Partida Rol por web

La Chon le pasó los papeles al alcarde con lo que ella pensaba que era un movimiento sutil pa enseñar cacho de las pilículas, pero lo que hizo fue inclináse pa enseñále to el tetamen al alcarde. En aquel canalillo podía morir afixiao perfectamente un gatico o un perrete y no ser encontrao en años, madre del amor hermoso cómo estaba de gorda la mujer.

-Un chino, es un chino que quié abrir un bazar íce… Amos, como en los pueblicos vecinos, que hay chinos ya de por tos laos…- le señaló con su dedaco gordo l’ixplicación de qué pedía el chino. Llevaba las uñas repintás de rojo, pero que se notaba muchismo que se las había pintao ella asín mal, porque se había salío y estaba salpicao de goterones el resto del dedo… Que con las morcillas que tenía por dedos parecía que tinía dos uñas y to.

-Y aquí’stá tamién el cheque de los que compraron la fábrica ande Ataulfo- Ataulfo el polvos había sío panadero de seis generaciones, que toa la familia se había dedicao al trigo y sus antepasados eran los c’habían hecho el molino. Ande después hicieron una fábrica d’harinas y el hombre iba siempre perdidico d’harina d’arriba abajo, blanco como s’istuviera lleno de polvo. Tamién tenía fama de calzarse a mujeres ajenas ende joven, porque era jaro, rubio con ojos claros y eso a las mujeres les gustaba muncho. Ahora se había quedao él solico al moríse sus padres y había vendío to, s’había mudao a Rusia, c’al parecer había conocío una rusa d’esas por correo qu’estaba cañón… Pero en lugar de mandarse ella por correo, porque el Ataulfo pensaba que haber si l’iba a pasar algo en una caja metía durante un viaje tan largo, pos se había ido él en avión a Muscú u por ahí… Mu lejos.

-Y los contratos, señor arcalde- soltó lo de las actividades suicio-culturale encima de to, con una manotazo. PLAM. Y s'inclinó un poco más sobre el escritorio, que casi se le salían las ubres y se le desparramaban sobre los papelejos.

Me quedé mirando a aquella murciana cuando empieza a soltar veneno.

- No hija, mi Adelaida sa metio a actriz de las decentes. De las que van a los Goya desos. A ti lo que te pasa es que ties una envidia que revientas, que ya te gustaria a ti estar de grabaciones con el Barden, de fietas con el actor del Duque...Porque mi Adelaida es bien guapa, y bien joven, y no necisita pincharse cosas en la cara - y le miro la suya, con evidente alusión- Cucarachas tu coño moreno. Y habría que ver como ties la casa...Que dudo muncho que limpies con esas uñas de fisna ortopédica que ties...Seguro que no haces ni la cama...Y estas aquí cascando de casas ajenas...Vete dando un puntito en la boca, murciana. Que aquí toas sabemos hablar ¿eh? - alzo un dedo amenazante.

Evaristo mira al resto de vecino y como siempre no quiere ser el último en esta en contra de un tema o que se nota que no tiene ni puta idea de que están hablando (que suele se lo más habitual)

-¿El agua invinena?, ¿No vinieron hase como dos año los de sanidad y nos sus sos dijeron que taba to perfectamente y que la fabrica lo cojone tenia to lo papele en orden?, como sea mentira se van a lleva tanto palazos de fresno en el lomo que le va a dole a sus hijos y sus nieto.

 Pos nada Josua cuando termine lo tuyo le hechamo un vistazo a la Carmela

La murciana abrió los ojos cuando empezó aquella mujer a hablar tan mal de su casa, que cómo la tenía, pos si su marío se pasaba tol día escornao limpiando. Porque eso había sío asín de toa la vida, ella no limpiaba ni cocinaba y bien claro que se lo dejó a su hombre cuando se casaron.Que él ganaba un monumento a su lao y no una chacha.

-¿Mi casa? Como los chorros del oro está, toda nuevecita de obra. No como tu casa mugrosa con todos esos animales, que debe oler a estiércol por lo menos- arrugó la nariz, un gesto de esos de señoritinga, como la Rotenmeyer de Jeidi, mujeres d'esas que dan muncho asco, que parece que les da alergia el suelo de lo que suben la cabeza. -Si no quieres nada más, anda con viento fresco- metió todo en una bolsa de plástico, que tenía un boquete en un lao, vamos, a caso hecho pa que la Cipriana perdiera la compra por el camino.

-Que ji, que ji, envienenia no sé... Pero la fábrica d'harinas la compraron unos guiris hará ya un año y tres meses, que el Ataulfo el Polvos se la vindió a unos forasteros pa íse a las Rusias a mojar el churro- Ataulfo el polvos había sío panadero de seis generaciones, que toa la familia se había dedicao al trigo y sus antepasados eran los c’habían hecho el molino. Ande después hicieron una fábrica d’harinas y el hombre iba siempre perdidico d’harina d’arriba abajo, blanco como s’istuviera lleno de polvo. Tamién tenía fama de calzarse a mujeres ajenas ende joven, porque era jaro, rubio con ojos claros y eso a las mujeres les gustaba muncho. Ahora se había quedao él solico al moríse sus padres y había vendío to, s’había mudao a Rusia, c’al parecer había conocío una rusa d’esas por correo qu’estaba cañón… Pero en lugar de mandarse ella por correo, porque el Ataulfo pensaba que haber si l’iba a pasar algo en una caja metía durante un viaje tan largo, pos se había ido él en avión a Muscú u por ahí… Mu lejos. 

-Esos están liando un cisco ahí... Ia verás tú ande cuando vengan los del gubierno- el Paco Pepe dio una palmada en la barra, gesto que el murciano identificó enseguida. Que puede que el murciano llevara poco tiempo en el pueblo, pero era mu listo y bueno, que el Paco Pepe estaba metío tol día en el bar... Un golpe en la barra de esa forma era "ponme mi chupitejo d'orujo, murciano". Luego estaban los golpes del carajillo, del "ponme algo de picar que la mujer está en el mercao" y el definitivo de "voy tajao y me tiés que llevar a casa".

- Mugroso to tu coño moreno - la señalo con un dedo- Porque esos pelos que llevas son de farmacia. A ti lo que te carcome es la envidia de mi Adelaida, boca pato. Verguenza de debía dar que vendes los yogures caducaos, por estar tocándote la chotera tol día...Y encima bolsas de mala calidá. Ya mestas dando otra. - le dejo un billete pa pagar la compra. Asín con tos los aires en el mostrador.

-¡¡¡Pos hala!!! Que me voy a la frabica d'arinas... ¿Te vies Evaristo? Aim siur que tu pués dinunciá la frabica, y que te paguen cuatro cabras nuevas y los ciudaos médicos de la tu cabra.

Yoshua se queda parado en la puerta esperando a Evaristo un momento antes de salir en dirección a la fragoneta... Algún día ví a tené c'arreglá lo de la llave del constasto* Piensa mientras mira la fragoneta desde la puerta'l bar.

*Tradusció mentá ofresida po Gugel trasnleitor

En cuanto dijeron de ir a la fábrica, el Paco Pepe se levantó ro rápido de la banqueta... Tanto que casi le da un apechusque y se abre la cabeza contra la barra.

-¡To la culpa d'esto es der alcarde!- gritó indignado. -Que él les ha dao toícos los papelejos pa abrir... Que sí... Que le gusta muchismo el parné- y con el pulgar froto los dedos, asín mostrando lo que manejaba el alcarde. Que dicían que s'había comprao un piso en primera línea en Benidom y to.

-Caducados dice... ¡Tú sí que estás caducada!- gritó con un dedo amenazante y luego le dio el cambio de la compra, to en monedicas chicas, d'eso que da mucha rabia llevar tanto suelto... Más que monedicas de duro que le soltó la japuta, porque nadie iba a casa de la murciana a meterse con ella. -Anda con viento fresco con tu cambio- dijo riéndose un poco por dentro, con su maldad característica.

- Con que un chino, ¿eh? Como se empiezan a notar los cambios dende que entré a gobernar. Hasta de la china vienen a montar su negocio aquí.- Que pena que se hubiera muerto el Rubio, porque iba a pasarle por los morros la noticia.

- Está bien. Dale entrada a la solicitú y que se busque un buen local pa´l negocio. – Cogí el cheque y lo mire asin al trasluz pa comprobar que to estuviera en orden. – Esto lo llevas a la caja y lo ingresas en la cuenta´l ayuntamiento. ¡Y que no se te olvide´l resguardo pa tenelo aquí en el libro cuentas.

Aluego empecé a firmar los contratos aquellos de las actividades suicio-culturale. ¡Yiaha!- dije na más acabar de firmar. – To esto me lo archivas tamién. Y ahora me voy aver si veo al guiri.

Me levanté y salí del ayuntamiento pa ver si encontraba al guiri, a ver si quería ser el monitor de las actividades suicio-culturale. Iba aser la hostia ver a los enanos intentar entender algo de lo que les dijera el otro.

La Chon se fue más contenta que unas pascuas a ingresar el papelico aquel de las gentes c'habían comprao la fábrica d'harinas. Ella bastante sabía un pijo de to en realidad, porque se pasaba el día moviendo papelejos d'arriba a abajo, mu listeja tampoco era. Que le dicían que había unos papeles pa qu'el alcarde firmara, pos los llevaba. Ella leía mu bien el título del encabezao pa saber qué llevaba, pero pa ser secretaria sesi no hacía falta ser listeja tampoco... O asín lo veía ella. 

Y mientras que la gorda tomaba camino a la caja rural, el alcarde salió de la casa consistorial. Allí siguían con toa la obra y con tos los viejos discutiendo cómo se hacía l'argamasa pa los cimientos... Que allí ni había cimientos de na, pero d'algo había c'hablar y darse d'entendío. Este año lo iban a votar seguro al alcarde, había traío el divertimento al pueblo con la jodía obra.

Ahora tenía que buscar al guiri... Y con tos los laos a onde ir en el pueblo, pos había dos opciones: o la obra con lo jubilaos... o el bar del murciano.

-Que si, Paco, que si... -El Yosua, viendo que al final el Paco Pepe empieza a ponerse cansino, pos pasa de disirle na, y le da la razón como a los tontos, porque pa cansinos, na peor c'un borracho. -Bueno, Evaristo... Ar yu comin? I min... ¿Te viés o qué?

Con toos los asuntos del Ayuntamiento arreglaos procedí a salir a la calle. Tenía que encontrar al puñetero guiri y no se me ocurría adonde podía estar.

Esperaba que a las horas que eran no anduviese buscando los gamusinos dichosos. Que entonces andaria por medio del campo. Y si algo sobraba aquí era campo. Como pa encontrarlo al jodio.

Como no sabía muy bien a dónde ir a buscarlo decidí ir a ver en el bar del murciano. Así, si no estaba allí, por lo menos me puedo tomar un chato.

-Venga guiri vamos que no se diga que en este pueblo no lo tenemo bien puesto -Realmente lo de tener huevo o no, no era lo importante, lo importante es que había parné de por medio o eso parecía y como buen españo Evaristo quería ir a ve si se podía saca argo- Pero como aparezca el alcaide- Dice mientras piensa en como fue poseído y le cambio la cara a vendedo de seguros chungo- Llamamo ar cura y que traiga agua bendita eh?

Miré con los dientes apretaos las monedicas de duro que me daba la japuta.

- ¿Pos sabes que te digo? Que te que`es con el cambio...Que falta te va`cer...Porque naide  le toca la moral a la Cipriana y le menta a la familia con mentiruscos de culebra venenosa, y menos una murciana gandula y recien llegá...- ahora alzo yo el dedo- Tate a lo que te digo...tate a lo que te digo...Aquín hay una jerarquía...Y tu no eres mas que naide por tener los morros pinchaos de botos de dese...Que la mercería de la Conejos iba mu bien, hasta que me faltó el respeto...

Lanzada la maldición, ahí le dejo las monedias  y que se quede con sus duros pa metéselos por el culo o por donde ella quiera. Y recojo mi bolsa, que estará rota, pero la meto en mi capazo de la compra. Y me voy pa fuera, esto era la guerra.

Asín llegó el alcarde a la puerta del bar del murcianico, salían el Cabronero y el Guiri, detrás les seguía el Paco Pepe, el marío de la Pitones. El hombre iba tajao no, lo siguiente, d'esto que si eructaba salían vapores más tóxicos que de la fábrica d'alcoholes c'había en Mojuélamos pa destilar el vino cuando se ponía malejo. Pero en el Paco Pepe era normal, se dicía que había dao la tasa d'alcohol más alta de tol país un día que lo pillaron en su amobilete viniendo del pueblo vicino. Que los guardia civiles s'hicieron afotejos con él e incluso dicen las malas lenguas c'hay un vídeo en interner*.

Al mismico tiempo, fíjate cómo son las cosas, salió la Pitones de la tiendecica de la murciana. Iba cabrea como una mona, con las facciones asín mu apetrás y toas las ganas de matar. La última vez que se l'había visto asín era porque la de la mercería le dijo que no ponía las fotos de intimissi de su hija en el escaparate de la tienda. Aquella vez salió igual de roja y enfada, que luego a otro día no fue ni dios a la tienda y la Conejos se tuvo que mudar y to, porque toas las mujeres del pueblo la miraban mal.

Salí de aquella tienda andando a las zancadas, mu cabrea. Mas que la mula de mi primo en el concurso de tiro de mula, que le dio la rabieta al animal y le abrió la cabeza de una coz.

- !Murciana tenía que ser! - bramo al llegar a la puerta del bar - Pero esta no sabe con quien sa metío...Encima que tenio toa la buena fe y me callao varias veces que le visto los yogures caducaos...- brazos en jarras en las caderas - Ea Paco, vamos pa la casa...

El Paco Pepe ni sintió llegar a la Cipriana, sino que corrió y se encaró al alcalde, que tenía la culpa de to. ¿Qué que era to? Pos a saber, tos sabemos que cuando vamos chispaejos y contentejos nos exaltiamos facilemente, el Paco Pepe no era ditinto a naide. Lo mismico le soltaba un te quiero a su vaca margarita que quería pegarse con el chucho por ladrarle, era un hombre de contrastes que si dice.

-¡U me tienes u lo mato!- le dijo al guiri to embalao. -¡U me tienes u lo mato! ¡Qué lo mato eh! Ira que te digo, más que cuartos pa la saca que te llevas- se plantó finalmente frente al alcalde, que ni falta hacia de tenélo, si al Paco Pepe le soplabas y se caía de la puco istabilidad que tinía tan mamao como iba. -Que sabemos tos que t'has comprao una caseja por Cuenca, con piscina y to... Con las subinciones de la plaza y los cuartos de la fábrica. ¡Golfo y sinvergüenza?- intentó darle con el dedo en el pecho al alcalde, pero no atinó y casi se lo mete el solo en el ojo. 

-Güat japen? -El guiri miraba to alrededó sin saber muy bien que narices pasaba. Al salir del bar se había encontrao a la Cipriana de bruces que casi se la come, y pa colmo el Paco Pepe como una bala que se tiraba al cuello del alcalde. Pos na... más pa evitá que el Paco Pepe se hiciera daño a si mismo, que para que hiciera daño al alcalde, intenta agarrarlo en el momento que trata de pinchá al alcalde con el deo.

-Vaaale, vaaaale. Que ya sus estáis pasando. ¿Qués lo que pasa Cipriana? ¿Ya tas peleao otra vé con la murciana porque te pesa las lentejas de menos? -Y mirando al alcalde- ¿No será verdá eso de la jaus in Cuenca? ¿Don yu? Que como tengas algo que vé con lo del braun güata la vamo a liá pero que bien liá.

Me llevé las manos a la cabeza de ver a mi Paco Pepe asín. Algo se decía de la caseja de Cuenca del alcalde, si.

- !Ay por San Isidro! No ganamos pa un drama cuando ya hay otro...Pos na, yosua, que la marrana de la murciana va diciendo que mi Adelaida sa metio al porno ¿tú te crees? Mentira na mas...Por que le da envídia y una cosa por dentro que se muere...Con lo bien que me portao con ella, que me callao mucha cosas que visto en la tienda...- cara de misterio- Si yo hablara...Y lo del alcalde pos he escuchao cosas...- ahora manos a la cadera en jarras y miro mal al susodicho.