Partida Rol por web

Casa en donde Amelie vive con su padre. Estan situadas en un gran descampado situado en las afueras de la ciudad, un parque en donde se permite la acampada, no muy lejos de la playa, de hecho esta al lado de la carretera que lleva a la playa.

El parque tiene una montaña no demasiado grande conocido como "El cerro de los Martires" porque se dice que alli se acuartelaron unos soldados de la guerra de independencia americana para proteger la ciudad de un ataque ingles y donde todos terminaron muriendo y lo sabian pero decidieron luchar por sus ideales antes que morir.

El lugar es un parque donde se permite la acampada actualmente pero donde unicamente esta la caravana de Amelie y su padre.

Ambas cuentan con agua corriente y electricidad, en bicilceta se tardan apenas 10 minutos en llegar a la playa y casi 25 en llegar al centro de la ciudad.

 Eran las 7hs de la mañana, madrugada para nosotros en especial para mi. El despertador suena y lo lanzo contra la pared. - Maldita sea... Instituto, asignaturas, aburrimiento y Zack dormido como un verdadero oso. - protesto al darme una vuelta y ver que mi amigo dormía a mi lado sin percatarse del sonido de la alarma. 

En un acto de pura maldad, esas que después decanta en una venganza, me subo a su espalda mientras le aprieto la nariz para que no respire y le susurro al oído.- Despierta, es hora de irnos. - tras aquellas palabras agarro mi almohada y la apoyo en su cara dando saltos con mis caderas sobre su cuerpo. - Vamooooosssss Arrrribaaaa o cantaré algo que odies sólo para molestarte y fastidiar. A ver, como era. -Agarro un desodorante como micrófono aún sentada sobre Zack. - If you wanna be my lover... you gotta get with my friends, Make it last forever, friendship never ends, If you wanna be my lover you have got to give, Taking is too easy but that's the way it is.... 

¿Conocéis la sensación cuando vas caminando por la calle y un coche te pasa justo al lado tocando la bocina? ¿Ese sobresalto? Bueno, pues era una mierda comparado con lo que sentí en aquel momento.

No había sido suficiente con el despertador por lo que Kitty se me subió encima y empezó a putearme.

¿Cómo puede tener tanta energía si ni siquiera ha desayunado?

Resulta que no me estaba puteando si no que sólo se preparaba para ello. De pronto comenzó a cantar una de las canciones que más odiaba. Justo en mi oído.

- Dios, Kitty, ¿qué coño te he hecho yo? - protesté mientras agarraba la almohada con ambas manos intentanto mitigar los efectos de aquella canción.

Como sabía que no se callaría me incorporé y me quedé sentado, con las manos apoyadas hacia atrás en la cama, y ella encima de mí, cantando aún esa melodía infernal.

- ¡Para! - grité medio en broma medio en serio mientras la empujaba para que cayera de espaldas sobre los pies de la cama. Un segundo después le estampé la almohada en la cara, ahogando su canto.

Sonreí, satisfecho, y salté de la cama esquivando su posible represalia.

Sin dejar de cantar no paraba de reírme mientras veía a Zack enojado por despertarlo así. -No puede ser tan marmota, la próxima vez le muerdo una mejilla.- pienso cuando me habla fastidiado. - ¿Qué me has hecho? Ehmmm no prepararme el desayuno por ejemplo. Cuando será el día que despiertes primero y me lleves el desayuno a la cama, eres un mal amigo. - suelto un bufido aún en modo broma, hasta que me tapa la boca con la almohada. - Serás... - afirmo mentalmente hasta que lo veo incorporarse. 

Corriendo me subo en su espalda mientras mis piernas abrazan su cintura, una de mis manos se aferra a su cuello y la otra le friega el cabello. - No me bajaré de aquí hasta que me prepares café con leche. - lo amenazo riendo.

- Bueno, pues por mí puedes quedarte ahí subida todo el día - replico girando la cabeza y dándole un beso en la mejilla.

Me puse a buscar mi mochila por el suelo. Cuando la encontré me agaché aún con Kitty subida a mi espalda y cogí la toalla y una muda limpia.

- ¿Piensas seguir ahí arriba? - pregunté, sonriendo, mientras me dirigía hacia el pequeño baño que Amelie tenía en el fondo de la caravana.

Recibo el beso sonriendo hasta que doy un lametón en la mejilla de Zack. - Vale, vale, me bajo. Igual te conozco bastante, pero no quiero llevarme un disgusto a esta hora de la mañana. -Le echo la lengua en doble sentido, ya me conocía y jugábamos con ello a pesar de que después terminábamos de una forma extraña a los besos y casi algo más. 

-Voy a cambiarme, no me espirarás al menos que sea con mi consentimiento. - sonrío mientras lo despido con la manita cuando se dirige al baño y busco la ropa para ponerme hoy. Una falda, medias de invierno negras, sueter a la cintura y zapatillas. 

Tras una ducha rápida salí en bóxers y secándome el pelo con la toalla. Kitty ya se había cambiado.

Genial. Me lo perdí, protesté.

- Kitty, ¿me haces un poco de café? - pregunté poniendo mi mejor sonrisa. La ducha me había espabilado y, además, me había surgido en la cabeza una pegadiza melodía que, estaba seguro, podía ser la base de una futura canción.

Silbé las notas mientras buscaba mis vaqueros y cogía una de mis camisetas limpias del armario de Amelie. Siempre guardaba algo de ropa limpia por si acaso.

- Hey, ¿qué te parece esto? - le dije mientras sacaba la guitarra y tocaba la melodía que me había surgido. Alcé la vista para mirarla y me quedé...

¡Wow!

Hala... Que cuerpo madre mía...- pienso centrando la mirada en mi morral y haciéndome la tonta. 

-¿Café? Está bien, preparo el desayuno pero a cambio me darás algo, no me conformo fácilmente y lo sabes. - le recrimino mientras voy encendiendo la cafetera y me dispongo a preparar unas tostadas en la cocina. 

Pero el sonido de una melodía comenzaba a surgir en mi casa, era Zack componiendo. - Me encanta cuando lo hace, lo convierte en alguien perfecto y me quedaría mirándolo como una boba durante largo tiempo. - esos pensamientos eran recurrentes, ambos teníamos en claro las cosas pero a veces costaba mucho mantener esta amistad aunque el riesgo de romper la banda pesaba mas que cualquier cosa. 

-Genial... Pero es para un dúo. ¿No? - le pregunto concentrada en la melodía. Al detenerme en su mirada lo noto sorprendido. - ¿Que tengo? ¿Se me rompió las medias? ¿La falda es muy corta? - pregunto preocupada, no solía quedarse así. 

- A ver... - comenté dejando a un lado la guitarra y levantándome para ir hacia ella. - No sé, déjame ver - añadí levantando un poco la falda y dándole un cachete en el culo. - No, la falta está bien.

Le puse un dedo en los labios antes de que pudiera decir nada.

- Shhh, no está bien discutir por las mañanas. Te saldrán arrugas - dije riendo mientras me sentaba sobre la cama.

Mordisqueé una tostada y sorbí un poco de café.

- Busca tu casco - le dije. - Vamos con el tiempo justo así que es mejor que vayamos en mi moto.

Doy un pequeño repingo cuando me da una palmada en la cola. - ¡Cachis!- suelto antes de que me coloque un dedo en mis labios. -Si, claro. Me dejas con las palabras en la boca, luego te quejas. - pienso al mirarlo con el ceño fruncido. 

Tomo asiento a su lado en la cama sin dejar de observarlo con intenciones poco buenas, pero la hora y si me ponía a liarla llegaríamos muy tarde. - Venga, oso. Vamos en tu moto. Que conste una cosa. - me siento sobre sus piernas. - El casco no me lo pongo ni en sueños. Tendrás que convencerme, no vale darme palmadas porque muerdo. - lo amenazo esperando su respuesta.

Dí un mordisco al aire en su dirección cuando habló de morder y guardé la guitarra de ella en su funda. Tenía el bajo antiguo en la taquilla del colegio y aparte no cabía ningún instrumento en la moto si Kitty venía conmigo así que los dejamos allí. Tomé la mochila y me acerqué a ella.

- Haz lo que quieras Kit - dije mientras le despeinaba un poco con la mano. - ¡Eh! ¿Qué pasa? - pregunté cuando ella protestó. - Si total, el viento te va a hacer lo mismo.

Salimos de su caravana y me encaminé hacia mi moto. Me encantaba ese cacharro. Monté y la encendí mientras esperaba a que Kitty se pusiera detrás.

- Digas lo que digas me parece una buena base para una canción - dije sonriendo. - Agárrate fuerte - sugerí. - Más - añadí esperando a que me hiciera caso.

Me gustaba ir rápido para que se acercara más a mí. Arranqué y enfilé hacia el instituto, dejando las caravanas atrás.

-Serás... -solo me limité a decir esa palabra mientras subía a su moto. -Al instituto. - comento riendo al apoyar mi cuerpo sobre el suyo abrazándolo.

Habíamos salido de la cafetería y nos habíamos dirigido a mi moto tras despedirnos de Noah y quedar con él en casa de Jayden.

Aparqué justo al lado de la caravana y esperé a que Kitty desmontara para hacer lo mismo.

- ¿Te parece que pidamos algo para comer antes de ponernos al lío? - pregunté con una sonrisa mientras esperaba a que ella abriera la puerta. Me gustaba ser ambiguo en lo que decía y buscar el doble sentido a todo.

Bajo de la moto dando un pequeño salto mientras me tomo un tiempo para acomodar mi falda, el problema de que me lleve Zack es la incomodidad de la ropa que suelo ponerme a pesar de que la adrenalina de la moto nadie me la quita.
Me apoyo en la puerta de espalda esperando que mi amigo se acerque. ¿Al lío dices? Desde cuando buscas liarte tanto. -le echo la lengua sin intención alguna de abrir la puerta en función de provocarlo. -Aunque... depende de lo que quieras comer puede que me agrade. Dime Zack.. ¿Que te gustaría probar? - sonrío con picardia.

Sabía adonde quería llegar Kitty pero no le daría el gusto.

- Bueno, unas pizzas siempre están bien pero tú querías comida japonesa, ¿no? - dije eludiendo el tema de manera descarada. Acto seguido, y para dejar de mirarle la falda, intenté quitarle las llaves para abrir yo mismo.

Cuando intenta quitarme las llaves sonrío con malicia. -Aburrido. Comida japonesa para los dos. - le saco la lengua mientras hago medio giro y abro la puerta de mi casa.
Una vez que ingreso dejo las llaves sobre la mesa y me dirijo cantando Lithium hacia mi cama para quitarme las medias de invierno y quedar de falda sola, también descalza.

Contemplé como ella subió delante de mí y reprimí un silbido.

Sabía a qué estaba jugando ya que lo había hecho otras veces pero no iba a dejar que esta vez se saliera con la suya. Contemplé como se quitaba las medias con una media sonrisa y me desabotoné la camisa mientras no miraba. Usaría la excusa de que hacía calor, lo cual era cierto.

- Oye - comenté distraído. - El restaurante japonés reparte a domicilio, ¿verdad? - pregunté esperando que así fuera ya que no me apetecía volver a salir a por la comida.

Con todo el descaro del mundo, mientras ella terminaba de quitarse las medias, abrí la nevera y saqué un par de cervezas que Kitty solía sustraer de la caravana de su padre. Abrí la mía y tomé un sorbo.

Nada mejor que una cerveza bien fría cuando hace calor.

Abro mis ojos sorprendida. Desde cuando tanto descaro... A este juego lo conozco. Caerás. - pienso al levantar mis brazos y atrapar la cerveza en el aire.Tenía buenos reflejos más aún si estaba en plan de "liarla".
Con cierto aire distraído me quito el suéter dejando al descubierto una musculosa negra de Nirvana, me siento en la cama agarro la guitarra dejando la cerveza al costado cerrada aún.
- Rape me... rape me... my friend... - el clásico de nirvana comienza a sonar a través de mi voz dentro de la caravana concentrada en los acordes esperando no equivocarme. - Si, a domicilio. Rape me again... Im not the only one...- continuaba con el estribillo muy entretenida, Zack sabía a la perfección lo que amaba esa banda.

No se me escapaba la letra de la canción. Realmente comenzaba ya a dudar si seguíamos jugando o no. Decidí ganar tiempo y cogí el móvil marcando el número del restaurante japonés. Tras pedir un par de menús para llevar, algo variado, sorbí otro trago de la cerveza y me senté en la cama, junto a Kitty.

- Acuérdate que tenemos que componer - le recordé sonriendo. - Nuestras propias canciones. Ya sé lo mucho que te gusta Nirvana.

Dejé la cerveza sobre la mesita y pasé mi brazo izquierdo por encima de sus hombros para poder llegar al mástil de la guitarra mientras que mi mano derecha se colocó junto a la suya, pasando a tocar yo la guitarra, como si ella no estuviera justo en medio.

¿Quiere provocación? Pues toma provocación.

Sonreí y empecé a tocar los acordes de la canción. No hacía falta cantarla. Ella conocía la letra muy bien y quería ver su reacción.

Standing across the room I saw you smile...