Partida Rol por web

Deja de quejarte Arrasador - Solté mientras pasaba por su lado con aire de aburrimeinto - tienes más basurra encima que heridas... ¿has pensado de darte un baño alguna vez?, esa mierda de sangre Xeno se pega en la ropa y no veas como huele despues. En mi cara se reflejaba un gesto de burla mientras me sujetaba la nariz.

ohhh poderoso emperador... tiempo libre... ya no recordaba que era eso.

Saqué mi macuto, y rebusque dentro de el sacando una caltimplora metalica,- ahhh toma un trago anda, que así se te curan mejor las heridas.

Los soldados cada vez estaban más alborotados. Se escuchaban gritos, otros jaleaban a compañeros que habían sobrevivido... unos pocos se sentaban sobre sus cascos mientras jugaban a las cartas sobre el embarrado terreno totalmente ajenos a todo lo que acababa de pasar; muchos hablaban... fuera lo que fuera que hicieran, la moral se estaba subiendo poco a poco a pesar de las perdidas, de las heridas y de una batalla que nadie había ganado... al menos, nadie perdió.

Toda la plana mayor de todas las compañías ahí destacadas se estaban intercambiando placas de datos, funcionando al unísono. Mentes de estrategas que habían dejado en otro lado las rencillas que pudieran sentir, las viejas afrentas o insultos... y todo por el gran y poderoso Imperio, todo por el Emperador, por él y en su nombre.
La reunión duró cerca de quince minutos más, demasiado tiempo pues el jaleo de la tropa iba subiendo de volumen, y ni los comisarios ni sargentos se molestaban en frenarlos; comprendían lo que estaba pasando, comprendían que la tropa necesitaba desquitarse y aquello estaba subiendo el ánimo contra todo pronóstico.

Llegado el momento, después de la reunión, los sargentos primero de cada compañía cantaron al unísono un fuerte y contundente.... - ¡FIIIIIIIIIM ES!

Nadie rechisto, de repente todo cesó, todos se pusieron firmes, cuadrados y ocupando su posición correspondiente dentro de su unidad, de su sección... todo fruto de la costumbre; allí ya no había novatos.

El general de los cuerpos de la muerte de Krieg fue el que tomó la palabra, nadie supo porque, pero no era difícil imaginarse el motivo para sus hombres. Dietrich era una mente brillante en cuanto a la estrategia, se sabía adaptar y jugar con sus cartas con extrema maestría como ha demostrado en numerosas ocasiones, es así desde que tuvo el mando de la compañía, es así desde que ganó aquel sobrenombre para su unidad. 

 - ¡Soldados del imperio! - la voz resonó por todo el campo, unos vox instalados en los puntos más estratégicos transmitían la voz del general a todos los guardias - ¡Nos ha llegado la hora! ¡a todos y cada uno de nosotros!... ¡Nos ha llegado la hora de dar nuestras vidas por el Imperio, por el Emperador... por nuestras madres, padres, hermanas, hijos e hijas! ¡Nos ha llegado la hora de luchar por todo aquello en lo que creemos y amamos! ¡Nos ha llegado la hora de afrontar la mayor e importante campaña que se ha embarcado la humanidad desde la gran cruzada! ¡Hoy! ¡Hoy y todos los días que nos queden aquí tendremos sobre nosotros los grandiosos y sabios ojos del Inmortal Dios Emperador! - los guardias allí reunidos asintieron mostrándose de acuerdo, lejos de sentir temor o ganas de huir todos se mantuvieron firmes, estoicos y listos para servir - A cada sección - retomó el "briefing" pero esta vez con un tono más relajado - se les impartirás las ordenes correspondientes, el plan de batalla es sencillo, a falta de concretar con los mandos astartes, la guardia imperial defenderá el sector al completo. Es demasiado terreno el que hay que cubrir, pero el despliegue se hará por secciones. Los quiero ya yendo a sus puestos - los sargentos primero empezaron a repartir papeles con coordenadas de despliegue, todas las secciones y escuadras recibieron un papel, todas menos la unidad del sargento Emil - caben trincheras, preparen fortificaciones, establezcan zonas de tiro y cubran todos los ángulos desde los puntos que se les manden. Ahora, sus comandantes de unidad les darán los detalles ¿Comprendido? - no era una pregunta que fuera a ser respondida, el general sabía que solo había cabida para un si - el emperador protege - fue su despedida haciendo el signo de águila y se quedó allí parado, mirando a Emil y a sus hombres, mientras todas las escuadras se empezaban a desplegar.

Ya se termino el descanso, volvemos a ponernos en marcha – pienso al escuchar la palabra firmes en boca de los sargentos primeros de cada sección. Luego llega el momento en el que el general se dirige a todas las unidades, ordenando, haciendo además la función de líder de todos los regimientos imperiales. Lo que me extrañaba era el hecho de que aún no hubiesemos recibido nuestras coordenadas de despliegue, no había que ser muy listo, para darse cuenta de que a nosotros nos iba a tocar bailar en otro lugar.

- Estar preparados y listos para recibir las ordenes, tal vez tengamos que salir de aquí rápido – ordeno a mis tropas.

- General – comienzo a decir acercándome hacia él tras hacer el saludo protocolario - ¿Cuales son nuestras ordenes? - pregunto.

Norragh tomó la cantimplora que le tendía Ava y la olió con algo de sospecha, sobretodo después de oir la palabra "Baño"......

El Ogro miró a la mujer y ladeando la cabeza le contestó.."Ba....ño....Baño....¿qué ser Ba - ño? Mi no saber.." en cuanto el penetrante olor de la cantimplora llegó a la piutitaria del Ogrete, éste sonrió y se empinó la cantimplora hasta dejarla vacía...."Glú...glú...glú....glú......." una vez vaciada, el Ogro miró dentro mientras la agitaba intentando que cayera algo más...."Mi gutta mucho.....¿no más? Oh....." dijo con semblante tristón mirando algo esperanzado a Ava.

"Ava buena..ava mejor pequeña-amiga ahora....yo cuidar..." le dijo, dedicándole una de sus grandiosas sonrisas bobaliconas, con algo de babilla cayéndole por la comisura del labio....

Justo en ese momento los sargentos comenzaron a berrear...Norragh se puso en la posición que Emil le había enseñado tras semanas y semanas de prácticas y la mantuvo....incluso mientras oteaba el cielo al oir lo de "tendremos sobre nosotros los grandiosos y sabios ojos del Inmortal Dios Emperador!" miraba y miraba...pero no veía los ojos por ningún lado....perplejo, agachó la cabeza y vió que los otros pequeños hombres estaban recogiendo cosas y caminando, pero Emil no, y la doctora, Ava y el resto tampoco....se acercó a Emil y se puso detrás de él..."Mi preparado jefe Emil...yo mato jerejes....tú dí, yo mato..." le dijo a su Oficial, con una gran sonrisa....al Oficial de la derecha...¿o era el de la izquierda? ¿ahora había dos Emil?

Norragh parpadeó sorprendido...ahora tendría que obedecer a los dos...¿y sí cada uno le mandaba una cosa diferente? Su frente empezó a perlarse de sudor...pues estaba condicionado para no decepcionar ni desobedecer a Emil....siguió parpadeando, intentando aclararse la vista..."Ugh...."

Pía se había pasado el descanso caminando entre los soldados de las tropas, remendando cortes y vendando heridas. La mayoría de los guardias apenas habían sufrido más que "rasguños", pero alguno de ellos había llegado allí por mero milagro obrado por el Emperador. La Doctora había apuntado un par de nombres que, si no les mataba una bala antes, caerían por heridas internas antes de que el sol saliese de nuevo. Pero ahí estaban, doloridos pero con una tenue sonrisa en su cara pálida, pensando que llegarían al día siguiente con la suerte que les caracterizaba.

Pobres diablos. 

El inicio del discurso de Dietrich le pilló lejos del sargento, vendando el brazo de un especialista de armas pesadas que se aferraba a su arma como una madre a un hijo y lanzaba comentarios mordaces a la doctora intentado liberar la tensión omnipresente del campo de batalla.

En cuanto el general empezó a dialogar con el resto de mandos, la pequeña soldado se movió intentando pasar desapercibida y volver a su puesto, para poder cumplir con las ordenes en cuanto se despachasen. 

Parecia que porfin habian encontrado un agujero donde meter a toda aquella soldada, para hacerlos sufrir antes de que murieran, y convertir las trincheras en fosas comunes. Aun asi todos ibamos a dar todo lo necesario, todos ibamos ha hacerlo por el en terra, y si me enteraba que alguno no lo hacia por eso estaria muy gustoso en secarle el cerebro o avisar a un comisario, lo primero que se me pasara por la cabeza. Volvi por quinta vez a revisar que todo estuviera bien colocado, y a mano, y luego lo volvi a hacer con mi companero igual que el chequeo mi equipo.

Nacimos para estar preparados, estamos preparados para ser su voluntad, solo necesitabamos un objetivo, y entonces nada podria evitar que lo consiguieramos.

El general solo se quedó con un par de miembros del tacticae que conversaban en voz baja mientras debatían algo relativo a unos datos en sus placas. Parecían estar defendiendo puntos de vista diferentes y el tono se iba elevando poco a poco. El General lo ignoró en cierta medida y os hizo llamar con un leve gesto de la mano, un acercaos niños... acercaos a mi.

 - Bien, los mandos están y estamos satisfecho con la actuación de vuestra unidad, pero te voy a quitar el mando de la sección, se lo pasaré al Sargento Fregal - no le importaba ofender a Emil, la necesidad era la necesidad - seréis retirados de la defensa de la improvisada base - si es que esto se podía llamar base, el estado era deplorable, todo había quedado devastado - se os asignará un tecnosacerdote e iréis a la colina 2-alfa, a varios cliks de aquí ¿comprendido? se os dará un transporte valkiria para que os lleve y se quedará con vosotros; bien, ahora al meollo de la cuestión, debéis emplazar una estación de comunicación en la cumbre, es prioritario contactar con la flota, estamos a ciegas y sordos... su misión también incluye protegerlo todo el tiempo que sea necesario ¿comprendido? - repitió y ahora se calló esperando preguntas que pudieran lanzarle. 

Asiento al escuchar las ordenes del general, comprendía que me relevasen de comandar la sección. Había sido una medida tomada en una situación de combate, ahora que las aguas habían vuelto un poco a su cauce y se gozaba de cierta tranquilidad, era mejor que un oficial con mayor experiencia tomase el mando de la sección. 

- ¿Que tipo de resistencia podemos esperar y que enemigos se encuentran en las cercanías, señor? ¿Nos suministraran algún tipo de armamento pesado para hacer frente a los enemigos aparte de las armas que lleva el transporte valkiria? - pregunto en primer lugar, esperando que mis hombres formulen también sus preguntas.

Había asistido a la batalla pero de manera pasiva, había acompañado a las aeronaves pesadas de transporte, con el fin de ayudar en las labores de descarga de suministros, equipo y municiones... pero no por ello, no había visto nada.

La batalla había sido brutal, los ejercitos se habían enfrentado sin tregua ni cuartel. Orkos, Tiranidos, Necrones y los malditos herejes. Los Imperiales se habían defendido durante horas, pero al final se habían visto superados cuando los enemigos redoblaron sus esfuerzos atravesando las murallas en los puntos más débiles. 

Se sabía poco de la esfera de arcanotenología, pero si se conocía el hecho de que se había dividido en cinco pedazos. Los rumores habían volado con rapidez y aseguraban que cada ejercito se había quedado con un fragmento de la esfera, un fragmento que aún albergaba muchísimo potencial energético. 

Los esfuerzos de la guardia imperial se iban a centrar en la defensa, pero al tecnosacerdote le habían encomendado una nueva misión; debía acompañar a una escuadra para establecer un punto de comunicación con la flota, se debían coordinar para lograr una defensa y un ataque óptimo.

Los soldados que se debía acompañar estaban reunidos con el General del regimiento, Dietrich Von Ross... 

Norragh, detrás de Emil, sólo alcanzó a distinguir la palabra "valquiria" entre todo lo que se había dicho....aparte de comprender, de algún modo casi intuitivo, de que de nuevo les tocaba destrozar enemigos. Sabía que ésa palabra....valquiria...implicaba entrar en un cajón oscuro y pequeño, y eso no le gustaba nada....pero nada de nada....así que, despacio...o todo lo despacio que un Ogrete era capaz de moverse, empezó a andar hacia atrás, con la esperanza de que Emil no lo oyera....."Yo...yo ir andrando....Jefe Emil drecha.....si tú querer...yo ir corriendo Jefe Emil izquerrda...." decía el Ogrete confuso mirando a uno y a otro....¿Porqué había dos Emil ahora?.......

Evidentemente, no se había dado cuenta que había arruinado cualquier posibilidad de sigilo.....

Estaba en silencio como siempre, como cuando vivía en Krieg antes de un enfrentamiento entre bandas por una zona mejor en los subniveles inferiores de las ciudades, sentía la misma adrenalina correr por su cuerpo, como la había sentido desde que llego a este planeta, La vida era cruel con un Guardia Imperial, y la mayoría no pasaban de su primer enfrentamiento real, pero aquí estaban, el sargento Emil les había sacado de allí, si ellos habían hecho su trabajo y bien, pero el que tomaba las decisiones era él. Por eso no entendía por que le daban el mando de la sección a otra persona, pero así era el ejercito, no tenias que pensar, solo apretar el gatillo y seguir apretándolo hasta tener que cambiar el cargador, eso es algo que sabia hacer. Más ahora nos mandaban a una misión por lo que podía sacar, peligrosas, menos mal que Emil pregunto las cosas básicas, aun así me acerque un paso por detrás del sargento y digo:- Señor, ¿Tendremos material para afianzar la posición, y protegernos de lo que amenace la misión?, y ¿si es así que tipo de material?, preguntar por las armas estaba bien, pero si tenias una trinchera el cuerpo expuesto era inferior y las posibilidad de ver a tu compañero muerto, o que el te viera a ti bajaban dramáticamente.

Estoy esperando la respuesta de el general, y justo escucho movimiento a mi espalda y miro de reojo como Tronchahuesos comienza a andar en a saber en que dirección balbuceando frases que no tenían mucha lógica.

- Soldado Norragh, venga aquí. ¿Que te ocurre? - pregunto mirando al ogrete con rostro tranquilo, mientras espero su respuesta, el soldado O'Connor se acerca hasta donde me encuentro realizando unas preguntas a Dietrich. Asiento ante la iniciativa mostrada por el soldado, esperando que el resto hagan lo mismo formulando y exponiendo sus preguntas. 

la situación se tornaba cómica por momentos, listos para partir, no nos venía nada mal relajarnos un poco -Sargento, no le ocurre nada especial, ya sabe la adversión que le tiene a volar... no se precupe Sargento, yo me ocupo de el; solo necesito un momento para tranquilizarle un poco.

me acerqué con sutileza a Norragh y tomé con ambas manos a su gran brazo, dios... era casi como un tronco de arbol de grande.

-Vamos pequeñajo, tenemos que ir preparando el equipo para el combate, pero tu será mejor que tomes un poco de comida... que eso te relaja.- mientras guiaba al Ogro despacito, busqué con la mirada a mi camarada- Klauss, maldita sea ¿¿donde te metes??; necesito un buen trozo de comida para el compañero con el aliño especial ...

Norragh notó algo en su brazo...miró hacia allí y con agradable sorpresa vio dos Avas......parpadeó un momento y sonrió bobaliconamente....sus movimientos se detuvieron de inmediato y se dejó hacer por completo..."Ava...." dijo el Ogrete señalando el espacio de aire entre las "dos" mujeres que él veía, sin saber por cual decidirse..."Ava muy mejor amiga....yo cuidar....pero mi andar mucho...yo ir 'minando....mi no Valquiria...mi no sitio pequeño y 'curo..." dijo con decisión..."¿Mi comer comida?" preguntó a la mujer.....bueno...a las mujeres, mientras movía la cabeza izquierda y derecha...."brrrrr...brrrr..." 

Ladeó la cabeza después de escuchar las preguntas que le habían formulado, pero no fue ese el motivo, fue, sin duda alguna, el intento de escape del ogrete; realmente era gracioso ver como aquella mole de músculo y estupidez trataba de escabullirse de puntillas... pero el General no se rió, nunca se reía.

Cuando se giró para encarar a Emil y responderle, su comunicador personal chasqueó repetidas veces y se llevó la mano al mismo para escuchar con más claridad lo que le decían - ahora le respondo Sargento - fue lo que le dijo con su voz serena y firme - su nuevo camarada acaba de llegar - y así era, se había acercado por vuestra derecha, por detrás. Iba acompañado por un servidor armado el cual avanzaba con su rostro impertérrito, lo normal en aquellos diablos que pagaban sus condenas con lobotomias y una vida de servilismo - este es el tecnosacerdote Linus Medraut, debéis protegerlo para que realice su labor... presentaros y en lo que llega el valkiria, os daré los detalles y resolveré vuestras dudas - sin más que añadir se alejó unos metros y comenzó a hablar con algunos miembros de su séquito, los que se habían quedado.

[...] ...Ahora le respondo, sargento... Su nuevo camarada acaba de llegar... [...]

Linus escuchó estas palabras acompañadas de la estática característica que producía su microcomunicador al descodificar una línea de comunicaciones. No lo hacía con maldad, simplemente es una manera de mantenerse ocupado y bastante útil para no perder la práctica. Por lo que había escuchado, sentía cierta curiosidad por conocer al grupo al que había asignado para llevar a cabo su misión. Así que en cuanto escuchó las palabras del General Diedritch, se dispuso a entrar en la sala donde esperaban sus futuros compañeros.

Todos se giraron cuando señaló su oficial superior para presentar al tecnosacerdote al que debían proteger. No tardó en asignar  las voces que oyó por su comunicador a cada uno de los guardias presentes. "El curtido soldado que tengo en frente es sin duda alguna el Sargento Emil. ¡Ah! Y el ogrete Norragh... Curioso espécimen". Sin más demora procedió a presentarse. -Soy el adepto Linus Medraut, al servicio del Fabricador Regulus Zeth del Mechanicus de Marte.- Dijo con una leve inclinación, tratando de parecer una tímida reverencia. Su voz aunque de tono amable, se veía ligeramente distorsionada por su unidad de respiración. -Y éste es mi servidor, Remus V. Espero que podamos colaborar para llevar a cabo la misión de manera eficiente y sin demora.- Concluyó con una inclinación de cabeza. 

Acto seguido, se quedó de pie observando al grupo y esperando sus presentaciones. "Un grupo ciertamente curioso... Valdrá la pena haber venido hasta aquí." Se dijo a sí mismo. Nada entretenía más a Linus que la oportunidad de adquirir o redescubrir conocimientos ya olvidados. Y ésta misión estaba rodeada de incógnitas que él estaba ansioso por resolver.

Observo al recién llegado que se presenta ante nosotros, hago un leve gesto con mi cabeza a modo de saludo antes de proceder a presentar al resto del equipo.

- Sea bienvenido, tecnosacerdote Medraut. Yo también lo espero. Soy el sargento Emil, le presentare al resto del grupo. A mi lado tengo al especialista en armas el soldado Magnus O'Connor, aquel gigantón es el ogrete Norraght - Indico con mi mano al resto del equipo mientras sigo hablando - El médico de la escuadra, Pia Worth, la especialista en armas pesadas Ava Butcher y por último y no menos importante, nuestro psíquico Cissna Cayce. Pueden hablar con total tranquilidad mientras llega nuestro vehículo - termino diciendo mientras comienzo a mirar los datos de la misión esperando las respuestas del general.