Partida Rol por web

Parece que no colaba mi amenaza, bueno esperemos que no haga falta. Tenia que comprender mi poder. Podía dar vida, el flujo de energía…

Le sigo casi corriendo, lo que me deja sin respiración. No soy muy dado al deporte. No podía pensar con claridad lo que había pasado. Aun estaba turbado por los sucesos de hace unos momentos. Era curioso saber que me habían engañado desde hace tiempo. Pero por que? Tan valioso era yo? Hablaría de esto con Adam cuando llegásemos a donde estuviéramos yendo.

Iba pisándole los talones mientras entrabamos en un estrecho callejón.

Cuando llego a la puerta la abro para que pase Anton, le sigo y la cierro detrás de mí. Estamos frente a unas escaleras, comienzo a subir por ellas, y un piso más arriba me poso frente a la puerta de mi apartamento. Saco la llave y la introduzco en la cerradura. La giro, empujo un poco la puerta, y el cerrojo cede. Invito a pasar a Anton y cierro con llave la puerta.

El salón de mi apartamento es algo pequeño, pero está bastante ordenado. En él destacan el sofá y la televisión. Me derrumbo sobre este, respirando agitadamente. -Si no hubiera sabido desde un principio que iba a salir de esta no habría salido de casa esta noche...- le digo mientras me llevo la mano a la herida de bala. -Ahora sí que hay tiempo para que me cures, Anton. El tuyo es un poderoso don. Aprovéchalo bien...- le comento mientras cierro los ojos, dejándome llevar por mis visiones.

Me acerco a el y le trato de curar poniendo las manos sobre la herida. No controlaba totalmente aun mi poder así queme concentre y deje fluir hacia el mi energía vital. Si la bala estuviera dentro saldría por si sola.

Ahora bien podrías explicarme de que va todo esto? – Le dije mientras le curaba.– Te acaba de disparar Amy y fallo, eso para empezar, supongo que tienes algo similar a precognición o algo así. Pero aun así explícame para quien trabaja Amy y que es lo que pasa.

Abro los ojos cuando la bala sale de la herida, y ésta se cierra. Su poder es realmente espectacular.

-Verás... Para empezar, esa chica no es quien tú crees. No se llama Amy, se llama Sophie. Es una agente de una organización secreta. Dicha organización busca y captura a gente con poderes, como tú o como yo. Y hoy han estado a punto de tenerte. Tú poder les interesa mucho para sus investigaciones, pero no es un lugar al que te recomendaría ir...- Hago una pausa mientras saco mi teléfono móvil y miro la hora. Suspiro y comienzo a teclear para enviar un mensaje de texto. Cuando he acabado le doy a "enviar" y vuelvo a centrarme en Anton.

-A mi ya me tuvieron capturado una vez. Mi poder les parecía... demasiado peligroso. Así que decidieron aislarme. Pero sucedió algo y pude escapar, eso es todo.

Me siento y lo miro, me cuesta creer algo así. Peor lo había oído decir a Sophie. No era una broma… De hecho le disparo simplemente por tratar hablar conmigo prácticamente.

Y ahora, que va a pasar? – Le pregunto mirándole, puesto que yo estaba perdido y conmocionado. Amy resulto ser otra, no la que yo quería. No se que hare ahora, y tengo demasiadas dudas. Y si la organización sigue yendo a por mi ahora? El tenia que explicármelo, pues parecía saberlo.

-Pues ahora hay que irse de aquí. No tenemos que irnos enseguida. Pero ahora que saben que estoy por aquí no creo que tarden mucho en venir a buscarme.- Me encojo de hombros. -Yo calculo que tenemos 24 horas como mucho para salir de aquí. Creo que una noche de descanso nos vendrá bien. Si quieres cenar algo, en la nevera hay comida precocinada.

Me levanto del sofá y enciendo el televisor, me quedo unos segundos buscando un canal, y luego vuelvo a mi sitio. -Puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en el sofá.- le señalo la puerta de mi habitación con el dedo y me concentro en las noticias de la televisión.

Puedes ver en la televisión de reojo lo que está mirando Adam. En la pantalla se ve a una reportera hablando frente a un montón de escombros. Desde algún lugar de Brooklyn, Nueva York. Habla de un derrumbamiento de un edificio. Las causas aún son desconocidas, pero los bomberos ya han conseguido salvar a todos los supervivientes. Ves como Adam sonríe y se relaja.

Estaba cansado y no proteste demasiado. Pensé que era mejor dormir antes de hacerme todas las preguntas. Mañana habría tiempo para ello, tenia que asimilar lo que había pasado. Me fui a donde me dijo. Me acosté y me dormí casi al instante sin pensar en nada.

La cama mullida te parece una nube. El cansancio acumulado hace el resto para adormecerte en pocos segundos. Por tu cabeza desfilan varias imagenes, como si de un tiovivo se tratara: El tiempo pasado con Amy, el encontronazo con Adam por la calle, el disparo, la huída... la verdad...

Pese a tus inquietudes, nada dependiente de ti altera tu sueño. Aunque algo o alguien sí que lo hace. De pronto abres los ojos, escuchas una voz que repite constantemente "No, no, no... Por favor, no...". A gran velocidad recuerdas todo lo que ha pasado, y reconoces la voz. Es Adam, parece que tiene problemas para dormir... 

Me levanto y miro de reojo la puerta. Seguramente hablara en sueños y no tendría importancia, pero por se acaso iba a mirar si todo estaba bien. No me iba a fiar tan fácil de nada a partir de ahora.

Observo con atención el noticiario, no puedo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción. -Otra vez. Lo he vuelto a conseguir.- apago la televisión y me tumbo en el sofá. Me miro el hombro, donde un rato antes tenía la herida de bala. Ni siquiera ha quedado cicatriz. El poder de Anton es asombroso, y a su vez temible... Respiro hondo, preparándome para lo que está por venir. Cada vez que duermo veo algo, y no siempre es agradable. Lentamente cierro los ojos, dejándome llevar por el mundo onírico que me atrae a él, deseoso de mostrarme el futuro una vez más.

La oscuridad lo llena todo. Caigo en el vacío, incesablemente. Nada tiene una forma determinada. Masas de materia deforme comienzan a invadir el espacio. Como si de un simple sueño se tratara, la imagen se va haciendo cada vez más clara en mi mente. Veo un montón de edificios, es de noche. Entre ellos puedo ver un parque. Y a una mujer pelirroja. Tiene... tiene una pistola en la mano. Y está apuntando con ella a... Oh, Dios mío... ¡No!

Me revuelvo en el sofá, pero el sueño no acaba. El espacio se transforma, y la escena se traslada a otra ciudad que no puedo reconocer. La veo a ella, frente a la pelirroja. Cae de rodillas, rindiéndose ante su inevitable fin. No es posible.. No puede serlo. ¡Ella no!

Y entonces, el cielo se tiñe de negro. El día se convierte en noche. Y sobre ese manto de tinieblas, veo el Sol. Un Sol obstruido por la más negra oscuridad. Un Sol eclipsado. El enfrentamiento final entre los dos extremos de la balanza. El inevitable porvenir...

De pronto me levanto, con los ojos muy abiertos. Estoy respirando agitadamente, y el sudor se desliza por mi rostro. Nunca antes había presenciado nada parecido. -Ha sido... muy abrumador...- murmuro para mí mismo, sin darme cuenta de que Anton también se ha despertado.

Miro como se despierta, y pienso que me aterrorizaría poder ver el futuro. Saberlo todo… tiene demasiadas desventajas. Así que le mire con compasión.

Que es lo que viste? Y mejor aun ahora puesto que ya estas despierto quiero que me cuentes lo que ha pasado, no entiendo anda de esto. Que organización? Por que les intereso tanto?

Me acerque a el y me senté al lado quería saberlo, necesitaba saberlo. Era importante pues me incumbía. Pero aun no comprendía por que me ansiaban tanto. Por lo que parece hay mucha gente con poderes.

Intento aparentar una calma que realmente no poseo. El sudor que impregna mi piel no ayuda precisamente. Nunca antes había visto algo parecido. Era como...

-No ha sido nada. Alguien sufría un accidente y ya está. Como cada noche.- aparto la mirada, intentando evitar que vea la mentira en mis ojos. -Sobre esa organización...- aclaro la garganta, preparándome para hablar.

-Es una organización que fue fundada hará unos... 20 años. Por un grupo de científicos que querían estudiar a la gente como nosotros. Capturan a las personas especiales, les hacen creer que ellos son los buenos, y aprovechan para estudiar sus poderes y sacar de ellos todo lo que puedan...

Junto las manos mientras lo miro a los ojos, continuando con mi relato. -Hace algunos años... yo descubrí mi poder. Y fue un accidente, la verdad. Nunca habría pensado que fuera a tener un poder tan peligroso.- agacho un poco la cabeza -Me capturaron, y me llevaron a su sede. Me hicieron miles de pruebas. Estudiaron mi poder a fondo. Pero, por suerte, no consiguieron descubrir mucho. Me escapé a los pocos días, aunque me llevé a uno de los suyos por delante.

En ese momento mi mirada se pierde en el vacío, recordando el rostro de ese agente antes de morir. -Por si fuera poco, la Corporación tiene a gente de los nuestros trabajando para ellos. Hace 17 años, seleccionaron a 7 niños, que habían manifestado poderes extraordinarios. Y los entrenaron para convertirlos en agentes. Lo vi cuando maté a uno de los 7.- suspiro. La verdad es que no estaba nada orgulloso de mi hazaña. -Tenía el poder de controlar los músculos de los demás. Él y otro más se encargaban de capturarnos. Gracias a sus poderes podían controlarnos.

De nuevo, mi mirada se pierde. Pero zarandeo la cabeza para no volver a perderme en las visiones. -Tenemos que irnos de aquí en cuanto antes. Hay que viajar a los Estados Unidos. Va a pasar algo...

Cuando Adam me conto todo esto me sentía como en una serie de esas que dan por la tele, con gente que caza a otros. Grandes corporaciones que utilizan a la gente normal… O no tan normal. Me daba miedo eso. Pero también me llenaba de furia que me quisieran utilizar como a un animal, en teoría lo era, pero eso era impensable. Experimentos en humanos por simple afán de poder y control.

Que va a pasar en América? Ahí tienes amigos que podrán ayudarnos o algún lugar mas a salvo?

Tenia aun mas dudas que antes. Como era mi poder creo que ya lo entienda pero podría desarrollarse? No sabia que preguntarle ahora por eso me quede quieto y asentí ante todo lo que me decía. No tenia tiempo por lo que decía el y no podría pasarme por mi cas alo mas seguro. Solo contaba con 300 libras en la tarjeta de crédito…

Adam pero no tengo dinero apenas. Como piensas que vayamos a América, no podre ni pasar por mi casa…

Después de soltarlo todo, más desahogado, me relajo en el sofá. -En Estados Unidos hay alguien a quien debemos detener. No puedo darte muchos más detalles, pues te pondría en peligro. Solo que es importante, y no puedo hacerlo solo. Por el dinero no te preocupes, yo tengo de sobra para viajar allí.

Me levanto y comienzo a rebuscar por la casa mi cartera. -Siento que no puedas ir a despedirte de tu famila. Pero debemos ser raudos, el destino no espera a nadie.- Cuando encuentro mi cartera la abro, comprobando que esté todo en orden. Y en efecto, nunca se me pasa nada.

-Espero que no estés cansado, aún es muy temprano. Pero nos vamos ahora mismo.- Me guardo la cartera en una chaqueta y me la pongo. No recojo nada, tampoco me importa. No creo que vuelva por aquí en mucho tiempo. Voy a la puerta de mi apartamento y la abro. Me giro, invitando a salir a Anton.-Rápido, no hay tiempo que perder. Iremos en coche al aeropuerto.

Me levanto y cojo lo poco que tenia. Miro a ver si se me olvida algo y trato de pensar en que necesitaría, el dijo que tenia dinero así que no era problema. Bueno supongo que nada

Vamos pues, espero que no haya cosas malas por el camino, aunque tu lo sabrías ya. No se por que, pero me fio de ti y espero que la situación se solucione y dejen de perseguirme. – Le decía mientras me aceraba a la puerta para irnos.

Después de salir Anton de la casa recuerdo algo importante. -¡Un momento!- me excuso mientras voy corriendo a buscar mi teléfono móvil. No puedo descuidarme. Lo encuentro en mi mesa, me lo guardo en la chaqueta y salgo del apartamento. Ni siquiera me molesto en cerrarlo con llave.

Me llevo a Anton hacia la calle, donde mi coche permanece aparcado. Le indico a Anton que se suba, y me siento en el lugar del piloto. Cuando ya estamos subidos y con los cinturones puestos arranco el motor. Quito el freno de mano, cambio de marcha, y salimos disparados de allí. El coche recorre a gran velocidad las calles de Cambridge, yendo siempre por los lugares en los que pasamos más desapercibidos.

Cuando ya siento que estamos en camino saco mi teléfono móvil. Pulso el botón de marcar automáticamente al último número al que he llamado, y me llevo el aparato a la oreja. Escucho como suena el móvil, pero cuando lo descuelgan la llamada se corta. -¡Mierda!

Aún prestádole atención a la carretera me concentro en mi visión. Después de unos segundos marco un nuevo número. No tarda en contestar una mujer joven. -Oiga, siento molestarla, pero es algo importante. ¿Hay por ahí una mujer pelirroja? Se apellida Davis, de nombre Kate. Va acompañada de un chico, más joven, moreno y con gafas. ¿Los ve? ¿Puede decirles que se pongan al teléfono? Es un asunto muy importante, se lo ruego.

La joven me dice que sí, y espero a que se pongan al teléfono mientras avanzo por toda velocidad por la carretera. Le echo una ojeada a Anton de mientras. -No te preocupes por la velocidad y el teléfono, esta noche no nos va a pasar nada.

Adam, son de la Organización? Como es que llamas a alguien y pides que se pongan otros…. – Digo en voz alta que seguramente conllevaría que me oirían en el teléfono. No me preocupaba demasiado su forma de conducir, era precavido pero me encantaba una conducción violenta.

Mientras el hablaba por teléfono me quede quieto y tratando de oír las dos voces, su teléfono era bueno y se oían bien. Así que decidí escuchar. No sabia quienes eran los que hablaban con el por teléfono, pero ahora cualquier información seria de utilidad.

Cuando Kate se pone al teléfono comienzo a hablar. -Creo que la llamada de antes se ha cortado. ¿Cóm va por ahí?

A través de mi teléfono móvil se escucha claramente la voz de la chica. - Sí, me he quedado sin batería en el móvil. Creo que había alguien más vigilándonos en el parque. ¿ Quién está ahí contigo? Necesito respuestas ya. ¿ Me has mandado para que me reuniera con otra persona " especial " o me has dado plantón deliberadamente? - Hace una pausa. -No sabemos dónde ir...

Me dispongo a disipar sus dudas. Pero entonces alguien coge el teléfono y me grita, en tono un tono poco discreto. -¡Queremos respuestas de una vez! Llevo horas de aquí para ya y sólo se que alguien me busca... creéis que puedo vivir así... mi madre estará preocupada... ¿¡Quienes sois y que intenciones tenéis!?

Después de quedarme unos segundos distraído, me dispongo a contestar. -A ver, a ver. Yo estoy de vuestro lado, ¿de acuerdo? Ahora mismo no os puedo dar muchos detalles. Estoy al otro lado del oceano, huyendo de las mismas personas que te han ido a buscar, chico. Ahora mismo una organización os persigue, por lo que sois. No tengo mucho tiempo más para hablar. Debéis... debéis ir a reuniros con una mujer, en la librería Dawson's Fantastic. Decidle que Adam ha vuelto a ver lo mismo que hace 15 años. Ella ya sabrá qué hacer... Ah, y si veis algún animal con un collar extraño, no os acerquéis.

Espere luego a que acabase de hablar por teléfono. No sabia con quien hablo paro parece que también estaban en peligro. Mientras el terminaba de hablar miraba por la ventana, pero ahora me gire y le miraba.

Estas haciendo una especie de frente contra esa organización? Quienes eran las personas con las que hablaste?

Le pregunte sin alterarme, parece que me acostumbraría a no sorprenderme cuando estaba con Adam.

Finalizo la llamada y me guardo el teléfono móvil. Cuando vuelvo a tener las dos manos al volante miro a Anton. –Verás, cuando tienes la habilidad de ver el futuro, no ves solo lo que te concierne a ti directamente. Por alguna razón he visto el futuro de esos dos, y les estoy ayudando a escapar de la Corporación. Y aunque no le tenga un gran aprecio a esa organización, tampoco tengo pensado hacerle frente. Solo quiero arreglar el futuro…

Mi mirada vuelve a la carretera, y en pocos minutos llegamos al aeropuerto. Dejo el coche aparcado y entro junto a Anton al aeropuerto. Pese a la hora que es, ya está lleno de gente. Un montón de personas van de aquí para allá, yendo a embarcar o a facturar. –Quédate aquí.- le digo a Anton. –Voy a comprar los billetes.

Rápidamente me dirijo al lugar donde los venden. Después de hacer cola durante unos minutos, y de mantener una pequeña discusión con la mujer que me ha atendido, consigo los billetes para el vuelo más inmediato a Estados Unidos. A Nueva York.

Me dirijo de nuevo a donde he dejado a Anton, le doy su billete. –Bien, hemos tenido suerte. El vuelo sale en 30 minutos, y como no llevamos equipaje no tenemos que facturar nada. Vayamos a la zona de embarque.- le comento, mientras busco con la mirada la zona de embarque.

Después de pasar el control y el detector de metales llegamos a la puerta de embarque. Le mostramos los billetes al hombre que vigila la entrada y accedemos al avión. Después de sentarnos en nuestros respectivos asientos me pongo el cinturón y cierro los ojos. Durante unos segundos intento relajarme. Si quiero que todo vaya bien tengo que predecir lo que va a suceder.

-Iremos a Nueva York. Y allí nos reuniremos con alguien. Es nuestro destino, lo he visto.- le digo a Anton en un susurro. Luego sonrío y finalmente me quedo con una expresión neutra. Intento vislumbrar el futuro. Y después de varios intentos, el destino me regala otra de sus visiones.