Partida Rol por web

Su acusación me hizo hervir la sangre, pero menos mal que iba bien mentalizado para algo así pues en otro momento hubiera terminado bastante mal. Entendía su enfado, pero el tenía que entender que yo no sabía nada. -No, no lo se. Por desgracia yo no sabía nada de sus sentimientos por mi, si no puedo asegurarte de que lo hubiera arreglado hace tiempo. -había verdadero arrepentimiento en mis palabras, detestaba la idea de que Sam sufriera por mi culpa.

Sus siguientes palabras me hicieron ponerle una mano en el hombro en un gesto de camaradería que jamás había tenido con él. -Te lo agradezco Isaac. También quisiera pedirte perdón por lo del lago, tenía un mal día y lo pagué contigo. Espero que aceptes mis disculpas y podamos llevarnos bien, sobre todo por el bien de Sam. -de nuevo, me estaba tragando mi orgullo al decir aquellas palabras, pero todo era por el bien de Sam. Si ahora me manda a la mierda no respondo. -¿Amigos? -propuse alzando mi mano en señal de buena fe.

Cuando llegáis a clase véis que sóis prácticamente los primeros en llegar. Dentro solo están Clarissa y Scott, sentados el uno junto al otro en segunda fila. No hay rastro de nadie más. Ni de vuestros compañeros, ni del profesor. Parece que todavía tenéis un rato para poder disfrutar.

La boca se le secó ante el contacto de su mano mientras notaba un retortijón nervioso en el estómago. Frunció el ceño ante la desagradable sensación, que antaño le habría producido un leve rubor en las mejillas. No puede seguir produciendo estas sensaciones en mí después de tantos años. Simplemente, se aprovecha de mis momentos de debilidad. Aún así, su mano estaba caliente y resultaba extrañamente reconfortante y su cuerpo le decía que, al fin y al cabo, un rato más no le haría ningún daño.

- Estaba, estoy, tan avergonzada de lo que pasó con mi hermano que... - la voz se le quebró un poco, aunque no por el llanto, más bien por el miedo que aún seguía presente. Agarró con más fuerza la mano del slytherin -. Sencillamente, no podía hablar, me cuesta incluso ahora es difícil de explicar - y sobretodo, sin sentido. ¿Por qué me siento mal si el único que hizo algo malo fue Andelin? Sería algo que nunca comprendería. De pronto, una nota llegó ante ella y la leyó con el semblante pálido pero cara de resignación. Se levantó, aún sin romper el contacto -. ¿Cómo no voy a estar alterada con esto? ¿Con él por aquí? Va a hacerme la vida imposible, lo sé.

Cuando llegas a la enfermería entras tan rápido que casi no te da tiempo de golpear la puerta en condiciones. Has pasado tanto tiempo entre esas cuatro paredes en el último día que casi se te ha olvidado que se trata de la enfermería de Hogwarts. Por suerte, no hay nadie en la habitación.

Lo primero que ves es a June. Sigue como siempre, interte sobre la cama, en la misma postura y con la misma expresión en la cara. Ni siquiera le ha cambiado el color de la piel. Aun así, te parece estar algo mejor que ayer. Estás tan concentrado que la voz que surje detrás de ti te sobresalta.

- ¿Necesitas algo jovencito? - parece que la señora Keaton no te ha reconocido.

Cuando llegue al aula aun estaba claramente afectada por lo que habia sucedido en el comedor, pues no era algo que se me fuera a pasar en un rato ni en unos días, eso estaba claro.

Salude a mis compañeros y al ver alli a Regina sin Ryan aproveche y me acerque a ella sonriendole como bien podia ahora mismo. Hola... ¿Te llego mi mensaje? Pregunte antes de meter la pata con nada y mordiendome el labio. ella y yo nos llevabamos muy bien pero tras ver que a mi ni me saludo en el comedor ya no sabia si le pasaba algo conmigo o era un daño colateral por el enfado de la pareja con Josh.

Despeja la mente Sam, es lo que necesitas ahora.

Tras decirle adiós a Sarah, guarda los dos periódicos en su mochila para luego. Con todo el trajín de esa mañana, no le ha dado tiempo a leerlos y le gustaría ver el trabajo de Lucas. A continuación coge la nota frente a ella y la lee. En su rostro se dibuja una sonrisa. No sé cómo lo hace, pero siempre se sale con la suya. Termina de leer la nota y se levanta para dirigirse hacia la mesa de Hufflepuff. Deberían quedar para después de clase pues con la tontería ayer no consiguieron llegar a su objetivo en todo el día.

Cuando se encuentra a dos pasos de sus compañeros, se para sorprendida porque otra nota acaba de llegar a sus manos. La abre pensando que a lo mejor Sarah o Liam se han olvidado algo en el comedor y necesitan que ella se lo lleve, pero sus labios se tuercen en un gesto de disgusto cuando lee el verdadero contenido de la nota. No bastaba con dos horas, que vamos a tener que aguantarlo durante cuatro horas. Y seguro que después del encuentro de ayer, va a ser peor de lo que seguro que ya iba a ser en un principio. Sacudiendo la cabeza, se vuelve hacia Kate y Mathew.

- Hola ¿Qué os parece la noticia?- dice agitando la nota de Blair ante ellos. Tras esperar la respuesta de estos continua- Esto...chicos, creo que deberíamos quedar después de clase si no tenéis otra cosa que hacer. - Levanta la mirada hacia la mesa de Ravenclaw, donde Moses está apurando su desayuno. Si Kate y Mathew aceptan, habrá que decírselo a él también.

Tras apurar mi desayuno, un insulso vaso de zumo de naranja, y deleitarme con la escena matutina del comedor me pongo en camino hacia clase, aunque no a la que yo esperaba. Una nota me llega. ¿En serio? Ruedo los ojos en blanco.

"Seguro que guarda un buen recuerdo de mí y me lo hace saber en clase", pienso con cargada ironía matutina. No hay nada como empezar el curso con un zumo aguada, una escenita tan forzada que cuesta de creer que alguien se lo crea y una clase de súper Blair.

En el camino, coincido con algunos compañeros de clase hasta llegar a la aula del improvisado cambio de horario. Somos los primeros al parecer. Qué extraño. Don Perfectísimo Niño de Papá, a.k.a. profesor Blair, no parece de los que dejan pasar ni un segundo de su tiempo tirado a la basura. O está preparando algo o aquí algo no encaja.

"Nos da tiempo para coger aire y no soltarlo hasta pasadas cuatro horas que huelen a pura chamusquina", pienso mientras espero, sentado en mi sitio. Sin darme cuenta, me siento en el mismo sitio de siempre, reservando los mismos asientos de siempre para mis amigos.

Llego a la enfermería, sofocado por la carrera y con la esperanza vana de que, al llegar, todo vuelva a estar bien de repente. Como si nada hubiera pasado. Y la triste realidad vuelve a golpearme, al ver el estado en el que sigue June.

Me paso un mano por el pelo, peinándome después de la carrera y me quedo observándola, en silencio, tragando saliva al hacerlo. Y sólo cuando la señora Keaton me habla, me doy cuenta de que ni siquiera he pedido permiso para entrar.

Me giro hacia ella, parcialmente, con el ceño fruncido en un gesto de preocupación.

-Señora Keaton...Soy yo, Liam, el novio de June- le recuerdo, antes de nada, para evitar desconfianzas - He querido venir a verla antes de clase...  ¿Se sabe algo más? ¿Cómo ha pasado la noche?

Vuelvo mi vista de nuevo hacia June, y hago el gesto de acariciarle la cara, como para ver si reacciona. De nuevo la culpa y esa presión aparecen, borrando de un plumazo cualquier atisbo de positivismo que pudiera haber en mi hoy. Estar allí es como si me absorbiera la vida... como si estuviera rodeado de dementores.

Y de nuevo siento esas ganas de huir...
 

Cuando pones una mano sobre su hombro notas la tensión en el cuerpo de Isaac. Por suerte, pasados unos segundos parece que se relaja. Y cuando le sugieres lo de ser amigos, no puede evitar echarse a reír. Pero esta vez, sin mala intención.

- Dejémoslo en una tregua.... por el momento. - sus palabras parecen sinceras, algo que refuerza su sonrisa. - Por lo del lago... - comienza a hablar, mientras se levanta de pie. - Borrón y cuenta nueva. - Se gira hacia ti y te tiende la mano. - ¿Estamos de acuerdo?

No sabía que había pasado. Vinny no paraba de darle vueltas, sin decir que había pasado, aunque en mi cabeza comenzaban a formarse las peores hipótesis. No era posible. Podía sentir como el contacto con mi piel, le había resultado... desagradable. Cosa que además de joderme, hacia que notara cierta espina clavada, esta vez en el orgullo. Me dispuse a soltar su mano, evitando un contacto que suponía que ella no quería, y que yo me habría extralimitado, cuando apretó mi mano. El gesto me pillo tan de sorpresa, como reconfortante, no solo porque, desde mi punto de vista, creía que detonaba cierta confianza, si no porque esa punzada en el orgullo, decrecía en dolor.

¿Qué paso con tu hermano? Esta vez, mi voz no sonó amenazadora, ni desafiante... si no mas bien, había un deje de preocupación que no pude ocultar, por más que me esforcé. Cuéntamelo ahora, po.... apreté los labios, agachando la mirada cuando me doy cuenta que estaba dispuesto a rebajarme hasta el punto de pedir por favor las cosas. ¿Merecía la pena? Lo merecía. La nota llego hasta mi, pero con la mano libre, la guarde en el bolsillo. Consideraba que había cosas más importantes -aunque ella no parecía opinar lo mismo, ya que leyó la nota- Yo también estoy aquí. No te hará la vida imposible. Lo prometo. Las últimas palabras veían cargadas de aquella seguridad en si mismo, de aquella seguridad de quien sabe que las cosas van a pasar de aquella manera.

Después de todo, lo que pasara, fue cuando ella aun era mi novia, y lo que pasara mientras, era también de mi incumbencia y responsabilidad.

-De acuerdo. -sentencié apretando firmemente su mano con una sonrisa en los labios. Me alegraba ver que las cosas se iban enderezando poco a poco y que con mi pequeño sacrificio estaba ayudando a Sam. 

Me relajé levemente y sonreí. -Bien, dime algo anda. ¿Qué es lo que ocurre? No entiendo que os pasa, ¿por qué os habéis distanciado tío? Ella me ha comentado que estás raro, que no sabe que te pasa y se preocupa por ti. No se que puede ser... pero si me lo cuentas... igual puedo ayudarte... o darte alguna solución. -Si él estaba bien, Sam estaría bien y yo estaría bien. En el fondo Isaac no era un mal tío, siempre había cuidado de Sam y por eso se merecía mi respeto. 

Estaba sentada con los brazos cruzados en el pupitre y la cabeza encima de ellos. Aún quedaba para que empezase la clase, o eso parecía. Así que decidí intentar descansar un poco, sin éxito, evidentemente. En cuanto intenté despejarme alguien más entró por la puerta, para mi sorpresa era Sam. A diferencia de ella, no podía ofrecerle una buena sonrisa, mi cuerpo no me ofrecía tal descanso ahora mismo, mi mente estaba demasiado ocupada pensando en lo que podría ser mi malestar. ¿La nota? claro que me había llegado, era evidente, pero por mucho orgullo que tuviese Josh, que ni siquiera me hablase... en fin, no sabía que pensar pero dudaba mucho que nos necesitase a Ryan y a mí. Parecía ir tan a su bola que ni siquiera se acordase de nosotros. Miré a Samantha algo seria.

- Sí, claro, lo único que esas cosas las prefiero hablar en persona, no por notas. Ya sabes, las notas se quedan cortas. De todos modos, llevo varios días enferma y hoy no es que esté muy fina que digamos - suspiré, quería que pasase ya lo que quedaba para que empezase la clase - Igualmente, esto se tiene que arreglar hablándolo todos, estando Josh y Ryan presentes.  Porque yo no puedo hacer nada y menos si Josh ni siquiera me habla a mí.

Miré a Sam una vez más, era cierto que no podía hacer nada y si Ryan estaba enfadado con él tenía sus motivos, los cuales me había comentado y estaba totalmente de su parte. Las cosas no se iban a arreglar de este modo, no se iban a arreglar si no estaban todos presentes. Yo no tenía poder de decisión sobre Ryan, así que, aunque quisiera, aunque no me sintiese yo herida por Josh (que no era el caso, porque lo estaba y mucho), ni siquiera en ese caso podría hacer algo al respecto.

Abrió la boca para protestar pero no dijo nada. No iba a dejar el tema, iba a seguir profundizando y diría...¿qué? En realidad, su mayor temor es que le diera la razón a su hermano. ¿Era una tontería pero qué pasaría si estaba de acuerdo con él? De nuevo, se sentó a su lado y en un gesto nervioso, entrelazó sus dedos con los de él, sin darse cuenta de lo inapropiado del gesto, quizás impelida hacia ello por la familiaridad del ambiente.

- Pues... - prosiguió nerviosa con la conversación que ella misma había cortado, con cualquier atisbo de calma perdido por el camino -. En realidad, la discusión bien podría haber sido ahora - susurró en voz bajita -. Era sobre todo el asunto de los muggles. Él estaba totalmente en contra porque los considera "escoria", yo no - apretó los labios, bastante segura de la posición de su interlocutor en ese aspecto, pero no dijo nada -. La discusión subió un poco de tono, además Andelin acababa de entrar en el ministerio y estaba muy pegado de si mismo, se cabreó y bueno, me lanzó un hechizo - encogió los hombros como si tal cosa, aunque no pudo disimular el temblor que la recorrió -. Con la mala suerte de que choqué contra algo, no sé el qué, unos hierros creo, y me atravesó por aquí - se señaló el costado derecho del abdómen -. Yo ni siquiera llevaba la varita, era menor de edad y no podía hacer magia. Obviamente en San Mungo se ocuparon de inmediato y no fue más que un susto aunque había mucha sangre y... - sacudió la cabeza, intentando quitarse la desagradable imagen de su mente y, de nuevo, apretando su mano -. En fin, sabes cómo son mis padres, ¿no? Apoyaron a Andelin. No es que me dijeran que era culpa mía, no abiertamente, pero claro, según ellos debía entender que la reacción de Andelin había estado justificada porque lo había puesto nervioso, decían que lo disculpara - frunció los labios en una mueca de desprecio -. Y bueno, cuando volví a casa del hospital, simplemente me di cuenta que si esperaba recibir una disculpa suya iba muy equivocada. Me quemó todas las cosas muggles que tenía. Y eso es todo. Mis padres no lo culparon ni le obligaron a disculparse, para él yo tenía toda la culpa, y mi abuela no dijo ni mu. Esa es mi feliz historia familiar - terminó con un hilo de voz apenas audible y con la mirada triste.

Suspire y la mire ahora con algo de preocupación La verdad es que no tienes muy buena cara ¿Has ido por la enfermeria? Le pregunte acercando mi mano a su frente con total confianza y apartandola segundos después No pareces tener fiebre... Pero eso tampoco era algo decisivo habia muchas enfermedades sin subida de temperatura.

Creo que el no te ha hablado porque estabas con Ryan... mas que por otra cosa, pero como realmente no se que os ha pasado tampoco puedo opinar... solo espero que tu que pareces la mas sensata del grupo puedas hacer al menos de mediadora... pues sabes que entre ellos se ignoraran como si no hiciera siete años que son amigos Pues no se quien ganaba al otro a orgulloso y tozudo...

Suspire y mire a la puerta y los asientos que habian libres Bueno... yo si puedo ayudar solo tienes que decírmelo No parecia muy dispuesta hablar asi que tampoco la obligaria a nada Te dejo descansar un poco Tras ello le sonrei una ultima vez y me dirigi a un pupitre vacio para sentarme algo nerviosa Cuatro horas con Blair y en defensa contra las artes oscura... hoy se me pondra la cabeza como un bombo...

- Tu novia está mejor, Liam - que haya dejado el 'usted' a un lado te sobresalta. Pero el contenido de sus palabras hace que ese detalle quede en un segundo plano. - Hemos estado toda la noche junto a ella y parece que hemos dado con un posible remedio. Por lo pronto, no ha vuelto a tener ningún ataque. ¿No crees que eso ya es una buena señal?

La sonrisa de la señora Keaton parece sincera. Aun así, no acabas de confiar en ella. En realidad, ya casi no confías en nadie. Al menos con respecto a este tema. De manera inconsciente, casi automática, revisa la hora en su reloj. Asustada, pega un pequeño bote en el sitio y se avalanza hacia ti, dándote pequeños golpecitos hacia la puerta. - Sé que estás preocupado por la joven ravenclaw pero debes irte a clase. ¡No querrás llegar tarde el primer día! Por desgracia, no tienes opción de resistirte. Cuando quieres darte cuenta ya estás fuera de la habitación. Justo cuando va a volver la puerta, la señora Keaton te mira fijamente. - Dejad de preocuparos por ella. No permitiremos que le ocurra nada. La seriedad y seguridad con la que lo dice te produce un escalofrío. Antes de que puedas articular palabra cierra la puerta en tus narices.

Tus palabras le sacan una pequeña carcajada, cargada de incredulidad, incomodidad e ironía. - Mira M.... Josh - comienza quedándose callado unos segundos - sé lo mucho que te preocupa Sam y tus buenas intenciones con respecto a nosotros. Pero... de verdad, déjanos solucionar esto a nosotros. - Tras sus palabras notas como te pega una amistosa palmada en la espalda. Callado, se queda mirando el campo de quidditch. - Hoy es todo vuestro - comenta sin mucho entusiasmo. Por lo que parece, para él ya ha quedado zanjada la conversación anterior. - Más vale que os entrenéis bien, este año vamos a por todas.

Mientras habláis los minutos pasan. Poco a poco se acerca el momento de entrar a la primera clase del curso que, como habéis comprobado en la nota, será con el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

La forma en la que la señora Keaton me habla me provoca un escalofrío. Y es que, a pesar de su mensaje, que pretende ser tranquilizador, su rostro me dice algo totalmente distinto. Aún así, las noticias parecen ser buenas, así que me giro hacia ella, apartando mi mano de June, con un gesto de sorpresa.

-Pero... Señora Keaton... ¿Qué es lo que tiene? ¿Lo han descubierto ya? - le pregunto, y yo mismo doy un respingo ante su improvisada forma de apremiarme  a que me vaya  a clase.

Me veo empujado por ella hasta la puerta, entre quejas. Ni siquiera me deja despedirme de ella.

Algo no cuadra, Liam. Te están ocultando algo.

-Señora Keaton, por favor, no... Espere... Yo...- Y entonces ya es demasiado tarde, y me acaba de dar con la puerta en la narices, para asombro mío.

-¡Joder! -exclamo, en la puerta de la enfermería, rabioso. Llevo desde el día anterior intentando que alguien responda a mis preguntas y lo único que he conseguido es que me echen de allí una y otra vez. Comienzo a notar el nerviosismo aflorar, y siento que necesito un cigarro. Por desgracia, ya es la hora de ir a clase, y no me da tiempo a fumármelo antes de que sea la hora.

Giro sobre mis pasos, dirigiéndome hacia la clase, con el ceño fruncido y una expresión que da a entender que ahora no es un buen momento para enfadarme. Me siento rabioso e impotente. Y cada vez hay cosas que me cuadran menos.

Y, entretanto, en mi mente, no dejan de resonar las últimas palabras de la Señora Keaton.

Dejad de preocuparos por ella. No permitiremos que le ocurra nada.

El problema es que cada vez estoy menos seguro de eso.

Capté al momento por sus palabras que no quería hablar del tema así que no insistí más, bastante estábamos haciendo hablando sin usar las varitas. 

Ante el tema del quidditch no pude evitar soltar un profundo suspiro. -Tengo las mismas ganas de entrenar como tu de liarte con un Troll. -confesé. -Ya me dirás tu las ganas que tengo de encontrarme con Ryan y con Bella... -la verdad es que no comprendía que hacía contándole eso a Isaac, pero la verdad es que tenía que comentárselo a alguien. -Con todo esta mierda del compromiso... menuda locura ¿eh?

Tu reacción hace que se eche a reír. - La verdad tío, es que te lo has montado fatal - como no, Isaac y su sinceridad aplastante. Por suerte, ni el tono de voz con el que lo dice ni la forma en que lo hace te irritan. ¿Puede que le estés empezando a coger el truquillo al popular ravenclaw?

Observas cómo sigue mirando hacia el campo de Quiddich. Si no fuera porque tú también estás ahí, jurarías que está mirando algo en concreto. Pero no, no hay nada allí. Tan solo vosotros dos teniendo vuestra primera charla íntima desde hace seis años. - Quítale hierro al asunto - dice por fin - Os han comprometido. Vale. ¿Y qué? Aquí lo importante es lo que decidáis hacer vosotros. Que, como he podido comprobar esta mañana... no es precisamente separaros - No necesitas que te diga en qué está pensando. Se basta sola la contenida sonrisa que aparece en sus labios. Seguramente, serán muchos los que tarden en olvidar la propuesta de matrimonio que has protagonizado en el Gran Comedor. Sobre todo, porque solo algunos habrán adivinado que no se trata de una inciativa que surge de tu persona. - Y sobre Ryan e Isabella.... No puedo decirte nada de Jackson, pero Black tiene en estos momentos todo el derecho del mundo a tenerte cruzado. Es más, me sorprendería que no creyese que todo esto ya estaba premeditado de antemano.