Partida Rol por web

Reaccionando al mal jerol del anciano, Bifidus saca la lengua con cara de violento....

- Sssssss.... ssiiiii.... esssso..... esssss ussssted Emet el granjero... ssssss....? susurra deslizandose en el suelo, sacando una y otra vez esa lengua bifida que bien haria maravillas a la dama que el bien sabe...

Bifidus no deja de serpentear entre las piernas de sus compañeros.... sssss...

Sobresaltado por el virote corró a colocarme detrás de Bifidus intentando quedar detrás de él mientras se mueve por debajo de las piernas de mis compañeros. Gracias a mi tamaño logro pasar por debajo del zombie quitando y volviendo a colocar una de sus piernas pero al ver que el próximo es el gnomo me detengo frente al zombie intentando imaginar cómo haría Bifidus para pasar entre sus piernas, más aún estando desnudo...

Dejo de lado el asunto Bifidus vs Claus y me voy a parar detrás del zombie tomando mi hacha como escudo.

- Disculpe lo de la pierna - le digo en voz baja - Al pasar la golpée con el hombro y se desprendió - por suerte me encontraba debajo y pude sostenerlo usando mi brazo como prótesis temporal.

No muy lejos de allí una bestia se removía oculta, nerviosa ante la violencia vista y sedienta de sangre.

Cita:

Bien, he oteado en mi ficha y no he hallado nada parecido a "awareness" así que como he dicho que empiezo a caminar sin volver la vista atrás, asumo que no me doy cuenta del avance del gnomo hasta que me choque.

Ahora lo reflejo en un post :)

Blancaflor comenzó a caminar siguiendo las indicaciones del Phill verdadero (aunque con la cantidad de Phills que había conocido aquella mañana no podía asegurarlo) sin volver la vista atrás, pues aún se sentía abochornada por la actitud del gnomo. Fue por eso que la dama que buscaba estar en apuros, de pronto se encontró frente a ellos (los apuros)... o más bien diríamos de espaldas, pues el pervertido Ziffbong se había lanzado a la carrera contra ella con intenciones de atravesar su falda y si bien no lo había logrado, no perdía tiempo en meterle mano por encima de la tela.

-¡Quítaté de ahí pervertido!- la chica comenzó a gritar y aporrear la cabeza del gnomo para intentar librarse de él, así que poca atención pudo prestar a lo que estaba ocurriendo con el resto del grupo y el poseedor de la campana.

Cuando quieren darse cuenta la rapidisima Verne se da media vuelta y echa a correr, encontrando refugio detrás de Babylon, que a su vez está detrás de Bifidus, que por su cuenta se encuentra siempre junto a Blancaflor, quien no deja de mirar al gnomo, ¿Tal vez quería ella también la poción?

Veveve-venimos a por una caca-campana ¿se-ñor Emet?... ejeeemmm venimos a por una campana - Dice una voz fina y aguda desde el montón de gente apilada frente a la ballesta del rústico viejo

Gre-gregory dile tú

Blancaflor intenta golpear al gnomo, pero es como golpear al aire, su mano lo atraviesa, y el mismo tampoco puede levantar la falda... Aunque si atravesarla, y pronto se convierte el asunto de la Pocima en un revuelo del pequeño personaje detrás de la dama, que intenta escapar del etereo personaje sin que pueda ver su ropa interior...

En tanto, el granjero os mira de arriba a abajo y os contesta:- Si soy Emet, no lo digais tanto que me desgastais el nombre- El hombrecillo sigue apuntando, a pesar de su edad no se le mueve un musculo para mantener levantada la ballesta:- ¿De que narices habla la tia chupada esa?- Refiriendose a Verne con un movimiento de cabeza. A lo lejos podeis oir los mugidos de las vacas, que parecen horrorizados... Al parecer acaban de conocer al hamster de Claus. Un grito se une al barullo de las vacas, un grito femenino que sale de la granja, una puerta se abre, y sale una muchacha guapisima, que está muy maquillada y que tiene un prominente bombo en su tripa(Que está embarazada, en cristiano). Al veros os señala y dice con voz fina y chillona:- ¡¡¡Papi, uno de esos es el padre de mi hijo!!!-

El viejo se da la vuelta y la mira con cara de poker:- Que bien... Al menos esta vez estas segura, ¿O es como las anteriores?-

La chica os mira un rato y dice:- Si, si. Estoy segura.-

El viejo coge punteria, y mirando especulativamente os dice:- Vaya con que ha llegado mi yerno, a hacerme una visita, pues ya puedes sacar los cuartos para casar a mi hija, desgraciu-

Un monstruo viperino, un gnomo, 2 mujeres y un zombie... hay mierda... ¡Por el amor de Patina, que no sea Gloria!

Espantado por la posibilidad de tener que hacerme caso del hijo de Astfgl guardo mi hacha y tomo a Bifidus por la espalda colocándolo frente a mi para ocultarme del anciano y su ballesta.

- Les juro que no tuve nada que ver - susurro a mi serpentino protector - quizás haya sido ese gnomo... o su hamster

Gregory fue a decirle a Babylon que estuviera tranquilo por lo sucedido, aceptando sus disculpas, pero al salir la moza de la granja acusando a alguien del grupo como el padre de la criatura que llevaba en el vientre, a Gregory se le cayó la mandíbula al suelo, literálmente.

Tanto hablar de contratos, ETT-s y convenios, hicieron que uno de los hilos que sujetaban la mandíbula se aflojara, y ahora esta se encontraba colgando del craneo, balanceándose desagradablemente por causa del hilo que aún aguantaba.

-A mfi nfo mfre fmifre ffhorifa... dijo meneándo en el aire lo que quedaba de su putrefacta lengua, antes de percatarse de lo que acababa de suceder, e inmediatamente, con un cambio de tonalidad en su palidez cadavérica que podría pasar por un ligero rubor, el zombie se echó una mano a la cara, mientras que con la otra volvía a buscar su hilo y aguja, dándose la vuelta para dar la espalda al granjero, y proceder a recolocarse la mandíbula.

Un momento despues, el problema se encontraba resuelto, y Gregory volvió a encarar la situación con el granjero Emet tras guardar sus herramientas.

-Ejem... decía que, a mi no me mire señorita, hay ciertas partes de mi cuerpo cuya existencia hace mucho que terminó a causa de la descomposición natural de los cuerpos sin vida, y eso fue hace bastante más de 9 meses. Comentó con indiferencia, y luego se centró en la clave de la cuestión que los había llevado allí. Pero no nos vayamos por las ramas, hemos venido buscando cierta campana que nuestro patrón Phil 1 nos ha pedido que recuperemos como parte del contrato de trabajo, aunque aún no tengo claro el tema de las misiones secundarias. ¿Tiene usted dicha campana? Luego trataremos el tema de su hija.

Ignorando al granjero con la ballesta, la cual no puede hacerme nada, y sin preocuparme por mi hamster, que será mejor que el hombre no lo cabree si quiere conservar la cabeza sobre sus hombros, sigo en mi empeño de ver que esconde la dama bajo su falda.

Sigo corriendo tras ella, esta vez, dando pequeños saltos, para ver si puedo alcanzar a tener una mejor vista, atravesando la ropa interior... Si es que la lleva, que estas damas en apuros de hoy en día...

Blancaflor seguía intentando deshacerse del gnomo. Iba de aquí para allá, correteando y volviéndose a cada rato, soltando imprecaciones que en boca de una dama no debían oírse (puteaba más que un camionero bah) y seguía dando manotazos al aire. Al parecer, la poción de Verne sí había funcionado... pero no como se esperaba.

-Sal de ahí de una vez cabrón hijo de una gran @#@% y la %&#&&!!!- así que poco le importaba el granjero, su hija, el bombo y el padre del bombo. -Y que te vayas  bien a ##%$@. ¡Fuera! ¡FUEEEEERA!

¡Eh! ¡Da gracias! -chillo mientras intento ver a la doncella como vino al mundo... O bueno, lo que me interesa ver- ¡Sólo veré yo lo que podría haber visto todo el mundo por la poción! ¡Eso es mucho mejor, donde va a parar!

El anciano ajeno al traqueteo que se llevan el gnomo y la "princesa en apuros" atiende al zombie, al hablar sobre Phil su mirada se ilumina y bajando la ballesta al suelo os dice:- Vayaaaa, conque sois unos mataos. Sybil no hay un duro, puedes sacarte el cojin de la barriga y entra pa casa- Apoyandose en la ballesta, se pone con una mano, se saca un moco reluctantemente y lo examina durante un momento antes de lanzarlo. Entonces os mira de arriba a abajo y os dice:- Ahora es otro cosa. La campana esa de la que siempre están hablando esos memos, la gane honradamente, Phil saco 4 ases y yo 5 ases, eso aqui y en Anhk-Mopork es una victoria como un pino...-Capta vuestras miradas ante la incosistencia y se aclara:- Al menos en cuanto a trampas lo hice mejor que él. Por lo que es mia... pero tengo unas tareillas que si las haceis yo con gusto os la doy claro, pero tendreis que suplicarme un poquito jeje-. Mientrás tanto el hamster de Claus decide que ya ha marcado el terreno lo suficiente y vuelve con su amo. En tanto el conejo que siempre lleva Verne en su bolso salta del mismo y se da un garbeo en busca de algo de comer y de paso salir a estirar las patas.

Después de un rato corriendo detrás de Blancaflor, el gnomo se tropieza con una de las piedras del camino y se llena de barro, al parecer la poción ya ha pasado, y su intento de ver algo más de la dama a acabado en agua de borrajas.

 - Tareillas? Ah no! - digo a Bifidus, en voz baja, ya harto de tantas idas y venidas  - Que nos de la campana de una vez por todas, no pienso hacer el trabajo de un anciano estafador.

Al ver que el peligro de la ballesta disminuye comienzo a recuperar seguridad.

- No voy a dejar que nos roben así - susurro

Salgo de detrás de Bifidus y manteniéndome lo suficientemente cerca como para volver a cubrirme de aparecer nuevamente la amenaza de la ballesta me dirijo al anciano

- Déjenos ver la campana, necesitamos asegurarnos de que estén en buen estado y de que todavía la tiene en su poder.

El zombie lanzó una mirada al pequeño bárbaro al expresar lo que él mismo había pensado, despues de escuchar al viejo de la ballesta.

-Y debo suponer que esas "tareillas" son el mismo tipo de misiones secundarias que todavía no entiendo, de las que nos habló Phil 1... Dijo a regañadientes. Tranquilo Babylon, de momento creo que nadie nos ha robado nada, salvo nuestro orgullo proletario por vendernos por tan poco, deja que nos enseñe la campana, y que se explique sobre esas "tareillas", por que empiezo a mosquearme con todo este asunto de salvar a la princesa, y no es precisamente a causa de la familia de moscas que revolotean indefinidamente sobre mi cuerpo en descomposición.

Gregory se cruzó de brazos esperando a que el viejo Emet se explicara antes de decir nada nuevo.

¿Aasimov a donde vas...? - Chisto en voz baja al ver a mi hermano dar unos saltitos metiendo las narices por el huerto del granjero, que no parece haber advertido al dañino animal internandose en su selva personal. Yo por mi parte salgo también de detrás de Bifidus al ver bajar la ballesta, no he dejado de observar al gnomo, y de vez en cuando he cogido un terrón de tierra y he tratado de lanzárselo con tal de ensuciarle, pero la poción de limpieza funciona perfectamente, Claus estará limpio hasta saber cuando.

El bebé ha sido un simple engaño, y Babylon se envalentona sin que las cosas se hayan puesto a nuestro favor, quiero ponerme entre ellos y aflojar los ánimos... pero no me atrevo y tan solo alcanzo a tartamudear desde retaguardia.

Ba-ba-ba-babylon, está bien, podemos hacerlo, no será nada complicado, ¿ve-ve-verdad señor Emet Ballesta? Una tarea sencilla, seguro la hacemos en un plis plas, ¿ a que sí ?

Tras descubrir que los efectos de la poción han acabado, decido que lo mejor será recoger mi ropa, que empieza a correr el aire, ahora que lo noto...

Tras recoger mi vestimenta, y ponérmela, me acerco a Blancaflor, para decirle- Dime... ¿Qué te parecería si cuando acabemos de hacer esto que estamos haciendo ahora, tú y yo nos vamos a un sitio apartado, así con buena bebida, con una cama intimidad... Porque, no lo niegues, te he parecido, sexy... Muy sexy... -Termino mientras muevo las cejas de arriba a abajo, mientras pongo una sonrisa en mi rostro.

No puede negarlo. Aún midiendo 20 veces menos de lo que mido usualmente, soy el gnomo más sexy de todo este lugar...

Por fin la poción de Verne se había desvanecido y el gnomo volvía a solidificarse. Así fue que, antes de que hubiera huído en busca de su ropa, Blancaflor alcanzó a darle un tortazo en la cabeza... que como era toda una dama a Claus no le causó más daño que una palmadita.

Recomponiendo su vestido, la muchacha intentó ponerse al día con lo que estaba pasando entre el granjero, la hija preñada de un almohadon y sus compañeros rescatistas de princesas molestas y seguramente protestonas.

-Ah no, nada de tareillas para mí. ¡Señor de la ballesta que no sé como se llama pues estaba ocupada con otros asuntos! ¡Denos de una bue...- La joven no pudo terminar la frase pues nuevamente tenía al gnomo rondándole las faldas.

-¡Te he dicho que no me molestes! ¿Cómo crees que podría ir contigo después de como te has comportado conmigo, que soy toda una dama? Y no pongas esos ojillos tiernos ni esa sonrisa encantadora, ¡ya te he dicho que no!- la chica seguía enojada, pero no pudo evitar sonrojarse de placer ante la propuesta del gnomo. ¿Cómo se vería veinte veces más grande? Ay, ¡chica sucia! ¡Quita esa imagen de tu mente!