Partida Rol por web

He escuchado que tuvisteis lío ayer, espero que eso no rompa nuestro acuerdo.

El tipo parece desesperado por unirse al grupo para ganarse la vida, sobre todo sabiendo lo capaces que sois.

La semielfa mira a Godofredo con estupefacción, las heridas de la tortura aún son visibles en él.

Conde! Qué le ha ocurrido!! Su mano!?!!? Cortaré el cuello de quien le ha hecho esto.

La preocupación de la ruda hembra parece sincera.

Tras sentaros en vuestra mesa, la dueña se os acerca.

He escuchado lo ocurrido, como habéis acabado con unos asesinos! Os invito a una ronda y las habitaciones de esta noche valdrán la mitad, aquí se trata bien a los que cuidan del pueblo!!

- Eso cierra nuestro acuerdo más que nunca, amigo mío... - Dijo la enana. - ¡Una pinta posadero! - Exclamó Dwama. No sabía cuándo iba a ser la próxima vez que podría probar el sabor de la cerveza y eso era motivo de preocupación. - Partiremos mañana, no mucho después del alba. Antes de marchar tenemos que hacer algo... - Alzó la cabeza y miró de nuevo al propietario del local. - ¡Tengo hambre! - Declaró y acto seguido soltó una ruda risotada.

Y el resto que quieren comer? Hoy tenemos carne de caza recién traída!

- ¡Ponme un plato de venado y uno de jabalí! - Exclamó la enana. - ¡Que no se diga que no sabemos comer y pasarlo bien! - Aquella podía ser la última comida decente que tuvieran antes de marcharse a la aventura y Dwama no iba a desaprovechar la oportunidad de comer a gusto. - Chatrilon, únete a nosotros... - Le sugirió.

Claro que sí! Así nos conocemos! Otra de venado para este duro combatiente!

El tipo se sienta con vosotros a comer y beber, el Conde está visiblemente incómodo, pero es la voluntad del grupo y debe respetarla.

-Yo.... yo... yo quiero probar ese jabalí- Dije escondiendo ligeramente mi cara con la capucha de mi capa, aún estaba embriagado por la belleza de aquella joven posadera.

-Por nada debéis temer, gentil dama, pues heridas más graves he sufrido. Aquesta cicatriz no es más que una muestra de la incapacidad de los falsos credos de asaltar el cuerpo mundano de un fiel del castigador-levantó la mano y observó el muñón con cierto orgullo.

-Aqueste es un precio que pago gustosamente con tal de dar caza y eliminar a los herejes- Enfundó su mano mutilada en un guante de cuero-Más yo probare aquesta pitanza que decís, mesera.

La guardia mira a Godofredo con una mirada mezcla de orgullo, piedad y tristeza.

Cuénteme Conde como pasó todo! Qué le hicieron y como eran esos truhanes! Si los veo les cercenaré la testa como que me llamo Maridosen Altojardin! Princesa de Celina! Jefa! Traigame una jarra de cerveza y descuentela de mi salario de esta semana! Hoy beberé con el siervo del Castigador y haremos chanzas de esos hijos del oscuro!

La mesera mira con desconcierto a su empleada, ella, tan bruta y mala de relacionarse con los clientes, iba a tomar algo con un grupo entero!

Esto... Si... Esto... Claro, ahora te sirvo, pero piensa que estás de servicio y no me la tienes que liar tu!

El grupo, comió, bebió y rió, se contaron historias y chanzas y cuando fue tarde descansaron en sus cómodos catres...

Al día siguiente empezaba la verdadera aventura.

-Bueno compañeros, lo primero sería ir a adquirir suministros para el viaje; yo necesito de todo, mochila con varios enseres, algún arma nueva, también raciones para el viaje; y aparte, debo ir a ver a algún hechicero o mago para que me identifique estos objetos que llevo, ahora mismo son una carga, no se que hacen, y podrían ser algo útil en nuestro viaje.-

- Sheiland igual puede identificar los objetos. - Intervino Dwama. - Para eso la tenemos... ¿No? - Miró a la enana que llevaba largo rato callada, más del habitual en ella. - En cuanto a los suministros... ni se te ocurra gastar una moneda con eso. ¿No han dicho loas autoridades que nos suministrarán de provisiones para el viaje? ¿Tiene suficiente oro como para comprar un arma mágica?

Dicho todo aquello preparó su equipaje. No es que tuviera mucho que guardar en su mochila de viaje, pero le gustaba tenerlo todo bastante ordenado. Gracias a su padre tenía una mochila estructurada con la que transportar todos sus enseres teniéndolos siempre a mano y bien ordenados. Eso si se lo tenía que agradecer a su pobre padre. Aunque fuera un negado en muchos aspectos, su corazón era noble y quería a su hija. Ella en el fondo también le quería y empezaba a echarle de menos.

- Godofredo... - Llamó la atención del conde. - Recuerde que tenemos que ir al templo. La canonesa nos espera a primera hora. - Dicho eso se puso en marcha hacia la casa de Sant Cuthberto en Hommlet.

-En lo de los objetos, tienes razón Dwama, ella podría intentar identificarlos; en cuanto al material, necesitaré una mochila con Petate, Pedernal y Acero, una Olla, un Odre, una Manta para el Invierno, y una Antorcha.- Tras lo cual añadí -Además necesito comprar Herramientas de ladrón, las mías están muy gastadas o rotas, las necesitaremos allá donde vamos por si hay puertas o trampas. También me gustaría llevarme algún arma de mano más por si la mía se rompe o la pierdo durante el combate, ahora solo tengo mi fiel estoque, a parte de que necesito un arma a distancia por si el enemigo esta lejos que pueda atacarle si fuera necesario.-

- Jack, te recomiendo que no gastes tu dinero en baratijas y armas mundanas. Puede que sí necesitas una ballesta o una espada corta o una daga, nos las pueda proporcionar la villa de Hommlet. - Dijo la enana. - Sino ya robaremos entre los cadáveres de nuestras primeras víctimas. Ahorra para cuando puedas comprar algo realmente bueno. - Y dado aquel consejo se puso finalmente camino del templo junto al Conde.

El grupo se dirigió al Templo del Castigador, los compañeros estaban algo decaídos, Godofredo no había dicho nada en toda la mañana y Sheiland parecía estar pensando en algo desde hacía días, pero aún así Jack y Dwama ya hablaban por los cuatro, con grandes esperanzas y ánimos.

En un momento dado el grupo observó cómo una gran cantidad de gente se reunían en una plaza mientras el pregonero daba las nuevas de ese día, al llegar el discurso ya había empezado.

... La enana Dwama y por último el Hobbit Jack, nuestros grandes líderes Rufus y Burne les agradecen su gran ayuda para llevar ante la justicia a un grupo de forajidos que habían asesinado al dueño del molino, el Señor Ildefonso, así como al sabio Arquimedes, tras lo cual prendieron fuego al molino Norte, fuego que fue extinguido rápidamente por el Jefe de la guardia, el gran Elmo. Es por ello que se nombra a estos héroes, hijos honoríficos de Hommlet.

Hijos honoríficos, eso sonaba bien, quien sabía que significaba, pero al menos ya no eran extraños en la villa, quizá eso les sirviera para más adelante o para adquirir productos baratos.

Era curioso como cambiaban las cosas de la noche a la mañana. Habían pasado de ser proscritos a los que prácticamente querían perseguir con antorchas a ser hijos honoríficos de Hommlet. Significara, lo que significara eso. Dwama no pudo evitar sonreír. Así nacía una leyenda. Paso a paso, poco a poco iban a ir ganando fama. Estaban en el buen camino y eso le gustaba. Su abuelo Gralick aliento de ajo podría estar orgulloso. No obstante, no podían despistarse y debían seguir peleando, pues todavía no habían hecho nada.

- ¿Curioso verdad? - Les dijo a sus compañeros. - Empiezan a respetarnos. Eso está bien... - Añadió.

Dwama no se detuvo, tenían cosas más importantes que escuchar al pregonero. Lo principal era ahora entrevistarse con la canonesa. Dijo que al amanecer podría tener información valiosa para ellos. Esperaba que así fuera. Cualquier información podía ser muy importante. La enana siguió avanzando con paso firme hacia el templo de Sant Cuthberto y esperaba que sus compañeros hicieran lo mismo.

Otra vez de camino al Templo de Sant Cuthbert, los héroes se dan cuenta como la gente les mira con alegria, con orgullo, sin duda les reconocen y agrada verlos allí.

Al llegar al Templo y acceder a su interior, la visión es muy diferente a la esperada, los bancos han sido tumbados, vidrios rotos, muebles caídos,... parece el típico escenario de un robo... y al fondo la Canonesa limpiando.

-Bienhayados seáis! parece que lo de mi siervo era real, ha huido y solo el Castigador sabrá lo que se ha llevado! Por lo pronto no ha dejado nada de oro y sus cosas han desaparecido junto a un caballo, ... y los libros sobre el culto maligno, la Barbacana y el Templo del Mal... no tema Conde, su corcel sigue en las cuadras, pero estaba suelto, parece que se revolvió e impidió que se lo llevaran.

- ¡Vaya! - Exclamó Dwama. - Un buen estropicio... - Dijo al ver como había quedado el templo. - Cogeremos a esa rata, téngalo usted por seguro... - Le prometió a la canonesa. - ¿Ha podido averiguar algo?