Partida Rol por web

Jose escupió sangre, debido a la herida grave en su cuello y se apartó como ordenó su capitana, gruñó levemente, mas bien un quejido.

Como una exhalación, veis cómo vuestro ex-vecino Francesc se cuela en el piso de Tomás y os mira con rabia inhumana. Él es el cazador y vosotros la presa... lo que no significa que estéis indefensos. Tras un segundo dubitativo, el antiguo artista salta hacia Miquel como una gacela mientras Gerard y Tomás yerran sus respectivos disparos, impactando por el hueco de la puerta e hiriendo a alguno de los infectados levemente. Su objetivo: desgarrar la garganta del abogado...

- AAAAAAAAARGGHHHH!!!

Dos balas de diferente calibre impactan en el hombro y el brazo del inspector Fungairiño, a la vanguardia del ataque. Aunque no hacen mella alguna en vuestra voluntad, sí os impiden por un momento ver qué sucede dentro de la casa mientras Francesc se cuela dentro...

Miquel, ignorando al poseído vecino, se acerca a la puerta e intenta cerrarla como puede.

- ¡Cubridme!.- les grita a sus compañeros.

Ignorando a Francesc, Miquel se propulsa directamente hacia el mueble, empujándolo con el cuerpo y golpeándose fuertemente en el hombro. Gracias a su rápida reacción, el infectado se lanza a donde estaba Miquel en primera instancia y se golpea con la pared. Antes de que sea capaz siquiera de levantarse, Tomás le vuela la cabeza y su cuerpo se desploma sobre la pared, con lo que una vez fue su cabeza desmenuzada... huesos del cráneo, sesos y demás casquería se esparcen por doquier en la habitación. No parece probable que se pudiera volver a levantar.

Los infectados siguen golpeando la puerta desde el otro lado, pero el mueble y el empujón de Miquel los mantienen separados de vosotros.

Tomás se acerca al cadáver de Francesc y lo mira silencioso. A continuación, le lanza un escupitajo y recarga su arma.

Parece que estáis a salvo, de momento...

Cuando os lográis reponer de los repentinos disparos, observáis con horror que han cerrado la puerta en vuestras narices. Apenas dos segundos después, un sonoro disparo se oye al otro lado y dejáis de sentir la presencia de Francesc. Parece que ha caído...

El resto de los infectados continúa golpeando la puerta con denuedo, pero ahora parece, si cabe, más fija. Parece que la han parapetado con algo... vuestro instinto os dice que es altamente improbable que podáis derribarla de nuevo.

Os detenéis un segundo para reponeros y descubrís algo en lo que no habíais reparado: parece que el señor Costa y el repartidor se encuentran en el piso de Jose, parece que se han reunido mientras vosotros asaltábais el piso de Tomás. Muchas opciones y mucha hambre...

Vuestra manada os mira con un mensaje claro en su expresión: ¿Qué hacemos ahora?

Ambos sabéis que el factor psicológico es fundamental en situaciones de riesgo. Conscientes de ese hecho, os alegráis doblemente de veros unos a otros. Hay algo de esperanza tras una situación tan jodida...

El señor Costa y Tae observan el piso, hábilmente reforzado por Jose para un posible asalto. A pesar de lo impresionante de la fortificación, no pueden apartar la vista de las numerosas manchas de sangre que cubren el suelo.

A pesar de ello, continuáis intercambiando impresiones cuando un leve ruido desde el cuarto de Jose os interrumpe...

-Y mejor no te acerques a la ventana...- Comenta el Sr. Costa, por lo bajo, mientras se sienta, ya algo más tranquilo, hacia el primer sitio disponible donde sentarse. -Esos de ahí fuera ya han intentado convertir nuestros sesos en pintura para paredes una vez. Aunque por suerte no lo han conseguido.- Se sienta, y suspira, aliviado. Ya está mayor para estos trotes. 

-No se si enviarán a alguien para ayudarnos... Íbamos a comprobar ruidos que venían del ático, con suerte, podamos rescatar a los vecinos, y organizarnos un poco. Al menos, era una idea. Esas cosas, sean lo que sean, pueden morir, ¿No?- Sonríe, aunque la sonrisa le dura poco. Un ruido le sobresalta. Se levanta, casi con un resorte, y de nuevo empuña el Winchester. 

-¿Y eso?- Pregunta, señalando al cuarto del que viene el ruido, con un gesto de cabeza. 

Sintió como uno de los suyos había caido y que cuanto más golpeaban la puerta, ya era más dificil abrirla. Se había fastidiado su plan, pero solo por ahora.. no tenían escapatoria y si no eran ellos, serían los que estaban contagiados dentro.

Movió la cabeza mirando hacia su piso, alguien había entrado, olía el aire, apestaba a sangre fresca y jugosa, y ella cada vez tenía más hambre.. pero lo mejor es que eran menos.

Miró a sus compañeros y echó a correr escaleras abajo, no habia tiempo que perder. Se detuvo en la puerta de su piso intentando abrirla.

-Si, parece que tienen acordonada toda la zona

Dije ante las palabras de mi vecino lo cierto esque tener alguien con quien hablar, el no estar solo me ayudaba a despejar mi mente observe a mi alrededor mirando al koreano o al chino lo que fuese unos instantes no podía sino sentirme culpable por su presencia allí despuñes de todo habiamos sido nosotos quién habiamos encargado la comida

-Posibleme...

Mis palabras se cortaron de pronto al sentir el ruido en la habitación de Jose ""Imposible..." me dije a mi mismo mientras caminaba al sofa y cogia la escopeta encendiendo la linterna y alumbrando hacía la puerta cerrada del cuarto

-Es imposible que halla alguien...yo mismo inspeccione la habitación antes de preparar todo, inspeccione todas las habitaciónes

Trague saliva con fuerza y avance con poco con cautela la pistola que antes estaba en mi mano reposaba ahora en la cintura

-Estad atentos

Dije sin parar de avanzar me coloque a un lado de la puerta apuntando hacía a ella para que en caso de que hubiese una de esas cosas al otro lado y derribase la puerta no me llevase una sorpesa sino que era el quien se la iba a llevar, tome aire con fuerza y espere unos segundos a ver si se oía algo más, sentía que las palpitaciones de mi coraón iban en aumento aunque intentaba bajar el sonido de mi alterada respiración para poder escuchar mejor

Andres levanta la cabeza con los ojos inyectados en sangre, entonces abre la boca y empieza a hablar, pero la voz que sale de sus labios no es la suya.

-¡HABEIS ABATIDO A UNO DE NOSOTROS! PERO ESO NO HARA MAS QUE RETRASAR EL QUE OS UNAIS A NOSOTROS. CONOCEIS LA HISTORIA DE ESE VIEJO, PERO ESTA VEZ HABEIS BAJADO LA GUARDIA Y NO PODREIS DEFENDEROS. NO OS RESISTAIS Y VENID CON NOSOTROS.

Jose asintió, bueno, mas bien hizo un gesto que quería decir que asentía, acompañado de un gruñido.

El zombie siguió a la lider Alpha de su clan, la primera. Su instinto le pedía carne y sangre. Lo quería ya no sabía cuanto duraría sin ella.

Ayudó a su lideresa a abrir la puerta.

Miquel sigue apoyado contra el mueble, poniendo todo su empeño y fuerzas en evitar que los infectados traspasen la puerta. De repente escucha la voz de Andrés

-¡Pero que coño dice este tío!.- grita el abogado fuera de sí.

Esto no es ni medio normal, ese tipo está hablando con una voz que no es la suya. Dice no se qué de unirnos a ellos... Santo Dios, no sé que demonios pasa aquí pero no me gusta ni un pelo.

 Podría hacer como el Abogado y dejarse llevar por el pánico, pero ese tipo de comportamiento no le haría justicia, por lo cual prevalece su habitual sangre fría. Después de todo no había llegado a ser lo que era sin algún motivo. Para él, que el muchacho hable con voz ultra terrena no es nada mas que otro peldaño en la escala de cosas jodidamente extrañas que han pasado en los últimos minutos... 

Toda la horda baja la escalera hacia vuestro antiguo piso... aunque habéis vivido ahí algunos de los mejores años de vuestras vidas, ni siquiera sentís nada cuando corréis las escaleras a velocidad de vértigo con el firme objetivo de asesinar a vuestros antiguos amigos y vecinos...

Matad... matad... os susurra una voz a la cabeza. Mientras este pensamiento ocupa vuestra mente, una vez más, tratáis de derribar otra puerta...

- ¡¡UUUUUURGGHHH!!

- ¡¡YEAAAAAARRRRRR!!

- ¡¡FFFFGGGGGGGHHH!!

-Aggggggrrrrr

La tensión se masca en el ambiente, cualquier momento y cualquier duda representan una posibilidad de peligro en aquel infierno en el que os habíais visto inmersos... pero cuando Joan va a asaltar la habitación en busca del origen de aquel tenue ruido, algo distrae vuestra atención: una muchedumbre furiosa aporrea la puerta del piso. La fuerza con la que lo hacen es mayor que la de cualquier ser humano y mil veces más fanática. Su único anhelo es derribarla con tal de alimentarse de vosotros... es hora de que reaccionéis antes de que sea demasiado tarde.