mi mente supieran automáticamente qué hacer para defenderse.

Si ahora... Si solo pudiera volver a sentirme igual pero sin destrozar el Circo como hice con el local del gimnasio... Estoy pidiendo demasiado, lo sé, pero la vida no me ha estado sonriendo últimamente para devolvérmelo todo de golpe, ¿no?

Me agacho un poco para aprovechar que soy pequeñita y escurridiza y me hago a un lado para esquivar la bestia que se me viene encima, sin saber con certeza si lograré lo que me propongo... Porque rezar no pienso ponerme a rezar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
30/03/2013, 16:39
Niobe
- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiradas.

Qué rabia de dados, joder.

 

Cargando editor
30/03/2013, 16:47
Dientes de Sable

Simplemente lo ves caer sobre tí, tu te agachaste, cierto pero no eres ni lo bastante rápida ni lo bastante pequeña como para que aquel gato gigante no te alcance. Y lo hace, vaya que si lo hace. Primero sientes un tremendo impacto cuando una de sus enormes manos te alcanza, luego oyes como tu ropa y algo más se rasga en tu espalda. Finalmente notas un gran dolor ardiente y aplastante que penetra hasta tus costillas. Lo siguiente que ves es un hilo rojo y caliente cayendo por tu espalda y brazo. El dolor, el escozor casi hacen que cierras los ojos por completo y que afloren las lágrimas a tus ojos. Sabías, en el fondo lo sabías, que algún día tu bravuconería y tu exceso de confianza te traicionarían y aquí está ese momento. Sabías que no tenías que haber ido sola a por el Gatito, pero desoíste tu vocecilla interior y lo hiciste igualmente y ahora estás pagando el precio. Te cuesta respirar por el dolor. No puedes verlo pero estás casi segura de que te ha abierto unos cuantos tajos en la espalda, abriéndote la carne y penetrando hasta las costillas, donde ha frenado, pero aún así, está siendo atroz. Estás viva, pero no sabes por cuanto tiempo. Puedes moverte, sí, pero te va a costar hacer el siguiente movimiento, vas a tener que pensarlo mucho mejor si quieres sobrevivir.

Dientes de Sable sonríe y se relame la sangre que ha quedado en sus uñas, las mismas que te han hecho los tajos en tu espalda. Por su cara parece que le gusta el sabor de tu vida. Le está gustando tanto que no se lo piensa dos veces y se lanza de nuevo al ataque, esta vez con las garras aún más desplegadas que antes. Parece estar dispuesto a destriparte del todo y acabar contigo en el siguiente asalto.

-Dí adiós a tu vida, cachorrita- se ríe por lo bajo, porque básicamente es el único modo que puede.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Niobe:

Daño 15
Salud total que te queda: 69

Cargando editor
30/03/2013, 16:51
Haruka Mason

De repente oyes un sonido muy característico y que últimamente escuchas muy a menudo, el mismo ruido que hace un cuchillo al cortar el aire y aterrizar a pocos metros de donde estáis tú y el gigante rubio. Cuando miras hacia el sitio de donde procede el arma ves a la pequeña Haruka portando una serie de cuchillos entre sus delicados dedos y mirando hacia vosotros, con lágrimas corriendo por sus mejillas. Ha fallado su tirada, eres consciente que eso es raro porque sabes que tiene muy buena puntería pero sus ojos mojados dejan claro que se ha enterado ya de lo que le ha pasado a Tío Jesse y los nervios y las lágrimas le han hecho tener tan poco acierto. Aunque eso frena por unos segundos la embestida de Dientes de Sable, que se queda mirando por un momento a la niña asiática, antes de reemprender el ataque hacia ti.

-Dejala en paz!!

- Tiradas (3)
Cargando editor
30/03/2013, 18:48
Directora

Estais exhaustos, soñolientos y felices tras haber perdido la virginidad formalmente en la cama de Arturo, que es la única en la que cabiais los dos sin daros de ostias contra las paredes de la carabana. Habeis intentado fumaros a medias un cigarrillo y habeis acabado tosiendo los dos, como idiotas. Te sientes satisfecho, tu primera vez en el sexo y en el tabaco y ha ido relativamente bien. Te sientes como todo un adulto. Quien te lo habría dicho hace apenas una semana? Tú, un chico de campo, un tio normal y ordinario, bueno eso sería si no fuera por cierta parte de tí (y que no son tus partes íntimas), haciendo cosas de adultos, has logrado tanto en tan poco tiempo: irte de casa, tener "novia" y encima has fumado, como los tíos que molan en la tele!

Pero tu oasis, tu paraiso terrenal, se ve feamente interrumpido por unos golpes en la puerta. Kaylee te mira, de reojo, medio dormida, sin ganas de levantarse. Te va a tocar a tí abrir la puerta. Bueno, siempre puedes esperar a que se canse, sea quien sea que esté llamando, no?

Cargando editor
30/03/2013, 18:50
Roger, el Hombre-Elefante

Pero entonces oyes la voz de alguien que conoces. Es una voz masculina, suave y armoniosa. Es Roger. El hombre-Elefante. Sorprende que con ese aspecto tan... espantoso y deformado pueda tener una voz tan angelical. Aunque tampoco hubieras dicho nunca que alguien así fuera tan culto y amable. Fue el primero que te dió la bienvenida cuando Tío Jesse, Haruka y Arturo os trajeron al Circo. A otros les costó mucho más aceptaros, pero no a Roger, que parecía encantado de que la Familia creciera.

-Jason? Estás ahí?- pregunta éste. Es un tipo realmente educado y ni siquiera intenta probar si está cerrado con llave o no -Por favor, abre si estás ahí...- te pide éste, de nuevo, como intento de saber si andas ahí dentro o no. Su voz suena preocupada.

Cargando editor
31/03/2013, 01:17
Jason GreenWood

Ni siquiera me llego a plantear la idea de que sea Kaylee quien se levante. Y no porque esté casi dormida con esa cara de satisfacción que derritiría al hijodeputa sin corazón de mi padre, sino porque he sido educado (si, por ese mismo hijodeputa) para ser un caballero y dar siempre la cara. Siempre dar la puta cara. Además, Roger es feo, pero una vez le has mirado dos veces, ya no asusta.

Me pongo unos calzoncillos mientras avanzo hacia la puerta a la pata coja, trastabillando con casi todo. Bien pensado, creo que el hijoputa de mi padre tampoco se derritiría por Kaylee. Él no sabe apreciar las cosas buenas, es un perdedor amargado.

- ¿Qué sucede, Roger? -Salgo de la carabana y ajusto la puerta detrás de mi, mirándole. Ya no se me ocurren chistes ofensivos acerca de su aspecto, por lo que ya puedo mirarle a la cara sin entrarme la risa floja ni hacer muecas de asco. - ¿Te está molestando alguien?

Ah, cerveza caliente. Bebida de los dioses... muertos.

Cargando editor
31/03/2013, 14:05
Niobe

Cae sobre mi como si de un tigre se tratara y me atrapa entre sus garras, haciéndome gritar del dolor y el escozor que me producen las heridas que abre en mi cuerpo y que ni siquiera podría focalizar por la sensación de dolor general.

En los pocos segundos que se separa de mi, solo puedo levantarme, jodida, y pasarme las manos llenas de sangre por las mejillas para quitarme rápido las lágrimas, apretando los dientes para evitar que vuelvan a salir. Doblo mis piernas para ponerme en actitud defensiva, u ofensiva, no lo tengo muy claro porque ni siquiera sé qué puedo hacer contra él si no consigo que mis poderes funcionen. ¿Para qué quiere uno poderes si no es capaz de salvar su vida con ellos?

Entonces llega Haruka, y a penas me da tiempo de volver la cabeza para mirarla que el hombre-gato vuelve a lanzarse contra mi. No me aparto ni intento esquivar como antes porque me cogería de nuevo, lo que hago es clavar bien los pies en el suelo y volver a invocar desde mis adentros aquello que ya me salvó en el gimnasio. Es complicado concentrarse con el tio tirándose de nuevo encima y las heridas sangrando en mi cuerpo pero intentar escapar sería una estupidez; a los gatos les encanta jugar a cazar una presa. Yo sería como un ratoncito para su diversión.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Joder, tio, es q no paso de 20. Menuda mierda.

Cargando editor
01/04/2013, 11:55
Dientes de Sable

De nuevo intentaste alcanzar ese algo en tu interior pero el pánico, los nervios o lo que sea, vuelven a traicionarte y fracasas. Sabes que está ahí pero no eres capaz de ponerlo en marcha. Lo sabes y te preparas para más dolor o incluso la muerte cuando el hombretón rubio se lanza de nuevo contra ti, dispuesto a hacerte filetes. Y tu cuerpo reacciona solo, fruto de los múltiples combates en el gimnasio. No sabes muy bien qué haces pero cuando él intenta alcanzarte tus instintos se ponen en marcha y te dicen que ruedes hacia las piernas de Dientes de Sable, encogida al máximo. Tu mente no participa en tus movimientos, sólo actúas y nada más. Ruedas hacia delante y eso te permite pasar por entre sus piernas y alejarte de sus afiladas garras. Cuando abres los ojos sientes que no hay más dolor, que no te ha pasado nada. Estás indemne, aunque te siguen sangrando y escociendo las heridas de la espalda de su primer ataque.

- Tiradas (2)
Cargando editor
01/04/2013, 12:02
Haruka Mason

Y entonces ves como otro de los cuchillos de Haruka vuela cortando el aire directo al corazón del rubiales. Por unos segundos estás casi convencida de que le va a alcanzar pero aquel tipo tan grande tira hacia atrás la espalda, como si estuviera bailando el limbo y el cuchillo pasa por encima de él, a apenas un milímetro de su nariz. Quien habría dicho que ese tipo tan enorme y alto sería tan ágil...

- Tiradas (1)