Partida Rol por web

Solo cuando faltaban menos de dos kilómetros hubo una señal que avisaba de que estaban llegando a Castroviejo. Eso le gustaba a Bruno. La idea de montar las tiendas de campaña en las inmediaciones de un pueblo no le había convencido en un principio. Por mucho que le dijeran que el pueblo estaba casi abandonado, podía tener algún bar o casas con radio o incluso techos donde los chicos estarían tentados de guarecerse en vez de explorar lo salvaje de la naturaleza.

"Sin trampas" decía siempre cuando algún explorador trataba de aprender algo mirando en el el Google o escondía música en sus bolsillos. "Si quieres cantar toca la guitarra y si no te acuerdas de algo, la próxima vez seguro que lo memorizas" 

Pero si hasta ahora no habían encontrado señal alguna del pueblo puede que su compañera Adela tuviera razón y ese sitio fuera el lugar perfecto para una acampada. En el cartel alguien había tachado la palabra "viejo" y había puesto "negro". Castronegro. Aún mejor. Ese lugar podía alimentar muchas historias de miedo junto al fuego. 

Su unidad estaría formada por veinte chavales, de edades comprendidas entre los 13 y los 17 años. 11 chicos y 9 chicas.  A algunos ya los conocía de varios años, otros llevaban merodeando por el grupo algún tiempo pero aún no habían ido de campamento y a otros solo de la acampada con padres del mes anterior para explicarles todo. 

Dirigió primero su mirada a estos nuevos para asegurarse que estaban más o menos integrados y sobre todo que entendían que cuando parara el autobús sabía lo que tenían que hacer: 

RAMÓN... ¿15 años? Joder, parecía que tenía 13. Se parece al latino de la serie esa... Pero en la acampada ya le habían dado el título de empollón. Este era de los típicos que acababa super scout si sabían reconducirle. - Ya viste que nada de móviles eh, pero seguro que eso te permite conectar mejor con la gente. Cuanta más telecomunicación menos realcomunicación, ya lo verás. 

Estaba hablando con SERGIO eso era buena señal. Sergio "El bocas" era un verdadero tormento durante las marchas. Daba igual que llevara diez kilómetros andando por la peor de las pendientes. Nunca paraba de cantar. Siempre tenía que añadir la última palabra y a Bruno le jodía siempre sus finales de discurso pero el chico no podía evitar caer simpático y siempre hacía amigos. 

Además, parecía que el récord de velocidad de la palabra se lo acababa de quitar esa chica nueva: MARGARI. ¿Qué premio le habían dado? ¿La rompetímpanos? Ah no. "Chica de colores" Fueron magnánimos. Era de las pequeñas pero no parecía sentirse intimidada por un grupo tan grande y también parecía saber de todo. 

La chica del sombrero hablaba con otro de los nuevos JAIME. Espera. ¿No había venido ya el año pasado este chico? Por la edad le pega pero no recuerda nada relevante de él. Y al lado de Margarí tampoco es que fuera a brillar mucho. Había que pensar darle a este chico algún papel en el campamento. Sí, eso le haría mucho bien a.. ¿Cómo era su nombre de nuevo? 

Los dos se habían girado para hablar con ANA. Alerta roja de posibles conflictos. Sus cruce de miradas con Natalia y Susana ya indicaban el inicio de una rivalidad. Bruno se había fijado muy bien en esas. Al fin y al cabo en dos años como mucho serían mayores de edad y él ya no sería su jefe así que podrían empezar la tradicional relación de tensión sexual acumulado. 
Ana ya había estado en el campamento pero como era andaluza, solía ir con otra unidad de scouts. Parece que este año había renunciado a su requisito indizpenzable de que hubiera playa en el campamento. 

ALFONSO. Era el niño de color. Eso siempre quedaba genial en las fotos de grupo que lucir en el encuentro de jefes internacional. Comparado con otros países su grupo era demasiado monocromático y así Bruno no iba a ganar nunca la Medalla de la Diversidad Scout. Pero parece que el chaval y la naturaleza se llevaban igual que él con la música que ese chico producía con todo su cuerpo sin apenas intentarlo. Ay los negros, siempre llevan el ritmo en el cuerpo. 

En ese mismo grupo de conversación estaba JULIA, otra chica nueva que llevaba una pipa: "Miss Sherlock". ¡Otra lumbreras! ¿Esto eran los Scout o Mensa? Menos mal que él era sabio y formado pero temía que la inteligencia desbordante de estos chicos se llevara por delante a su compañera Adela que siempre era más reservada. 

- ¿Qué tal todo por aquí, chicos? Estamos a punto de llegar ¿vale? Así que lo primero, y digo bien, lo primero, es coger el macuto y todo el material de acampada. Las fotos y las charlas más tarde, ¿de acuerdo? Veréis qué bien lo pasáis. 

El autobús se detuvo y el conductor exclamó: 

- ¡Esto es como estar en un documental de historia eh chavales! 

- Bueno, nosotros vamos a acampar en ese campo y no en el pueblo en sí que ... Pero cuando Bruno alzó la mirada también calló durante unos segundos: Habían llegado a Castronegro. 

Bajaron todos del autobús y el conductor se despidió. Tras ellos había un pueblo imponente. En partes estaba totalmente ruinoso pero otras aún conservaba el esplendor de épocas pasadas. 

Ni rastro del coche de Adela. Pero vio las ruinas de piedra de un molino junto a lo que antaño debió ser el cauce de un río y ahora estaba cubierto de arena. Había menos vegetación en esa zona de lo que se había imaginado. Tal vez un bosque frondoso un poco más allá hubiera sido mejor refugio pero como era Adela la que había hablado con los propietarios de la tierra no quiso cambiar la ubicación. 

- Ahí, en esa ladera vamos a poner las tiendas. Tenemos visión de los campos, de estas ruinas y de todo el firmamento ¿vale? 

- ¿Y no va a darnos toda la puta solana, ahí? Preguntó DANTE. Dante había estado hace años y ya de niño era un terremoto. Grandes capacidades de explorador pero cero respeto a la autoridad. Ahora se había convertido en todo un adolescente y parece que venia guerrero. 

- Para cuando de el sol ya estaremos todos hace tiempo despiertos, Dante, anda, coge las piquetas y enseña a PANCHO a montarlas. Pancho era otro de los nuevos y el chico tenía toda la pinta de ser el mejor objetivo de la primera noche de novatadas. Tal vez juntándole con los duros, estaría más protegido. Tal vez lo mejor que le pudiera pasar es que espabilara pronto. 

- Y tú, PEDRO, ¿por qué no vas con JUANJO y te dice lo que tienes que hacer? 

Esperaba que esos dos congeniaran. Juanjo era cojo y no podía hacer las marchas pero por lo demás estaba perfectamente integrado desde hace años. Ayudaba que fuera atractivo y probablemente que fuera argentino. Malditos argentinos siempre se quedaban con las mejores. 
Por otra parte Pedro era un tío atlético y también de los mayores. Pero le habían dicho que tenía algún problema de conducta y estaba algo inadaptado. Tenía una mirada algo errática. ¿Estaría medicado? Al menos en el autobús había estado hablando con Hermi y Macarena. Debían conocerse de clase o algo. Puede que fuera al que mejor le viniera este campamento. 

- ¿HERMI? Tú vente por aquí, que en seguida te pongo en un grupo de trabajo. Hermi llevaba ya un año en los Scout pero nunca había venido de acampada porque coincidían en domingo y nunca quería perderse la misa. Es una lástima que ya los Scout no celebren actos religiosos. Todo aquello tenía una majestuosidad... Hermi necesitaba a alguien desinhibido cerca y conocía a la candidata perfecta. Además habían estado juntas en el viaje. 

MACARENA, mira, ayuda a Hermi a montar la tienda. Macarena aceptó la orden como si fuera la mejor noticia que le fueran a dar. Esa chica siempre contagiaba su buena energía a todo el mundo. Cuando tuviera dieciocho años sería la monitor ideal. Incluso con dieciséis... Para Bruno que te calientas. Pero esta vez no hace falta que la decores con telas indias del Rastro, ¿vale? Mira... de hecho estoy pensando que... sí... NATALIA, ven aquí. 

Natalia también era nueva y debía ser de misma tribu urbana que Dante. Si esos dos se lían refundan los Mods de los 70. Por como se había saludado con Susana y Ana debía conocerlas del instituto. Eso inquietaba a Bruno porque se le escapaban datos para conocer a sus chicos, algo que era verdaderamente importante. "Pasota sin causa". Justo como pensaba

Mira, Natalia, ponte aquí con Macarena y Hermi y empieza a... perdona, te estoy hablando ¿puedes levantarte un momento? Gracias. 

Cuando estaban terminando, Adela no había aparecido. Estuvo tentado de usar el móvil de emergencia que él llevaba pero no quería que los chicos supieran que lo llevaba. Adela debería saberlo. ¿Dónde estaba? Por todos aquellos campos de trigo abandonados no se veía nada. Si estaba ya allí debía estar en el pueblo. 

Entonces, los chicos que ya habían montado el campamento se le acercaron para preguntarle dónde llenar la cantimplora. 

JAVIER, el típico chico obeso que no podía faltar a un campamento, le dijo: 

- Yo creo que debe haber una fuente en el pueblo ¿no? Porque todo esto está muy seco y no hay tampoco animales así que no debe haber nada cerca. 

El wikipédico había hablado y tenía razón

- Sí, sacad las cantimploras y vamos para allá. 

Esperaba que no fuera la única fuente. Por eso de no estar entrando constantemente al pueblo. Pero una primera visita estaría bien. Y así podría ver si Adela estaba en algún lado. 

Eran las tres de la tarde y el grupo aún no había comido cuando entraron en el pueblo. 

El pueblo parecía una fortificación pero al estar destartalado se podía ascender por varias cuestas con tapias derruidas. La que estaba más próxima al lugar de acampada conservaba una lustrosa tapia de piedra con una higuera centenaria en el centro. Pasaron entre esta y otra finca con una especie de corral siniestro que despertó la imaginación del más imaginativo de ellos

- Uaaaah, esto parece la Matanza de Texas- gritó DANIEL, que ya se había puesto su pañoleta en la frente como hacía en todas las acampadas. Daniel había estado durmiendo en el bus pero Bruno no albergaba esperanzas de que fuera a estar tan tranquilo todo el tiempo. Al menos su insaciable sed de aventuras le convertían en un scout intrépido y siempre motivado

- Pues te van a matar a ti el primero, por virgen- le contestó su amigo BENITO. Benito era otro habitual. Desde niño le habían apuntado al grupo con el objetivo de alejarle de sus primos y tíos, problemáticos y farfulleros donde los hubiera. Ben se había integrado bien pero ahora con la adolescencia se le había subido el guapo y se había venido arriba

Sus risotadas hicieron que un montón de cuervos que debían anidar en la tapia salieran volando, asustando y emocionando por igual al grupo de exploradores. 

- ¡Silencio, solo son pájaros, vamos, seguid andando por aquella callejuela, seguro que los nuevos pronto aprendéis a distinguir las aves! ¡SILENCIO!

Esta vez mandó callar porque había escuchado algo. Alguna ventana abrirse y algún portón cerrarse. O al revés. Este pueblo no estaba deshabitado y aunque sus gentes estarían deseando la visita de un grupo de adolescentes que les sacara de sus lúgubres y aburridas vidas, Bruno prefería que los lugareños no intervinieran en la educación de sus pupilos. 

Subieron a continuación por una calle empedrada que tenía un arco de piedra partido. 

ELISA, otra chica con la adolescencia del revés, que había parecido durante el viaje con más ganas de ver una película que de aprender a hacer nudos, parecía de repente más interesada 

- ¿Para qué serviría ese arco? Todo este lugar huele a historias y a leyendas ¿no creéis? 

- Hay una leyenda de este sitio- dijo SUNNY justo cuando tras el arco llegaron a una pequeña plaza con un pozo decorado con una vid y una estatua de piedra. - Que si haces el amor junto a él tu hijo te sale igual de guapo que el padre. 

SUNNY no perdía el tiempo. A punto de ser monitor, el chaval solo parecía interesado en hacer un bingo con todas las chicas del campamento. Incluso le había echado ojitos a la monitora Adela. Eso había ocasionado la primera pelea entre ella y Bruno porque ella le decía que no le echara en cara el tonteo si él hacía lo mismo con todas las chicas. Como con SUSANA. Bruno no había podido ocultarlo. Su era la eterna segundona del grupo, al lado de María pero según iba desarrollándose iba adquiriendo todo el protagonismo: Era la mayor y la que más sabía del resto. La community manager del grupo. 

- Bruno, mira esta estatua- le dijeron Daniel, Benito, Margari y Julia- Pone "A Santa María Lucrecia" y bajo sus pies pone un montón de nombres: Beatriz Bocanegra, Diego de Narváez, Inés de Suarez, Mireille de Remu, Pablo, Ramiro Benavente, Ramón Gutierrez, Rodrigo Belmonte de la Poza y Rodrigo Pies Oscuros. 

La estatua de la Santa no tenía mucho porte para ser un monumento pero se mantenía muy bien conservada. 

- Bueno, ya la veremos en otro momento. Llenad las cantimploras, venga Natalia, Ana, Alfonso, Dante, idlas pasando. 

De nuevo oyó pasos por las empedradas calles. 

Iba a hacer sonar su silbato por si era Adela cuando Hermi y Javier le interrumpieron
- Por esa cuesta se sube a una abadía en ruinas. Era el templo que se veía desde arriba. ¿Vamos a poder ir? 

​- Seguro, seguro... pero vamos primero por aquí, creo que he oído algo y por esa calle se gira a una plaza más grande que esta. Debe ser la del pueblo y seguro que allí estará alguien del pueblo que nos pueda contar. 

En la plaza del pueblo de Castroviejo se distinguía aún la iglesia, lo que debió ser un edificio importante con un torreón majestuoso que también se veía desde las tiendas de campaña y varias construcciones con pórticos arqueados

Arregló a ponerse la mochila a Pancho mientras Macarena daba vueltas sobre sí misma en la plaza haciendo que Sergio se riera a carcajada limpia. Contó a todos ¿Veinte? Ah claro, Jaime, allí estaba. 

- Chicos ¿habéis visto a alguien? Me da la sensación que hay gente observándonos pero no he visto... se me ocurre un juego... el primero que vea a alguien que diga...

Ramón pegó un grito y vio como Juanjo señalaba a alguien detrás de él. 

Se giró justo para ver a un anciano dirigirse hacia él encañonando una escopeta

- Saludos, señor- dijo haciendo el signo Scout- Queríamos saber si...

Y antes de que pudiera reaccionar el hombre disparó arrancándole el sombrero de un cañonazo. 

- Ya sabemos a lo que venís. Insensatos. Estáis la mayoría muertos y aún no lo sabéis. 

Bruno trataba de incorporase asegurándose que no le había herido y después pidió a los chavales que se echaran al suelo. Pero no hacía falta indicarlo. 

Sunny ya protegía a Elisa mientras que Susana y Pedro se habían guarecido detrás de uno de los pilares de la iglesia. El resto estaba en el suelo gritando

- Tenemos permiso de acampada. ¡Puede mirar mis papeles! Mi compañera Adela

- ¿ADELA? Ja, claro, Adela. Vuestra compañera ya llegó anoche y ya campa por el bosque buscando sangre de los descendientes de Castronegro. En la abadía han vuelto a oírse voces y en el cementerio ya asoma la sangre de su antiguo enterrador. Allí en lo alto la prenda del Obispo se vuelve a teñir de sangre y las sombras de los lobos han vuelto a nuestro hogar. 

Está loco. Pensó Bruno. Es un loco armado. Si hago dos movimientos puedo tirarme encima de él y desarmarle. 

Entonces vio aparecer más ancianos. Una mujer sin dientes que saltaba como si fuera una ardilla. Una señora que abrazaba un crucifijo y miraba al cielo. Una pareja de ancianos gemelos que iban de la mano. Iba a pedirles ayuda pero se dio cuenta que otro con la mirada perdida empuñaba un hacha y que una señora que caminaba con bastón lo tenía acabado en punta como el filo de una navaja

- No nos hagan daño... solo son chicos. Nos iremos de aquí pronto, no queríamos venir al pueblo

- ¡Berzotas! 

- Jajaja, dicen que no querían venir

- Jajaja, berzotas

- ¡Vuestro destino estaba escrito antes de que nacierais! Quinientos años después todos volvleriais a Castroviejo.

El grupo de pueblerinos les rodeó. Algunos chavales lloraban. Bruno en un acto heroico se puso de pie y sacó su machete de batalla. 

- ¡Guarda eso, desgraciado! No es de nosotros de quien debes temer aún. Solo sacrificaremos a quien nos digáis. ¿Queréis matar a alguien? 

- ¡No! ¡Claro que no! gritaban todos abrazándose

- Pronto querréis hacerlo

- Jajaja, pronto, pronto

- En cuanto empecéis a ser destripados por los lobos.

El grupo se abrió dejando un paso. Bruno actuó con su diligencia habitual, coordinando a los chavales y reuniéndolos para que salieran de allí corriendo, cuesta abajo, hasta las afueras del pueblo. 

Dos horas más tarde, Bruno había montado guardia en torno a las tiendas de campaña

- Vamos, comed algo, no os preocupéis. No hay cobertura pero iré corriendo hasta donde la haya y llamaré a la policía. No temáis. Son solo unos locos que han pasado demasiado tiempo aislados. 

Sus explicaciones no convencían a los chicos que, pese al terror, no podían impedir que sus ganas de fliparse en una aventura hubieran surgido. Sobre todo algo fallaba: Adela. ¿Dónde estaba la monitora? 

Bruno no podía parar de pensar que fue ella quien le convenció de ir allí. Que fue ella quien hizo la selección final de chavales y de monitores. Que fue ella quien había hablado con las autoridades y parecía saber todo del pueblo. ¿Qué clase de broma o trampa había organizado? 

- Vale. Marcho ya. Quiero llegar antes de que anochezca. Esperad aquí, ¿vale? Ni se os ocurra volver a entrar en el pueblo. Cuidaos unos a otros y en poco más de tres horas me veréis aparecer con coches para que salgamos todos de aquí. Iremos con el campamento del sur. Y esto será nuestra gran aventura que contar la primera noche de campamento. 

Pero la primera noche en verdad era esa. Una noche donde los chicos habían entrado en un pueblo que parecía en pie de guerra contra la oscuridad y donde sus frágiles tiendas de campaña proyectaban poca sombra sobre esos muros de piedra siniestros. Una noche donde la soberbia de su monitor le hizo ir solo a pedir ayuda en vez de confiar en las habilidades del grupo de chavales que tenia a mano. 

Bruno cogió su linterna y emprendió la marcha

Durante el viaje y las cancióncitas, Elisa se escurrió un poco por el asiento, un tierra tragame. Pero cuando vio el lugar se volvió un poco más ansiosa, aquel pozo, el árbol, casi todo era perfecto, excepto esa escultura, leer aquellos nombres le dejó un regusto amargo, luego un viejo amenazante, y sunny protegiéndola cuando fueron más, muy mono él, pero ella hubiera preferido escuchar lo que tenían por decir aquellos viejos.

Aprovechando la fuga de Bruño, miró entre los trastos que le habían requisado, pero casi todo se debía haber quedado en el autocar o en la mochila de Bruno, por suerte había escondido abajo del todo su cámara de vídeo, ojala funcionara y pudiera grabar lo que estaba pasando.

- Tengo curiosidad por saber que tienen por decir esos ancianos, ¿si quisieran matarnos ya lo habrían hecho no?

El viaje en bus ha sido mas entretenido de lo que esperaba con la tontería esa de los mobiles, Sergio es un chico de lo mas divertido, aunque me parece que un día se va a meter en un lio con alguien.

Pero luego al llegar al lugar de acampada con ese pueblo en ruinas lleno de locos la cosa cambia bastante, sobretodo cuando vi al abuelo ese con escopeta salir de la nada.

Y ahora Bruno se ha marchado por ayuda, ¿a quien se le ocurre ir a un sitio sin comunicaciones en pleno siglo XXI?

-¿matarnos?¿porque iban a querer matarnos?- desde luego menudas ideas, aunque dijeron cosas muy raras, demasiado raras me hecho, me pregunto si los monitores nos están gastando alguna broma

Durante el viaje voy distraída observando el paisaje, escuchando a Macarena y a Pedro que está como dormido. Menos mal que la conversación va de fútbol y no de chicos. La Maca es maja, así la veo yo un poco estrambótica pero enérgica eso no es malo solo que yo soy tranquila, como un oso perezoso o una flor mustia.

Ella habla por los codos y yo asiento a todo, le cuento que me puse muy contenta cuando España ganó el mundial, hasta me guardé una bufanda roja de la selección, una que nos regalaron comprando un lote de cervezas cruzcampo.

Y así sin darme cuenta se nos pasa el rato. Llegamos al pueblo de Castroviejo o negro como pone en el cartel de la entrada. Abro bien los ojos y miro todo con curiosidad. El pueblo se cae a pedazos pero no me importa, es bonito y me va lo rústico.

Bajamos todos del autocar y vamos montando el campamento. Saco una loción antimosquitos y me la pongo en los brazos y las piernas. Lo primero es la salud. Más tarde Bruno organiza una excursión. -Por lo menos beberemos agua fresca de manantial. Algo bueno tenía que tener esta aldea. - le comento a Javier mientras subimos juntos por una larga cuesta hasta llegar a la plaza del pueblo.

Allí estamos todos a lo nuestro cuando de repente, aparece un anciano con una escopeta. Se pone a disparar y aquello se convierte sin desearlo en una película de Tarantino.

Me tiro al suelo levantando las manos. ¡No quiero morir, no quiero morir! ¡Dios mío ten piedad!.
Después del susto que nos dan el viejo y sus amigos chalados volvemos al campamento. Bruno nos tranquiliza diciendo que se va a buscar a la policía. Esto es de locos.

-Sea como sea estar aquí es un peligro. Yo no me quiero quedar a comprobar si lo que han dicho es verdad.

La verdad es que a Pedro no se le hizo tan mal el viaje. Platicar con Macarena y Hermi fue una de las mejores experiencias que había tenido en meses, siempre se le ha dificultado socializar y más con chicas, pero en ellas encontró algo especial, tal vez una posible amistad o tal vez amor.

Esas conversaciones lograron hacerlo ignorar el calor dentro del autobús y las canciones que sus compañeros cantaban a todo pulmón las primeras horas del viaje hasta el cansancio.

Una vez que llegaron a Castronegro Pedro y Juanjo estuvieron armando las casas de campaña en las afueras del pueblo, era un lugar lúgubre. ¿Por qué siempre los folletos mienten? Decía que era un lugar agradable pero veo todo lo contrario. De repente el sonido de una escopeta se escuchó a lo lejos y una parvada de cuervos volaba a lo alto de aquel pueblo.

El chico intentó adentrarse en el pueblo para investigar lo que pasó, pero en ese momento ya estaba saliendo Bruno, tan blanco como un fantasma y con los demás chicos llorando y con una cara de terror.

En el transcurso del día hasta el anochecer los chicos que estuvieron en el pueblo les contaron a los demás sobre aquellos locos y sus historias raras sobre lobos.

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Bruno se había ido, dejando a los chicos en el campamento sin supervisión; sin duda eso se iba a descontrolar. Sentado frente a la fogata y comiendo unos cuantos bombones asados Pedro escuchaba a sus compañeros.

- Tal vez sólo son actores para hacernos sentir en una especie de película de terror o algo así, al amanecer nos dirán que todo era parte de una novatada... tu tranquilo. La verdad es que Pedro no creía para nada en las cosas sobrenaturales a excepción de las voces en su cabeza, pero eso ya lo está tratando...

Margari parecía haber gastado todas sus palabras desde que escuchó el escopetazo del anciano pues desde ese momento había enmudecido. 

Hasta su margarita se había quedado pocha tras romperla al tirarse al suelo para protegerse.

Parecía en shock desde aquel momento y no fue hasta que Bruno les dejó solos que volvió a abrir la boca y empezó a hablar, tan nerviosa o más como cuando intentaba socializar en el autobús. 

-¿matarnos?¿porque iban a querer matarnos?

- Es…. es peor que eso. Dijo que nosotros queríamos matar a alguien. ¿Por qué? ¿Por qué son tan extraños en este pueblo? Yo pensaba que los de Huerta del Rey eran raros, pero aquí… tela…. ¿Berzotas? ¿Quién será ese Berzotas del que hablaban? ¿Y porque dicen que Adela está buscando sangre? ¿Qué han querido decir? ¿Será para transfusiones por si nos pasa algo? ¿O quieren decir…como si fuera una…. vampira? Yo no creo en vampiros. Bueno, creo en vampiros, en el vampiro común. Que tiene así como nombre chungo pero porque es hematófago. Pero no es peligroso, si el pobre sólo puede beber como 50ml de sangre a la hora. Ya hay que estar empanada para no enterarse de que un bichito te está chupando la sangre durante una hora…. Bueno, te pueden pegar la rabia pero eso, con que estés vacunado ya vale ¿no?. ¿Estamos vacunados aquí todos? Yo creo que estoy contra la varicela…. la hepatitis…. bueno igual la triple vírica incluye la rabia, ¿puede ser no?. Bueno, tampoco es que tengamos mucha opción.  Ay… espero que Bruno vuelva pronto…

Según va dejando de hablar, Margari se acurruca junto a un tronco que hay cerca de las tiendas. 

Julia no sabía si estaría siendo una insensata, pero una tremenda curiosidad y ganas de aventura se debatía contra su miedo desde lo sucedido en el pueblo. Su imaginación no dejó de volar desde entonces. Primero fue desconcierto, luego inseguridad y…. ahora era intriga lo que sentía. ¿¿Qué habrá pasado en ese pueblo para que sus gentes les hayan amenazado de esa manera??... ¡¡Realmente tiene que haber algo muy oscuro en Castronegro!!, pensó… y en ese momento, supo que la curiosidad había ganado la batalla a su estupor y no pudo evitar una mueca de satisfacción… ¿No querías aventura Julia? ¡¡Pues aquí tienes!! Se dijo.

El viaje en bus no era otra cosa que el propio tedio, Benito tenia muchas ganas de que llegaran a su destino para salir y mover las piernas, pero estaba contento. Cuanto mas lejos se fueran mejor para él, perder de vista a la familia era una bendición y mas sabiendo como era su familia, al menos de parte de padre.

Un par de palabras aquí y allá, levantarse para estirar las piernas y practicar la sonrisa frente a la ventana para pasar el rato, es todo lo que necesito para hacer tiempo hasta llegar al pueblo.

-Castonegro... Vaya, he tenido un derepente de esos. -Peso el chico nada mas bajar del bus y emprender la marcha con el resto. Pero pronto se torcieron las cosas y tras el disparo inicial, todo parecía ir a peor.

Finalmente en el campamento Ben estaba molesto, cabreado, no pudo hacer nada mas que tirarse al suelo y temblar como muchos otros, hasta que salieron de allí. -¡Joder! Si al menos me hubiera traído la talabera de Papa- Y encima Bruno se piraba dejándolos solos, después de lo que había pasado. -En que narices esta pensando Bruno, esos locos de pueblo pueden venir en cualquier momento. -Pisoteo el suelo con fuerza, hasta que entre las millones de palabras que soltó Margari llego una a sus oídos, una que había escuchado antes por alguna reunión de su familia.

-Berzotas es un insulto, Marga. Como... Idiota, estúpido, pocas luces o algo así, creo. -Y siguió echando de memoria- Pero lo que ami me molesta es que han dicho que era nuestro destino, ¡Que íbamos a volver quinientos años después a este pueblo de viejos y cabras! Mecago'ento.-Finalmente le salio la vena familiar,pero le puso pronto remedio con un sutil carraspeo. -Que significa eso. Que locuras estaban diciendo. quinientos años es... imposible. -Volvió a patear el suelo de malaleche.

Ana se lo había pasado bien hablando con Margari, Alfonso y Benito al menos parte del trayecto. A simple vista parecían chicos muy diferentes, sin duda lo serían, pero aún así Ana intentó encajar cuanto pudo. Sin embargo, todo ese buen rollo se esfumó cuando el viejo autóctono sacó la escopeta para algo más que para cazar liebres. Según él, iban a moiri, ellos mismos iban a matar.

-¿Qué? Me parece mega-zuper-fuerte, tío'- dijo cuando se separaron del anciano loco- digo, tiene que ze' una broma.

Aunque Ana, que era Andaluza, que suelen tener desarrollado por naturaleza el sentido del humor, no le veía nada de gracia. Supuso que los del interior tendrían el humor atrofiado.

-Yo tampoco me quiero quedar aquí- dijo asintiendo a Julia. Luego miró al monitor- Bruno, tiene' que protegerno' del loco eze, va armado y tiene pinta de peligrozo- "y huele mal", pensó la niña, con una mueca de desagrado en su rostro.

El viaje en autobús había sido raro. No había sido ignorado como solía pasar, así que se alegró de que su "habilidad" se fuera debilitando. Una vez llegados al pueblo, cuando los viejos locos les amenazaron con armas, deseó que su habilidad fuese más fuerte que nunca. Pasó miedo. Mucho miedo. Y fue aún peor cuando se escuchó que ellos mismos iban a sacrificar a alguno de sus compañeros.

-Ch-chicos...-comenzó a decir. Tal vez alguien le oyera- No me gusta esto. Sólo se me ocurre una razón por la cual quisiéramos matar a alguno de nosotros y no me gusta nada -estaba temblando un poco- Espero que sólo sean unos locos, de verdad que lo espero.

Font pasó un viaje tranquilo, atento a las palabras de Margari. Si no podía escuchar música, la crearía, y con todas esas palabras seguro que se podía crear una buena rima. Cuando llegaron al pueblo se le hicieron realidad sus sospechas, eso era una full de cuidado. Un maldito pueblo de paletos en mitad de la nada.

- ¿Curiosidad? - Le contestó a Elisa tras el incidente del viejo con la escopeta. - No te jode, siendo chica y blanca yo también la tendría. En las películas el primero en caer siempre es el niggah. Si hasta puedes traer una cámara sin que te digan nada. A mí el Bruno casi me cachea antes de entrar a bus.

No se vosotros, pero uno se va de aquí antes de que le hagan otro agujero en la cara.

Asco de vida.

Primero tengo que venir a este campamento y maldita la gracia que me hace, y de repente todo se convierte en Silent Hill o algo parecido. ¿Es que no hay policía o algo así en este pueblucho?

El viaje no había sido tan horrible porque me las había arreglado para dormir la mayor parte del tiempo, la noche anterior había hecho un maratón de The Walking Dead como para disfrutar mi última noche de libertad. 

Cuando ya estuvimos en nuestro destino no me quedó otra que integrarme un poco, de puro aburrimiento. Por suerte había venido Benito, uno de los pocos que recordaba de mi campamento anterior, y me había cubierto las espaldas mientras pudo cuando me escabullí para estar un poco tranquilo, al menos él me caía bien. Si se agrupaban para repartirse las tiendas intentaría quedar con él.

También Bruno le encargó hacer algunas cosas con Pancho. No lo conocía, pero no le caía mal, o al menos no peor que el resto de la humanidad. Al menos era mejor que el argentino ese, con sus "vos" y sus "che", y para colmo seguro que era de Buenos Aires e hincha de River. Agh. El peor combo posible.*

Y detalle final Bruno se iba y los dejaba solos.

- Menudo monitor nos ha tocado. Escopetas, hachas, navajas y viejos dementes, y éste se va y nos deja solos. Esto es un Señor de las Moscas esperando a pasar. Yo creo que tendríamos que organizarnos un poco hasta que vuelva, repartiendonos en las tiendas y eso. Yo propongo que si no vuelve en un tiempo razonable nos vayamos todos juntos de aquí. ¿Alguien sabe conducir?

Daniel despertó de un sueño profundo del que no recordaba absolutamente nada. Le costó incorporarse pero poco a poco su habitual entusiasmo por las aventuras empezó a apoderarse de él. Ya estaba completamente listo

-Ey, ey...sin miedo, eh. Margari sin miedo. Yo estoy con Pedro ¿Habéis visto el pelo de la mujer sin dientes? ¡Era más falso...! ¿De verdad se cree Bruno que no nos hemos dado cuenta?- ya lo había vivido muchas veces- ¡Chicos, que se trata de una noche del terror!-le encantaban esas noches, aunque creía que hacer una el primer día era gastar un cartucho demasiado rápido- Dentro de unas horas vendrán a asustarnos a todos. Al principio lo pasaremos mal, pero servirá para unir más al grupo ¡Venga no me seáis miedicas!- 

Buscó su linterna y cuando la intentó encender

-¡Mierda! No le he puesto pilas- se extrañó, ya que siempre iba excesivamente preparado- Entre esto y olvidarme la toalla...¡Qué raro, no recuerdo haber ordenado así el macuto!...no sé donde tengo la cabeza últimamente...En fin, ¿alguien tiene de sobra? Se lo cambio por pasta de dientes o champú.

El debate que se estaba generando sacó a Julia de su ensimismamiento. Aunque esta idea de pasar miedo le seducía, ya pasaba un rato desde que Bruno se fue y los ánimos empezaban a tensarse entre sus compañeros.

¡Calma chicos! Daniel tiene razón, puede que todo esto forme parte de la hoja de ruta. Lo tienen más que planeado: Adela ni aparece, Bruno se marcha y nos deja solos, nos meten en un pueblo en ruinas y aparecen cuatro chiflaos haciendo el papelón de sus vidas… ¡Está claro que nos quieren hacer pasar miedo! Eso es todo…. Seguro que se han montado un juego de estos en los que tenemos que descifrar un misterio, y nos dejan solos para ver si de verdad sabemos valernos por nosotros mismos, como buenos Scouts… Esta posibilidad le parecía a Julia muy creíble…¡cómo iba a haber muertos vivientes o algo parecido en el pueblo! ¿Estamos locos? Pensó para sí.

¡¡Así que nada de miedos!!, dijo. Jaime -miró al chico con pinta de buena gente al que había tenido delante en le autobús - nadie va a matar a nadie y menos a comérselo, si eso es lo que insinúas… y Font -Julia, estaba haciendo por integrarse rápido en el grupo Scout, prestando atención a los apodos y anécdotas que fueron surgiendo-, no va a morir ningún negro. Además, te necesitaremos para que hagas música y animes un poco todo esto… le guiñó un ojo de forma simpática.

Dante, creo que puede ser buena idea ir pensando en organizarnos… igual Bruno por el momento no piensa volver…