Partida Rol por web

Al dia siguiente os encontráis disfrazados con los atuendos que la familia Strophes os ha cedido para interpretar vuestros papeles como la noble prima y sus sirvientes y guardaespaldas.

En el recibidor de la hacienda de la familia, Julia os espera con un vestido que poco deja a la imaginación, al ver vuestros disfraces sonríe entretenida.

-Si vais a acordar la forma de actuar durante la fiesta, poneos de acuerdo ahora, debemos apresurarnos, ser impuntuales esta muy mal visto.

Keira se ajusta las correas de su nueva indumentaria. Este nuevo look le gustaba mas pues podía llevar esta vez la favorita de sus armas. Su pistola bolter luciría esta vez en la cintura.

La mujer había querido hablar en un principio con Lyra y ponerla al corriente de lo que habían descubierto sobre los Strophes, mas en concreto sobre la señorita Julia Strophes, pero no lo hizo. Quizás saber aquello la distraería demasiado de su papel y haría sospechar.

-Yo haré de uno de sus guardaespaldas... -Dice, para empezar a repartir los nuevos roles.

Envuelto en su túnica del Adeptus Mechanicus, roja blazonada en negro y cuidadosamente arreglada por los sirvientes de los Strophes, Quintos echó la capucha sobre su rapada y lívida cabeza, ocultando los terribles implantes a los demás. 

# Es completamente obvia mi función como Adepto Mechanicus. No puedo ser otra cosa, hehehe... # Su risa era como una pequeña amoladora resbalando sobre una planca de metal.

Bajo la voluminosa túnica sus generadores llevaban energía a los sistema, y el arma que era parte de él chasqueó en anticipación. El joven aún no poseía el verdadero control del Omnissiah, y por lo tanto su ansiedad reprimida disparaba respuestas en todos los sistemas.

El Guardia Imperial, ahora convertido en guardaespaldas, se vistió lo mejor que pudo, terminando con la pistola y el cuchillo en el cinturón. Su impresión era claramente la de un guardaespaldas duro y tenaz. 

Hizo algún preparativo extra, como hacer sonar sus dedos al apretar fuerte sus puños y mover los brazos en una trayectoria circular, para terminar un pequeño salto para comprobar la flexibilidad de su nueva indumentaria. 

Listo.. - Fué lo único que comentó hasta que se quedó esperando a el resto del grupo.

     Lyra estaba disfrutando verdaderamente en su papel de noble decadente. Como disfraz había seleccionado un vestido corto y vaporoso de corte sencillo, de color azul muy oscuro, festoneado por motas lumínicas que formaban una espiral iniciando desde su ombligo y girando alrededor de su cuerpo. Unos zapatos a juego y unos broches también con estrellas completaban su atuendo. Se recogió el pelo en tres colas de caballo, una hacia atrás y las otras enmarcando su pálida cara. La combinación de su vestuario y su tinte de pelo le daban un aspecto bastante curioso. Había tenido tiempo para aprenderse los usos y costumbres de la cúspide mientras sus compañeros se dedicaban a patear las calles, seguramente pateando culos de hereje. Aunque aún estaba algo dolida por la parquedad de las explicaciones recibidas respecto a su misión paralela, procuró no hacerlo notar demasiado.

     -# Vamos a pasarlo bien, ¿verdad, prima?# Dijo cogiendo por el brazo a Julia como si verdaderamente fuesen familia. -# Veamos lo que nos depara el futuro...# dijo mas para si misma que para el resto.

- Yo adoptare el papel de consejero y escribiente. Creo que no tendre que esforzarme demasiado aunque cierto es que nunca he estado en una evento de estas caracteristicas, pero conozco las costumbres generales y supongo que estare callado la mayor parte del tiempo -

Tras un corto paseos llegáis al lugar donde se celebrara la fiesta, guiados por Julia la cual se le ve claramente excitada pues se siente como una autentica espía. Sin contar el enorme gozo que debe sentir su alma al estar sirviendo a la causa del Emperador, por supuesto.

La fiesta se celebra en un amplio patio abierto en lo alto de la cúspide de la colmena. Una de las paredes de la habitación es una única y enorme ventana por la que se vislumbra una magnifica vista del ocaso y del embravecido mar que se arremolina en torno a los acantilados de granito varios kilómetros mas abajo. La habitación esta a oscuras, iluminada por unas pocas velas uniformemente repartidas, por las radiantes vestimentas de los nobles aquí reunidos y por el brillo de la cristalería. Todos los presentes están bebiendo de de copas de fibra de vidrio moldeadas con espirales elaboradas. El ponche con un toque de alcohol ha sido impregnado con trazas de fosforescencia, haciendo que cada vaso parezca contener una leves estrella en su interior. Julia os ha traído para que os entremezcléis con parte de la alta sociedad de Sibellus. Lady Tanae Borella, la organizadora de la fiesta, es una famosa partidaria del coro del jubilo, haciendo de esta la ocasión perfecta para que os introduzcáis en la nobleza del lugar e incluso en el mismísimo coro.

Julia se lo esta pasando muy bien, e incluso parece disfrutar maliciosamente presentándoos con vuestras identidades falsas. Hay mucho noble, pero ciertos personajes atraen mas vuestra atención que otros.

*Uno de los nobles es de aspecto fornido, aparenta unos 50 años y va vestido con una destelleante casulla que parece una nebulosa. Aparentemente inicia conversaciones con tipos de apariencia guerra, y por lo que escucháis no cabe duda de que es un aficionado de las armas.

*Destaca también una hermosa mujer, que a pesar de su belleza no parece encajar en la fiesta, y es que sus ropas parecen de peor calidad, lo único que lleva parecido a la moda del resto es un chal que parpadea a tiempos regulares. Sin duda, no es una noble.

*En contraste, no muy lejos un hombre viste una ropa que parece una vorágine de colores, se encuentra rodeado por una bandada de jóvenes nobles que no cesan de reirle los chistes malos. Sus rasgos muestran una apariencia un tanto atemporal, señal de que se a sometido a mas de una cirugía de rejuvenecimiento con demasiada frecuencia.

*En el centro de la sala, una mujer de avanzada edad parlotea con unos y otros, su vestido semeja una supernova, su vestido es la fuente de luz mas brillante del lugar y no es casualidad. No cabe duda de que se trata de la anfitriona, Lady Tanae Borella.

*Un hombre también de avanzada edad se mueve entre unos y otros con solemnidad, viste ropas humildes, de estilo clerical pero podéis recocer en sus togas los símbolos del coro del jubilo. A pesar de su aspecto, inicia conversaciones con diferentes personas, aunque tiene alargarlas con los que aparentan tener mas poder adquisitivo, curiosamente.

*Por ultimo, un personaje de sexo indeterminado que parece no separarse de Lady Borella, viste una diáfana túnica purpura de tela metálica levemente iluminada por brillantes estrellas que giran lentamente entorno al cuello.

Devi bestida con ropas de compañera de la noble, sugerentes y atrevidas coloreadas en suma y adornadas con sus pistolas pasea junto a Lyra y sonrie a todos los hombres que miran sus generosos pechos, que no intenta ocultar en ningun momento, si alguno establece conversacion con ella, pedira permiso a Lyra para alejarse de ella y sino, cuando pase un rato buscara algun hombre al que preguntar unas cosas....

El joven Sengwall caminaba detras de la "noble" Lyra atento a que esta pudiese pedirle consejo en cualquier momento y mientras observaba con disimulo los flujos de movimiento que se producian en la fiesta llamandole especialmente la atencion el hombre vestido con ropas de estilo clerical que parecia estar recaudando dinero o por lo menos intentandolo. A continuación se acerco a Lyra y le susurro en el oido.

- Puede que nos interese hablar con el clerigo del Coro del Jubilo pero si haces comentarios u/o obstentación de tus riquezas creo que él se acercara a pedirte una donación para su orden -

Erick avanzaba por detrás de las nobles, actuando como guardaespaldas, observando su alrededor con cautela. Era difícil recibir un ataque en plena reunión de nobles, pero nunca se sabía.

Le llamó la atención un hombre que tenía pinta de ser un coleccionista de armas de todo tipo de índole, sería interesante hablar con el, si se da la ocasión...

     Mientras comienza a internarse entre los invitados de la fiesta, una sonrisa cada vez mas amplia aflora a la cara de Lyra. Rápidamente se acerca con escaso disimulo a uno de los sirvientes y se hace con una copa de bebida luminosa. Estudia a unos y a otros con interés mientras escucha la explicación que le proporciona el joven adepto. -# Eres un hombre realmente analítico... pero sabes poco de las convenciones sociales# Contestó a Sengwall con tono divertido. -# Al igual que al cortejar a una dama, en estos casos es mejor dejarse desear que mostrar evidente interés# Soltó una risita melodiosa por su implante de voz. Estaba claro que el joven, aunque muy inteligente, tenía tan poca experiencia con lo uno como con lo otro, pensó para si misma mientras daba un ligero sorbo a la bebida. -# Hay que cansar un poco a la presa antes de acometerla# Añadió. -# Vamos a comenzar con otros invitados para abrir boca. Dejaremos caer si es posible hacerlo con disimulo, que tenemos tronos para aburrir... a ver que pasa. Seguro que tarde o temprano será él quién se acerque y podremos hacernos los interesantes entonces# Con aire distraído decidió acercarse al hombre que cuenta chistes. Por alguna parte había que empezar.

Los acólitos discutieron sus pasos iniciales, pero a fin de cuentas el papel de la noble lo interpretaba Lyra, por lo que era quien llevaba la batuta, al menos en esta situación. Y esta decidió acercarse a uno de los nobles, una jugada inteligente sin lugar a dudas parecía de los mas influyentes.

Al poco de comenzar a moverse hacia el, el noble fijo su mirada en la psíquica, y también se acercó hacia el grupo.

-Vaya, vaya pensaba que conocía a todas las mujeres hermosas de la colonia. Soy Lord Raephen Verence, ¿Me concederíais el honor de compartir vuestro nombre conmigo?

Su voz era melodiosa y cantarina, el tipo de voz de quien esta acostumbrado a convencer a la gente de lo que quiere tan solo con palabras, y que ademas el afectado crea que lo hace de buen grado.

Y como las fiestas son como son, no tarda en acercarse por uno de los flancos el hombretón que parecía ser fan de los hombres armados, en su cara se puede ver el asombro a medida que se acerca.

-Por el Emperador, ¿realmente era necesario traer tantos guardaespaldas a una fiesta? Jajaja, y hasta un tecnosacerdote. -Hablaba con un tono un poco elevado, pero su voz era franca.- Soy Sorkat Authwaite, espero que no os importe que les haga algunas preguntas a vuestros protectores mi lady, soy un gran aficionado de las armas.

La suerte parecía sonreír al grupo, era aquello o quizás sus pensamientos eran demasiado obvios. A Keira todo aquello la aburría sobre manera, pero había enarcado una ceja al pasar cerca de Sorkat y escuchado de pasada alguna de sus anécdotas bélicas, lo único que a alguien como ella podía llegar a interesarle.

Tras aquella amabilidad y proximidad por parte del noble Sorkat la mujer no tendría que seguir aburriéndose tanto y seguiria interpretando su papel.

     Lyra vio entusiasmada que su estratagema parecía surtir efecto. Con un ademán elegante de la cabeza y una ligera reverencia contesta rápidamente al tal Sorkat, para poder centrar su atención en su presa. - # Por supuesto, señor Authwaite. Y ahora si me disculpa...# Muestra su mejor sonrisa a Lord Raephen, mientras le tiende la mano con galantería, esperando que se la bese. -# Lady Lyra Strophes. Y el honor es todo mío, caballero# 

me mantengo cerca de lyra por si me necesitase, ya sea distrayendo a algun sequito pesado, o para lo que estime oportuno.

El noble observo con brillo de perspicacia a la recién presentada, se notaba que le agradaba la gente nueva. La sonrisa se su rostro parecía estar grabada permanentemente en el, y quizás lo estuviese después de tantas operaciones.

-Es un placer conocerla lady Strophes, -Dijo besando la mano con delicadeza.- Aunque debo reconocer que me sorprende mas aun el extraño séquito que portáis, tantos guardaespaldas no suelen ser lo habitual y menos para una fiesta de este tipo. Parece casi que tuvieseis miedo a algo, querida o... que tuvieseis algo que ocultar.

El otro hombre intervino.

-Chorradas, Raephen, como van a sobrar alguna vez los guardaespaldas. Si no fuera por que yo soy un experimentado guerrero llevaría conmigo una docena, pero a la vista esta que no me hacen falta ja,ja,ja,ja. -Fanfarroneo, esperando que alguien se lo creyese.

A pesar de que era un hombre fornido, y seguramente habría combatido en alguna ocasión, se notaba que hacia mucho que no lo hacia.

-Decidme guardianes, ¿habéis matado a mucha gente para proteger a vuestra señora?