Partida Rol por web

Tiene hambre y quedándose ahí escondida no va a conseguir nada, uno ya ha caído, le dejará el gusto a su amigo de poder degustar la sangre. Ella sale de la cocina, rauda, en busca de sus compañeros y a conseguir que más se vuelvan como ellos.

Tras colocarse algo para taponar la herida, Jose se puso en pie. El cuerpo le temblaba y la cabeza le daba vueltas por la perdida de sangre. Se sentía como aquellos dias donde uno cogía la gripe y solo quería estar en la cama.

El chico cogió con la mano libre la espada samurai, si había mas gente como Mónica, el único que no tenía nada que perder era él, ya que la herida era profunda y sin un medico en la sala...estaría bien jodidos.

Miró a Joan y tosió un poco.

Asiento firme y aparto la escopeta de su cara una vez esta en pie me acerco un poco para ayudarle a sostenerse y después le miro fijamente

-Tenemos que salir de aquí, en tu estado debemos acudir cuanto antes a un ospital o llegar a una ambulancia seguro que fuera hay multitud de ellas con todo esto que se a montado, ¿Como te ves para caminar?

Despuyés me alejo un poco de el y tomo la otra linterna que estaba sobre la cama sosteniendo la escopeta en la otra mano

-Ten, estamos a oscuras y no podremos ver nada, yo ya llevo una en la escopeta

Le ofrezco la linterna pero como veo que con una mano sostiene una katana y con la otra la herida me quedo pensativo unos instantes

-Ya lo tengo, no te muevas

Rebusco en los cajones y cojo una pequeña cuerda después me acerco a el y comienzo a atarle la cuerda y la linterna a la cintura y después la enciendo

-Asi no tendras que sostenerla y podras ver

Después me pongo en pie y sostengo la escopeta con ambas manos

-Ahora vamos a salir, no sabemos si esos locos estaran tras la puerta hay que tener cuidado

Después le miro serio

-No te preocupes, te sacaré de esta

La verdad es que la historia que le cuenta Cifuentes le suena a cuento chino. O al menos pensaría eso si no lo hubiese visto el mismo con sus ojos... Definitivamente la charla con el anciano había sido muy instructiva, pero ahora tenían que comenzar a pensar en la supervivencia.

-   ¿Piedad?- Pregunta sorprendido mirando a Miquel.- No se si se ha fijado en lo que a pasado ultimamente, pero ha sido precisamente después de morir, cuando esos cabrones se levantado de nuevo para comernos enteritos. No se usted, pero por mi parte, cuanto mas tarde en morirse mas tiempo tendremos nosotros para escapar de este infierno.-

-   En cuanto a las armas... encima no llevo mas que esta pistola, pero querido vecino, le recuerdo que tengo esto...- 

Metiendo la mano en el bolsillo saca un manojo de llaves tintineantes.

-   Todas las llaves del edificio.- Declara triunfante.- Con ellas podremos entrar a mi piso, donde podemos reaprovisionarnos con mas armas y salir cagando leches de aquí.-

Andres escuchó atentamente como discutían si matarle o no mientras pensaba en que podia estar pasando. Tras limpiarse la boca como pudo en el hombro volvió a hablar.

-Sigo diciendo que si la última vez todo empezó en el ático allí debe estar la raiz de esto. Tengo la teoría de que puede ser una especie de parásito o virus que se transmite mediante contacto de fluidos tjo,tjo... Tras la muerte cerebral, toman el control del cuerpo huésped y lo controlan para expandirse mediante infección de mas huéspedes tjo, tjo... Pero solo es una teoría

Digo con poca voz intentando mantenerme lucido frente al dolor de mi cabeza.

-Si no acabais con esto, ellos acabaran con vosotros. Y si lo que quereis es matarme, creo que la decapitacion es la mejor opción

Miquel escucha las palabras de sus convecinos. Lo cierto es que necesitan armas y la idea de tener con qué defenderse le atrae.

-¿lo ven? incluso este individuo piensa que tengo razón, pero yo no lo decapitaría, lo lanzaría por la ventana para que el mundo entero tomase conciencia de qué está ocurriendo y ésto no quede tapado por oscuros intereses.- opina el abogado.

Menudo cambio había pegado el picapleitos, de vecino buenazo a perturbado asesino. Cosas de la vida.

Necesitamos armarnos, si vienen a por nosotros tendremos con qué defendernos. Ir al piso del presidente es la mejor opción.

El viejo pareció escandalizarse ante las palabras de Miquel.

- ¿Pero qué está diciendo usted? ¿Que ejecutemos al chico como si fuera un perro rabioso? - dijo levantándose de su asiento y encarándose al abogado - si quiere hacer algo así más vale que lo haga usted mismo. Pero le advierto algo: a lo largo de mi vida he visto que quien está dispuesto a hacer algo actúa sin más y no lo dice antes... de modo que creo que hará bien en replanteárselo, Miquel - el viejo os sorprende diciendo el nombre de pila de uno de vuestros vecinos. Después de todo parece que os conoce algo mejor de lo que pensáis - respecto a lo que dice usted - dice señalando a Gerard - lo cierto es que, como es lógico, tenemos dos opciones: subir o bajar. Si bajamos tenemos la seguridad de encontrarnos a esas alimañas que nos superan numéricamente. Si subimos tendremos margen para correr hacia el ático... una vez allí no sé que podremos hacer. Tal vez podamos acceder a otro tejado, o aprovisionarnos. Propongo someterlo a votación dado que somos tres, un número impar - se interrumpió y miró a Andrés - no te ofendas chico, pero pronto dejarás de ser uno de los nuestros.

Te detienes un momento una vez abandonas la casa y sales al rellano con un sonoro portazo. Cierras los ojos y respiras profundamente: el olor a miedo invade tu pituitaria y tu cerebro. Tu manada te está esperando, con una mirada pesada y muerta y con la respiración entrecortada. Se encuentran en el piso superior al que estás tú, quietos en la oscuridad. Parece que están parados, esperando. Algo te dice que eres tú quien debe guiarlos.

Justo cuando abandonáis el cuarto, veis como, de un portazo, se cierra la puerta de vuestra casa. Os lleváis un susto de muerte. Parecía que era alguien saliendo y no entrando, aunque con la oscuridad reinante, tampoco podríais estar muy seguros. ¿Tendría Monica algo que ver?

Jose parece haberse repuesto un poco y puede andar por su cuenta, al menos durante el tiempo que tarde la infección en hacer efecto. Sois libres para explorar la casa o salir fuera si lo deseáis...

Justo durante el tiempo de conversación sientes a tu hijo expectante tras el teléfono. No obstante, casi al final de tu discurso, la señal se corta: parece que se han dado cuenta y han cortado la comunicación. El ordenador, no obstante, seguía funcionando...

Tae te mira con la boca abierta hasta que adivina por tu expresión que la comunicación se ha cortado.

- ¿Qué ha pasado? - pregunta sin muchas esperanzas - ¿Clees seguro estar aquí? ¿Y los demás? Tiene que habel algo que podamos hacel... ¿No hay más salidas del edificio que la entlada de abajo o el ático? - pregunta el chico, al borde de la desesperación.

-La hostia puta

Maldijo el canario dando un brinco leve por la puerta cerrarse. Tosió de nuevo y cogió su katana del suelo.

-Voy a mirar...ya estoy jodido así que...

No hizo falta decir más.

Jose avanzó hacia las habitaciones proximas a la puerta principal. Golpeó con el pie la primera puerta y pasó al interior.

Doy un pequeño respingo alescuchar la puerta cerrarse de golpe y apunto con la escopeta y la linterna que llevo incorpirada en ella a todas partes y cada puerta

-Joder...

Después miro a Jose y asiento con la cabeza

-Yo te cubro adelante

Mientras que Jose investiga la habitación yo apunto cada ciertos segundos a cada puerta y voy pasando de una a otra para cubrir cualquier angulo de ataque

-Si salimos ahí fuera, no haremos nada, salvo ponernos en riesgo. Además, si una de esas cosas nos atacan, tendremos que disparar... Y matar a algún vecino... Mejor quedarnos aquí y esperar a que vengan los policías, o el ejército, o dios sabe quién, con alguna cura o solución. Mi puerta es de madera, de doble capa y reforzada con una plancha de acero. Dudo que puedan entrar sin un ariete. Así que por ahora, yo votaría por quedarnos aquí. Al menos sin una idea... Realmente buena.- El Sr. Costa comprueba el arma y las ventanas más cercanas mientras habla. 

Mira hacia todos lados, como pensando que es lo que tiene que hacer. Pero se lo piensa muy poco.. sube escaleras arriba, corriendo, en busca de sus compañeros y en busca de más alimento.

-Podriais mandar un mensaje en morse con la luz o algo asi... por lo visto usted tiene un generador propio.

Dice mirando al techo.

-Entiendo que no contis conmigo, pero si quereis mi opinion subir es la mejor opcion que teneis, peo antes me gustaria que no me dejarais convertirme en una de esas cosas, no quiero morir como un perro rabioso, pero tampoco convertirme en una amenaza potencial.

Ante las palabras del viejo, Miquel recula, tal vez su propuesta había sido excesiva. Pero con un "infectado" a dos metros tampoco iban a estar muy seguros, la verdad.

Levantando las manos levemente en gesto de concordia el abogado se retracta: - Bueno, tal vez me haya pasado. Pero algo tenemos que hacer. Lo primero, yo necesito un arma. Un cuchillo para empezar.- solicita. - Creo que la mejor opción sería el ático. No tenemos nada que perder, y puede que el tejado sea la única salida, o por lo menos un lugar seguro desde el que puedan rescatarnos y donde no puedan acceder los infectados.- opina.

Espero que el Presidente me apoye. Es nuestra única opción. Lo del morse... nose, no creo que le importemos un carajo ya a nadie que esté fuera. Solo les interesa que esto no se desmadre.

 -   ¿Morse?- Pregunta incrédulo.- ¿Por quien me tomas chaval? ¿Te crees que en mi época lo enseñaban en la escuela o que?- Rezonga chasqueando la lengua como si se hubiese tratado de una idea peregrina.

Tomás se mostró extrañado ante la idea de Andrés, pero inmediatamente después una expresión delató que tenía una idea.

- Miquel, busque en la cocina. Encontrará infinidad de cuchillos que le pueden resultar útiles - dijo Tomás al abogado - Y no es ninguna tontería lo que dice el chico, ¿uno de nuestros vecinos no era experto en historia militar? Si no ha sido infectado, puede ser el método perfecto para contactar con él. O, si no, con el exterior, aunque no confío demasiado en las soluciones policiales... Por otra parte, desconozco el código morse, ¿y ustedes? - acto seguido se detuvo unos segundos, pensativo y respondió a Gerard - lo que dije es que cuando mi padre volvió del ático era... diferente. Lo que vio le cambió. Pero también es cierto que, si bien el origen de esta plaga está arriba, también lo está su fin, o lo estuvo en su momento. Sin embargo, esto no es una ciencia. Tanto si vamos al ático como si vamos abajo, vamos a correr peligro mortal. Y tampoco tenemos asegurado nada si entramos en el piso. Además, debemos decidir qué hacer con Andrés... y quién se encargará llegado el momento.

Cuando estás comprobando el estado de las ventanas, muy rápidamente y sin que puedas hacer nada, un montón de pequeños cristales impactan en tu cuerpo, mientras aprecias cómo dos centellas pasan rozándote muy cerca: ¡Están disparando desde la calle! Rápidamente, sin dilación, Tae y tú os tiráis cuerpo a tierra. Lo dijeron y lo cumplen a rajatabla: ante cualquier movimiento iban a disparar a matar.

- ¡POR FAVOR, ALÉJENSE DE LAS VENTANAS! ¡LES RECUERDO QUE NUESTROS HOMBRES ESTÁN AUTORIZADOS PARA DISPARAR!

Con temor compruebas si te han herido, pero afortunadamente descubres que estás ileso... aunque casi te hacen la raya en medio.