Partida Rol por web

Linus se mantuvo en silencio mientras se dirigía a su plaza en el transporte aéreo que les habían asignado para la misión. Con una orden en binario, ordenó a Remus que se afianzase a algún lugar del habitáculo. No prestó mucha atención al revuelo que montaron los soldados al reabastecerse y se centró en revisar los procedimientos y letanías que debía llevar a cabo para establecer el punto de comunicación.

Al poco rato se vio interrumpido por la voz del Sargento Emil a través del canal de comunicaciones del escuadrón. -Le agradezco su dedicación, Sargento. Realizaré mi trabajo con la eficacia que se merecen sus esfuerzos.- Dijo a modo de complacer al escuadrón. Aunque Linus no experimentaba los sentimientos de la misma manera que el resto de los humanos, no era ajeno a lo que los demás podían expresar o asimilar por el contenido de un mensaje. Por ello llegó a la conclusión lógica de que al comunicar su compromiso, ello mejoraría el ánimo de los soldados.

cuando Klauss me mostró esa preciosidad el mundo se paralizó, joder, era igual al lanzamisiles que usaba cuando estaba de instrucción... la gente vociferaba contra Klauss mientras este les replicaba improperios, mientras tanto yo cojía con abas manos semejante obra de arte.

Revisé cada engranaje, cada apertura, el compartimento de munición y sub-munición... todo perfectamente engrasado, ajustado y listo para usarse.¿quien demonios, se ha olvidado una pieza así en una Valkiria?, mientras mi mente comenzaba a buscar munición desesperadamente, mi mano sacó el cuchillo de su funda y comencé a "tatuarle" un bonito nombre a mi nueva joya de la corona.... debía ser un nombre suave, pegadizo, lleno de ironía ; un nombre con personalidad... mi imaginación se encontraba en una nube de algodón, la cual se rompió abruptamente con el ruido de Klauss al rebuscar entre las cajas la munición de este angelito.

... Angelius... creo que le quedará de pelicula

Con cierta soltura, comencé a rayar la carcasa con el machete dibujando unas alas....

Cogí la munición que me daba Vlad y la guarde convenientemente al lado de cada arma para mayor rapidez de colocación, comprobé las granadas y la protección que llevaba. Me hubiera gustado llevar las armaduras de esos Marines espaciales, pero si me la daban, no sabría ni mover la, así que para que soñar si era imposible.

Music

Todos estaban listos, todos se iban encaminando hacía el transporte que hacía poco les había conducido hacía la batalla y que ahora les llevaría hacía su nuevo destino, una misión exclusiva, un trabajo para una única unidad ya que el General no podía deshacerse de más hombres ni recursos. El oficial del Munitorum miró con muy malos ojos a Ava pero no dijo nada, no estaba con ánimo de enzarzarse en una disputa con ella ni mucho menos por alguien a quien consideraba ya un cadáver en vida.

La escuadra iba levantando suciedad y polvo a cada paso que iban dando mientras los motores de las valkirias, puestos en punto muerto iban exhalando vapores como si fueran bestias dormidas. La noche estaba cerca, se podía notar con la creciente falta de luz que se iba dando a cada minuto que pasaba. 

Los operarios de tierra pronto se pusieron frente al trio de transportes y esperaron a que toda la unidad estuviera en su interior. La vakiria 01, "La banshee" esperó al grupo con su boca abierta mientras el piloto y su copiloto esperaban realizando las ultimas comprobaciones de rutina, calibraban los instrumentos y se cercioraban que todo estaba en orden. Comprobó los pedales que hicieron vibrar el aparato al mover los alerones de alas y cola y alzó el pulgar a su ayudante. 

Emil fue el ultimo en entrar, se agarró a un pasamanos y se giró para ver como la rampa se iba cerrando con ceremoniosa lentitud. El sistema hidráulico iba siseando conforme el aceite de su interior se iba distribuyendo hacía otra parte consiguiendo así que tiraran de la pesada rampa. No tardó demasiado en cerrarse por completo el compartimento de carga, y en cuanto lo hizo, una mortecina luz verdosa inundo el interior.

 - Sargento - a esa palabra le precedió un chasquido de estática, el piloto había abierto un enlace con la bodega de carga y hablaba a la escuadra - soy el capitán Bergrim, seré su apoyo aéreo durante la misión. Iniciamos el vuelo en treinta segundos - fue un mensaje escueto, rápido y sencillo; y nada más cortar la comunicación la valkiria empezó a retemblar al sentir el aumento de potencia de los motores. Como un rugido de un furioso animal poco a poco empezó a elevar el vuelo mientras los operarios de tierra les iban indicando con sencillos gestos que la maniobra de despegue iba en buen curso.

No paso mucho tiempo, el trío de transportes voló raudo hacía la cordillera de montañas donde había indicado el ilustre General, allí le esperara a la unidad su destino, su misión... y, posiblemente, su tumba. La cordillera tenía colinas romas, sin vegetación alguna y de tierra color arena, como si fuera un desierto al que le hubiera salido una enorme de cicatriz que llegaba a los miles de kilómetros de longitud, ya que se mirara donde se mirara, no se veía el fin de aquella enorme cadena montañosa. 
El transporte tomó tierra en una zona extrañamente allanada donde se podía ver todo... todo aquel mundo infectado de enemigos. Se estaba a gran altitud y se notaba por lo que costaba respirar, la falta de oxigeno era acuciante pero pronto se acostumbrarían los cuerpos de aquellos aguerridos soldados que formaban la escuadra de Emil.

Solo una valkiria se quedó, las otras descargaron todo el equipo que necesitaría el tecnosacerdote y se fueron dando bandazos algo estilosos a modo de despedida de su capitán de ala.

Bergrim había salido del aparato y se acercó a Emil, le tendió la mano a modo de saludo después de quitarse el casco y dejar a la vista su rostro. Era un hombre fuerte, de bastante altura con aspecto confiado y severo. Tenía los ojos color miel y parecían estar evaluando a todo y a todos a cada momento. Un extraño bigote poblaba su labio superior y acababa en una perilla en aquella bien formada barbilla. Tenía el cabello recogido en un curioso recogido en lo alto de su cogote, sin duda vendría de un planeta con curiosas costumbres. El copiloto, en cambio, se había quedado comprobando la nave después de haber apagado motores y demás equipo electrónico, no se le veía muy sociable, y Bergrim parecía estar cabreado.

Ya me presenté antes - dijo escueto con una voz dura - no voy a decirle como hacer su trabajo como espero que no me diga como tengo que hacer el mio - se puso recto haciendo crujir el cuero de su mono de piloto repleto de bolsillos - ya saben la misión que tienen que hacer, yo estaré cerca para ayudar y cuando haya problemas, "La banshee" y yo despegaremos para dar apoyo aéreo a la escuadra ¿dudas? ¿preguntas? - fue mirando uno a uno al grupo que tenía ante él 

El Ogrete, que durante todo el viaje se había mostrado molesto y tenso, salió de la nave cargado como un mulo con cajas de munición y otras cosas en cuanto ésta tocó tierra y la puerta se abrió, dejando el espacio mínimo para que él pasara...."Amos...Amos pequeño-tú.....ir delante y ver qué haber...." dijo al salir y pisar la tierra color arena...dando varios pasos hacia fuera, pronto su respiración se tornó trabajosa y alguna que otra tos le sobrevino..."Ahh..ahhh....cog cog.......mi 'hogado....¿atacan?" preguntó con la tez algo roja por el sobreesfuerzo mirando alrededor. "No ver nadie...." se encogió de hombros y se dió media vuelta de nuevo...

Sus brazos dejaron las cajas en el suelo y tornó a la nave a sacar más equipo, así como sus armas, cuando vió la ingente cantidad colinas y montañas a su alrededor....."Bonito...." dijo el Ogrete, sonriendo por primera vez desde que le habían ordenado subir a la nave. Se quedó quieto...alelado contemplando el paisaje mientras el resto de soldados correteaban a su alrededor...

Estreche la mano del piloto, asintiendo levemente a sus palabras. Un hombre que sabía lo que tenía que hacer, al menos contábamos con un buen apoyo aéreo si el asunto se complicaba en exceso.

- No tendrá problemas con esa parte, Capitan. Mis hombres saben lo que tienen que hacer. Realizaremos la misión o moriremos en el campo de batalla, es así de sencillo. Si me disculpa voy a cumplir con mis ordenes  - conteste para girarme hacia mis hombres.

- Vamos hombres y mujeres de Krieg, cuantos antes terminemos nuestro trabajo, antes os iremos a seguir cumpliendo con la voluntad del emperador. Ya tendremos tiempo para descansar cuando estemos muertos. El emperador siempre provee.

-Senor, si Senor!- dije con cierto tono de alegria devota, ya que sabia que nada podia pasarme su voluntad me protegia y que fuera con la carne de canon no significaba nada. Me puse las pilas y anduve atento, aquello se iba a calentar en muy poco tiempo o esa era mi percepcion.

Como siempre un camino de mierda, y habia que limpiarlo me iba a terminar gustando aquello.

- Señor, si Señor, dije raudo y mirando a Vlad le hice una seña para que pudiéramos sacar cuanto antes todo el equipo y prepararnos para el combate como debía ser.
Cuando salíamos pregunte a Emil:- Señor, donde nos vamos a situar?, seria interesante saberlo par buscar puestos defensivos acordes a la situación.

Pía no respondió, apartando eso si su mirada vigilante del ogrete durante unos segundos para mirar a su sargento. Su misión era precisamente que nadie de los presentes tuviese tiempo para descansar hasta llegar a la edad de jubilación. Un trabajo casi deleznable teniendo en cuenta la búsqueda imparable de las gentes de Krieg por encontrar la muerte en el campo de batalla.

- Lo primero, Melt *, es esperar a que el tecnosacerdote Medraut, escoja la zona en donde va a situar la antena de comunicaciones, tras eso formaremos un perímetro defensivo, realizando trincheras y barricadas a su alrededor si los enemigos nos dan tiempo, además de utilizar las defensas naturales que nos proporcionen la montaña - respondió al soldado. **

- Hasta que decida en donde va a situarla, dividiros alrededor de la montaña para vigilar todos los caminos que puedan llegar hasta aquí, no quiero que nos cojan con los pantalones bajados.

Como era lógico, donde el piloto aterrizó era una zona bastante llana, sin grandes piedras ni árboles; al fin y al cabo aquel planeta era un erial sin vida, muerto milenios atrás donde solo había albergado aquella no vida mecánica necrontyr. La cordillera que recorría una gran parte del planeta como una cicatriz tenía colinas redondeadas, eran como dunas gigantescas pero con bastante estabilidad, estabilidad que daba su base rocosa en el interior.

Al Norte de vuestra posición se extendía el planeta, gris y arenoso, agreste y sin vida.
Al Sur estaba el campo de batalla, a varios kilometros se extendía un gran planicie donde estaba la imponente y muerta barcaza de los ultramarines que servía de base para el Imperio y después el resto de bases y campamentos enemigos... a pesar de la distancia se podía ver que había movimiento en todos ellos y como todos se lanzaban a la batalla contra sus vecinos, una batalla de cinco bandos sin alianzas.

Al Este estaba la colina de más altura, arenosa, sin vida, con rocas sueltas aquí y por allá, era idóneo para la construcción del sistema de radio para contactar con la flota, pero no era muy fácil mantener oculta la instalación y todo guardia sabía que una antena es grande y se ve, y más una para tener conversaciones extraplanetarias.

Al Oeste la montaña iba bajando hacía un paso entre montañas pero en seguida subía de nuevo... ese era el punto más fácil para un ascenso terrestre, pero claro, el enemigo tenía aparatos aéreos. 

Me tuve que acordar de las minas, pero claro ya en aquella montana perdida de la mano del Emperador lo mas inteligente era hacer algun punto de tirador donde no le dieran a uno a la minima de cambio, y eso que significaba? Sudar y romperse las manos.

Decidido, saque mi medallon y lo bese con devocion, lo volvi a guardar para buscar mi pala reglamentaria. Alli habia mucha tierra que mover y poco tiempo me temia.

Me movi hacia un lado, cubriendo el terreno mientras miraba hacia la nada buscando algun signo de movimiento.

Según el transporte los dejó en su destino, Linus Medraut se dirigió al instante a revisar y preparar todos los elementos necesarios para la instalación de antena ignorando en mayor medida lo que ocurría a su alrededor. Su servidor Remus lo seguía de cerca proporcionando lecturas secundarias para contrastar los informes del tecnosacerdote.

Hizo un breve estudio del terreno para localizar el emplazamiento idóneo para la antena de comunicaciones. No tardó en encontrar el lugar en el que el funcionamiento de la antena resultase óptimo. Pero también era consciente que el lugar podría verse comprometido por los ataques enemigos. Así que se dirigió al Sargento Emil. -Sargento Emil, es necesario un punto de vista estratégico para la instalación de la antena. Como tecnosacerdote mi obligación es hacer que funcione al mayor nivel de rendimiento, pero soy consciente de que eso no sería útil si su integridad se ve comprometida por un ataque enemigo y el terreno supone una desventaja para defender el recinto.- Le entregó una tabla de datos al sargento con los puntos marcados por Linus como posibles emplazamientos. -Le sugiero que me comunique cuanto antes sus conclusiones. Estaré calibrando los componentes y preparando los diferentes dispositivos para su instalación.- La voz del tecnosacerdote todavía era reconocible como humana, pero la inevitable distorsión del sistema de respiración hacían bastante complicado interpretar su tono de voz. Sin más demora y con una leve reverencia a modo de despedida, Linus Medraut se dirigía a empezar con sus labores.

Norragh, tras ayudar a bajar todas las cajas y sacar todo el material, cogió una caja grande y se la acercó hasta una roca que daba al camino que bajaba hacia el paso entre montañas. 

Una vez allí, improvisó una mesa con la caja y, sacando sus raciones de comida y bebida, se dispuso a comer, con su arma al lado de él, mientras oteaba hacia el desfiladero entre cucharada y bocado......"Pequeño-tú.....Max.....comer ahora....nosotros no saber cuándo poder comer otra vez...." 

Esperaba tener el estómago lleno para cuando Emil diera la orden de volver a llevar cosas pesadas de un sitio a otro o la de patear culos......

Viendo al ogrete como se dedicaba a zampar de lo lindo, la verdad que recorde que llevaba una manana de no te menees, asi que decidi sacar una racion de campana y ofrecer la mitad al ogrete ya que dudaba que me la comiera toda -te doy la mitad- dije acercando un trozo de carne y algunas especies enlatadas por supuesto-yo no como mucho, pero tu eres un grande- dije sonriendo como no hacia en muchisimo tiempo, quizas aquel era el ultimo momento de paz en la proxima tormenta, pero lo que si que estaba claro que aquel ogrete habia pensado con la cabeza, cosa extrana, que yo valoraba ya que comer ahora era estar fuerte para luego. Mi frugaz comida no me ocupo mucho tiempo, y la verdad que me estaba poniendo nervioso de no estar cabando trincheras y posiciones de tiro, asi que comer me entretenia por un instante.

- No se preocupe por nuestra integridad, tecnosacerdote Medraut, nuestra misión es que esa antena funcione correctamente protegiéndola hasta que se hagan las comunicaciones pertinentes, y por el emperador que lo haremos. Comience a preparar la zona esta para colocarla - respondo a Linus.

- Ya habéis escuchado donde se va a colocar la antena, empezar a realizar el trabajo.

te doy la mitad, yo no como mucho, pero tu eres un grande-

Al oír aquella frase, Norragh se levantó y cogiendo a su compañero un poco por sorpresa, le dio un gran abrazo...."Grax...grax...yo mucho amigo tú......", los apretones del Ogrete eran tan efusivos que la armadura del marine crujía entre sus brazos.....

Soltándolo, se agenció de la comida que le tendía y se la comió rapidamente, a dos carrillos, con un ansia viva tremenda, como si tuviera miedo de que Emil......."Oh no....ya'tamos otra vez...mi querer comer y dormir....................¿qué ser etto....mosca?" pensó el Ogrete dando un manotazo al aire.....

Tras la comida, el estómago de Tronchahuesos estaba algo más tranquilo....era hora de trabajar. Se levantó, cogió una pala tamaño XXXL y se dirigió, seguido de su fiel compañero Max, al punto indicado por Emil...."Nosotros cavar bujero grande, grande.....más grande....¿tú venir Cisssssna....? ¿Pia? ¿Pequeña Ava?" el ogrete estaba encantado de tener tantos y tan buenos compañeros......¡Ay de aquel que se atreviera a tocarlos!...tendría un Ogrete furioso en carga berserker cara a él.....babeando saliva por su enorme boca y con mucha, mucha, mucha mala leche....

Con algo parecido a un silbidito feliz, se alejó dando grandes zancadas....

La verdad que habia que ser tonto para no esperar algo asi, de parte del ogrete pero la verdad que no me gustaba desperdiciar las raciones, y el tenia pinta de necesitar mucha energia. El apreton me dejo ciertamente descolocado, tanto que tuve que quitarme el casco por un momento, para coger una bocanada de aire. No perdi tiempo en mucho mas, asi que volvi a poner el casco y con la pala en la mano me acerque a la linea que marcaba Emil para comenzar a cabar, el ogrete quitaba paladas como yo de grandes aunque con aquellos brazos era comprensible. Yo aporte lo mio, y sudando como si me fuera la vida, seguia trabajando sin tomar agua, ni comida en un par de horas de trabajos forzados.