Partida Rol por web

Una historia montada para hacerles pasar miedo, era tan lógico que aburría, pero si se trataba de resolver algo como la chica de la pipa decía, podía ser entretenido - ¿entonces dormimos por aquí y si eso mañana buscamos pistas entre los viejos? Menudo jueguecito de rol realista se han montado, ¿será la forma de enseñar la historia del lugar montar este jueguecito?

Natalia se iba animando por momentos. Aunque al principio estaba desganada, el ánimo medio general se le fue contagiando en el autobús. Cuando llegaron al pueblo ya estaba casi deseándolo. El viaje había sido algo pesado largo, escuchando a Margari rajar por los codos, y luego Bruno le había mandado con Macarena y Hermi. No eran malas chicas, pero tampoco su estilo. Aunque bien pensado, nadie era de su estilo. 

Cuando todo parecía ir bien, se encontraron un grupo de viejos locos que decían cosas raras, así como de peli de miedo. Pues ya se había fastidiado la cosa. Algunos de sus compañeros parecían hasta contentos por ello. Natalia no. 

-Pues a mí esto no me hace ni puta gracia. -comentó. -Ni lo de que tengamos que acampar aquí, ni lo de los viejos malrolleros, ni que el único adulto con idea de qué podemos hacer se haya pirado. Resopla. 

Intentó tranquilizar a Alfonso, aunque a ella misma le costaba.

-No eztamo' en ninguna película, no tiene que mori' nadie, Alfonzo.

En realidad, esas palabras iban para ella también. Si en las películas moría siempre el negro el primero, las rubias pijas andaban cerca en el ranking, y la más rubia del lugar era ella, además de la más pija, claro.

-Dani, ¿puedo llamarte Dani?- le dijo el que había intentado manejar la situación buscando la calma, Daniel- irze de aquí me parece una gran idea, pero, o zea, aunque zepamo' conducir- cosa extraña en niños tan jóvenes- conduci' un autobu' no creo que zea igua' y no creo tampoco que conozcamo' el camino.

Lo mejor era, o eso creía, hacer lo que algunos ya sugerían. Quedarse allí, esperar al monitor y salir de aquella situación. Aunque las palabras del viejo maloliente seguían en su mente. Y no podía evitar pensar en la muerte que les prometía.

Ya está Bruno haciendo de las suyas... pensó Su mientras se tapaba la cara con su mano izquierda y permanecía sentada sobre una piedra. Llevaba ya varios campamentos a sus espaldas, pero lo que había sucedido en el pueblo no lo había visto nunca. ¿Será otra de las dinámicas de Bruno? ¿será verdad? Joder, cada año me sorprenden con algo o lo ponen más difícil... y encima soy de las mayores, no me jodas... Su odiaba tener que hacer el papel de responsable, siempre había sido de las pequeñas del grupo que despertaba la simpatía de los mayores (y siempre procuraba rodearse de los chicos especialmente). Hasta ese día no se había percatado realmente de que cada campamento era un año mayor... 

Bueno a ver, se atrevió a decir por fin, dirigiéndose al grupo que pretendía calmar. Si algo odiaba Susana era estar enroscada pensando y pensando sin dar ningún paso. Ya habéis oído a Bruno así que mientras le esperamos no vamos a estar elucubrando qué narices ha pasado porque eso nos va a poner más nerviosos y nos va a llenar la cabeza de teorías y macabras historias y luego no quiero llantos ni problemas para dormir. Parecía estar pensando en voz alta para convencerse a sí misma (qué recuerdos aquellas noches de charla, de historias de miedo... pero ahora parecía que estaban viviendo una de verdad). Ya que nos tenemos que quedar aquí, intentemos organizarnos bien. Me parece bien que vayamos pensando cómo distribuirnos en las tiendas (lo que no le parecía ya tan bien era eso de "chicos con chicos y chicas con chicas", WTF) y, si os parece, podemos hacer turnos para vigilarlas hasta que llegue Bruno... espero, pensó. Dios mío, le parecía estar oyendo a un monitor. Ya sabéis como van estas cosas, dijo mirando a las caras conocidas de años anteriores, buscando alguna mirada tranquilizadora y de apoyo, esperando que alguien más continuara sus palabras, haciéndose con la situación.

Por cierto, ¿alguien tiene chucherías? Dijo mientras se mordía el labio. Joder y echo de menos algo de música ahora (así solía descargar tensiones Susana), Font, márcate algo mientras, anda. Así igual se distrae y se calma. Y tú, dijo a Javier dándole una palmada fuerte en la espalda, despierta.

-Yo... yo he traido- dijo levantando la mano cuando Susana preguntó si alguien tenía golosinas- malvavi'cos y algunas shushes como nube' roza' de asuca'.

Luego miró a Alfonso.

-Font, cántate algo... si quieres te acompaño yo.

El chico le había caído bien. Parecía menor que ella, así que se había autoimpuesto el alejarlo de las preocupaciones. Claro que tampoco estaría mal que alguien hicera lo mismo con ella.

Para Sunny, Bruno había sido siempre un ejemplo a seguir pero en estos momentos le tenía desconcertado. 

-¿Por qué se habría ido solo? Quizás sea solo la táctica del primer juego de campamento... lo de esos ancianos estaba muy currado para ser un juego, pero no podía ser verdad. ¿Muertos? ja! de que hablan esos locos. -pensaba Sunny.

A la vez pensaba en Elisa, le había gustado protegerla aunque su principal objetivo era Susana... esa chica le gustaba de verdad. Aunque Bruno suponía un problema ya que no quería problemas con el "jefe" sino ser su amigo.

La ausencia de Bruno supondría un acercamiento a Susana para poder investigar sobre los hechos y que la monitora le contara, total ya la tenía en el bote así que se dirigió hacia ella. Pero no sin antes decirle unas palabritas a las chicas:

-Natalia, a mí también puedes considerarme un adulto con idea, guapa. 

-Susana, no yo no tengo chuches, pero; ¿no te vale conmigo? 

Sergio se había pasado medio viaje, medio de pie en su asiento, intentando orquestar los “VIIIIVAAAA nuestro conductor, conductor, conductor”. Dándole la vara a Ramon sobre Stephen Curry, o una vez en tierra... dándole la chapa al que tuviese al lado sobre cualquier tema. No obstante, los viejos, el zambombazo al sombrero y lo que acontece, en resumen, consiguen cerrar el pico del chico –¡ostias, tú! - Se emociona la cosa.

Cuando Bruno se marcha, tras todo, el grupo empieza a comentar inquietudes, con lo cual cualquiera podría notar la voz de Sergio hablando casi en paralelo.

_{"Los viejos estaban pirados"  “Eh, Ana, di Briteny Spears” "se cumple la profecía de Yoni el tuerto" “Yo para el año me saco el permiso de ciclomotor” "vamos a morir...?" “¿Tienes hora?” “Nenas, tengo una duda de tallas” “bombón, dice!”}

Pero finalmente se hace escuchar claro, quizá... llamando a la calma - Tíos, yo también digo que no panda el cunico, si hay que correr seguro que pillan a Juanjo - sonríe – Pero... ¡bah! Seguro que Bruno vuelve pronto, no os ralléis. Yo voy a por unos palitos para el fuego, si veo al Yeti os pego un grito - En el caso de Sergio, a veces... es difícil saber si bromea o es simplemente imbécil, pero ahí lo estaba el chaval. 

Parecía que todos pensaban que aquello era una novatada. El Bruno no tenía una mierda de humor, así que a Font le mosqueaba bastante el asunto. La gente se lo tomaba a coña, pero cuando empezaban los tiros, era muy fácil adivinar quién caía el primero. 

Lo que estaba claro es que si todos se quedaban, él también. Que no se dijera que un hermano de la calle fue el primero en salir por patas.

- ¿Que anime la fiesta? Si el cabrón del Bruno nos hubiera devuelto los móviles antes de irse estaría más fácil, pero en peores me las visto. - Mentira.

Font se quedó un segundo en silencio, pensando y haciendo movimientos con la mano, cuadrando palabras en su cabeza.

"Aquí está Font, el que triunfa
suena fantástico mi nombre en la boca de un fan
Si se oyen gritos
salimos por la puerta de atrás de los garitos
Otros suelen fliparlo
y eso se tiene que vivir para contarlo

Pero lo admirable no está en lo que vivo,
está en lo que cuento
Aprendí que aquí y ahora es el momento
Que echarse una novia es un gran invento
Y que cada vez más el Hip Hop exige sentimiento
Somos universales pero andamos como el resto de los mortales,
ocultando nuestros miedos

Parece que no pero las guapas también se tiran pedos,
también los listos sumamos con los dedos
vivir para contarlo es la ley,
te lo recuerdo tantas veces como pulses el play

En cierto modo soy culpable,
mejor dicho, responsable,
de que las cosas sean como son
mi verso es demostrable y no hay prisa
Lo que hay es un mensaje subliminal en cada sonrisa

Cuando el camino es chungo y hay que andarlo
Hoy aquí, mañana allí, no podrán evitarlo,
que yo estaré ahí para contarlo
Dame un ritmo cuando falte emoción
Volvemos a contarlo con la misma pasión
Hemos reservado la mejor colección
de delirios que quisieron convertirse en canción"

Macarena comenzó a sentirse mal, se puso de pie, comenzó a caminar, débilmente, agarrandose la cabeza con una mano y con la otra el estómago... Uuuuuaaaagggg ooouuuuugggggaaaaaggg... 
Caminó cerca de Hermi, le tocó la cara, iba a decirle algo, pero continuó tambaleandose y caminado lentamente.
Se agarró a Natalia, la miró a los ojos y le dijo medio moribunda Me mue... Me aagggrtt Me mueroooo...
Se separó de ella unos pasos... Ahora miró a Sergio y a Sunny... Uuuuoooaaaggg....
Abrió los brazos, miró al cielo y se desplomó en el suelo. Allí quedó como desmayada o muerta. Una de sus piernas quedó rígida, estirada hacia arriba como tocando el cielo. 
¡Aghh uuooaaggh!
 

Cuanto descontrol, por suerte algunos empiezan a hablar con mas sensatez, sobretodo esas dos chicas (Susana y Julia), he incluso Sergio intenta tranquilizar las cosas, a su manera

-si, ha de ser una broma. jeje- me rio nervioso intentando convencerme, cuando salio el viejo con la escopeta casi me meo encima, parecia muy real.

"Pero es una broma, esta claro, nos vamos a pasar el resto de la excursión riendonos de esto, si, seguro..."

Ya casi me he autoconvencido cuando Macarena cae al suelo haciendo ruidos raros y diciendo que se muere, yo me levanto y me coloco tras Sergio

-que.. que alguien le busque el pulso... igual hay que hacerle reanimación- digo con voz temblorosa

El tiempo acompañó, y pude aprovechar el viaje en autobús para contemplar plácidamente el paisaje. Pocas son las oportunidades como esta que se presentan cuando uno vive su vida en la jungla de asfalto de la agitada gran ciudad.

Y es en un giro de la carretera cuando la ominosa imagen del abandonado pueblo se presenta ante nuestros ojos.

- Sobrecogedor... - murmuro entre dientes.

Desde lo alto de la loma, descansan las casas abandonadas, vigías eternos de esta tierra desierta.

Admiro cada instante del lugar perdido en la inmensidad del momento. Como Napoleón al pie de las pirámides,

- "Dos mil años de historia nos observan"... bueno, dos mil no, pero cientos... -

Bajamos del bus y sigo en mi estado catatónico. Recuerdo las lecturas sobre Teresa de Ávila y su mística divina. Me imagino que algo así debía sentir la buena señora en sus momentos de revelación.

Una bandada de pájaros nos sorprende una vez que, habiendo acampado a las afueras, nos adentramos por fin en el laberinto de adobe, piedra y arcilla que conforma el entramado de calles y casas derruídas.

- Corvus corone - digo en voz baja al agacharme por puro instinto

- Corneja común - continúo para nadie en particular más que yo mismo. Oigo a alguien mentar "cuervos" - un error común confundirlos, mas el corax rara vez anida en zona urbana, siendo además relativamente más pequeó y presentando cola romboidal, diferente a la clásica semicircular de las cornejas... -

Continuamos el ascenso hasta la plaza del pueblo. Una fuente, un olivo, una estatua. Algo en mi interior parece susurrame 

- Observa la historia cobrando vida -

No puedo evitar sentir un escalofrío en mi espalda ante la humildad que me genera la prespectiva del imparable e implacable paso del tiempo, del paso de los siglos. 

- Nothing escapes the conqueror worm - muestro una sonrisa de sonrojo ante el recuerdo de las palabras del gran E. A. Poe.

Hermion cita una de las muchas ventajas de la vida rural. Giro ligeramente y le sonrío tímidamente.

- No es lo único bueno de por aquí - le digo alzando la mano para indicar la impresionante torre que se alza desde la iglesia y domina la plaza y todo el pueblo tras ella. La arquitectura es tosca, ruda, pero aún así no carente de belleza. - Magnífica, ¿verd... -

Mis palabras se interrumpen por la conmoción que sucede a continuación.

Me giro para ver a una turba armada de lugareños acercarse a nosotros. Por un momento, recuerdo el "En Vivo" de la KDD de Umbría del año pasado, cuando organizamos la melee

Épico. Pero no, esto es distinto.

- ¿¡¿¡Ese viejo tiene una... - Pero no me hace falta terminar la frase. El cartucho revienta el ridículo gorro de Bruno y, como si un resorte dentro de mí se activase de golpe, me lanzo al suelo llevándome las manos a la cabeza.

Poco recuerdo de la marcha de vuelta al campamento. Durante todo el camino, mi corazón parecía querer salirse de mi pecho o de mi garganta o de ambos a la vez.

Una vez aterrizados en el campo base, lo primero que hago es hacer una visita a la letrina. Joder, acabo de ser testigo de un casi-asesinato, que menos que necesitar un buen cambio de calzonces.

Es entonces, de cuclillas sobre el agujero en el suelo, cuándo ya calmado comienzo a recapacitar sobre las palabras de los ancianos.

- Esto no tiene mucho sentido... Parece que... Parece que estén narrando las reglas de ese juego de cartas... ¿cómo se llamaba? Ah sí, Hombre Lobo del Bosque Negro... pero no, esto es más extraño... más... real. -

Vuelvo con el resto y mi mente sigue dando vueltas mientras los demás debaten el mejor curso a seguir. Ante esta alarmante situación, sea broma o no, a Bruno lo mejor que se le ocurre es abandonar a un grupo de menores en medio de la serranía.

- Hay que joderse - es lo único que se me ocurre decir ante la evidente falta de tacto del "jefe".

Además, lo que a mí más me empieza a mosquear es la ausencia de Adela. Los aldeanos parecen haberla visto, y por lo que se nos comunicó, ella debería haber llegado al pueblo hace rato. Además, Bruno parece genuinamente preocupado por su ausencia. Esto no me gusta. Sea broma o no, es una desaparición en toda regla. Y con esas cosas no se bromea.

La palmada de Su me saca de mi absorto hilo de pensamientos con un no deseado sobresalto.

- Joder que susto... - le digo mientras me llevo la mano al pecho dónde mi corazón vuelve a querer salirse de la jaula del tórax.

Carraspeo y me aclaro la garganta antes de aportar mis primeras impresiones.

- Una persona ha desaparecido y otra nos ha abandonado. Si es una broma, es una de muy mal gusto. Si no lo es... tenemos un problema. - vuelvo la mirada a la silueta del pueblo que se perfila negra en la distancia contra el cielo nocturno. - pues los únicos seres humanos que parece haber en las proximidades son esa turba de chiflados. - respiro profundamente y niego con resignación. - Pero sea como fuere, a esta hora creo que lo único que podemos hacer es esperar a que llegue la luz del alba, y con ella la esperanza de un nuevo día. Si para entonces Bruno ha regresado, o esto ha resultado ser una broma pesada, todo resuelto. Si no, yo propongo cerrar bártulos y prepararnos para salir pitando de aqui, pasando lo primero por el pueblo para preguntar si alguno de esos ancianos tiene un teléfono con el que podamos llamar al 091 y a nuestras casas -

Tras el rap de Alfonso, Macarena se desmaya.- el sihquillo nigga no ez un maeztro, pero tampoco canta tan mal como para desmayarze- pensó Ana al ver a la chica desplomarse.

Se acercó a ella y le cogió suavemente la cabeza para ver si reaccionaba.

-¿Te... te encuentra' bien? 

Ezto no mola nada, pensó.

Yo no quería meterme ni llevar la contraria a nadie, sobre todo a Susana a la que veía muy convencida de dormir todos juntos y quizás también revueltos. No estaba acostumbrada a esas situaciones, no me hacía mucha gracia lo de dormir con un chico en la misma tienda de campaña pero,.. Pensándolo mejor cállate Hermi, no te busques un problema.

Levanté la vista no muy convencida de lo que iba a decir.

-Entonces Pedro quédate en nuestra tienda. - le dije al chico con la boca pequeña. La vergüenza es lo que tenía. Nuestra tienda... Como si supiera que personas íbamos a estar. Bueno... Lo que sabía es que no quería que ninguno de los folloneros del grupo estuvieran cerca. Para esto no vengo a un campamento, me voy de botellón que es lo mismo. - reí con un poco de maldad.

Mis compañeros seguían hablando sobre lo ocurrido en el pueblo y yo pensando. -La superstición en los pueblos pequeños crea historias de viejos fantasmas que no existen. Hombres lobo, tiene gracia que nos amenazaran con eso aunque admito que me gustaría saber de que hablaban exactamente. Yo esa noche iba a dormir con unos buenos pedruscos al lado del saco por si acaso.

Por suerte el rap que se marcó Alfonso me distrajo haciéndome reír de lo malo que era. Si me reí a gusto. Pero en cosa de segundos me cambió la cara y también a Natalia cuando vimos a Macarena balbuceando mareada.
-¡Ay!. - di un respingo asustada al verla caer. Me acerqué enseguida, con la ayuda de Ana le puse un poco de agua en la nuca. Asentí después a Ramón. -Se ha mareado o atragantando con algo. Las manos me temblaban. En ese momento me bloqueé con todo lo que estaba pasando.*

Elisa se llevó la mano a la cara al ver a Macarena, y observar la preocupación de los demás - se que estáis nerviosos, ¿pero de verdad creéis que alguien cae "cao" con la pierna tiesa pa'rriba? Macarena deja la mala interpretación que los asustas más, ¿no ves que no están para bromas? Bastante tienen con el jueguecito de rol montado por los yayos esos...

La chica se acercó a la "caída" como si llevara algo en sus manos - pero tranquila, que si quieres el boca a boca, he encontrado este sapo mas seco que un pan de tres años atrás.- no llevaba nada, pero para comprobarlo, Macarena debería abrir los ojos o arriesgarse a que un sapo reseco y momificado le besara.

Y en cuanto al rap,... el chico debía estar realmente nervioso, pero a pesar de ser un jueguecitotonto, a todos les había cogido desprevenidos.

-Entonces Pedro quédate en nuestra tienda.

Al momento de escuchar esa frase, el chico sintió algo extraño dentro de él, era la primera vez que notaba que a alguien le gustaba su presencia. 

-Seguro, no hay problema... verás que al amanecer Bruno estará con nosotros, lo más probable es que sea una broma o algo así. 

La verdad es que nunca antes había estado en algún campamento pero por las cosas que veía en internet y en algunas series de televisión, los monitores y demás adultos del campamento suelen hacer novatadas a los chicos. Me pregunto si los chicos que ya han estado en este campamento en otros años han vivido situaciones similares.

Al momento en que Macarena hizo su actuación frente a todos Pedro no pudo evitar reírse; esa chica era extraña pero divertida. Los versos de Alfonso y las platicas de sus compañeros hacían que el ambiente se sintiera cálido a pesar de que estaban sin supervisión de adultos. Supongo que podría acostumbrarme a esto...

El chico revisa su reloj de pulso y de su mochila saca unas cuantas pastillas y las traga con un poco de agua.

- ¿Y si eso de que 'nos matariamos los unos a los otros' se refiere a que participaremos en una edición de los juegos del hambre o algo así? haha. La verdad es que Pedro no tenía miedo de la situación, sabía que todo estaba planeado y una de las cosas que le gustaba hacer es bromear con las emociones de las personas, tal vez diciendo eso pudiera poner más nerviosos a aquellos asustadizos del grupo.

La noche se echó encima al poco de que lograran reanimar a Macarena sin salir de dudas de si la chica había montado un desmayo cómico o se había desmayado momentáneamente. 

Se dividieron en cuatro grupos para dormir, o al menos para pasar la noche acompañados, ya que, broma o no, estaban todos demasiado excitados para conciliar el sueño. 

Algunos estaban aún vigilando el fuego del campamento que brillaba en medio de las cuatro tiendas cuando escucharon un silbato familiar. ¡Era el de Bruno!

- Ha vuelto, vamos, vamos, salid todos, ¡Bruno ha vuelto y seguro que trae ayuda!

- ¡Pero qué ayuda! ¡Ahora es cuando empieza el juego de miedo! Yo por si acaso me pongo la camiseta sucia que luego siempre la manchan de sangre y cosas así. 

- Pues yo no pienso jugar. No ha habido cena ni hemos explorado el terreno ni nada de lo que nos dijeron que haríamos. A mí este rollo no me va

- ¡Pero venga, vamos! 

El grupo se dirigió medio atropellado donde sonaba el silbato, allí al pie de Castronegro donde les había dejado el autobús. Eso les hacía pensar que algún vehículo podía haber aparcado de nuevo. Pero no había ninguna luz. 

Y cuando llegaron allí casi se tropiezan con el cuerpo de Bruno

Medio enterrado en la tierra y con los brazos extendidos y la mirada ida, no cabía posibilidad alguna de que estuviera fingiendo. 

Porque bajo la cintura, su cuerpo estaba arrancado y un hilo de sangre aún fresca señalaba allí donde el hombre había sido partido por la mitad. El silbato en la boca había dejado de sonar tras haber pitado durante unos segundos con el cuerpo aún vivo. Acababa de morir. 

Todos gritaron y se abrazaron helados pero apenas dio tiempo porque desde los arbustos cercanos que marcaban el inicio del bosque, algo saltó sobre ellos. 

Todos corrieron en dirección al pueblo. No fue una decisión racional aunque cualquier persona, incluso un viejo chiflado con un arma, sería más seguro que aquella monstruosa criatura que acababa de matar a su jefe scout. 

Fue más bien la llamada de los muros, de la civilización, de las luces y los tejados frente al horror de la naturaleza que acababa de poner en peligro sus vidas. 

Un disparo de escopeta se oyó una hora después mientras las campanas de la torre empezaron a sonar de madrugada. Los aldeanos empezaron a salir de sus casas y también lo hicieron los chicos, allí donde se habían refugiado. 

Fueron agrupándose y abrazándose unos a otros tras el terror vivido y entonces aquel anciano chiflado apareció arrastrando en una vieja carreta el cuerpo del monstruo que les había atacado. Era real. Era un gigantesco hombre lobo que ahora yacía gravemente herido. 

- Esa fue la última bala de plata que quedaba en el Marquesado de Castronegro. Y hemos acabado con la nueva difamadora de la sangre de la oscuridad. ¿La reconocéis ahora? 

Sin atreverse a acercarse, todos vieron como el monstruo se iba transformando en ADELA. La que fue su monitora desde hace unas semanas y la que había tendido toda la trampa. También ella es quien había asesinado a Bruno. 

- Pero no es la última de los Hombres Lobo. ¡Ahora el mal está entre vosotros! 

Los apuntó con su escopeta amenazador mientras otra anciana cogía la palabra

- Ya está descargada, berzotas, no podemos matarles así. Y ya sabes que el ciclo iba a volver a empezar, lo único que podíamos hacer es estar preparados para volver a la batalla que empezaron nuestros ancestros. 

Entonces otro anciano habló: 

- No habéis venido aquí por casualidad. Sois los descendientes de los supervivientes de Castronegro. A algunos ya os hemos dado lo que perteneció a vuestros antepasados. Otros solo tenéis vuestra vida y vuestra habilidad para salir vivos de este lugar, como también lo hicieron quienes os precedieron. Pero hay quien no desciende de Castronegro sino de otros lobos que pretenden borrar esta enorme derrota sufrida hace justo quinientos años en estas tierras. 

Nadie sabía qué decir ante eso. Ya sabían que esto no era un juego de campamento. 

Una moribunda Adela les habló: 

- Los Lobos no necesitamos copular para tener progenie. Mis vástagos os devorarán a todos... uno a uno... Esta vez somos nosotros quienes manejamos los hilos... quienes ... contaremos... el final de la historia. 

El hombre lobo se desplomó muerto y mientras los gemelos ancianos les tendían un libro antiguo, el primer anciano volvió a hablar: 

- En este libro del antiguo Obispo encontraréis todo lo que necesitáis saber. Pero antes de nada hay algo que debéis decidir. Vuestros jefes son ahora pasto de los gusanos. Necesitáis elegir a uno nuevo. 

Se quitó la banda que le coronaba y la alzó en el aire: 

​- ¿Quién de vosotros se presenta a alcalde de Castronegro? 

- ¿No habéis oído, berzotas? Reuniros aquí o en vuestras tiendas o donde queráis pero decidid entre todos quién va a ser el Nuevo Alcalde de este pueblo.