Partida Rol por web

La Mole hace una mueca de incomodidad ante la idea pero aunque parece pensárselo lo de dejar a su compañero ahí tirado, acaba cediendo.

-Sólo por esta vez Wanda, sólo por esta vez- responde éste a la mujer de cabellos color caoba.

Oh, mierda. La puta Noria nos cae encima. ¿Quién ha sido el idiota que se ha levantado con el pie izquierdo? Me levanto, no voy a decir que tenga miedo porque NO, sólo que espero que pase como en las películas y justo todos los barrotes pasen a mi lado. Eso, sería un punto de suerte.

Miro hacia el agujero, donde no dudo muchos segundos en decidir tirarme de cabeza ya que, para morir aplastado, prefiero que sea contra el suelo. Y si almenos puedo intentar ayudar a una de las chicas, no hay mucho más que pensar, así que me tiro con la intención de coger a almenos una. Niobe cae sin remedio, desmayada, y Haruka está... flotando. Estaba. Vuelve a caer. La idea de que estuviese flotando me parece absurda mientras estoy cayendo, pero lo que sí es cierto es que estoy más cerca de ella que de la niña-niño y cayeron a la vez.

Si Niobe no despierta, tiene muchos números para morir con la caída. Haruka es muy pequeña, parece demasiado frágil como para soportar esa caída. El perro... ese espero que muera. La decisión sobre a quién intentar salvar es fácil. Lo siento, chica.

Oh, oh. Me parece que no me he tirado demasiado bien y no logro cogerla de los brazos de milagro. Pa' una vez que me arriesgo por alguien y mira como voy a salir... desfigurándome la cara a lo Roger. Aún así, no paro de intentar coger al vuelo las manos de Haruka.

Haruka se había bloqueado al no conseguir frenar la noria y en el ataque de pánico incluso perdió la concentración y dejó de volar, iniciando la caída hacia el gran agujero negro creado por Niobe. Pero entonces aparece Jason que salta hacia la zona en un intento de agarrarla. Aunque éste falla y no consigue atraparla por los pelos, su acción parece despertar algo en la pequeña y la saca de su estado de terror, cosiguiendo que reactive su capacidad para volar hacia la mano que le ofrece Jason. Apenas pasa todo en unos segundos y el muchacho cuando cree haber fracasado, en vez de aire y su mano cogiendo aire, nota el contacto cálido de la mano menudita de Haruka en la suya. Lo ha logrado, ha conseguido de algún extraño modo, que la distancia que separaba a ambos se acortara aunque todas las leyes de la física dijeran que lo que acaba de pasar es imposible. Nadie cae hacia arriba.

Cuando Jason se atreve a mirar se encuentra a una Haruka sonriente, cogida a él. Lo malo es que Niobe queda ahora fuera del alcance de ambos, era volar o coger a Niobe y caer juntas al vacío. La niña era consciente de que las dos cosas no podía hacerlas sin más. Aún así, estaba decidida a intentarlo de nuevo, quizás si se lanzaba en picado podría alcanzar a tiempo a Niobe para atraparla y evitar que se estrellase contra el suelo...

Por unos micro-segundos todo parece perdido. La mujer llamada Lisbeth/Wanda está ocupada desviando y deteniendo los restos de la noria para que no caigan sobre nadie, La Mole está intentando estabilizar una zona de terreno para permitir el desalojamiento de gente y bloquear la expansión del agujero provocado por el terremoto inducido por Niobe. Jason y Haruka se sonríen felices de haber conseguido atraparse el uno al otro y no caer al fondo, pero Niobe se precipita junto con más gente y objetos pesados diversos hacia el interior de la tierra sin que nada o nadie sea capaz de detenerlo...

Entonces un viento empieza a soplar, primero suave y luego muy fuerte hasta que se forma una especie de huracán alrededor del agujero, manteniendo en suspensión todo lo que se estaba cayendo por él, incluida Niobe que sale de su semi-desmayo abruptamente con aquella sacudida a todo su cuerpo. Al pobre incauto que intente mirar le dará la sensación de que la muchacha está volando por el aire. La manga de aire es violenta y arrastra todo hacia arriba en un revoltijo de hojas, cosas, gente... lo bueno es que el viento hace más ruido que los gritos histéricos de la gente al verse alzada en volandas.

Wanda se tapa la cara con los antebrazos para protegerse los ojos contra el polvo y demás particulas que el tornado está alzando contra todo los presentes. La Mole gruñe e intenta lo mismo, aunque parece que con más éxito que la mujer, apenas nada le roza, más parece estar muy concentrado en que eso no pase.

De repente, tan sorpresivamente como apareció, se desvanece aterrizando todo de la forma más suave posible en terreno firme, Niobe incluida. Todos notan como algo pesado y de sopetón aterriza junto con un rayo azulado, en el núcleo de la nueva zona poblada con los escombros y las víctimas. El relámpago os ciega a todos por unos segundos, hasta que finalmente surge una silueta humana de entre la luz electrificante.

Es un hombre muy musculado agachado, con lo que parece un martillo en la mano, golpeando el suelo. Cuando no queda resquicio de viento ni de electricidad, se incorpora tranquilamente y camina con seguridad y elegancia hacia donde están Niobe y los demás rescatados. El hombre es tremendamente alto, fuerte, con unos brazos como troncos y una larga melena rubia cayéndole por los hombros. El martillo que lleva en su mano derecha no es de esos de clavar clavos, es ancho, trabajado bellamente y rezuma poder.

-Estás bien mortal?- le pregunta a la muchacha recién retornada al mundo de los despiertos. El tipo emite un tipo de poder que le identifica claramente para cualquiera que no es un simple humano. Su voz es grave y retumba algo. Está claro que un Dios ha llegado.

De alguna manera, por la Gracia Divina dirían mis viejos, logro agarrar la mano de Haruka. ¿O ha sido ella quien logra coger la mía? Sin duda, algo extraño ha vuelto a suceder, tengo la sensación de que es ella que... flota. Sí, sí, flota. Parece una estupidez... una locura... pero flota. De verdad.

La única explicación posible es que ella es una mutante. Ella, que parece tan pequeña y frágil. Una mutante. No me lo esperaba en absoluto. Joder, no me lo creo ni ahora. ¿Qué será lo próximo? ¿Que este agujero lo haya hecho Niobe? Y qué más.

Ninguno de los dos caemos, yo también floto por la mano de Haruka. Es extraño. Y agradable. Aunque está claro que ella es la que me está salvando el culo a mi, la abrazo protectoramente pretendiendo interponer cualquier golpe contra ella con mi cuerpo. Un tornado se levanta a nuestro alrededor, nunca he experimentado uno pero me parece que no es muy normal que no estemos volando de un lado para otro y me pregunto si será cosa de Haruka, también. Los de abajo aterrizan suavemente.

El ser que aparece con el relámpago... no sé, ¿cómo explicarlo? Coño, sólo puedo decir que "mola mucho, joder".

- ¿Estás bien, pequeña? -Miro a Haruka, esbozando una leve sonrisa de "eh, al final me has ayudado tú a mi, pero fingiremos que te he salvado yo".

Si no estuviera tan desorientada, tan perdida cuando me despierto, podría haber sido consciente de muchas mas cosas que caen léntamente sobre mi como una roca de granito.

En primer lugar, yo reconozco este agujero, claro que sí... No quiero reconocerlo pero lo hago porque ya he visto algo parecido anteriormente en el gimnasio. Y eso solo puede significar que lo he hecho yo, pero esta vez sin ser consciente. Y eso me da miedo. Pero no solo me da miedo a mi, porque puedo escuchar por encima de todo los gritos de la gente. Mierda.

Lo siguiente es quedarme mirando a aquel tipo que acaba de llegar de manera tan espectacular, salvándonos a todos los que nos precipitábamos sin remedio en mi propia trampa. Tiene ese aire especial, poderoso... Realmente parece un puto héroe. Me pregunta si estoy bien, y yo solo puedo levantarme del suelo donde sigo sentada, sacudirme la ropa y asentir con la cabeza algo avergonzada.

- S...sí - trago saliva - Gracias - es lo único que soy capaz de murmurar después.

Con mucha destreza y fuerza de voluntad sujeta fuertemente a Jason para que no se le escape cuando la manga de aire amenaza con llevárselos en volandas y estamparlos a saber contra qué. De algún modo la niña consigue mantenerse anclada sobre un eje invisible, que permite a Jason rachear y esquivar tanto las ventadas como los objetos y personas que han quedado atrapados en el enorme torbellino y que se lanzan hacia donde está éste. Por unos minutos largos Jason nota toda la tensión de los tirones de las fuerzas implicadas, pero consigue resistir (eso sí, mañana se iba a resentir, eso estaba claro).

Cuando finalmente la manga se despega del suelo, Haruka y Jason consiguen salir de encima del agujero y aterrizar con suavidad en suelo firme, como si no hubiera pasado nada.

-Sí- sonríe ampliamente, con el pelo totalmente enmadejado y desordenado por el viento que le ha revuelto por completo su pelo negro y largo -Pero donde está Niobe? Hay que resca...- no llega a terminar la frase ya que en seguida os dais cuenta de que está a unos metros de vosotros, en perfecto estado. Y el hombre rubio e imponente que ha provocado aquellos relámpagos y ventolera enorme está hablando con ella. El tipo le saca como chorrocientas cabezas por lo menos...

El hombretón sonríe anchamente, como si nada de eso fuera con él.

-Menudo espectáculo habéis dado!- suelta una risotada y te da una palmada en el hombro que casi te hunde en el suelo. El tipo es realmente fuerte y lo peor es que Niobe tiene la sensación de que ni siquiera era intencionada, que probablemente eso es lo más parecido a una caricia para él.

Entonces llega la adivina, Lisbeth.

-Estás loco o a tí que te pasa?!- llega gritando cabreada como una mona. Su pelo aún se ve más rojo sangre con su enfado. El hombre rubio y enorme se rasca la nuca, sonriendo ampliamente, algo avergonzando de la regañina de la mujer.

-Wanda, los mortales iban a morir, los he salvado, esa es mi tarea!- se defiende éste como puede. Pero la mujer parece lanzar rayos mortales por los ojos del enfado.

-Pues si eso se lo explicas tú mismo al Capi cuando lleguemos al cuartel, y la bonita demanda que nos caerá por los destrozos, ya os lo dijimos durante la última reunión, tanto a Hulk, como a Hércules como a ti, no más destrozo masivos, que nuestro presupuesto no da para pagar tantos juicios!- protesta la mujer -Por no decir el fracaso de la misión- sigue con un tono de resignación, pensando en como iba a dar explicaciones al Capitán América de porque no habían dado con el objetivo y encima habían logrado destrozar un circo entero en una de las ciudades más caras del país. Les iba a caer una buena a ambos, eso seguro!

-Bruja mortal! Yo soy Thor Dios del Trueno!- se golpea el pecho con el puño cerrado -No me dan miedo esas demandas! que vengan aquí y veamos si se atreven contra mi martillo!- continua protestando éste -Soy más fuerte y veloz que ellas...

Y así siguen unos cuantos minutos más, la una despotricando y el otro poniendo excusas de que si los dioses no pagan demandas, que si no hay precio por salvar la humanidad blablabla...

Lo cierto es que el circo y el terreno de alrededor es un completo desastre, la mitad de las paradas de los feriantes de han hundido en el agujero o están totalmente desmadejadas ó hechas papilla en el suelo. La noria es un enorme trozo de metal retorcido, totalmente inservible. El agujero es tan grande que servicio de obras públicas de Nevada tardará meses, por no decir años, en cubrir de nuevo de tierra ese boquete y dejarlo tal como estaba antes del "incidente". Además había unas cuantas personas heridas, que tendrían que ser llevadas a los hospitales de turno... Desde luego, el Circo acaba de cerrar sus puertas de un modo espectacular y definitivo.

Haruka suelta a Jason y corre hacia Niobe, ahora que el señor lanza-rayos la ha dejado sola y la abraza con cariño.

-Menos mal que estás bien, no podía alcanzarte, lo siento muchisimo..- se disculpa precipitadamente, mientras se aferra a la espalda de Niobe.

Entonces llega Kaylee, con la cara sucia y marcada por las lágrimas.
-Estáis bien?- le pregunta a Jason con una voz apagada y sin poder mirarle a los ojos, parece que algo la aflige. Y mucho.

-Roger ha muerto- y se echa a llorar de forma desconsolada, como si se hubiera muerto su abuelo o un familiar cercano.

-En mis brazos- el llanto se convierte en algo convulso, como si alguien hubiera abierto un dique enorme que hubiera retenido un mar entero.

Esto es acojonante. Parece Kansas después de un puto tornado de ésos que provocan que pase todo un horrible día en el sótano con mi padre y mi madre. Pfff... era horrible, ahí abajo escuchando el sonido del viento y de las cosas destrozándose, con mi padre cagándose en la puta madre que parió al demonio por si la palmaba su ganado y yo teniendo que dejarme ganar en el póker si no quería recibir, encima. Por listo. Luego salías, hacía un día genial y encontrabas con que TODO estaba destrozado.

Pues así está el circo. Destrozado. Jodido. Arruinado... Al final uno se acostumbra.

- La que sa liao

Niobe parece estar bien y yo, de momento, estoy de una pieza. Aunque creo que mañana no me moveré de la cama en todo el día, ya tengo jaquecas... El rubio es enorme. Joder. Y tiene pinta de que fuerte. ¿El Dios Thor? Está un poco grillao, pero la verdad es que los efectos se los ha currado. Será un mutante un poco flipadillo. Aunque sí es cierto que hay algo en él que me llama mucho la atención, en especial al ver cómo casi tumba a la aniñao, por lo que trato de acercarme caminando después de que Haruka corriese hasta allí. Quiero que me demuestre que es un Dios. No me lo creo, cojones. Ya no creo en Dios, ni Dioses, ni Divinidades ni pollas.

Pero veo llegar a Kaylee con cara de haber llorado un buen rato, así que me detengo y lo primero que se me ocurre es "mierda, la he cagao". Seguro que me ha visto abrazando a la enana y se ha pensado que... Ah, o no. Tal vez solo se ha llevado un susto de muerte. A su pregunta, levanto el pulgar en señal "todo perfecto". Dudo. Bueno, "todos vivos".

- Hostia -Se me escapa, al oír la notícia.

Roger, el tío más feo que he visto nunca, ha muerto. Me quedo helado. Probablemente es por mi culpa, por preferir venir aquí que a ir a ayudarle. Joder. Lo he matado. Dudo un poco al ver a Kaylee tan desconsolada, noto que lo está pasando muy mal y eso no me gusta. Supongo que abrazarla sería la mejor opción, pero, coño, me da vergüenza. Veo que todos están así como a su bola, así que finalmente la abrazo y trato consolarla con palmaditas en la espalda. Ea, ea.

- No me jodas. ¿Qué ha pasado...?

La conversación entre aquellos dos pasa por mis oídos como el mero ruido de coches y gentío en una gran ciudad: como algo a lo que estoy acostumbrada.
Bueno, lo estaba...porque en el Circo, donde había pasado mi tiempo últimamente había otra clase de ruidos mas agradables. Ruidos que ya no van a volver a producirse. Por mi culpa.

Lo siguiente que siento es a Haruka abrazarme, ¿cómo puede? Si yo he hecho esto, y era su vida. Debería estar muy cabreada conmigo, a no ser...que no se de cuenta de que he sido yo. Y eso me produce un nudo en la garganta que me deja inmóvil mientras mi amiga me abraza.

Entonces aparece Jason, con el que debería disculparme, y Kaylee...con la que descubro que también tengo que disculparme al escucharla y verla llorar. Aparto la mirada de todos ellos, con una fina capa de lágrimas en mis ojos y me pasa algo que no suele pasarme muy a menudo: no reacciono. Solo lo hago para intentar parar las lágrimas y tragar saliva con todo el esfuerzo del mundo, porque mi boca y mi garganta se han quedado secas.

- Lo siento... - susurro muy bajo, aún con la mirada apartada del grupo. Y, aunque quiero decir algo mas, no me sale; solo aparto despacio a Haruka de mi para salir corriendo. Necesito estar sola para enfrentarme después a las consecuencias.

Dejo de correr cuando me canso, metiéndome detrás de los escombros de sabe dios qué y me dejo caer de espaldas en el suelo. Me tapo la cara con las manos, como si quisiera desaparecer justo en aquel preciso momento. Pero el tener los ojos cerrados es contraproducente para mi porque lo único que me viene a la cabeza ahora es un montón de imágenes del tiempo que he pasado aquí. Igual que pasó con el gimnasio... Tal vez debería dedicarme a seguir vagando en lugar de joder a quienes tengo cerca y a quienes me han dado una oportunidad.

De la rabia que me dan mis propios recuerdos y pensamientos, me levanto de golpe, sentándome ahora y haciendo esfuerzos enormes por no llorar. Porque yo no lloro, pero lo cierto es que creo que se me empiezan a escapar las lágrimas; vuelvo a dejarme caer hasta quedarme totálmente tumbada y lloro mirando al cielo.

Kaylee traga saliva, aunque sus sollozos paran, no lo hacen sus lágrimas. Intenta respirar hondo, tratar de hablar y explicarte lo que pasa, pero se nota que le está costando, está todavía en proceso de asimilar lo pasado.
-No lo sé, te fuiste y a los pocos segundos se desplomó en el suelo, le salía un líquido negro y viscoso del oído...- murmura eso último. Hasta alguien tan poco avispado como Jason vería las manchas negras en la ropa de Kaylee, probablemente de haber apoyado la cabeza del hombre en su regazo.

-Su mano... estaba negra, como si hubiera tocado veneno...- su cara está como desencajada, como si se hubiera quedado a mitad de algo, como cuando intentas descifrar algo pero no llegas al resultado que deberías. Y no entiendes el motivo.

-Llamé a emergencias... pero aún no han llegado, le dejé con Ginger y los demás. Debo ir, habrán llegado ya?- dice eso último como si su voz viniera de muy lejos, como si estuviera en shock por lo pasado.