Partida Rol por web

Retorno

Capítulo 10. Déjà vu

Cargando editor
17/05/2015, 22:53
Sonnia Beleva

Sí, lo estaba. La puerta se abrió de golpe dando paso a una Sonnia más seria y pálida que la que os había dejado en la habitación.

- Han atentado contra el Ministerio. - Se sentó en una de las sillas que había frente a las vuestras, sacando de su túnica un paquete de tabaco. Se encendió el cigarro con agilidad, tomándose un par de segundos para saborear la primera parada. - Decidme que no estáis detrás de esto. - Se os quedó mirando fijamente, alternándose entre los dos. Había algo raro en sus ojos. Erais incapaz de saber con exactitud qué veía en vosotros. - Porque se está liando una de campeonato.

Cargando editor
17/05/2015, 23:01
Miller Grey

- Debemos cancelar la reunión.

La voz de Grey os cogió por sorpresa, aunque pronto fue sustituida por la indignación que os producían sus palabras. No, otra vez no. No ibais a seguir consintiendo que siguieran dando largas... a no ser que se tratara de una razón de peso.

- Ha habido un atentado en el ministerio búlgaro. (*) - Con un movimiento de varita colocó en su posición original todos los muebles de la habitación. - Y parece que han respondido. - Estabais seguros de que, si no hubiera sido por el ruido de las sillas, vuestro corazón hubiese llenado el silencio de la sala. - Sí queréis empezar a trabajar con nosotros, este es el momento. Que uno al menos venga conmigo - sus ojos estaban sobre Liam, aunque no tardaron en pasar a Vinny.

- Me han contado lo de Fisher - Si le había sorprendido, la reacción había quedado atrás. - Tú decides qué hacer con él. - Sabíais a lo que se refería. Vinny debía elegir entre ir con el resto o recuperar al perdido Isaac antes de que fuera tarde. Podía elegir, aunque parecía quedar claro lo que todos esperaban. Al fin y al cabo, cada uno debía cumplir con su papel. (**)

Notas de juego

(*) En principio no os comenté nada porque estaba planeado contároslo en que se paralizara la reunión. Damos por hecho que os enteráis ahora y ya.

(**) Lo pongo para que sepas lo que esperan los pjs - vamos, que vayas con Isaac - pero puedes elegir lo contrario. Una u otra cosa tendrá sus consecuencias.

Cargando editor
18/05/2015, 00:30
Arianna Weasley

Acabar iba a acabar seguro. Sin embargo, hacia ya unos meses que Arianna había asumido que lo más probable era que no viviera para ver el final. Lo había temido desde aquel día en la torre- día que gracias a su nueva cicatriz no podría olvidar nunca- y los acontecimientos que se habían sucedido no habían hecho más que añadir evidencias a esa terrible posibilidad. 

Un hilillo de humo llega hasta su nariz en ese momento haciéndole torcer el gesto de manera instintiva y está apunto de añadir algo a las palabras de Ryan cuando el chico vuelve a hablar. Casi deja escapar una carcajada y, de no ser por la situación, lo habría hecho. Jamás se le había ocurrido que podría escuchar esas palabras de boca de Ryan Jackson. 

¿Va en serio?- pregunta, incrédula, tratando de discernir si se trata de una broma, una manera de liberar la tensión y la aliviar la pesadez de la atmósfera que les rodea. Si aquel era el objetivo, lo había conseguido. Sin saber muy bien por qué, hablar de algo en apariencia tan cotidiano había conseguido relajarle, aunque fuese un poquito. 

Pero aquel momento de paz no dura gran cosa, pues en el mismo momento en que Ryan le pregunta si la puerta está abierta, Sonnia hace su aparición a través de ella confirmando, como ya sospechaban, que lo que les había hecho salir con tanta prisa había sido el ataque al ministro. 

¿Qué?- pregunta Arianna, con una sorpresa muy bien fingida. Entonces, la chica les acusa de estar detrás de aquello.- ¿Cómo podríamos estarlo? - Aquello le daba que pensar. El mero hecho de que sospechasen de ellos parecía querer decir que sospechaban de alguien de fuera. Y sin embargo, las granadas que había visto Arianna habían sido llevadas claramente por gente de dentro. Lo que no significaba que esa misma gente hubiera sido quien atacase. Podía tratarse de una bonita casualidad. Pero, como decía Ryan, la casualidad no existe. 

Cargando editor
18/05/2015, 01:06
Liam Nathiel

-¿Que? - mi revelacion se vio interrumpida por la presencia de Grey, que no hizo sino corroborar lo que ya suponia. Tenian que habernos ocultado algo, seguro. Si las noticias de un atentado al ministerio bulgaro habian llegado hasta aqui, Ryan y Ari debian saber algo. La pregunta era... ¿Por que ocultarnoslo?

Frunci el ceño, en un gesto pensativo, preocupado, intentando analizar palabra por palabra lo dicho por ambos, a sabiendas de que a mi no podian mentirme. Por eso se habian cuidado muy mucho de hablar con Vinny y habian dejado las frase mas triviales para mi.

Suspire, pasandome una mano por la nuca, como siempre que algo me preocupaba, y acabe por mirar a Grey, asintiendo, cuando dijo que alguno debiamos acompañarle- Yo ire. - dije, adelantandome a Vinny, asintiendo de nuevo cuando Grey dejo caer que quizas fuera buena idea que ella se quedara con Fisher- Yo tambien creo que te necesita, Vinny. Y nosotros tambien a el. No te preocupes. - dije, dandole a entender que todo iria bien. Despues de todo, aquel iba a ser mi trabajo a partir de entonces. Aquello sería parte de mi futuro, ya convertido en presente.

Y asi, sin mas dilacion ni mas espera, me volvi hacia Grey, asintiendo, en un gesto que dejaba claro que esta preparado- Cuando quieras. - dije, a la espera de que Vinny terminara de pronunciarse para salir de alli, sin perder mas tiempo.

Cargando editor
18/05/2015, 07:20
Berenice Blair

Miró a Liam cuando comentó que ocultaban algo, torciendo el gesto, pero sin llegar a responder. Tal vez tuviera razón, tal vez había ignorado las señales al tener la mente en otro lugar pero quizás no, quizás no hubiera nada de extraño en su actitud y estaban, como de costumbre, demasiado paranóicos. Lo único que se le ocurría es que no había ningún motivo para ocultarles información salvo dos: que les creyeran traidores o que intentaran protegerles. Como la primera le parecía ridícula y la segunda de momento se le antojaba un sinsentido prefería creer que no era más que aquella manía persecutoria que habían desarrollado a lo largo del último año.

Estaba pensando en alguna palabra para calmar a Liam cuando la puerta volvió a abrirse para dar paso de nuevo a Grey, anunciando que posponían la reunión de forma inmediata. La indignación se abrió paso entre sus otros sentimientos en conflicto y, curiosamente, también el alivio. Se reprochó mentalmente estar pensando que así podría ir a hablar inmediatamente con Isaac, a sabiendas de que la información podría ser mucho más útil.

Información como que el Ministerio de Magia Búlgaro había sido atacado. Miró fijamente al desagradable pariente de Samantha Grey, sin mostrar expresión alguna en sus grandes ojos azules mientras anunciaba que por lo menos uno de ellos tenía que seguirle. Uno, había dicho con la mirada en Liam. Su mirada se ensombreció al ver cómo su presencia no era necesaria allí hasta que prosiguió nombrando a Isaac.

¿Qué le estaban dando a escoger exactamente? ¿Pertenecer a su grupo o no? ¿Entrar en acción o proteger a Isaac? De repente se sentía dividida por un impulso rebelde que la incitaba a hacer lo que no esperaban de ella: seguirles varita en mano y con ánimo de batalla. Pero las palabras de Liam apagaron el fuego de inmediato, haciendo que la tensión acumulada en sus hombros se desvaneciera. Su mano voló de forma inconsciente hasta el anillo que llevaba colgado de una cadena al cuello, acariciando el liso y frío metal como parte de una costumbre adquirida parecida a la de Liam con sus cigarrillos.

- Voy a llegar hasta el fondo de este asunto - anuncio con ambigüedad de significado, sin dejar claro si se refería a lo de Isaac, a lo de las muertes o a todo en general. Pero sus siguientes palabras fueron más esclarecedoras en cuanto a sus intenciones -. Ten cuidado.

Tras aquellas palabras ella también se dirigió hacia la puerta, esperando encontrar a Isaac abajo amorrado a una botella de whisky de fuego.

Cargando editor
18/05/2015, 12:26
Ryan Jackson

- Olvidalo. - Añadí la palabra con cierto sarcasmo cuando la puerta se abrió, dando por solventada mi duda. Y entró Sonnia, la amable mujer que nos echó del Ministerio y que fue, de forma indirecta la responsable de que ahora mi cara pareciera un puzzle.

- Ari. - Le llamé la atención cuando preguntó. - Es una pregunta retórica. - Le aclaré ante las palabras de Sonnia. Ellos debían saber que no habíamos sido nosotros aproximadamente por la secuencia de hechos: Nos habían largado del Ministerio y aparecemos unas horas más tarde atados y torturados en las afueras de la ciudad.

Me llevé el cigarro a la boca, dando una larga calada que hizo que se iluminara levemente y llenara mis pulmones de humo. Tardé en expulsarlo unos segundos, mirando fijamente a la mujer, como si intentara discernir de que iba todo aquello solo con la mirada.

Pero finalmente, tome una silla, colocandola delante de la mujer y sentandome delante de ella, dejando escapar el humo junto a mis palabras. - Llevo más de seis meses con la extraña sensación de estar delante de algo, sin ser capaz de verlo. Y por culpa de eso, he visto morir a mis mejores amigos, a mi novia, a mi cuñada e incluso a mi padre. Preguntarte que estoy viendo es una pregunta demasiado general, y la pregunta de porque no os acabais de fiar de nosotros esta de más. Pero si puedo hacer otras preguntas con una respuesta más sencilla, que ayudará a que podamos crear algún... vinculo de confianza. Una tu, una nosotros. - La señalé con el cigarro, ahora atrapado entre mis dedos, y luego a Arianna y a mi mismo en ultimo lugar. - Porque me he cansado de enterrar gente. - Hice una pausa, dandole una nueva calada al cigarro.

- Acercamiento Muggle. ¿Que pasó? - Fue la primera y más importante de las preguntas. Lo que nos había llevado hasta allí en un principio.

Cargando editor
20/05/2015, 19:53
Sonnia Beleva

La respuesta de Arianna hizo que Sonnia os dedicara una sarcástica carcajada.

- ¿Que cómo? - seguía llamándoos la atención la falta de acento de la chica. - A mi eso no me importa. Y sí, era una pregunta retórica. - Se recolocó en el asiento, nerviosa. No siguió hablando. Dejó que lo hiciera Ryan, paciente y sin inmutarse. Entonces llegó su turno.

- En la década de los ochenta empezaron a haber asesinatos y desapariciones. Al principio eran cosas esporádicas, que no parecían tener ninguna relación entre sí. El Ministerio decidió no meterse, pues parecía ser una cuestión muggle. Hasta que empezaron a desaparecer sangre mestiza.

Dio una calada al cigarro, dándose unos segundos para recodar.

- Nunca se descubrió qué era lo que estaba pasando, pero sí se sabía algo: no era mágico. La tecnología estaba en todo su auge, y parecía que empezaba a ser una amenaza para el mundo mágico. El ministerio inglés está en todo - no os pasó desapercibido el desprecio de su voz - y decidió solucionar nuestros problemas. Complicándonoslos más, por supuesto - añadió, frunciendo el ceño.

- La guerra duró cinco años, y fue sangrante. Magos, muggles... todos peleando sin un enemigo claro. Se sabía que había una célula terrorista, pero se guardaba las espaldas a la perfección. - Os miraba alternativamente. - Finalmente acabaron con ella, o eso creímos todos. Inglaterra se volvió por donde había venido, y dejó detrás un país sumido en una pobreza y depresión todavía mayor que cuando había llegado.

Apagó el cigarro con fuerza contra la silla, tirando la colilla hacia una de las esquinas más alejadas de la habitación.

- No os aburriré con los detalles. Los descendientes de las familias puras más importantes vieron su oportunidad. Con el país en ruinas y el secreto desvelado, solo necesitaban un golpe de estado para hacerse con el control. - Levantó las manos hacia el cielo - Bienvenidos a la dictadura.

- Ahora, volvamos a lo importante. - concuyó, haciendo un amago con la mano. - Por lo pronto, mi querido ministro piensa que vosotros dos tenéis la culpa de lo ocurrido y ha pedido a Amycus Macnair que os entregue. Con amenaza de represalias. 

Se recogió el pelo un momento, dejando que el aire fresco le enfriara la nuca.

- Más vale que tengáis algo interesante que darme y con lo que arreglar esta locura.

Cargando editor
20/05/2015, 22:48
Isaac Fisher

Por supuesto, no te equivocabas. No tardaste en identificarlo, a pesar de lo concurrida que de repente se había vuelto Las Tres Escobas. Estaba sentado en una de las banquetas centrales, con los dos brazos sobre la barra. Una agarrando la botella medio vacía y la otra sujetando un el chupito que estaba a punto de llevarse a la boca. Se metió el líquido de un golpe justo cuando llegaste hacia él.

- Me he portado como un capullo, ¿no?

Volvió a levantar la botella, inclinándola para servirse el siguiente chupito. Su brazo temblaba demasiado como para hacerlo con agilidad. En su voz la ironía quedaba demasiado empañada por la culpa y la incipiente borrachera.

- Supongo que es simplemente lo que soy.

Se metió el siguiente chupito de golpe. En esta ocasión cerró los ojos y se inclinó ligeramente para adelante. Isaac siempre había tenido mucho aguante, pero si seguía así acabaría quedándose inconsciente.

Cargando editor
20/05/2015, 23:09
Miller Grey

No te dio tiempo ni a respirar. Te puso una mano sobre el hombro y, en un abrir y cerrar de ojos, ya habíais dejado Las Tres Escobas detrás. Por un momento no sabías dónde os encontrabais. Hasta que algo en tu cabeza te dio la respuesta. Era una de las alas del Ministerio de Magia. Una que conocías demasiado bien. Esa a la que habías acudido cada vez que visitabas a tu padre. Esa en la que siempre intentabas alejarte de él para poder escabullirte hacia el despacho del mismísimo Ministro de Magia.

- Muller, ¿dónde estabas?

Fue su tio, Erik Benedikt Grey, quien se acercó a vosotros. El que, si las cosas no seguían cruzándose, se convertiría en tu jefe. Apenas te dedicó una mirada al llegar.

- Los periodistas están al caer. Frénalos. Sin comentarios hasta que diga lo contrario.

Cargando editor
20/05/2015, 23:43
Donka Vasilev

- ¿Buenas relaciones?

El sarcasmo de su pregunta era tal que casi podías sentir como te golpeaba en la cara. No era un secreto el rechazo que había en esos países hacia la hegemonía inglesa. Aunque estaba claro que, en ese país, era todavía peor de lo que pensabas. Por suerte o desgracia, nadie le tosía a la nación más poderosa del mundo.

- Nuestros problemas de seguridad son cosa nuestra - añadió, sin dejar tiempo a que Andrei tomara partido en el asunto. - Dígale a su jefa que debía ser ella quien estuviera aquí. Como mínimo. Es solo un ejemplo de su act...

Un buen samaritano cortó su estúpido discurso llamando a la puerta. No escuchaste nada, pero por la reacción de Donka todo apuntaba a que algo más importante requería de su presencia. Solo os dedicó una mueca de asco. En apenas cinco segundos os habíais quedado solos. Andrea, tú y Andrei. O Greg para los amigos.

Cargando editor
20/05/2015, 23:52
Berenice Blair

Durante el breve descenso había intentado encontrar las palabras idóneas para dirigirse a Isaac pero cabía decir que sin demasiado éxito. Estaba enfadada con él por tanto secretismo, por tanta confianza unidireccional pero a la vez estaba verdaderamente angustiada, mucho, pensando en la posibilidad de que aquello lo alejara de ella definitivamente siendo que no entendía hasta qué punto aquello era peligroso. ¿Querrían matarlo? ¿Conservarlo? ¿Convencerlo quizás de que estaba en el bando equivocado?

Todas esas ideas se agrupaban en su mente, colisionando las unas con las otras y despertando un furioso dolor de cabeza que no ayudaba a mejorar su humor. Así estaba cuando llegó con pasos suaves hasta Isaac, dirigiéndole una somera mirada de desaprobación pero sin decir nada, dejándole soltar aquellas dos frases mientras se peleaba con la botella.

- Ajá - respondió con sequedad mientras le quitaba la botella de una mano y el vaso de la otra. el siguiente chupito fue para ella -. Mmmm... - murmuró y no era un murmullo apreciativo precisamente aunque no llegaba a la categoría de gruñido. Le miró. Estaba hecho una pena. Se tomó un nuevo chupito. Chasqueó la lengua, dándole vueltas al vasito entre los dedos antes de servirse un tercer chupito que se bebió sin contemplaciones -. No, de verdad que no, estoy intentando a ver si ésto me ayuda a verlo desde otra perspectiva pero va a ser que no. Voy a tener que darte la razón, ¿eh? Eres un capullo - a pesar de que sus palabras eran irónicas fueron dichas con sequedad, sin atisbo de humor, tras las cuales se pasó el dorso de la mano por los labios para secarse los restos del alcohol. Tomó a Isaac por debajo de la axila y tiró de él hacia arriba -. Te vienes conmigo, no creo que en este punto seas ni siquiera capaz de aparecerte en condiciones - sus palabras sonaron tan llenas de decepción e incluso hasta cierto punto frías que en aquel momento se podía ver uno de los pocos puntos en común que compartía con su hermano -. Si después de que te des una ducha estás algo mejor hablaremos y tal vez me puedas ayudar en algo aunque ahora mismo...no sé si eres demasiado merecedor de mi confianza.

Aquella última frase revelaba varias cosas, a pesar de que el tono era el mismo que antes. Uno de los puntos clases era la palabra "ayuda". Vinny no acostumbraba a pedir ayuda a nadie, en realidad era una de esas personas que se creían en general capaces de todo, extremadamente autosuficientes. El hecho de que le hubiera pedido ayuda podía pasar por puro trámite pero había una parte real y tangible en todo aquello. Llevaba meses diciéndose que en las notas de su hermana no habría nada nuevo ni revelador y por eso las había evitado a toda costa pero ahora se encontraba ante tal callejón sin salida que no podía seguir ignorándolas. Para ser sinceros, le atemorizaba leerlas y revivir todo lo que durante los últimos meses había mantenido de forma tan eficaz y saludable bajo control. ¿Y si le volvía a dar otro de sus ataques de agresividad?

El otro punto era la parte de la confianza. Isaac sabía los problemas que tenía Vinny al respecto, se lo había dicho una y mil veces que él era en la única persona en quien confiaba. Con los demás era algo extraño y aunque en parte confiaba en ellos seguía sintiendo cierta reticencia por aquel juramento inquebrantable que los mantenía ligados entre sí y a ella aparte de todo. Si la confianza con Isaac se quebraba...No quería que aquello pasara. No, realmente no había pasado pero aún así era mucho más fácil estar enfadada que preocupada.

Cargando editor
21/05/2015, 00:10
Liam Nathiel

Trague saliva, notando como el sudor frio perlaba mi frente.

Apenas fue una fraccion de segundo, pero fue lo suficiente como para que el estomago se me revolviera y como para quedarme completamente palido. La razon estaba en una de mis extremidades, la metalica, para ser mas exactos. Desde aquel dia, no habia superado lo de aparecerme. Era, sin duda, lo que peor llevaba.

Sin embargo, ponto mi atencion se vio distraida por el lugar en el que estábamos. El Ministerio. Mas en concreto, aquel lugar que tan bien conocia.

Lo primero que hizo mi mente fue hacer que mis ojos buscaran a la persona a la que mas relacionaba con aquel lugar: mi padre, sin duda. ¿Estaria alli? ¿Sabria que estaba al tanto y que estaba en camino? ¿Se sorprenderia de verme alli? Todas esas preguntas y muchas mas acudieron a mi mente, en busca de respuesta.

No obstante, no tuve tiempo ni siquiera de plantearme la primera. Alli estaba el otro Grey, el que, sin duda, esperaba que se convirtiera en mi jefe dentro de poco, acercandose a nosotros, para dirigirse directamente al primo de Sam, sin prestarme demasiada atencion.

Cabecee ligeramente, educando, aunque discreto. No queria que pareciera que iba a intentar llamar la atencion de nadie.

Sin embargo, pronto aquella ultima frase llamo mi atencion. ¿Periodistas? ¿Que estaba pasando? ¿Ya se habia filtrado la noticia? Mire a Miller, esperando una explicacion por parte de alguien, o una breve explicacion sobre cual era nuestro papel alli ahora, sobre hasta qué punto contarian conmigo para aquello.

Cargando editor
21/05/2015, 00:27
Isaac Fisher

Esa reacción inesperada para muchos, la de coger el chupito e imitar su repetido movimiento, consiguió sacarle un atisbo de sonrisa. En otras circunstancias... en otra época... te hubiera recordad que era por ese tipo de cosas por las que le gustabas tanto.

- ¿Estás intentando igualarme? - consiguió decir, al final. Notabas su mirada sobre ti, como incluso hundido en la miseria y medio borracho seguía devorando tu cuerpo. - Quizá no... - continuó tras tus palabras, moviéndose lentamente para acabar poniéndos de pie. - Aunque podría intentarlo. - En esta ocasión fuiste tú la que buscó la broma. Conociéndolo, era capaz de desintegrarse en pedazos. Su vertiente kamikaze era de lo más impredecible. Pero sabías que no la había. Sabías que tu frialdad había conseguido llenarle hondo.

De repente, volviste a estar en la casa de Isaac. Ese edificio que era el hermano pequeño del lugar en el que el ravenclaw había crecido junto a su familia. La mirabas desde una de las ventanas de su cuarto, preguntándote como habría sido su infancia. Qué vivencias habríais compartido, y qué diferencia habría sido tener un hermano como el de él, y no como el tuyo.

No lo viste venir. Sus brazos te rodearon por detrás, sujetándote con esa mezcla justa de fuerza y calidez que tanto te gustaba. Su nariz se hundió en tu pelo mientras apoyaba su pecho en tu espalda. Se había duchado a consciencia, pero seguías notando ese toque a whisky de fuego que también estaba en tu garganta.

- Lo que necesites, Vinny... lo que necesites.

Cargando editor
21/05/2015, 00:45
Berenice Blair

En otras circunstancias, en otra momento, no se lo habría pensado dos veces y se habría metido en la ducha con Isaac. Lo habrían hecho de forma pasional bajo un chorro de agua caliente, quemando la angustia con cada gemido. Pero no. La verdad es que en aquel momento había dos opciones nada seductoras de lo que podría pasar si se metiera en la ducha con él: la primera era que se pusiera a llorar, cosa que no le apetecía, y la segunda era que acabara con su virilidad, lo que tarde o temprano acabaría lamentando.

Aunque tal vez la segunda opción hubiera sido mejor que quedarse sola en su habitación llena de recuerdos de aquella noche que habían compartido allí o incluso que la ventana que la había atraído irremediablemente para encontrarse con otros recuerdos que no le pertenecían. Su ira había empezado a apagarse y aquello no le convenía, no si era remplazada por cierta melancolía mientras se preguntaba por las cosas que había tenido Isaac y ella no, por lo que ambos habían perdido. ¿Cómo iban a ser los hijos de su generación con unos padres tan llenos de cicatrices psicológicas? Si aún quedaba algo de la comunidad mágica actual para aquel entonces no le auguraba nada bueno.

Estaba con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza apoyada en el marco de la ventana, perdida en sus tristes pensamientos cuando los fuertes brazos de Isaac la rodearon por sorpresa e, inevitablemente, durante un espacio de 30 segundos se relajó, como si aquella proximidad, aquel calor humano fuera precisamente lo que necesitaba. Claro que ese fue el tiempo que necesitó para recordar que estaba enfadada, aunque hubiera pasado a ser más un estado mental que emocional.

- Si estás intentando ablandarme no vas por buen camino - o eso esperaba. Había tenido un momento de debilidad pero no, no iba a ceder en su enfado sin más porque Isaac fuera y le hiciera unas cuantas carantoñas como a un...un perro. Sí, exacto, un perro. Se apartó de él, incómoda por lo que lograba con su proximidad y señaló el fajo de papeles cuidadosamente envuelto en un cordel que había dejado sobre el escritorio. Mientras el chico se duchaba se había desaparecido y vuelto a su habitación para recogerlas, volviendo como si nada en el lapso de tiempo de un minuto -. No sé por dónde seguir con la muerte de Faye y pensaba que quizás podría sacar algo en claro leyendo las notas que le envió Moses - no dijo por qué necesitaba su ayuda aunque obviamente no parecía un trabajo tan arduo teniendo en cuenta que no eran una gran cantidad. Su tono de voz tampoco había revelado nada -. Y cuando quieras hablar siéntete libre de hacerlo, Isaac, estoy cansada de preguntarte qué te pasa y que no me lo cuentes así que no te lo voy a volver a preguntar, para que luego dejes caer la bomba delante de todo el mundo y te largues a beber... - mierda, no había querido decir todo eso pero la emoción del enfado había vuelto a acometerla y aunque su intención inicial había sido soltar aquella frase cansada y casi perdonavidas había acabado cogiendo carrerilla. Tal vez eso se lo debiera al whisky de fuego -. Joder, no te importa una mierda que me preocupe a pesar de que te haya repetido una y mil veces que estamos juntos en esto... ¿Sabes qué? Que eres un capullo mayúsculo. En serio. Vale, mira, no sé si te crees que como eres un alérgico al compromiso y no quieres plantearte qué es lo nuestro no tienes por qué darme explicaciones, contar conmigo o confiar en mí, pero me importa una mierda si me quieres o no, o si me consideras tu amiga o tu novia, joder, es que esto es demasiado y no me refiero a tus poderes a lo película muggle de ciencia ficción - no, realmente no estaba saliendo como quería. Se había apartado de él y le estaba encarando con enfado, gesticulando con las manos abiertas y mirada sombría -. En serio, creo que no tienes ni puta idea de lo que me preocupo por ti y... -se cortó. ¿Qué iba a decir? Su cabeza era un volcán en ebullición y no sabía cómo seguir con aquella frase de forma coherente y sin arrepentirse así que acabó por sentarse con brusquedad en una silla, colocando las notas ante sí -. Haz lo que te dé la gana.

Y sin decir nada más pero aún evidentemente enfadada empezó a desanudar el cordel que sujetaba el fajo de pergaminos.

Cargando editor
21/05/2015, 19:34
Ryan Jackson

El extremo del cigarro se iluminó suavemente según se iba consumiendo mientras mis pulmones se iban llenando de humo. Mi mirada seguía fija en Sonnia, quien había comenzado a hablar. No la interrumpí, llevaba tiempo esperando aquella explicación, y para lo único que se abrian mis labios era para dejar escapar un denso humo del cual parecía que estaba disfrutando potencialmente.

No hacían falta palabras, poco a poco todo aquello fue hilandose, fue tomando sentido y forma, incluso color y sonido. Los magos habían destapado el pastel, y los muggles habían movido pieza. Todo lo que ocurriría después era simplemente, inevitable.

Lo que no esperaba era la parte en la que el Ministerio Inglés metía la mano, pero aquello solo hizo que confirmar que Bulgaria había sido un campo de pruebas inglés para lo que estabamos viviendo. No pude evitar mirar de reojo a Arianna, sabiendo que su padre era uno de los precursores del Acercamiento Muggle.

Y todo aquello había ocurrido 20 años antes, durante cinco años, lo que situaba el final de la guerra, aproximadamente, cuando ellos tenían tres años. Justo antes de los campamentos. Y todo comenzó a tener un poco más de sentido, irreal, bizarro, extraño y lo peor de todo: siniestro. Pero todo tenía un poco más de sentido.

Pero si algo no esperaba Ryan, era que aquella mujer les hablara de Disctadura. En ese momento, no pudo evitar expulsar el aire por la nariz mientras se incorporaba hacia adelante, frunciendo ligeramente el ceño con pose concentrada.

Ellos lo sabían. Querían esto. El padre de Liam y de Arianna pretenden dar un golpe de estado en Inglaterra. Impresionante, no esperaba que quisieran llegar tan lejos. Impresionante. No pude evitar repetir aquella palabra de ofrma mental, negando ligeramente con la cabeza. Pero lo mejor aun estaba por llegar.

A mi, a Ryan Jackson, me habían llamado muchas cosas a lo largo de mi vida. Pero ninguna había sido "Terrorista". Cuanto todo iba de mal en peor, cuando uno pensaba que ya estaba en la parte más baja del pozo, que no podía ser peor... resulta ser que el ciclo vuelve a comenzar, alguien pone un pozo dentro del pozo y solo queda la promesa de seguir cayendo aun más bajo, y esperar que con un poco de simpatía por parte del destino, no te mates con la caida.

- Esa es la mayor estupidez que escuché en lo que va de año. - Reconocí, llevandome el cigarro a la boca, dando una larga calada, dejando escapar el humo mientras hablaba. - Sabes que no hemos sido nosotros, si no no estariamos aquí. Así que debo sentirme agradecido. Pero la segunda pregunta me deja bastante claro que tienes tanto como nosotros, y te aferras al último clavo ardiendo que te queda. - Hice una pausa, dando una nueva calada. - Nosotros. -

Y con aquella última palabra que escapó con todo el humo que quedaba en mis pulmones, dejé caer la colilla, dándole un único pisotón para apagarla.

- Inglaterra se prepara para el "Acercamiento Muggle". Hubo varios atentados y las pistas nos conducían aquí. Queríamos saber que había pasado aquí con el acercamiento muggle, evitar todo esto, allí. - Saqué el paquete de cigarrillo, dandole un par de golpes para que cayera uno y ofrecerle otro a Sonnia.

Tras el ofrecimiento, guardé el paquete, tomando el mechero y encendiendo un nuevo cigarro.

- Seguíamos la pista de Rebecca McLaggen. Mi exnovia, y su exmejor amiga. - Levanté la mano para pedirle un segundo. - Tranquila, por si las marcas de la cara no lo dejan claro, la relación no esta pasando su mejor momento. - Dejé claro así, que tanto Arianna como yo habíamos sido víctimas de tortura.

- Sabemos que estuvo en Inglaterra, y sabemos que huyó aquí. Fue ella quien nos capturó y torturó, así que vuestra célula terrorista no esta precisamente, destruida. - Guardé silencio, cerrando los ojos y negando con la cabeza.

- Cuando estabamos en el Ministerio alguien pasó con una caja llena de bombas hacia una sala. Laboratorio. ¿Porque investigais armas muggles? ¿Quien forma parte de vuestro grupo al margen del ministerio? Y lo más importante... ¿Cual es el objetivo final de los terroristas que nos atraparon? -

Cargando editor
21/05/2015, 23:15
Miller Grey

Mirabas y mirabas, pero no encontrabas a tu padre. Tampoco caras especialmente conocidas. Solo te sonaban lo suficiente como para saber que, en algún momento de tu vida, habías podido cruzar algún que otro saludo con gran parte de ellas.

La marcha de Erik fue seguida de un silencio. Como si Miller no fuera consciente de que le estabas mirando.

- Ha habido muertos - concluyó con brusquedad. No tenías claro de si ya lo sabía o era lo que había podido deducir de la fugaz conversación con su tío. Te daba igual. - Vamos.

Seguisteis avanzando. Cada vez había más escombros a vuestro alrededor. Cada vez estábais más cerca del punto cero.

- Miller, ¿por qué le has traído?

Por fin Erika Rouvin hacía acto de presencia. Te miró como si apenas te conociera, hasta que suspiró y se permitió romper su máscara de indiferencia.

- Nathiel... tu padre... - No necesitaste escuchar más. Ni aunque hubieras querido el sonido hubiera llegado a tus oídos, impregnados por un agudo pitido. ¿Cómo es que no lo habías visto antes? Al fondo, frente a vosotros, estaban los cinco bultos cubiertos por sábanas blancas.

Cargando editor
21/05/2015, 23:43
Isaac Fisher

El suspiro que se perdió en tu pelo fue suficiente para saber que sí, esperaba conseguir hablandarte aunque fuera lo más mínimo. Dejó que te alejaras de su lado sin oponer resistencia. Estaba siendo cauteloso, tanteando el terreno. En otras circunstancias ya te habría agarrado de la mano, obligándote a mirarle a la cara y llevándote hasta el límite. Pero esta vez era algo demasiado serio.

Cuando volviste a hablar algo cambió en su mirada. Estaba más concentrado. Más lúcido. Se acercó hacia la mesa, cogiendo las cartas con cuidado. Les echó un vistazo por encima, limitándose a asentir con la cabeza a tus siguientes palabras. Parecía que iba a dar por zanjado el asunto, hasta que explotaste.

- No es tan sencillo, Vinny. Esto no se arregla sentándome en la cama y contando mis penas. No solo porque este metido hasta el cuello en todo esto, que hayan experimentado conmigo durante toda mi infancia, que haya sido vigilado y evaluado durante años, que mi hermano esté muerto por mi culpa o que me haya convertido en un monstruo. 

Dejó caer las cartas sobre el escritorio, alejándose de él y de ti. Acabó apoyándose en la ventana con cuidado.

- No... no quiero meterte en todo esto. No... - cerró los ojos, con fuerza - ... todavía no lo controlo. Todavía no sé qué soy capaz de hacer. ¿Qué crees que podría pasar si me enfado? - Sabías lo que podía llegar a hacer Isaac enfadado. Con ese poder, podía resultar imparable.

Volvió a cerrar los ojos, respirando hondo... y por primera vez en mucho tiempo los llevó hacia ti. Mirándote seria y fijamente, como antaño.

- ¿Soy un capullo? Pues esto es lo que hay, Vinny. Perdóname si no quiero ser yo el que te mate. Aunque visto lo visto, ya no sé quién de los dos la palmara antes - Tardó en darse cuenta lo que había dicho. De nuevo, la realidad se cernió sobre ti, y la imagen de Andelin apareció en tu mente. Se tomó unos segundos para tranquilizarse. - No me obligues a a hacer esto. No ahora.

Colocó una de sus manos sobre las tuyas mientras destabas el cordón, en son de paz. Al menos puntual. Con cuidado te las quitó de las manos, terminando de hacer él la tarea que habías iniciado. Había llegado el momento de ponerse a trabajar.

- Dime lo que sepas.

Cargando editor
22/05/2015, 00:42
Berenice Blair

"O que me haya convertido en un monstruo".

Isaac acababa de convertirse en la reina del drama. Y tal vez, sólo tal vez, pudiera darle la razón al respecto o quitarle importancia pero lo cierto es que no lo sabía porque parecía experto en evitar aquel tema de conversación. Quizás esperaba que hiciera como él había hecho, tratar de animarla intentando que dejara de pensar en sus preocupaciones pero eso sólo había sido posible porque Isaac las conocía de antemano, debería saberlo.

"Todavía no sé qué soy capaz de hacer. ¿Qué crees que podría pasar si me enfado?"

¿¡Cómo quieres que lo sepa si no me dices nada!?, estuvo a punto de gritar. Pero en lugar de eso siguió mirándole con la mandíbula tensada con tanta fuerza que pensaba que se le iban a saltar los tendones del cuello, que en aquel momento se le marcaban bajo la piel.

Las cejas se le crisparon cuando hizo el comentario de que cualquiera de los dos podría palmar antes y en aquella ocasión fue ella la que bajó la mirada, dolida por su insensibilidad.

- No te preocupes que ya buscaré la forma de matarme yo solita, para que no pese sobre tu conciencia - murmuró por lo bajo de mal talante.

Aquella no era una amenaza pero Vinny tenía la extraña certeza de que no iba a llegar a vieja. Estaba metida en un asunto demasiado serio como para que su vida se alargara demasiado y su profesión de futuro de metomentodo no le auguraba una larga vida. Tal vez por eso aquel comentario de que podía ser el causante de su muerte no la asustaba, más bien la irritaba. Es decir, de nuevo sólo podía hablar desde el desconocimiento pero hasta donde ella sabía apenas podía mover un cigarro. Por ahora su poder no parecía más peligroso que el de cualquier mago descontrolado, sobre todo en la infancia, con la diferencia de que éstos no eran capaces de focalizarlo.

No supo muy bien a qué se refería con sus últimas palabras pero estaba demasiado enfadada como para preguntarle. De hecho todo su ser le pedía marcharse de ahí y dejar a Isaac solo con aquella deplorable autocompasión que lo llevaba a ocultarle las cosas cuando ella había pensado que no existían secretos entre ambos. No, el chico no entendía que ella pudiera sentirse traicionada pero en aquel momento tenía ganas de enviarle a la mierda y marcharse. Pero no podía hacerlo, no, porque se arrepentiría cuando se le pasara el enfado y porque temía que Isaac no le iría detrás.

Además, había otro motivo. Podría marcharse simplemente a la destartalada habitación que tenía alquilada en El Caldero Chorreante sin más explicaciones pero tenía el presentimiento de que quien fuera que pensaba que Isaac estaba aún latente dejaría de pensarlo tras aquella reunión vespertina. No, seguro que la información ya se habría filtrado e irían a por él. Además, ella no tenía alma de Gryffindor pero sí de Ravenclaw y aquello la llevaba a dos puntos: estaba asustada de que fueran a por ella de algún modo desconocido y además sabiendo lo que sabía ahora, ¿qué mejor sitio y lugar que cuando se encontraba sola en una habitación? Y lo peor es que en su caso mucha gente creería que se trataba de un suicidio porque ella misma había mencionado que en sus momentos más oscuros había tenido un breve momento en que la idea le había rondado por la cabeza.

Por supuesto que aquello no se lo diría a Isaac, aunque fuera por el enfado. Aquel enfado que despertaba su orgullo la llevaría a irse a abrazar la posibilidad de la muerte antes que reconocérselo. Seguro que encontraría la forma de quedarse ahí, aunque fuera haciendo ver que se quedaba dormida sobre las notas de su hermana.

Su mano se crispó ante el contacto de la de Isaac, quedándose tensa hasta que el chico le quitó las notas de las manos para desatarlas él.

- No sé nada, ese es el problema - masculló con mala intención.

Sabía que se refería a las notas pero no había querido evitar aquel dardo envenenado con segundas. Además, en aquel momento no se sentía demasiado comunicativa. Tuvo que respirar hondo varias veces para calmarse, aunque seguía con el corazón desbocado y un leve temblor en los dedos que no podía controlar. Se sujetó las manos mientras intentaba calmarse.

- Sólo que Moses la mató, que fue por órdenes de Rebecca y que ésta la quería muerta por venganza aunque no sé venganza de quién. Ya te lo dije. No he descubierto nada más - aquella vez a su tono irritado se había sumado la frustración que sentía por aquel tema.

La sensación de no saber por dónde seguir la estaba ahogando desde que había hablado con su hermano sobre el tema porque de repente había empezado a preguntarse: ¿qué pasaría si por más que tirara del hilo no podía deshacer el ovillo? Vivir toda su vida, durara ésta lo que durara, con aquella incógnita, la aterraba.

Cargando editor
22/05/2015, 20:08
Liam Nathiel

-No entiendo, Grey. ¿Me estas diciendo que los bulgaros nos atribuyen el atentado y que han tomado represalias, atacandonos a nosotros? - pregunte entonces, cuando dijo con aquella seguridad que habia habido muertos. En las Tres Escobas, al oirlo hablar de "respuesta" habia supuesto que se referia al hecho de que habrian devuelto al ataque a los terroristas, no al gobierno britanico. A no ser que... - Joder. - dije, negando. No, Ryan y Ari no podian estar metidos en aquello pero... ¿Y la otra parte? ¿Habria sido cosa de Rebecca, o de los mismos que atacaron a mi padre durante las navidades?

Mire a mi alrededor de nuevo, mientras avanzaba- ¿Se sabe quien ha sido? - pregunte, sencillamente, justo antes de que Rouvin nos abordara. Y entonces, de repente, se detuvo el tiempo.

Aquella primera pregunta me hizo sospechar que algo no iba bien, que quizas Grey se habia apresurado demasiado a la hora de llevarme hasta alli. Sin embargo, no fue hasta que no oi mi apellido de labios de Rouvin hasta que no me di cuenta de que no era ese el motivo por el que Rouvin no me queria alli.

Note de repente como todo se ralentizaba a mi alrededor, como la garganta se me secaba, como el aire y la sangre escapaban de mis pulmones y de mi cuerpo. Y volvi a sentir aquella misma sensacion que habia experimentado, por desgracia, tantas veces, en aquellos ultimos meses.

Y de repente lo supe. Supe que estaba muerto. Supo que habia sido el uno de esos "muertos". Y mi mirada se desvio inmediatamente hacia aquellos cinco bultos en los que no habia reparado hasta aquel momento. Cinco bultos tapados por sabanas blancas. Cinco bultos de los cuales uno, era mi padre.

No conteste. No dije nada. Me limite a negar un par de veces, con mi vista puesta en Rouvin, totalmente incredulo y, antes de que nadie pudiera evitarlo, me abalance sobre aquellos cadáveres, en un intento por descubrir sus rostro, por encontrar a mi padre entre ellos.

Mi padre. El mismo con el que habia discutido hacia unas horas. El mismo al que habia planeado espiar, y para el que habia comprado aquellos microfonos. Estaba muerto.

Y, una vez mas un pedazo de aquellos fragmentos de alma que me quedaban a aquellas alturas, se resquebrajo, provocandome un profundo dolor en mi interior. Y es que, a pesar de todo, a pesar de nuestras diferencias era mi padre.

Y, dejandome caer frente a aquellos cuerpos, comence a retirar la sabana de aquellos rostros, buscando entre ellos el del hombre que me habia dado la vida, y que ahora yacia desprovisto de ella.

Cargando editor
23/05/2015, 12:39
Veronica Stein

Miré a la mujer con cara de poker cuando soltó aquel comentario sobre las relaciones entre los países a los que representábamos. Las miradas podían decir muchas cosas y la mía en concreto decía algo como. “No habláis Alemán, ¿verdad?. Pues lo que yo decía, buenas relaciones, y por cierto… de nada.”

Iba a decir algo más, pero la conversación se vio interrumpida por alguien que llamaba a la puerta. Por un momento, observé con curiosidad al tipo que requería la atención de Donka y lo que fuera que iba a decir, me lo guardé para mí al ver la manera como la mujer se marchaba a toda prisa.

Tras ello, apoyé la espalda con fingida tranquilidad sobre el respaldo de la silla. Vasilev estaba cabreada así que suponía que debía haber dado muy cerca del blanco. Ahora estábamos solos, Andrea, Greg o Andrei, y yo. Obserevé a mi compañera de reojo, quien no había abierto la boca desde que habíamos entrado en aquella habitación, y después al flamante jefe de seguridad. La tensión que reinaba en el ambiente podría cortarse con un cuchillo y tuve que hacer un gran esfuerzo para no soltar algún comentario inapropiado del estilo “pues se ha quedado buena tarde...”

- Andrei Bogdan, ¿verdad? - paladeé cada sílaba del nuevo nombre de Greg con excesiva y deliberada lentitud. - Espero que no le importe si aprovecho el receso para ir al lavabo. - Añadí dedicándole una sonrisa de falsa amabilidad, alisándome una arruga invisible de los pantalones antes de levantarme. Si esperaba que fuera a quedarme ahí plantada como una idiota mientras él se reía y me mentía a la cara, estaba muy equivocado.