Partida Rol por web

Donde se reune toda la escoria de la ciudad para jugarse la vida.

Al final quedais con Donovan cerca del centro en el aparcamiento de una zona comercial. El esta sentado en el capo de su coche. Parece que de alguna manera a logrado salvarlo.

-Bueno, veo que todos los caminos conducen a Roma a mi también me mencionaron que podría encontrar a los culpables en la Plaza Victoria y no son Yakuzas... son solo una banda de muertos de hambre

-Algo asi he oido. Van a ver quién es más macarra que ellos.- Comento ajustandome la pistola en el pantalón.

Pues vamos alla, porque hay que apretarles las tuercas.

Se monta en el coche. Se nota al encenderlo que el coche no va excesivamente bien. Pero al menos funciona. Seguramente haya que meterlo en el taller un par de veces, pero claro, ahora no tiene taller. Al menos durante unas semanas.

Preferis no decirle nada por si acaso, no parece ser el tio mas amigable del mundo.

Llegais hasta la Zona de Plaza Vicotoria.

Aquello eran las calles de verdad. La gente de arremolinaba alrededor de las puertas de los distintos bares que plagaban la zona. El GreenBoard, La Escafandra, y como no, el local mas duro de aquella parte de la ciudad, The Speed.

La distribución de la calle era sencilla. Tres calles confluían en una rotonda enorme de tres carriles. Durante el día era la pesadilla de los conductores, porque a pesar de que estaba echa para agilizar la afluencia de trafico, los continuos cambios de carril ocasionaban colisiones que producían verdaderos atascos.

Por las noches, podía conducirse sin problemas, pero las carreras eran habituales, así que no salían verse muchos coches tomando esta ruta.

De vez en cuando la policía salía a dar una vuelta, pero por norma general, se convertía en verdaderas cacerías de coches tuneados. Y no solían estar por la labor.

Cada noche de los fines de semana, la Plaza Victoria bullía en gente y coches. El parking del centro de Ocio Stella Maris se plagaba de coches con los maleteros abiertos con música a toda pastilla. Y se podía ver sin problema como en todas las esquinas se vendía droga, o cosas peores.

A veces, algunos idiotas querían luchar por algo, y las normas de ese barrio decían que los problemas se resolvían con los coches. Feng Brown, un negrata de casi dos metros era el que movía la pasta y repartía las carreras.

La norma eran simples, cuatro corredores, un sentido de marcha, el primero en cruzar la línea de meta se ganaba la pasta. Pero para muchos, era más importante salir vivos de la carrera que conseguir el dinero.

La carrera comenzaba saliendo de la Glorieta de Plaza Victoria, discurría a toda velocidad por Princess Road en unos 900 metros, y era al final de este tramo donde más coches se estrellaban. Los locos que corrían aquí ponían el coche a su máxima potencia, y para seguir la carrera había que torcer por un pequeño callejón donde solo cabía un coche como máximo, era la calle de St. James, pero era conocida como el Marco`s, debido a que la peluquería que estaba en la entrada de la calle, que tenia ese nombre, había sido destrozada unas 100 veces por culpa de los coches que se iban contra la fachada. Ahora ya solo tiene un cristal por fachada. Porque es más barato para su dueño que poner una pared.

Saliendo de la calle del Marco`s los corredores tenían que salir como podían a una carretera de tres carriles y correr calle arriba por la Avenida de Lincon.

Otros 1000  metros de locura y rugidos de motor. Pero allí empezaba la otra parte complicada. La Plaza Victoria era una glorieta enorme, y había que cogerla en sentido contrario. Los coches, que no aflojaban para entrar pensando que tenían espacio, terminaban derrapando y subiéndose a las aceras. Solo los más valientes o astutos conseguían entrar en aquella rotonda y hacerla de una trazada. Y eso solía convertirlos en los ganadores.

En cualquier caso, la carrera de apenas cinco minutos era un clásico en la zona. Pero era peligroso, porque a veces ganar a determinadas personas daba como consecuencia extrañas desapariciones o visitas urgentes al hospital.

Pero alli estais vosotros. Estais buscando y sabeis donde poner el coche. En el parking del Stella Maris.

El coche de Donovan haciendo un ruido muy raro aparca en el parking, en una plaza para minusvalidos. Aunque no es que fuera a haber ninguno alli a aquella hora.

Mike se baja del coche,nunca le habia gustado aquella parte de la ciudad, los chavales eran capaz de vender a su madre por un pico o una pastilla. No, no le gustaba, pero tenia que estar alli.

Echo un viztazo hacia atras para indicaros que aparcarais por alli.

Pongo el loro a toda ostia y aparco al lado de Donovan.

Me bajo del coche sacando un cigarro liado y lo enciendo con mi zippo® miro ala gente como perdonandolos la vida, mientras escudriño el lugar buscando a los "Dragones".

El Audi trata de pasar desapercibido en el lugar... seria difícil si no fuera por su carrocería modificada y sus neones, cosa muy común en ese lugar.
Se estaciona al lado del Mustang y pega un repaso al lugar con la mirada desde el asiento del conductor antes de salir

Se baja y preciona un botón en su llavero y las puertas hacen un sonido en seco al caer el seguro sobre ellas.
-Bueno, y ahora? nos pegamos un recorrido por el lugar a pie buscando un coche igual al que vimos en el café?

Creo que no es mala idea. Pero prefiero patearme las calles preguntando, a lo mejor alguien conoce algo y nos puede orientar rapidamente.

Mike se pone en marcha, se acerca a un grupo de chavales que estan bebiendo copas al lado de un coche con musica alta y empieza a preguntar.

Me acerco a un grupo, al lado del de Mike, donde predominan las chicas...

-Oye, preciosas, estoy buscando a alguien con cojones, que no tenga miedo a perder, para correr en una carrera sin reglas. Conoceis a alguien?- Con una sonrisa y un guiño, cojo una botella de Ron, que se estan pasando en el botellón©* y bebo un trago, luego se la paso a la chica que la tocaba.

Después de investigar un rato, preguntando por el choche negro, os dicen que puede que haya un coche parecido. Al final os dan un nombre, porque el coche no lo veis por ningún lado. Guy Foreman. Ese es vuestro hombre, dicen de el que le han visto con unos tipos que conducen esa clase de vehículos. Os ponéis a la caza y captura, pero no sabéis quien es. Ya teneis un nombre.

Al final, la oportunidad se pinta sola. Un chaval dice que lo conoce y os lo señala.
Es el tipo de los vaqueros y la camisa de futbol americano que hay fardando de un coche casi en la entrada de una de las discos de la zona. El tipico gallito de corral.

Pero no teneis mucho tiempo de acercaros a el. Aunque tiene toda la pinta de ser un tio peligroso. Se va por un callejon y tras unos segundos sale de el un coche.

Un mitsubhisi negro y verde llega al aparcamiento. En principio no notáis nada raro, es uno de los miles de coches tuneados que aparcan para las noches de fiesta.

Sin embargo después de un rato. Notáis que nadie se baja del vehiculo. Esta parado en mitad del parking, orientado hacia la salida, y nadie se ha bajado.

Así que le ponéis rápidamente la marca de sospechoso. Quizás tengáis razón, quizás solo este esperando a alguien. O las dos cosas.

El primer impulso de Mike fue el de ir a abrile la cabeza. Pero decidio esperar a ver que pasaba. Y cuando el coche se queda parado en el parking, tiene un palpito.

Creo que va a hacer algo, espermos un poco, a ver que es lo que esta tramando. Y en cuanto haga un movimiento, lo zurramos.

Tiene ganas de partirle la cara, a pesar de que puede que sea un suicidio.

En un momento determinado el coche que estaba aparcado desde hacia rato baja su ventanilla, no podéis ver quien hay dentro. Pero seguramente sea un hombre, porque sale una mano con un puñado de dolares, muchos dolares.

Rápidamente un tío pasa cerca del coche y recoje el dinero tirando un paquete pequeño en su interior. Y luego se monta en un coche negro y sale zumbando, decididamente el coche en el que se marcha era parecido al que habia lanzado la granada aquella mañana, pero las cosas pasan rapido, y sale por el extremos opuesto a donde estais.

En cuanto esto sucede la ventanilla se sube y el coche arranca. Parece que lo que hubieran venido a hacer ya había pasado. Y vuelve a dirigirse a la puerta de uno de los locales. Parece que el intercambio esta hecho, y ahora el unico contacto con esos dragones, es el idiota del mishubhisi.

El tipo al otro lado de la calle llegua y se pone a perseguir a unas chicas, seguramente sean menores, menores que se han equivocado de lugar.

El tipo parece querer austarlas y luego coge a una por el brazo con fuerza. Esta claro que las intenciones que tiene con las chicas no son muy buenas.

-Oye tú, pichafloja, por qué no dejas a la chica en paz y hablamos de un bussines?- Le comento enseñando la culata de la pistola. Si hace algún ademán de hacer algo estupido, estampo un puñetazo en su cara.