Partida Rol por web

Tras la carga y grito de la enana todas las bestias huyen dejando los cadáveres parcialmente masticados, sin duda no aguantarán muchos días en el lugar.

Aquello había salido según sus planes. Ya era hora de que algo no le saliera sin contratiempos. De no haber sido así y no haber podido espantar ni a una banda de sabandijas, se hubiera planteado la idea de regresar a Rastor y dedicarse a otra cosa.

La enana se acercó a los cadáveres. Tenía toda la noche por delante y no iba a desaprovecharla. Registraria uno a uno a cada uno de los cadáveres. Cualquier cosa aprovechable seria saqueada y si al final el peso de todo era demasiado, fabricaría un transporte con ramas o improvisaria algo. Ya se le ocurría algo.

Dwama no se quería dejar nada en el tintero, primero cogió una a una cada espada, 5 espadones en total, acto seguido les quitó sus armaduras, 5 cotas de bandas, comenzó a registras los cadáveres, desnudandoles a fin de localizar hasta la última bolsa con raciones o dinero.

No encontró raciones, lo que la llevó a pensar que las debían portar todas en el carro, sin lugar a dudas se creían invulnerables, incapaces de perder una emboscada, dejando sus cosas en el mismo carro que usaban para las tretas.

Lo que si encontró fueron bolsas con oro, una con 50 PO, otra con 25, otra con 100 de plata, una que llevaba 5 de platino y por último uno que tenía un pequeño rubí y 20 piezas de cobre.

Como material personal encontró varios amuletos que no pudo identificar, seguramente de deidades malignas o trasgoides.

Pero ni una sola ración, el único alimento que había era la carne de los propios trasgos.

Viendo que la situacion es bastante extrema ya que los recursos alimenticios son escasos y carecemos de medios para acelerar nuestro paso, decido subirme a un arbol y ver si a la lejania veo humo de chimeneas, fuegos o claros en el bosque por si hay civilizacion.

-Sir Godofredo, "Wu Jen", me subire a uno de estos arboles para ver si consigo divisar algun poblado o asentamiento para adquirir alimentos y si es posible alguna montura, mientras esperamos que la Dama Dwama vuelva de su mision de recuperacion. Vuelvo enseguida, echadle un ojo al pequeño Timmy.

Tras mis palabras busco el arbol más alto posible y me encaramo a el intentando llegar a su copa, o lo suficientemente alto para divisar el horizonte y busco alguna señal de vida inteligente.

Tras aproximadamente 3 horas vuelve la enana, cargada con las armas y armaduras de los Grandes Trasgos pero sin raciones extras con las que alimentaros.

Pasáis la noche hasta que amanece, el clérigo ha dormido apenas 4 horas tras despertarse el mediano descansado y dejarle dormir unas horas hasta que el sol le ha hecho imposible continuar su merecido descanso.

Tras desayunar reemprendéis la marcha preocupados por la falta de víveres y vuestra nula capacidad de caza, aptitud que quizás en un futuro os convenga mejorar.

La idea del mediano, si bien parecía buena, no tiene efectos puesto que no es visible ninguna granja ni vivienda, os encontráis en mitad de un camino de un bosque a kilometros de cualquier población.

El pequeño Timmy se despierta un poco mas tranquilo, ha pasado mala noche, ha tenido pesadillas con lo sucedido, con las continuas vejaciones y maltratos sufridos, un joven normal se habría vuelto loco pero por suerte el niño es bastante fuerte.

A pesar de su corta edad  el niño no es tonto, sabe que tienen un grave problema con las raciones, máxime por incluirle a él en el grupo.

-Yo.. yo... Yo... puedo intentar cazar algo, a veces mi padre me enseñaba a capturar conejos o palomas que venían a comerse nuestro grano. quizás con un arco y con cuerda podamos capturar alguna alimaña que llevarnos a la boca. Dijo con un sobrado exceso de confianza.

-Señor Conde, aun no le he agradecido suficientemente como me ha salvado la vida, es seguidor de Sant Cuthberto nuestro Señor del Justo Castigo? mis padres le rezaban cada semana,... Yo le recé mucho estas semanas para que alguien como vos les diera su merecido, parece que me escuchó, pero no fue suficiente para salvar a mami y a papi ni al abuelito. Te dice con lágrimas en los ojos.

-No se enfade con la enana, ella me ha acogido como ayudante, me enseñará a hacerme fuerte para que nunca ningún gran trasgo me vuelva a hacer lo mismo. Ya soy un niño mayor!

-Quien es ese tal Del Cojón?, como habláis de él parece ser un tipo formidable!

Logro subir a duras penas y desde lo alto diviso el horizonte a mi alrededor, por desgracia no se vislumbra nada que pueda servirnos para obtener alimentos o transporte, estamos literalmente en medio de la nada del bosque. Tas maldecir nuestra suerte bajo del arbol y me acerco al grupo; veo que la Dama Dwama a llegado.

-Vengo de observar los alrededores; para nuestra mala suerte no he visto ningun asentamiento, pueblo o algo que indique presencia humanoide, tendremos que seguir el camino hasta que demos con alguna presencia humana. -Tras mis palabras miro a Dwama- Veo que ha vuelto de registrar los trasgos, bienvenida; ¿tenian algun suministro o algo que nos sea de utilidad?

- Nada... - Le respondió secamente. - Supongo que llevarían sus provisiones en el carromato. - Gruñó ligeramente. - Fue una mala idea dejarlo allí a su merced. ¿Pero qué otra cosa podíamos haber hecho?

Al menos había podido saquear aquellas armas y armaduras. Si una vez en Hommlet lograba sacar un buen precio de mercado por todo aquello, podría comprar provisiones para muchas semanas. No obstante, era ahora cuando necesitaba de ellas y no en la aldea. Los dioses estaban siendo irónicos con ellos.

Mientras el hobbit se encuentra escalando y el resto le miran deseosos de encontrar algún tipo de refugio o señal de civilización el joven Timmy se da una vuelta por la zona, intentando dar con algo que llevarse a la boca en caso de necesidad.

En lo alto de un árbol encuentra un nido con huevos, que coge con cuidado, cuando acaba de bajar, contento con su GRAN aportación, la madre de los huevos le ataca, tratando sin éxito de defender a su descendencia, el niño, con bastante agilidad le lanza una pieza de ropa , atrapándola, para acto seguido retorcerle el cuello y conseguir mas comida.

-Mirad lo que he conseguido! una paloma y 5 huevos! esta noche podremos hacer buen caldo para cenar! El chico con mucho cuidado guarda el nido con huevos en la camiseta que había atrapado a la paloma y se la cuelga al cuello, mientras se dedica a desplumarla mientras comienza a caminar. Si queréis os puedo enseñar! A veces no teníamos dinero para comprar comida y debíamos vivir de lo que daba el campo! Dwama te enseño si tu me enseñas a usar bien una daga o espada corta! Dijo como intentando negociar con la enana que le había salvado la vida.

- ¡Buen trabajo, pequeño Timmy! - Le dijo Dwama orgullosa al niño. - Voy a encender un fuego para preparar el cocido...

Dwama se dispuso a buscar ramas suficientes y piedras para rodear la hoguera. Ya era hora de comer algo y el pequeño Timmy había demostrado que podía serles de utilidad. Con eso no había para todos, pero podían comer algo ligero antes de seguir avanzando. Si Timmy proseguía con sus avances como cazador, acabaría siendo un útil aliado para el grupo.

- Mientras enciendo el fuego, podríais montar un campamento... - Sugirió.

Tras las penurias sufridas, la decepción de algunos y una jornada de camino llega el momento de levantar el campamento nocturno, Dwama muy diligentemente enciende un fuego, mientras Timmy procede a utilizar los aperos de cocina de la enana con la paloma que lleva horas pelando y quitándole las entrañas.

Tras encender el fuego y tener listos los ingredientes el pequeño Timmy ve el primer problema.

-Tenemos suficiente agua para hacer un caldo? No quiero pasar mas sed! esos malditos trasgos ya nos han hecho pasar mucha! Dice con los ojos empezando a empaparse en lagrimas.

Por suerte para todos el agua no iba a ser un problema, el Conde, tras recitar unas palabras, llena la olla con tanta agua que se desborda, cas apaga el fuego, pero la acción hace reír a Timmy.-Bieeeeeen!!!! magia! magia!!!  El muchacho se afana en tirar los trozos de carne de paloma en su interior, cascar los huevos y hacer lo mismo, mientras lo remueve hasta que una estela de huevo cocido nubla el caldo.

Al rato el caldo está preparado, no está especialmente bueno, pero es comestible, quizás deberíais comprar sal y especias para poder hacer comidas de urgencia con algo de sabor. -Siendo el sabor. Dice Timmy entristecido. Pero sin sal ni hortalizas esto no deja de ser agua con huevo y carne hervida. El niño empieza a llorar por haber fallado su cometido.

Pasa la noche y de pronto algo despierta a Godofredo de Miramonte, un animal le está lamiendo la cara con una gran y larga lengua viscosa.

Al abrir los ojos asustado por no haber recibido aviso de la vigía Sheiland, el Conde se lleva una grata sorpresa, su caballo ha vuelto a él y lo mejor de todo, sus alforjas están llenas de sus provisiones y equipo hurtado.

El joven Timmy, quien había vuelto a pasar una noche de llantos y gritos, al ver al animal se lleva una gran sorpresa y se acerca a acariciarlo.

Era verdad que lo que Timmy había cocinando sabía tan insípido como chupar un listón de madera. Pero les había ahorrado un importante gasto de provisiones. Tenía siete u ocho años tan solo. No se le podía pedir mucho más.

No obstante, no le consoló. Sus lloros no estaban justificados. Tenía que aprender cuando llorar y cuando no. Esa no era una ocasión adecuada. No tenía sentido. La vida era mucho más dura que una sopa insípida. Cuanto antes lo supiera mejor.

Al despertar una grata sorpresa les aguardaba. Se trataba de un poderoso corcel, cargado de provisiones. Aquello les ayudaría a subsistir por algunos días más bien alimentados.

- Parece un caballo listo... - Le dijo la dama enana al conde. - Ha encontrado a su dueño. ¿Como se llama? - Le preguntó a Godofredo. - En la mina donde trabajaba teníamos una mula. Azucarillo se llamaba. Ya estaba vieja y ciega. Murió.

Esto es lo que digo antes de de la mañana:

A pesar de ser una comida insipida y pobre para un grupo de 5, me hizo recordar a mi infancia, cuando estaba con mi padre tampoco podia comer mucho, si no fuera por lo que mi madre me daba a escondidas de él seguramente no habria sobrevivido. Aun asi gracias a esta cena pudimos llenar nuestros famelicos estomagos y poder pasar la noche, aunque pobre se agradece el poder comer algo caliente.

-He de decir que para ser un niño tan pequeño te desenvuelves muy bien en la naturaleza, conseguiste suficiente alimento para hacernos pasar la noche sin hambre, con un poco de entrenamiento serias un excelente guardabosques o explorador, la base es la supervivencia, y veo que de esa tienes suficiente.- Le digo al pequeño Timmy.

-Seguramente aun estes enfadado conmigo por lo que le paso a tus familiares, pero aun asi quiero que sepas que siento lo que les paso y que nunca fue mi intencion hacer daño a inocentes. -Le digo en un intento de arreglar las cosas con él.

Por la mañana, la vision de aquel corcel lamiendo el rostro de Sir Godofredo me ocasiono primero una risa inaguantable, pero luego me lleno de esperanzas de poder salir de aquella situacion con vida; no seria lo mismo si dispusieramos todos de monturas, pero almenos con ella teniamos más posibilidades.

-Veo que ha vuelto vuestro corcel, y con las alforjas llenas, eso nos dara más tiempo para trazar un plan de supervivencia hasta llegar a Hommlet. Quiza lo hayan liberado, o se haya escapado de ellos.-

-Deberiamos prepararnos y seguir avanzando, por el camino intentaremos ver si encontramos viveres o algun animal para alimentarnos.-

- Tiene que haber algo entre este lugar y Hommlet. - Dijo la enana. - Si seguimos la carretera hallaremos alguna aldea, alguna posada o refugio.

Dwama estaba muy convencida de lo que decía. No podía haber frente a ellos una ingente cantidad de kilómetros deshabitados. La gente buscaba negocio donde no lo había y en una carretera principal, tenía que haberlo. Si como ellos más viajeros necesitaban algún lugar donde descansar o donde reponer provisiones, alguien tenía que estar dispuesto a proporcionárselo. Sino, puede que pasara alguna caravana o carreta por la zona. Alguien más debía querer ir hasta Hommlet. 

- ¿Nos vamos? - Propuso.

Dwama recuerda las enseñanzas de la escuela de Rastor, llevada por el profesor Jom, sabía que Rastor está bastante aislado, solo tenían contacto normal con la aldea orca que tenían al sudoeste. El resto de terreno era poco fértil e inseguro por la gran presencia de ladrones y asesinos de razas monstruosas.

Antes de iniciar la marcha a Rastor, el buhonero de Itálica te contó que el camino que cogías era más rápido pero mucho más peligroso.

Esa ruta comercial estaba cerrada por el continuo ataque de orcos y otras razas monstruosas, por lo que el gremio prefería ir por el noroeste desde Itálica y llegar al sur de Rastor.

Para ir a los reinos Francos del oeste se iba por veLuna o Furionda, más al norte, mucho más largo pero seguro y con escala en sitios importantes para el Comercio.

Todo eso hace que entre Rastor y Hommlet no haya asentamientos.

El joven cazador y cocinero hace caso omiso a los comentarios del causante de la muerte de sus padres y sigue encandilado con el caballo esperando que el Conde le cuente cosas maravillosas sobre él.

Timmy sin duda era un chico fuerte, pero no dejaba de ser un niño traumatizado, sus rabietas y llantos eran lógicos teniendo en cuenta lo sufrido y el miedo a ser abandonado si no era útil. Aún así su odio al mediano le impedia darle un respiro, al menos de momento.

Dwama se acercó al crío. Estaba fascinado con aquel caballo. Lo cierto era que se trataba de una bella criatura. Era como para quedar encandilado viendo el porte de nobleza que demostraba. Sus crines relucían con la luz del astro solar y sus ojos expresaban una inteligencia superior a la de muchos humanoides. Realmente se trataba de un ser merecedor de elogio, una proeza de la naturaleza. Sin duda, una criatura mucho más respetable que la mayor parte de los habitantes de Rastor.

- Es precioso... - Dijo en un susurro casi imperceptible. - Casi me gustaría saber montar sobre una de estas bestias. - Miró entonces a Timmy. - A los de mi raza no se les considera los mejores jinetes. Es cierto que no solemos montar sobre caballos por eso de nuestro... tamaño. - Dijo aquello con cierto bochorno. - Pero sí montamos muy bien sobre otras criaturas. Desde ponis, pasando por cabras de guerra, jabalíes terribles o incluso lobos... -

Dwama se situó cerca del resto de miembros del grupo. Llevaban algún tiempo callados y como ausentes. Era como si hubieran desaparecido del medio, al igual que pasaba con las calles en los días en los que se celebraba el solsticio de invierno en familia..

- Estamos en terreno era poco fértil e inseguro por la gran presencia de ladrones y asesinos de razas monstruosas. - Dijo tras recordar las enseñanzas de la escuela de Rastor, llevada por el profesor Jom. - Rastor, de donde vengo, está bastante aislado del resto de poblaciones. Tan solo tenemos contacto con una pequeña aldea orca al sudoeste. Tendremos que apañarnos solos un tiempo. - Miró a Timmy con cierto orgullo. - ¡Menos mal de nuestro pequeño cazador! - Exclamó y soltó una risotada.

-Sugiero- mirando al conde y al pequeño Timmy -Que vos lleveis al pequeño con vuestra montura, si hubiera problemas podreis alejaros rapidamente del peligro y despues vos Conde, una vez a salvo el pequeño, podreis auxiliarnos, la dama Dwama y yo podremos cubrir a la "Wu Jen" contra los atacantes que se acerquen mientras tanto. Deberiamos partir ya hacia Hommlet antes de que caiga la noche, el tiempo corre en nuestra contra.