Partida Rol por web

Esto lo acabo yo en un momento, aparta, aparta Conde, que estás en medio! Grrrr. Dice apartando del hombro a Godofredo para pasar el umbral de la puerta echada abajo segundos antes por la enana.

Tu! Me gusta tu torre para descansar, muere!! Dijo apuntando a uno de los grandes trasgos del fondo.

El gran trasgo, con cara de estupefacción murió de una explosión en su pecho provocada por dos proyectiles magicos.

Jajajajaja limpiar esto va a ser sencillo! Sin misericordia! SIN PIEDAD!!! Murdin lo reclama!!! Su cara demostraba un halo de disfrute dando rienda suelta a su peculiar baño de sangre.

Hudifu djbe7x ldievfusk! Gritó el gran trasgo al que había atacado Dwama. Tras ello sacó su espada y trató de golpear a la enana, fallando al rebotar contra su armadura.

Uno de los trasgos salió corriendo dirección a la puerta, atravesando la en el momento que otros 2 grandes trasgos con jabalinas entraban en la estancia.

Anatolia! Haz que los bebés huyan de aquí! Yo os cubro!! Dijo el gran trasgo.

-¡Entregad las armas y se os ofrecerá juicio justo!-gritó Godofredo al encontrarse con aquella escena.

-Soy Godofredo de Miramonte y no  voy a consentir bandidos ni sabandijas, más ofrezco clemencia a los que se arrepientan.

No entendía la postura del conde. Aquellas bestias traicioneras no iban a cesar en su empeño por apuñalarles. Pero aún así, si deponían las armas, sería un buen momento para poder apresarles e interrogarles. Aunque la enana estaba ya algo cansada de la diplomacia. Si, podía ser que sólo tratasen de proteger a sus familias, pero no dejaban de ser pieles verdes. Seres perversos por naturaleza. Lo que tenía claro era que si no deponían las armas, acabarían hechos papilla de verdura...

El único gran trasgo que quedaba vivo en la estancia a parte del que se golpeaba con Dwama cargó contra esta, pero no con un arma, sino con un escudo, tratando de bloquear el paso de la enana a la habitación principal de la Torre.

Muro de escudos!. gritó, provocando una respuesta que los aventureros nunca habían visto antes en este tipo de alimañas... Otros dos grandes trasgos entraron en la estancia, sin duda parecían vigías que essperaban fuera por si recibían un ataque desde el único punto debil que conocían.

Los dos grandes trasgos, con sendos escudos se colocaron a continuación de sus congeneres, alzaron los escudos y crearon lo que parecía un autentico muro de escudos en torno a la guerrera.

Como respuesta a esta acción, los trasgos huyeron fuera de la torre, menos uno que quedó junto al cuerpo de la gran trasgo que Sheiland acababa de masacrar con sus proyectiles mágicos. Parecía que el pequeño trasgo no quería dejar allí al grande, tratando de arrastrarlo sin éxito.

Cuidado hermanos! han matado a Burgle y a CLarejti de un sólo golpe!!

Dwama se sorprendío mucho al ver a aquellas sabandijas organizarse de tal manera que su defensa se había convertido en un auténtico muro de escudos. Nunca antes había visto algo así entre pieles verdes, eso demostraba que habían sido bien instruidos y que muy posiblemente, detrás de su instrucción estaba alguien con conocimientos tácticos y militares. Eso descartaba la idea de que los trasgos fueran simplemente un grupo desorganizado de asaltadores. Su estancia en aquel lugar era producto de algo mucho más grande.

Aún así, la enana lanzó dos ataques. Primero su hacha se incrustó en uno de los escudos, acto seguido trató de penetrar entre las defensas con el pico. Ambos ataques fueron del todo infructuosos. Iba a ser más difícil de lo esperado acabar con aquella escoria. Pero aún así, la enana no se iba a rendir. En el momento en que abrieran sus defensas, se colaría como un huracán despojándoles de sus miserables vidas.

- ¡Hemos venido en son de paz! - Gritó nada más golpear contra el escudo. - ¡Solo queremos parlamentar! - Dijo al intentarlo con el pico.

Ciertamente aquellas criaturas actuaban de una manera muy organizada teniendo en cuenta que se las consideraba seres muy desorganizados y sedientos de sangre; su forma de protegerse contra las cargas de la dama Dwama, el que advirtió a otro de que sacaran a sus pequeños de allí,... no se, por la mente me pasaban varios pensamientos de que tal vez, aquellos trasgos no eran lo que imaginabamos,... quizá... ¿hayamos cometido un error en atacarlos sin haber primero intentado entablar palabra con ellos?

Mientras pensaba en esto me muevo a la casilla que esta 2 arriba y uno derecha de Dwama y grito -¿Donde está; donde está aquel al que le llaman Naz, sirviente del templo Maligno, aquel que os comanda grandes trasgos, tengo una cuenta pendiente con él?-

Del muro de escudos una voz trasga responde a las palabras del Hobbit. En su voz se nota el sentimiento de Desesperación.

Naz? Quien ses Naz?!! Nosotros no comanda nadie! Somos familia que vivir en esta torre, Otro grupo trabajar para los antiguos jefes!

La voz que os habla parece levemente femenina aunque ninguno en aspectro pareciese hembra. Os habla en un común un poco chapucero.

Quedaoz con la torre! Quedáis con botín de Nulb, pero dejar marchar nosotros con bebés! Nosotros no acercar aldeas humanas, solo saquear Nulb,cosas valiosas en Nulb que cambiar por comida! Por favor! Ayuda!

Otro de los grandes trasgos parece gruñir al trasgo que aún trata de arrastrar el cadáver fuera de la torre. El engendro trasgo, por fin, atiende a razones, deja el cuerpo y corre fuera de la habitación.

Al salir el último trasgo, el grupo que conforma el muro de escudos empieza a dar pasos atrás sin perder la formación; sin duda tratan de huir de la trampa mortal en la que se ha convertido su hasta ahora hogar.

Todo aquello le parecía raro. ¿No estaban todos compinchados con los siervos del nuevo templo? ¿Se iban a dejar vencer tan fácilmente? No podía ser, eran trasgos y grandes trasgos. Seres malignos por naturaleza. Y realmente aquellos no lo parecían ser tanto como decía de ellos su fama.

- ¡Cuidado, podría ser una trampa! - Advirtió la enana. - ¡Deponed las armas! - Les ordenó. - ¡Hacedlo ahora y os perdonaremos la vida!

Godofredo alzó la voz por encima de todos, como si de un trueno se tratase y, si bien no imbuyó de magia alguna, si lo hizo de toda su potencia.

-¡Silencio pues!-Chilló- ¡Más arrojad las armas inmediatamente y viviréis!

Su semblante marcadamente severo reforzaba la sinceridad de sus palabras

Los gritos y refunfuños de la enana provocaron que uno de los grandes trasgos soltara sus armas y huyera fuera de la torre; eso hizo a la enana enorgullecerse de su poder de sugestión.

El resto de pieles verdes aguantaban como podían, sin duda su única preocupación era salvar a sus crías.

Dwama empezó a creer que había cometido un error, esos trasgos parecían diferentes al resto, se preocupaban los unos de los otros y según parecía se dedicaban a saquear ruinas malignas, básicamente lo mismo que hacía ella y su grupo...

El Conde, en un alarde de diplomacia de quién sabe usar bien la palabra, dió un golpe figurado en la mesa, tratando de detener esa estúpida lucha... Para que matar a unos seres que no dañan a nadie cuando tienen docenas de enemigos malignos a un par de cientos de codos de distancia??

A las palabras de Godofredo, los grandes trasgos envainaron sus espadas sin soltar sus escudos, ya que no se fiaban de la enana psicótica.

Uno de ellos, que resultó ser hembra, se identificó como líder de la familia.

Soy GrevA Lunois, cabeza de familia de mi cubil, quienes sois y porque nos habéis atacado sin provocación?? Exigió con un lógico cabreo.

-Ruego disculpeis el impetu asesino de mi compañera de grupo- Dije yo intentando reducir un poco la tension generada por el ataque repentino y muerte de uno de los miembros de aquel grupo de trasgos -Teniamos entendido de que en estas antiguas ruinas se estaba gestando una amenaza para la vida de este mundo y vinimos a comprobarlo personalmente, al veros creiamos que estabais aliados con las fuerzas malignas y por eso decidimos tomar la fortaleza y acabar con la amenaza, no queriamos perder la oportunidad de un ataque por sorpresa asi que actuamos como lo hemos hecho, pero en mitad del fragor de la batalla, al ver que intentais proteger a vuestras compañeras y bebes, vimos que quizá, no erais la amenaza que creiamos-

Quizas mis palabras no sean consuelo para las vidas que hemos sesgado, pero tal vez puedan enfriar un poco los animos y arrojar luz a la situacion en la que nos encontramos.

Los grandes trasgos se relajan un poco al ver como los enemigos se disculpan por lo sucedido, sin duda no debe ser normal para ellos que primero les asesinen en su cubil para acto seguido pedir perdón.

La líder del grupo, aún visiblemente molesta por la muerte de varios de los integrantes de su grupo.

Vale, tomaré está afrenta hacia mi grupo como un terrible malentendido, si lo que quereis es acabar con grandes trasgos malignos, que asesinan y secuestran, sin duda os habéis equivocado de recinto, ellos son más y más poderosos y viven en el Templo, nos cobran por poder pasar a nuestra torre, en la que llevábamos mucho más tiempo viviendo sin molestar a nadie.

La mujer se acerca a uno de los muertos, con el pecho reventado por un proyectil mágico, le cierra los ojos y cruza sus brazos sobre su pecho y hace una cruz que Godofredo conoce bien, pues es la cruz de Santa Cuthbert.

Si queréis acabar con ese grupo tan poderoso, os podemos ayudar con buena información, a cambio de un 5% del botín con el que compensar las muertes de mis compañeros y la valiosa información,

Las palabras de la trasga os parecen razonables, un 5% por buena información y por limpiar la conciencia de los inocentes asesinados minutos atrás.

- Nunca antes había visto una comunidad como la vuestra. - La enana decía la verdad. - Para mí, descubrir que existen grandes trasgos que viven en paz y que no buscan problemas es toda una sorpresa. - Tampoco mintió. - Os ofrezco mis más sinceras disculpas por lo sucedido. - Miró a sus compañeros. - Un cinco por ciento es un parece un precio asumible y muy justo. - Allí si mintió. Le parecía escasa compensación teniendo en cuenta lo que había sucedido. Pero era lo que aquella líder había pedido. - Trato hecho...

Ver que nuestra compañera enana frenó el ataque y pidio disculpas por lo sucedido seguramente ayudó a disipar aún más la tension por lo ocurrido. Tuvimos suerte de detenernos a tiempo y evitar una masacre que seguramente habría pesado en nuestras consciencias. 

Ciertamente no eran un grupo de trasgos como los que tenia entendido que existian, quizá no deberiamos fiarnos siempre de las cosas que se cuentan o de las apariencias.

-Por mi parte aceptamos el trato que nos proponeis- Le respondí a la que parece la lider del grupo- Cualquier ayuda será bienvenida para la misión que tenemos aquí, además nos será de gran utilidad tener buena información sobre todas las zonas del templo de la que dispongais y de paso os ayudaremos contra los que os tienen, en lo que a mi respecta, esclavizados. Haceros pagar por entrar en vuestra casa o almenos donde residiis me parece una forma de control que roza lo dicho, la esclavitud.-

-Calma, puesto que nadie ha sido exonerado de culpa alguna.

Dijo Godofredo en tono solemne.

-Cierto parece que no pertenecéis a culto maligno, más eso no quiere decir que vuestras acciones no hayan revestido gravedad-pese a que parecía estar siendo severo, se dejaba entrever un tono reconciliador.

-En mis tierras, aquellos que saquean sin permiso del Rey son considerados saqueadores y como tal, prendidos y juzgados. Más se que aquestas no son mis tierras...se mesó la barba rala que cubría su rostro.

-Más cierto es que os hemos causado perjuicio excesivo....-siguió cabilando para sí mismo.

-Si... supongo que sería una buena manera de solucionar nuestro desencuentro.

Nosotros no conocer muy bien el Templo... Al llegar estaba vaciado pero era tan grande que no podíamos plantearnos tenerlo defendido, por lo que nos quedamos en la torre, una sola entrada, fácil defensa, bueno, hasta que habéis llegado y matado a la pareja de procreación.

La trasga mira a los cuerpos ensangrentados que yacen en el suelo. En ese preciso instante un gran trasgo entra con los trasgos que habían huido, para vosotros son especies diferentes, pero ellos parecen tratarlos como a sus hijos.

Después llegar ellos, muchos grandes trasgos, como 40, pero entre ellos había grandes líderes, Rarkus es gran guerrero fuerte, Krevich lanzar conjuros poderosos y Alubay ser aprendiza de magia natural.

Por lo que os cuentan, está partida de grandes trasgos cuentan con un gran soldado de líder y hechiceros que sin duda g
Harán dificil el ataque.

Algunos grandes trasgos ser mucho mejor combatiente que nosotros, Rarkus enseña ellos. A parte tener media docena de perros, morder y matar, peligrosos ellos! Suelen estar en bosque interior. Yo recomendar hacer campamento en ruinas al oeste de aquí, y desde allí ir atacando y huyendo, ser demasiados para ataque frontal creo.

Mucha informacion útil que asimilar, pero debéis poneros en marcha, parece que quiera iniciar ritos de enterramiento, parece ser un grupo que respeta a sus muertos y no los abandona al raso.

Por fin habían sacado algo de información relevante. Se trataba de un grupo bastante grande y con varias figuras de autoridad. Descabezado aquel grupo, todo resultaría más fácil, pero... ¿Cómo llegar hasta Rarkus? Igual la idea de ir atacando desde el oeste e ir huyendo fuera buena.

- Gracias por toda la información. - Le dijo Dwama a la líder de aquel grupo de malolientes trasgos. - Creo que eso haremos. - Dijo en referencia a aquella sugerencia. - ¿Nos vamos? Es hora de aplastar algunos cráneos de hediondas bestias malignas...

El explorador estaba un poco nervioso, odiaba a esas criaturas y exterminarlos normalmente no le preocupaba nada, pero quizás había cometido un error esta vez.

Esto... Yo siento haberme cargado tan fácilmente a uno de los vuestros, he luchado mucho con vuestra raza y soy letal con el arco, suerte habéis tenido que la enana se haya lanzado a lo loco, si os llega a enganchar os habría matado a todos antes de saber que no erais malos. Menos mal!! Jajajaja

Bueno! Pues nos vamos a esas ruinas, luego nos ocuparemos de los perros y por último iremos hostigando a los grandes trasgos hasta poder entrar. Venga vámonos!

Tras ello salió de la torre y oteó lo que el lugar ofrecía.