Partida Rol por web

Mi cuerpo humano y desnudo tiene la piel de gallina por el frío, cuando el vampiro gira a mi alrededor haciendo gestos obscenos detengo su bailoteo a mi alrededor de un guantazo poco sonoro, el vampiro entonces se detiene frente a mí....

¿Una heroina? ¿yo?

En mi cerebro aparece una imagen, salgo en forma de coneja, con una armadura para conejas, con una espada con empuñadura de zanahoria y un escudo de apio sobre una montaña de cogollos de lechuga, un eco crece como un murmullo al principio hasta ser una voz nítida, fuerte y clara al final.

Los elegidos.... - Repite.... lo he oido antes...- Los elegidos....   Los elegidos.... LoS ElegidoS....

La princesa secuestrada, los tres magos malvados, el vampiro, los monstruos poliformados en bestias guardianas, un hechizo, el vampiro, el vampiro, el vampiro

Miro un retrato en la pared, y al tipo que hay frente a mí, lo he visto antes pero no he prestado atención

¡Eres el Vampiro!

Una puerta se abre, aparecen montones de turistas, Ziffbong con su cámara de fotos a lomos de su hámster y.... y ... ¡¡y yo desnuda!! ¡El vampiro!  Vuelve a priorizar mi cerebro

El corcho de la poción cae al suelo y Aasimov huye esperando una explosión, el líquido se desliza por el cristal acumulandose en mi boca, como un fluor barato, hago gárgaras, lo mezclo con saliba, el vampiro espera pacientemente posando para las cámaras, no tardo demasiado en escupir la poción sobre el vampiro en una explosión de escopeta.

El vampiro queda empapado, se mira las túnicas y me mira extrañado

¡Mi ropa! - La segunda prioridad se establece, y corro por la sala para cubrirme detrás de una cortina, algo ya inútil después de la cantidad de flashes que se han disparado, aún así trato de arrancar la cortina para cubrirme con ella mientras la poción hace efecto, espero no tarde.

¡¡ Ziffbong échame una mano !! ¡Con el vampiro! (especifico)

El vampiro se sorprende un poco de la extraña situación, lo justo para que no comprenda que la poción de Verne es peligrosa o por lo menos bastante molesta bien utilizada, intenta cogerla antes de que escape pero la telaraña creada quimicamente empieza a enlazarse por todo su cuerpo de tal manera que apenas puede moverse cuando hace su entrada como caballero al rescate(con los ojos bien situados en el trasero pequeño pero atractivo de Verne) con su hamster que mira furioso al vampiro, no está viendo bebidas y el vampiro le huele a problemas. Verne consigue hacerse una pequeña túnica con una cortina polvorienta, mientrás que el vampiro grita enfurecido:- No seguis ninguna de las malditas reglas, ¿Es que no teneis consideración a los grandes heroes? Cuando salga de esto os voy a aplastar vuestros sesos y beberme vuestra sangre a hartarme...-
En tanto los turistas andan haciendo fotos y disfrutando del espectaculo, mientrás que los niños apartan las cuerdas que señalan el camino que deberían recorrer los turistas, y sus madres van detrás de ellos para sujetarlos, todo es un clamoroso caos, mientrás que la bola que da el poder al vampiro sigue flotando en medio de la habitación.

¿Protocolos? ¿Procedimientos? ¿Reglas? ¡Ni que fuese un héroe!

—¡Tu! —grito al vampiro. Esto no es lo que me esperaba, y no me gusta— Tienes dos opciones. O sueltas a la chica y permites que este pueblo se convierta en una algarabía y un alboroto continuo, o mi hámster se encargará de la bola esa que está ahí, mientras yo te doy una paliza. Elige...

Mientras digo esto, espero para dar la orden a mi hámster, pegar una paliza al vampiro, y luego celebrarlo como se merece... Con litros y litros de alcohol.

Blancaflor se llevó las manos a la boca cuando descubrió que las ropas allí tiradas eran las de Verne. Sin perder tiempo, se puso a juntar las prendas. Fuera lo que fuera que había hecho que la otra chica se desnudara, en algún momento se detendría y seguramente la alquimista querría volver a vestirse o se moriría de vergüenza.

Cuando por fin tuvo todo en un hatillo, divisó la mochila llena de pociones. También, sin esperar más, fue a buscarla. En ese instante, el guardia decidió que había tenido bastante de ellos y que ya no se creía la fachada de turistas que habían montado. Nerviosa, ya que no quería terminar en una celda, con voz chillona y aterrada, mientras Gregory lo intimidaba con su pose de zombie anti-disturbios, ella se puso a vociferar.

-Pero como cree que puedo ser un héroe!!! Un héroe yo!!! que??? ahora los héroes vienen con faldas y lacitos??? no se da cuenta de que yo necesito ser rescatada??? como puedo ser héroe si necesito ser salvada, sacada de apuros, des-secuestrada!!!-

¡¡ La  esfera de poder !! ¡¡ Claro eso era !! El poder del vampiro depende por completo de esa esfera... poooor tanto.... si me escondo en la esfera.... no me atacará para no dañarla....

Las anillas de la cortina tintinean contra el suelo cuando Verne, cubierta con la cortina, avanza torpemente hacia la esfera, como la mujer que recién salida de la ducha se ha dejado demasiado lejos el secador de pelo. Mientras da saltitos como en una carrera de sacos ojea como el vampiro lucha contra la poción para liberarse.... Uhmmm nada mal

Llego hasta la esfera, y me dispongo a ver si puedo entrar en ella... o subir sobre ella...

Uhmmm a ver a veeeer ....

Blancaflor da un paso para buscar la bolsa de alquimista de Verne, pero al ver la tentativa del guardia a atacarlos se da la vuelta rapida, lo justo para no recibir 10 saetas, 3 lanzas, un lanzallamas, una piedra rodante, unas cuantas estacas en su cuerpo y una patada con una bota gigante(incluso el vampiro tenía cierto sentido del humor) Pero a pesar de los ruegos y los ojitos que pone la linda doncella el hombre no hace ningún caso, sobretodo trás el intento fallido por asustarle del zombie, por lo que con un movimiento de su lanza se la clava al más grande vosotros al pobre Bifidus, que todavia esta con la melopea galopante, el pobre no se da demasiada cuenta de que ha sido atravesado por una lanza hasta que ve la punta saliendo por el otro lado, trás quitarsela el guardia os grita:- Como veis esto no es una broma¡¡¡-

El vampiro mira fijamente a los ojos a Claus mientrás le comenta con voz dulce y calmada:- Claro señor gnomo, al fin al cabo usted tiene a su fiel animal, mientrás yo estoy completamente indefenso, por supuesto podemos llegar a un acuerdo, y por supuesto un heroe que derrota a un vampiro tiene que ser verdaderamente recompensado...- Pero su charla es cortada cuando su hamster le muerde la nariz, por lo que grita el conde de una forma bastante aguda. Claus se siente como si hubiese estado durmiendo o se hubiese tomado alcohol del malo, por lo que juntando las piezas y lo que ha oido de los vampiros pronto comprende. Ese jodido vampiro le ha querido hipnotizar.

En tanto Verne avanza con su nuevo traje hacía la bola donde esta el poder del vampiro, mirando con profesionalidad como la poción ha hecho su efecto, en tanto su pobre hermano huye de unos niños que quieren acariciarlo/morderlo/estrujarlo. Pronto se encuentra enfrente de la peana donde esta la bola frotando, y agarrandose a la base se sube en ella, por lo que ve la sala desde una posición flotante bastante interesante, tambien para los mirones, pues la cortina no tapa demasiado en su nueva posición encima de la bola.

—¡Ese truco es muy viejo, vampiro! ¡Yo mismo lo uso con las jovencitas ébrias! —Grito al vampiro cuando me doy cuenta de lo que pretendía.

Rápidamente, corro hacia él, mientras le grito— ¡Ahora me has enfadado, y lo pagarás caro!

Cuando termino de decir esto, salto hacia él, para inmovilizarle el meñique del pie en una aterradora llave de Tsimo, lucha de la cual soy experto y suelo usar para ganar apuestas en las tabernas.

Con el Conde recibiendo una paliza de lo lindo, grito— ¡Hámster amigo, es hora de que te cargues esa bola que está ahí flotando! ¡Piensa que es la cabeza de un portero que no quiere dejarnos entrar a su local a beber!

—Pagarás por lo que has hecho, vampiro. Nadie con pilila me intenta llevar al huerto sin recibir una brutal paliza...

Sobre la esfera, haciendo tremendos equilibrios, Verne vuelve a recibir una descarga de flashes, sus piernas blancas como la leche dibujaban bien las líneas de los gemelos vigorosos de una corredora. Sonriendo por la paliza que el gnomo luchador le empezaba a dar al vampiro y ignorando que pronto el pequeño hamster derribaría la esfera de poder sobre la que estaba, Verne se vuelve hacia el público existente para narrar lo que ocurre.

El valiente hero.... borracho.... gnomo gigante del espacio camuflado entre los turistas reta a un duelo al poderoso vampiro, miembro de la caterva de magos que tiene prisionera a la princesa.... ¿Segismunda?.... oh oh.. uhmmm ¿alguna pregunta?

¡¡ Eh niños dejad a ese conejo !! ¡¡Eh eh!!

La cosa pintaba mal, muy mal. Demasiado mal... El guardia, sin entrar en razones le clava su lanza a Bifidus, al ver su sangre  comienzo a marearme y a ver borroso. No me gusta esto, no me gusta esto. Debemos irnos, sí, no quiero estar aquí...

-¡Ahhhh!-grito con los ojos cerrados y me escondo detrás del primero que pillo.

La actitud del guardia había pasado de castaño a oscuro al mostrarse con aquella actitud tan poco decorosa, y a Gregory le rechinaron los dientes cuando el hombre atacó a su serpentino compañero.

El zombie sindicalista no se lo pensó dos veces, totálmente ciego a las actuaciones de sus compañeros.

-¡Donde las dan, las toman! Gritó al tiempo que se lanzaba a por el guardia dirigiendo un tajo ascendente de derecha a izquierda. ¡Por la justicia del obrero, y los derechos del consumidor! ¡Escribiré mi reclamación en tu rosada piel!

Me giro y miro fijamente al guardia, con el ceño fruncido, mientras me acerco hacia el

Mi querida Blancaflor casi es víctima de las trampas porque este hombre no nos avisó. Tal vez...tal vez se fije en mi si logro quitarnos este contratiempo de encima lo antes posible

Sssseñor guardia, usssted sssse la essta busssscando con demasssiadasss ganasss

digo mientras intento agarrar al guardia con mis extremidades y lanzarlo por el pasillo lleno de trampas

Babylon al ver tanto sangre oscura manando del cuerpo reptilesco de Bifidus, se siente con arcadas, se esconde detrás de Blancaflor que es la que tiene el vestido más grande y más sitio donde esconderse. El guardia esquiva con bastante facilidad el espadazo del zombie y le grita con guasa:- No te preocupes huesitos que para ti tambien va a ver¡¡¡- En tanto en su cabeza estos pensamientos se fraguan "De esta me promocionan a jefe de guardia, valiente guardia derrota a 4 heroes... lastima de muchacha le daría un buen meneo, pero lo primero es lo primero y..." De repente el guardia empieza a flotar, hasta que os dais cuenta de que la enorme mano de Bifidus es quien lo agarra por el cuerpo y lo esta elevando por encima de su cabeza, trás mencionarle que se lo ha estado buscando lo lanza contra el pasillo lleno de trampas. En un principio el guardia rebota en el suelo varias veces sin que se active ninguna trampa y enviando el saco con las cosas de alquimia de Verne por la puerta al otro lado del pasillo.

El guardia espera tener un final empalado con los ojos cerrados, pero no sucede nada con una sonrisa malvada saca su espada y corre hacía vosotros... El resto digamos que basicamente es mucho acero saliendo de las paredes y partes del guardia cayendo por todas partes. Un final algo duro, incluso para un tipo como él.

Cuando vais a decidir que hacer trás el enfrentamiento una luz muy potente proviene de la puerta por la que ha tenido que entrar Verne, pero que no podeis cruzar por el pasillo para no acabar como el guardia.

Verne contempla el espectaculo de como el pequeño gnomo esta haciendo gritar al vampiro por la poderosa llave de tsimo que le esta proporcionando en los dedos de los pies, cuando se da cuenta de que su bolsa con todo su equipo alquimico llega por la puerta por la que entro arrastrada vete a saber por que. Entonces mandado por su amo el hamster se situa para su golpe, cogiendo carrerilla se lanza como una bala contra el orbe donde esta subido Verne, con un sonoro golpe hace que la bola caiga de su pedestal que lo mantenia en flote y tanto Verne como el orbe caen al suelo haciendose pedazos este último y bañando toda la sala de una potente luz, que hace que el vampiro grite una última maldición antes de convertirse en cenizas:-¡Asi no es como se hacen las cosas...!-

—Puede que no sea así como se hacen las cosas, pero cuando alguien me quiere llevar al huerto, es lo que pasa —contesto a las cenizas del vampiro— Ahora es el momento de celebrarlo como está mandado...

Y, diciendo esto, abro mi maleta, para sacar unas cuantas bebidas y preparar unos ricos cócteles. Bueno, o aunque no estén ricos, pero es bebida al fin y al cabo. Cuando estoy a punto de terminar un Ziffbong Sonriente, llamo a mi hámster y a Verne, para celebrar que hemos vencido— Chiquitos, venir a tomar un copazo para celebrar que hemos vencido al vampiro, y que ahora este pueblo puede ser alegre y feliz, con fiestones y botellones en cada esquina.

Verne cae de la bola que se deshace en mil pedazos emitiendo un flash cegador, de la cortina purpúrea y revuelta asoman dos orejas, a las que siguen la cabeza de la coneja que observa con gran asombro las cenizas del vampiro. Las llaves de Ziffbong solo pueden corresponder a un luchador profesional, Verne se levanta sonriente, dejando que dos incisivos chatos se muestren por encima del labio inferior - Recuérdame, que te invite a beber algo Claus, ¡UI la cortina! .... Eh... eh... ¿ésa es mi bolsa?

Verne corre hacia su bolsa pero tropieza haciendo que su carrera resulte torpe y aparatosa con la cortina, pero finalmente llega hasta ella, intentándola atrapar con una mano mientras con la otra se sujeta el improvisado vestido - Aasimov, ¿Donde te has escondido? Sal venga nos vamos

Ven aquí bolsa

-Vaya. Comentó Gregory. Eso ha tenido que doler. Ahora lo llamarán "el mil cachos".

Compadeciéndose del hombre, el zombie sindicalista envainó su espada y comenzó a urgar entre sus costillas hasta sacar hilo y aguja.

-Aún me queda algo de hilo, no soy rencoroso. Le dijo a la oreja más cercana, a medio metro de donde se encontraban. Al no recibir respuesta alguna, se encogió de hombros y volvió a guardarse lo suyo. Será borde...

-Bueno, está claro que nuestra compañera ha ido por ahí ,dijo al fin, señalando la luz que veían. La pregunta es ¿Cómo pasamos? No tengo hilo para todos. Concluyó.

La muchacha se había quedado pálida, dura como una estatua y sin saber que hacer más que respirar agitadamente al tiempo que sus ojos se desorbitaban al ver que por un pelo de rana calva se había salvado de morir atravesada por una infinidad de objetos punzantes. ¡Esto no es bueno para mi piel! ¡El rojo sangre no me sienta nada bien! ¿Dónde está un héroe cuando lo necesito? Como si sus palabras lo hubieran conjurado apareció Babylon... para esconderse entre sus faldas. Ese bárbaro no podía salvar ni a una hormiga. Sin embargo, el valeroso monstruo del armario no se había tomado a bien el intento de asesinato por parte del guardia y ahora le estaba haciendo pagar lo suyo con ayuda, o al menos eso parecía, del zombie. Al parecer, iban a salir vivos de allí.

El guardia voló por el aire, rebotó repetidamente por el pasillo y activó unas cuantas trampas. Trampas que podrían haber sido mortales para ellos como lo fue para él. Pero como dijen, mejor que le hubiera tocado al guardia.

-Esto está muy chungo- dijo la joven flor cuando logró recuperar su voz. Se acercó a Bifidus y le dio un beso en su mejilla -¡Gracias valiente amigo, pensé que nos iban a hacer picadillo! Aunque visto lo visto, si intentamos seguir los pasos del guardia nos va a pasar otro tanto... ¿como habrá hecho la chica conejo para lograrlo? ¿Servirán de algo las cosas que nos regaló esa "princesa" para pasar esta prueba? Está visto que mi hacha no creo que sea útil en este momento... No recuerdo que tienen ustedes, pero vean si creen que puede se utilizable ahora mismo. Mientras, veré si puedo desactivar alguna de las trampas con el poder de la observación!- la chica se puso a mirar las paredes y el piso a su alrededor, en busca de algún mecanismo que dejara sin efecto los artilugios de muerte que habían en aquel lugar.

Mientrás están Blancaflor y los demás intentando ver como serguir a Verne por la puerta al final del pasillo, ven como la alquimista vestida solo con una cortina rota con su conejo entre los brazos que os mira con ojos rojos enfurecidos parece haberlo pasado bastante mal, tiene algunas calvas de que le han arrancado los pelos, junto a ellos esta el bueno de Claus montado en su hamster, provienen del pasillo para turistas. El grupo de turistas les siguen haciendo fotos como si fueran una nueva atracción.

Cuando veo al resto del grupo, detengo a mi hámster, para bajarme del mismo y saludar con la mano. Después, les digo— ¿Dónde estabais? He tenido que arreglar yo solo el problema de que no se puedan tener lugares alegres y festivos en este lugar. Os habría esperado, pero era de urgente necesidad. Ahora podemos ir de parranda tranquilamente...