Partida Rol por web

Ya vislumbraba el final del túnel que comunica este mundo con el otro, cuando por una fuerza desconocida mi alma se vio arrastrada de vuelta al mundo de los vivos.

Poco a poco fui abriendo los ojos, notaba un dolor, no tanto físico, más bien en el espíritu ocasionado por las acciones que aquel clérigo me hizo.

Dejando de lado todo lo malo de la situación, una sensación de calidez recorría mi espalda y llegaba a todos los extremos de mi cuerpo, al voltearme para ver de que se trataba, resulto ser el Conde Godofredo que, mediante su milagro de la sanación divina, estaba restaurándome de mis heridas.

Poco a poco pude incorporarme y mientras lo hacia, recogí mi fiel estoque para acto seguido poder presentar batalla en cuanto se me brindase la oportunidad.

Si creéis que este es nuestro fin estáis equivocados! Jajajajajajaja volveremos a vernos y me llevaré vuestras almas para que mi señor las queme! Jajajajaja y ahora disfrutad la victoria si podéis!

El clérigo maligno, con una absurda confianza en sí mismo se giró y saltó por la ventana que tenía tras de sí, sin dar tiempo a los presentes de detenerlo.

Ahora Vacra! Mándalos a conocer al Señor! Jajajajaja

Tras ello se escucharon caballos alejarse.

Notas como después de la marcha de los caballos del enemigo un temblor se sucede en el molino, de la parte baja empieza a subir un calor sofocante seguido de un fuego que os quema y humo.

Han prendido fuego al molino!!! Dice la exploradora tapándose la cara.

Sufrís daño directo por la explosión; Dwama cae por la sacudida y el felino se desvanece.

Está todo lleno de humo.

- ¡Hay que salir de aquí cuanto antes! - Dijo Dwama acercándose a la ventana más cercana y mirando a través de ella. Quería comprobar si todavía quedaba alguien abajo antes de lanzarse. Pero fuera como fuera tenía que saltar. No le quedaba otra, el molino estaba a punto de venirse abajo.

La enana fue la primera en saltar por la ventana, mientras caía vio como dos caballos se alejaban al galope del molino, en uno montaba el clérigo maligno, el cual les estaba haciendo un tanto con la mano, en el otro aparentemente no viajaba nadie, pero iban a la misma velocidad de galope.

Uno a uno los héroes y su compañera temporal, Ingrith, fueron cayendo de bruces fuera del molino, mientras en este se repetían explosiones y sonidos de caída de escombros.

Momentos después el pequeño Timmy llegó a su posición, según parece de cubrir la entrada delantera.

Las campanas de los templos de la villa repicaban, sin duda la explosión del molino y el incendio habian llamado la atención de las gentes, que ahora tendrían la misión de sofocar las llamas.

Ha ido mejor de lo que esperaba! No hemos muerto, hemos rescatado a vuestro compañero, han muerto varios de esos malditos engendros y hemos destruido su base secreta! La cosa pintaba mal la verdad, llegué a creer que todos moriríamos!

Dijo la exploradora mientras guardaba su arco.

Acto seguido se acercó al Conde y le extendió la mano.

Ingrith, cazadora de la Villa de Hommlet y desde hace un par de días maestra del joven Timoteo, me alegra que esté vivo Señor Conde, sus amigos lo han arriesgado todo por usted, debe estar orgulloso de ellos!

El último en llegar, el pequeño Timmy, se dirigió corriendo hacia su salvador; se tiró en plancha a darle un abrazo casi consiguiendo derribarlo.

Señor Conde está vivo! Menos mal! Menos mal que nos encontramos con el Hobbit por el pueblo y pudimos ir en su ayuda! He conseguido atraer a los malvados guardias para que le rescatarán! Ha visto señor Conde? Ha visto?

El joven sin duda estaba acelerado, no era para menos, pues había arriesgado su vida contra gentes malignas sin estar preparado para ello, pero bien está lo que bien acaba.

- ¡Malditas sabandijas cobardes! - Gritó la enana y en el esfuerzo de gritar se hizo daño y tuvo que escupir sangre.

Enseguida se apresuró a comprobar que todos estaban bien y maldijo al saber que no podría saquear los cadáveres de los enemigos caídos. Ese era siempre uno de los momentos más reconfortantes de su oficio.

- ¿Está usted bien, señor conde? - Le preguntó. - Creo que deberíamos marcharnos antes de que lleguen los aldeanos. No quisiera que nos confundieran con asesinos, asaltadores o pirómanos... - Ayudó al conde s ponerse en pie. - En cuanto estemos a resguardo tendrá que contarnos mucho...

Cough cough..

Algunos casi morimos en el intento.. pero supongo que ha valido la pena.

Quizás deberíamos extinguir el fuego y ver si conseguimos sacar algo de valor?

Quizás haya algún cofre ignifugo o algún objeto mágico que no quede destruido por el fuego. Ciertamente estaría bien encontrar alguna prueba física de la existencia de este grupo..

El joven Timmy apuntó hacia la entrada principal con la mano.

Delante hay un pozo y un par de cubos, si hacemos una cadena podemos intentar apagar esto!

Este molino es de madera, piedra y paja, dudo mucho que lo podamos apagar nosotros solos.

La exploradora, no obstante, siguió a Timmy y ayudó a los aventureros en las labores de extinción.

- Todo sea por el botín... - Pensó la enana.

Acto seguido empezó a buscar cubos que llenar de agua y vaciar sobre el incendio. Sin embargo, a parte de los que Timmy había localizado no parecía haber más cerca de allí. Apagar el molino no era una de sus prioridades, pero si recuperar lo que consideraba suyo por derecho a saqueo. Una ley no escrita entre aventureros.

- ¡Vamos señor Conde! - Exclamó Dwama. - ¡Si no tiene nada que decir, al menos ayude a extinguir las llamas!

Los aventureros empezaron una cadena humana con los pocos cubos de que disponian para apagar el molino, el esfuerzo era importante, sobre todo teniendo en cuenta que estaban llenos de cortes, moretones,... Ejercer de bomberos justo despues de despertar al caer inconsciente por el daño recibido no  es buena idea, cuenta de ello dieron Godofredo y Jack, quienes debieron hacer varias paradas exhaustos.

A los Diez minutos de la explosión varias docenas de hombres, guardias, campesinos y otras gentes llegaron al lugar portando animales y cubos, docenas de cubos.

-Vosotros?? Que carajo habéis hecho?? venís a mi pueblo a dar problemas?? En cuanto apaguemos estos os venís conmigo, esto no puede quedar asi!

El Jefe de la Guardia, quien parece tener un odio personal hacia vosotros procede a organizar las fuerzas de extinción, en pocos minutos varias hileras de personas empiezan a lanzar cubos y mas cubos de agua sobre el molino, los campesinos proceden a tallar la vegetación cercana a fin de evitar que el fuego se extienda y otros tantos se dedican a tirar paladas de tierra al interior a fin de extinguir las llamas.

Pasa casi una hora cuando el molino es apagado del todo, la temperatura en su interior es aun muy alta por lo que varios vecinos se quedan montando guardia para enfriar la zona.

Miráis dentro del lugar y no veis nada mas que madera quemada, piedras oscurecidas y objetos retorcidos y dificilmente identificables.

-Prendedlos! los interrogaremos en la fortaleza. Elmo envía hacia vosotros a unos 10 guardias armados, estáis muy débiles para defenderos o huir, la situación es crítica.

-No! ellos son inocentes! han luchado contra los hombres malos!! grita el niño interponiendose entre los guardias y vosotros.

-Acercaos y os tumbo patas largas!! Dice haciendo gestos con las manos haciendo entender que les dará un puñetazo si os tocan.