Partida Rol por web

Bulgaria. Ahora todo parecia girar entorno a Bulgaria. ¿Porque? Rebecca estaba en Bulgaria, pero porque ahora ese repentino interés de todo el mundo por ese pais. Pensé, mientras escuchaba a Isabella hablar de Bulgaria, de Derek y de Josh. Me preguntaba cuanta mierda habría delante de mi sin darme cuenta, sin poder verlo.

Un día, Derek cambió de actitud sobre Josh y sobre Bulgaria. Ahora Josh estaba muerto y nosotros sin más pista evidente que el nombre de un pais. Pero Derek sabía algo más. E Isabella sabía que Derek estaría allí, sumando eso a lo dicho por Vinny, aquella pregunta sobre Bulgaria, me empujaba a pensar que la rubia había hablado con él. Y de alguna forma, Derek sabía que Josh era un objetivo. Así que esto venía de mucho antes, y que Josh ni siquiera lo sabía. De saberlo, me lo habría contado a mi, o a Isabella.

- Tus sueños estan ubicados en Bulgaria. - repetí, reafirmandolo. Me intrigaba y preocupaba aquella forma de Isabella de saber las cosas. Aquellos sueños, aquella conexión. ¿Funcionaría también al reves? ¿El reloj de Isabella seguía corriendo en su cuenta atrás?

- ¿Estás bien? - Bella, ella era mi Isabella. Tan dura, tan fuerte, tan fría. Y tan frágil. Levanté la mano, acariciando con los dedos el mentón de la chica, una suave caricia mientras la miraba a los ojos. - Debemos ir allí, a Bulgaria. Terminar el trabajo. Es el momento de devolver el golpe, no podemos seguir dejando que venga, que nos ataque y huya tan tranquilamente. Debe pagar por todo lo que ha hecho. -

Sonrei a Kate, cuando se acuclilló junto a mi para ayudarme a buscar aquel objeto.- Gracias... -dije, con una media sonrisa, mientras continuaba buscando en la nieve. - Es un regalo de mi padre. Siempre lo llevo encima. Me dijo que me seria util cuando no supiera qué hacer, o algo asi. - le explique, justo en el preciso instante en el que mis dedos toparon con algo: alli estaba.

En mi rostro se dibujo una expresion de profundo alivio, mientras cogia aquel pequeño objeto entre mis dedos, limpiando la nieve y el barro que habia sobre el- Joder, aqui esta, menos mal. - dije, mostrandoselo.

La miré entonces, aun acuclillado en el suelo, sonriendole- Gracias por la ayuda... - le dije, con el mismo tono amable, mientras le tendia mi mano de plata, para que se incorporara conmigo.

Aun tenia muchas cosas de las que hablar con ella. Tenia muchas cosas que explicarle, que explicaran mi comportamiento. Y verme de nuevo a solas, alli, me dio la oportunidad que necesitaba. - Al final se han torcido las cosas... Con las de expectativas que tenia yo para hoy... - le dije, mirandola, mientras me incorporaba.

- ¿Nos fumamos un cigarro mas y nos vamos para adentro? Aun hay algo que queria contarte... - le dije entonces, notando como, ante la alusion a mi "secreto", mi muñeca ardia, recordandome lo importante que era para mi no hablar de mas.

Y espere entonces su respuesta, con una media sonrisa en los labios, esperando tener la oportunidad de terminar de arreglar las cosas.

No le hizo falta mucho tiempo para encontrar el supuesto amuleto. Quitó una pequeña capa de nieve agolpada y tocó sólido. La chica lo aferró tras abrir los ojos con sorpresa y lo sacó:

- ¡Lo tengo!

Estaba feliz por haber sido útil por lo que sonrió ligeramente de manera inconsciente. Se lo enseñó y cedió para que lo cogiera:

- ¿Ves? Tenía razón.- no era un reproche, sino una aclaración de que había conseguido lo propuesto.- Ya no tienes de qué preocuparte.

Él lo cogió y la ayudó a levantarse. ¿Un cigarro más? ¿La estaba tentando?

- Es cierto.- admitió cuando él le dijo que las cosas se habían torcido para él hoy. Para ella tampoco había sido un San Valentín de lujo sin lugar a dudas. Lo que no entendía es cómo, si todavía tenía oportunidad de entrar y pasar una velada agradable y perfecta con Arianna, por qué Liam la instaba a fumarse otro cigarro.- Para mí tampoco ha sido el mejor día. Y lo mío es peor, porque no puede arreglarse.- suspiró. Él quería contarle algo y la intriga era suficiente para que Kate aceptase quedarse un rato más afuera.- Vale. Pero el último cigarro en una buena temporada. Necesitaré mis pulmones intactos en el futuro.

Curioso. Ahora era ella la que sacaba el paquete de tabaco y se lo tendía a él para que cogiera. Se sentó en el alféizar de la ventana.

- Tú dirás.

Al salir al exterior casi se da de bruces con un grupo de gente. Sonríe aliviada al ver de quién se trata y comprobar que, a primera vista parecen estar bien. Esboza una leve sonrisa como de un niño al que han pillado haciendo travesuras ante el comentario de Liam. ¿Esperaba que después de esa nota no saliera? Se equivocaba. 

- Estamos bien. ¿Qué ha pasado?- pregunta mirando alternativamente a Liam, Ryan y Kate, pasando por alto de momento el lamentable estado en el que se encuentra el hermano de Kate. Hay algo en aquella escena que no cuadra. Kate y Ryan colaborando, las miradas que se lanzan el uno al otro y la expresión de desagradable sorpresa que muestran los tres y cuyo origen Arianna no consigue identificar. Algo no va bien, pero no sabe qué es ese algo exactamente. 

- Acaban de entrar. - responde, casi a la vez que Isaac, a la pregunta de Ryan. -Dentro están Rouvin, Vaionali, Malfoy y Andelin. Fueron Malfoy y Strauss quienes nos dijeron lo de los problemas en Bulgaria. El primero ha pasado una temporada ahí estas Navidades. Pero, después de ponernos la miel en la boca no han terminado de contarnos qué estaba pasando exactamente. - explica, para no tener que repetir la versión varias veces. Se habían acercado al grupo para hablar con Derek, que según Matt, podía contarles cosas interesantes, pero no habían sacado mucho de aquella charla. 

Arianna se queda un poco rezagada con Liam al entrar, pillándole la reacción de Vinny completamente por sorpresa. Estaba mucho más borracha de lo que pensaba. Aquella noche debía de estar siendo muy extraña para la rubia. Primero, el espectáculo de Jason y la chica, después el rifirrafe con Andelin y ahora la sensación de exclusión que le estaba produciendo el alcohol. Cuando vio que optaba por marchar, lo único que puede pensar es que quizás fuera lo mejor. Aquello había dejado de ser una fiesta. Y, en el estado en el que ella se encontraba, no iba a sacar mucho de la situación. Arianna posa su mano sobre el brazo de Liam en un gesto tranquilizador, esperando que no reaccione muy violentamente a las palabras de Vinny, pues sabe que es algo que le dolerá. La relación entre Liam y Vinny es mucho más cercana que la que la pelirroja pueda tener con la Ravenclaw. 

- Hasta luego, Kate.- despide a la chica, con un gesto extrañado al verla coger el tabaco del bolsillo de Liam.- ¿Desde cuándo fuma?- Kate. La misma que siempre estaba tirándoles el tabaco a los chicos ¿se había dejado llevar por el vicio ahora? Debía de haber pasado algo mucho peor de lo que creía. 

Se gira para ver qué tiene que contarle Liam, pero al rato el chico se marcha de forma apresurada. Arianna se queda con una caja en la mano y se acerca al resto del grupo, en concreto hacia Ryan e Isabella. Aunque no se siente especialmente cómoda cerca de esta última. 

- ¿Qué ha pasado fuera, Ryan?- le pregunta, mirándolo de arriba abajo. El chico parece ileso, lo cual le alivia. 

- Estoy perfectamente. - responde, algo incómoda  por el gesto del chico, pero a la vez aliviada de que se encuentre bien.- La pregunta es si tú lo estás. ¿La has visto? ¿Realmente estaba aquí?- No hace falta que Arianna diga ningún nombre para que el chico sepa que se refiere a Rebecca. ¿Sería posible que realmente hubiera estado ahí esa noche?

Cuando le habla de Lucas y Sarah, Ari baja la vista y la vuelve a subir para mirarle con un rostro que refleja algo de culpabilidad. Tarda unos segundos en responder, dudando si traicionar la confianza de Lucas o no. Pero la mirada de Liam no es de reproche sino de preocupación y eso es lo que le lleva a hablar. 

- Solo se que están juntos en alguna parte, intentando buscar respuestas, poniendo a Sarah a salvo.- No sabía su paradero exacto, ni quería saberlo. De saberlo, podrían sacar la información de ella y, por tanto, Sarah estaría en peligro. - ¿Su familia está en Bulgaria?- los ojos se le abren desmesuradamente. Eso sí que no se lo había esperado. No pensaba que los problemas políticos que había mencionado Strauss pudieran tener algo que ver con su desaparecida amiga. 

Y entonces lo que hace Liam a continuación le sorprende todavía más. Con lentitud abre la cajita y ve el parche. Sonríe. 

- No tenías por qué hacerlo.- le dice, tímidamente.- Yo...no tengo nada para ti. No pensé que...- se disculpa avergonzada. No se le había ocurrido que en San Valentín se hacían regalos. Y, al fin y al cabo, habían ido como amigos, ¿no?

Cambia el parche que llevaba puesto por el que el chico le acaba de regalar, pero entonces se excusa y dice que se tiene que ir rápidamente. - ¿Qué es lo que pasa, Liam?

Acabe por guardar el amuleto en el bolsillo de mi pantalon, y me sacudi la ropa, mirandola, mientras afirmaba que el suyo no tenia remedio- ¿Por que dices eso? No ha estado tan mal. Has hecho las paces con tu ex, tu hermano esta bien, te has bebido un par de copas y aun estas a tiempo de beberte un par mas... Hasta has fumado. No esta tan mal, ¿no? - le dije, con cierto humor y una media sonrisa.

Entonces me insto a que hablara, mientras me ofrecia aquel paquete. Cogi un cigarro, dejandole el resto del paquete. Ya compraria despues. Y encendi el cigarro, mientras pensaba en cómo comenzar a explicarle todo aquello.

-Escucha, Kate. Antes queria explicarte algo, pero no tuve tiempo. Estoy cansado de intrigas, de desconfianzas, de mentiras. Me estoy dando cuenta de que, en realidad, estamos llegando todos al punto de la paranoia. Ninguno confiamos ya en ninguno, ninguno sabemos si el resto nos oculta algo... y, personalmente, esto va a acabar volviendome loco. -comence a explicarle, dando una larga calada al cigarro, mirando de cuando en cuando a la puerta del bar, algo inquieto.

-Solo queria explicarte que nunca ha sido mi intencion ocultarte cosas y que siempre he confiado en ti. Pero hay algo que me impide contartelo absolutamente todo... Y hasta ahora tampoco te hable de ello porque no queria implicarte... bastante jodido estoy yo ya para preocuparte tambien a ti... Pero creo que es necesario que lo sepas. Porque si no... nunca volveremos a confiar el uno en el otro.

Cogi aire, suspirando, nervioso. La muñeca me quemaba cada vez mas, y llegue a agarrarmela con la mano en la que sujetaba aquel cigarro, molesto. Me obligue a mirarla, mientras formulaba mentalmente aquella frase introductoria, pensando en como decirlo de la mejor forma posible.

-Hace un par de años sucedio algo entre Ryan y yo, lo que hizo que pasaramos de ser mejores amigos a ser enemigos. No fue culpa mia, ni suya, pero no supimos reaccionar y nos condenamos de por vida. Tras lo sucedido, hicimos un juramento inquebrantable y decidimos no volver a hablarnos. Por eso, a pesar de todo, confio en el. Porque pese a todo, pese a lo que ha sucedido entre los dos, seguimos siendo amigos. Confiamos el uno en el otro. Se que es dificil de comprender, pero es asi.

Sin embargo... ese no es el unico juramento que he hecho. El dia en que Victor murio... sucedieron algunas cosas que hicieron que ninguno fueramos capaces de confiar en ninguno. Necesitabamos una forma de saber que podiamos confiar entre nosotros. Y aquella fue la unica forma. No puedo contarte mas, ni decirte nada mas. Si rompo alguno de los dos juramentos, moriré, Kate.-dije, mostrandole mi muñeca, que habia llegado a enrojecerse incluso, debido a aquel picor insoportable.

-Solo queria que lo supieras, que comprendieras por qué a veces, nos separamos del resto, por que, en ocasiones, no podemos hablar con los demas. Tan solo intentamos sobrevivir. Mantenernos con vida. - dije mientras daba la ultima calada a aquel cigarro.

Volvi a mirar hacia la puerta, exhalando el humo de aquel cigarro- Deberia volver adentro. Aun tengo un asunto pendiente con Ari. - acabe por decirle, con una media sonrisa, esperando su respuesta, antes de volver al interior.

Apenas tarde un minuto en volver al interior y, cuando lo hice, estaba parcialmente empapado. Corri de nuevo hasta Arianna, con una sonrisa en los labios, quitandome la nieve del pelo. Me habia jodido marcharme asi, tras aquella reaccion, dejandola con la palabra en la boca.

-Ya esta, perdona... Se me habia caido fuera el amuleto de mi padre y me habia acojonado. Está aqui. - le dije, con una sonrisa, mostrándoselo.

Vi entonces que se habia puesto mi regalo, y mi sonrisa se ensancho. La mire, en silencio, durante algunos segundos, satisfecho. Sin duda, Ari habia sido lo mejor, lo unico bueno de toda aquella noche- Queria hacerlo, Ari. Tu... no tenias por que traerme nada a mi. - negue entonces, mirandola de nuevo. ¿Que me estaba pasando? Llevaba toda la noche comportandome como un gilipollas cada vez que estaba con ella.- No te preocupes ahora, ¿Vale? Ni por ella, ni por nada, ni por nadie. Ya te lo contare todo despues. - dije entonces, mientras la observaba. ¿Por que estaba haciendo aquello? Mi deseo de disfrutar de aquella noche a su lado, de dejar a un lado, por un dia, toda la mierda en la que estabamos envueltos era tan grande que, por un instante, desee tener una pequeña tregua- Una hora. Solo quiero una hora de tregua. Una hora en la que solo pensemos en divertirnos y en estar juntos, ¿que te parece? - dije, alargando mi mano humana hacia la de ella, sonriendole, desde aquella cercania.

Y de repente, note aquel gusanillo en mi interior, aquella desazon que no comprendia. ¿Por que estar con ella me ponia nervioso?

Ante el comentario de que el día no había estado del todo mal Kate chasqueó la lengua. ¿Aún no estaba claro que de todo lo que había pasado aquel día solo tenía planeado el emborracharse?

- No es que no me alegre de que mi hermano esté bien y de que tú vuelvas a hablarme, pero claramente no era esto lo que tenía planeado para el día de San Valentín. No sé si me entiendes.- ¡claro que la entendía! Era obvio.- Pero en fin, tendré que conformarme con haber descubierto este asqueroso vicio.- bromeó señalando al cigarro.

Después se puso seria. Sin duda alguna le parecía sorprendente que Liam estuviera siendo sincero por primera vez desde que se hubieron conocido. Aquello provocó una gran sorpresa en ella. No podía evitar mirarle a los ojos, concentrada. No. No estaba mintiéndole. La seriedad en sus palabras y esa marca en la muñeca lo demostraban. ¿Entonces aquello significaba que realmente confiaba en ella? ¿Que... después de todo, seguía creyendo que ella era de confianza?

- No era necesario que me mantuvieras al margen para protegerme.- fue el primer comentario. Todos habían tenido sus problemas y sobretodo a causa de la desconfianza, pero después comentó con un tono mucho menos duro.- Pero puedo comprender por qué me ocultaste las cosas.- amante de la sinceridad, Katherine se dio cuenta de que a veces es imposible ser sincero. ¿Acaso a ella no le había costado serlo incluso consigo misma? Le miró nuevamente un rato. A excepción de la mano de plata y de que el pelo lo tenía algo más largo, seguía siendo el mismo Liam del colegio. El Liam Nathiel que la besó en aquella biblioteca, que la poseyó en aquel baño de prefectos y el que le confesó su amor sin miedo- Lo cierto es que prefiero que me mientas a que no estés a mi lado.-  el mismo que ya no le mentía.

Entonces ambos miraron al interior del bar. Tenía razón. Debía volver al interior.

- Sí. Creo que ya está aclarado todo. Y... no se lo digas, pero Jackson... no está tan mal. Ahora vuelve con Ari.- su nueva pareja. Debía prestarle la atención adecuada.- No la dejes sola por más tiempo y menos aún hablando con tu ex. Ten buen San Valentín y no vuelvas a perder ese amuleto. Tiene pinta de nevar más y será más complicado encontrarlo.

Antes de que pudieras responder un nuevo vértigo se apoderó de ti. En esta ocasión no era el alcohol. Era una sensación más que conocida. Cuando volviste a abrir los ojos estabas rodeada por una penumbra mayor que la del Callejon. El calor del ambiente te confirmó que estabas a cubierto. Por la poca visión de los muebles que os rodeaban, debía ser la casa de Isaac.
 

Sonrei finalmente, dejando caer aquel cigarrillo sobre la nieve, mientras la miraba. Lo cierto era que me habia quitado un enorme peso de encima. Uno grande de verdad. A pesar de no poder ser del todo sincero con ella, de verse obligado a ocultarle algunas cosas, lo cierto es que que supiera las razones hacian que me sintiera mucho mas libre, menos agobiado- Joder, que bien. Tenia que haberlo hecho antes... - reconoci, soltando aire, mucho mas relajado. Y alce una ceja, ante su comentario sobre Ryan- A ver si ahora te va a gustar mas que yo... - bromee, echandome a reir finalmente, descargando toda aquella tension.

Y asenti, cuando me insto a volver al interior- Si... mas vale... Con lo que me costo convencerla para que viniera... - le dije, cayendo en la cuenta de que, efectivamente, era con quien menos tiempo habia pasado. Y entonces, mire a Kate una ultima vez y me acerqué, espontáneo, dejando un beso en su mejilla- Gracias por todo, Kate. - le dije, con una sonrisa sincera, antes de girarme, con intencion de volver al interior.- No te vayas sin que nos echemos el ultimo chupito... - dije, con un guiño, justo antes de girarme, y volver al interior del local.

Aun tenia tiempo para arreglar la noche.

- Estoy bien - te respondió al instante. Quizá demasiado pronto como para dejarte tranquilo. - Estoy.... - se quedó callada durante unos segundos eligiendo qué palabras usar. - ... estoy diferente. - Movía las manos frente a su pecho con los dedos apuntando en su dirección. Tú que sabías leerlo pudiste comprobar que su cara era el reflejo de la frustración. Isabella necesitaba tenerlo todo controlado.

- Debemos hacerlo - repitió tus palabras asintiendo ligeramente con la cabeza. - Pero antes necesitamos más información. No sabemos nada y eso debe cambiar. Debemos empezar a ser nosotros los que vayan un paso por delante.

Se quedó en silencio. En ese momento volviste a escuchar la puerta. Era Liam entrando en las Tres Escobas.

- Confías ciegamente en él. - No era una pregunta. - Hay que saber por qué nos está atacando. Qué es eso que, según ella, no llegaste a cumplir. - Había vuelto al tema anterior. Te miró en silencio. Los ojos fijos en los tuyos. Sus alineados dientes mordiendo su labio inferior. - No confío en ellos, Ryan. En ninguno. - silencio de nuevo. Ni una variación en su mirada o en su gesto. - Pero confío en ti. Si tenemos que trabajar con el paleto para acabar con esa zorra, lo haré. - Nunca habías escuchado el mote que usabas con Liam en boca de Isabella. A decir verdad, no tenáis claro si alguna vez en su vida había llegado a referirse a él de forma tan directa.

- ¿El remedio perfecto...?

Si no fuera por el hecho de que le hubiera obligado a pasar el brazo por su espalda en aquel momento Vinny no hubiera captado la sutileza. Dejó escapar una risa, enviando vaharadas de húmedo aliento al cielo nocturno de Hogsmeade. No sabía de qué humor se encontraba. Por un lado estaba lo que sólo podría definirse como ilusionada por haber empezado a reaccionar. Le daba la sensación de que era un gran logro por su parte y se sentía esperanzada e incluso optimista por empezar a vislumbrar un futuro. Además, se sentía orgullosa por haberle plantado cara a su hermano, aunque para ello hubiera necesitado estar bajo los efectos del alcohol para darse cuenta.

Lo negativo de todo aquello había sido ver a Ryan con Isabella y aquella falsa fachada de cordialidad con la que ambos se habían imbuido. Que la hubiera ignorado al final de la noche. Que ella misma, bajo los mismos efectos del alcohol que le habían aportado algo bueno le hubieran hecho irse de la lengua en aquella acusación con Liam y Arianna, aunque debía admitir que la respuesta de él, comparando el ir a fumar y que Kate le siguiera con la reacción obvia a su información sobre Bulgaria y su posterior intento de hablar con la exgryffindor en privado la había cabreado.

Lo extraño de la noche había sido Isaac. Habían roto aquel equilibrio en el que se hallaban sumidos desde hacía meses y ella aún no podía juzgar si su decisión impulsiva de besarle había sido correcta o no. Había hecho lo que había querido en aquel momento y, para ser sincera consigo misma, estaba demasiado borracha en aquel momento como para reflexionar sobre ello.

Un súbito tirón en el ombligo la desestabilizó de nuevo y de pronto se vio en un entorno desconocido, agarrando a Isaac por los antebrazos y obligando a su estómago a guardar para sí todo su contenido. Estaba claro que el exravenclaw tampoco quería pensar sobre ello o siquiera hablar.

- ¿Vives solo? - preguntó extrañada, aún sin soltarle, a escasos centímetros de su rostro, con los ojos vidriosos por el alcohol pero una mirada lo bastante firme como para demostrar que era, por lo menos, algo consciente de sus actos.

Realmente ella en aquellos momentos tampoco estaba demasiado por la labor de hablar, sabía que no era el colmo de la coherencia y además si al chico le daba por hacerle preguntas comprometidas podría responder con respuestas sinceras igual de comprometidas que por ahora no quería dar, por el simple hecho de que un "no sé" no resultaba una respuesta demasiado adecuada a su parecer.

Finalmente se decidió por hacer lo que quería y lo mejor, siendo una de aquellas pocas veces en su vida que actuaba movida por un impulso. Sin esperar una respuesta por su parte continuó con aquel beso que había dejado a medias en Las Tres Escobas, ardiente e incluso algo torpe debido a la vehemencia mientras sus manos buscaban sin permiso de nadie los botones de la camisa de Isaac.

- Si vas a vomitar avísame, a mis padres no les hará gracia que lo hagas en su cara moqueta - su tono de voz jocoso le quitaba toda la seriedad a sus palabras. Notaste como te cogía de la cintura con seguridad y empujaba de ti en medio de la penumbra. Se conocía a la perfección la casa y consiguió que no te chocaras con ningún objeto, a pesar de tu constante vaivén.

La parte más dura fueron las escaleras. Cada una de ellas se convirtió en una agonía para ti. Aunque, por supuesto, Isaac volvió a sacar su lado de caballero y, a mitad camino, te cogió en volandas para ahorrarte el esfuerzo. Te sorprendía que fuera tan bien. Vale que estuviera más acostumbrado que tú a la bebida pero, ¿tanto? Tenía que tener una gran trayectoria...

Sentir el colchón bajo tu espalda fue toda una corriente de placer.

- Vivo solo... a medias - comenzó, mientras empezaba a descalzarte. - Esta es la casa de invitados. Llevo viviendo algo más de un año. No es que me lleve mal con mis padres... todo lo contrario. - A pesar del alcohol tu cabeza consiguió atar cabos. Coincidía con el tiempo que su hermano llevaba muerto. - Pero necesitaba tener mi propio espacio.

El ruido de tus zapatos al caer en el suelo rompió cualquier tensión que su respuesta hubiese podido generar si hubieses estado algo más serena. Algo en tu interior esperaba que Isaac continuara quitándote el resto de la ropa. No estabas muy segura de en qué estado solía llevarse a las chicas a la cama... pero sí que teníass claro que, en ese momento, poca oposición podrías ponerle.

Sorprendentemente o no, no pasó nada de eso. Se limitó a levantar tu cuerpo por partes mientras iba separando las sábanas de la cama.

- Venga, entra. Será mejor que empieces a descansar. Iré a prepararte algo para que mañana seas una persona normal.

- Lo sé. - Fue la única respuesta a Isabella que salió de mis labios en referencia a como estaba. Agarré sus muñecas, cuando comenzó a mover las manos y la miré fijamente a los ojos, en rotundo silencio. Isabella necesitaba tenerlo todo controlarlo. Yo también. Pero ella había estado encerrada durante meses, y yo había sido golpeado con esa ramera llamada realidad una y otra vez.

- ¿Alguna idea de por donde comenzar? - Le pregunté ante la evidencia. Se me habían acabado las ideas, no habíamos capturado a Rebecca y aquello había destrozado nuestra posibilidad de ir adelante. - Ahora mismo solo se me ocurre el ministerio, y buscar el registro de los MacLagggen en Bulgaria. Saber donde vive sería un buen comienzo. -

En cuanto Isabella mencionó a Liam, lo miré de reojo. - No tengo más alternativa. - Le informé, frunciendo el ceño. - Tendremos que trabajar con ellos. No pienses que esto me hace la más mínima gracia. - Hice una larga pausa, mirándola de reojo. - Lo hago por ti. -

Se había sentido sexy e irresistible hasta el momento en el que empezaron a subir las escaleras. A partir de ahí todo fue una nube borrosa y súplicas internas para que las náuseas remitieran y para que ella no acabara rodando por las escaleras, aunque ni siquiera tenía claro en qué dirección rodaría en caso de caer.

Pero en el momento en el que la depositó en el colchón todas aquellas sensaciones desagradables remitieron lo suficiente como para que sus manos cobraran vida e intentaran atraerlo hacia ella, algo que Isaac no parecía demasiado dispuesto a permitir puesto que no tardó en dirigirse hacia sus pies para quitarle los zapatos. Una parte de ella pensó que nunca había experimentado un masaje erótico. Y por lo visto, aquella tampoco sería la noche en que lo experimentaría.

Era una pena que con lo preparada que la hacía sentirse el alcohol para afrontar aquel momento, el momento en sí decidiera no llegar. Isaac la había metido en la cama, arropándola hasta la barbilla en lo que parecía el indicio definitivo para que Vinny por fin captara que no iba a haber sexo. Exhaló un suspiro.

- No me creo que Isaac Fisher me esté diciendo que no - esbozó una falsa expresión trágica mientras sus manos forcejeaban con el cierre de su vestido. Aunque no hubiera sexo no pensaba dormir con ropa, no iba a arriesgarse a que se estropeara. Se podía notar por el movimiento de las sábanas que la cubrían cómo luchaba por quitarse la prenda de ropa hasta terminar en ropa interior -. Al menos dame una camiseta o algo. Y pon esto en una percha - dictaminó, sacando el brazo por encima de la sábana y mostrándole el vestido, un tanto arrugado.

Tal vez, si no se sintiera tan borracha, se sentiría ofendida de que el chico le dijera qu eno precisamente a ella, una posibilidad entre un millón. Pero en aquel momento una gran parte de ella sólo quería dormir la mona.

Tu actitud solo consiguió que Isaac acabara echándose a reír.

- Veo que esperabas otra cosa de mi... - cogió el vestido y lo lanzó hacia los pies de la cama. Antes de que te dieras cuenta tenías a Isaac recostado sobre ti. Mantenía el peso sobre la mano que había colocado a escasos metros de tu cabeza. La otra se había colocado estratégicamente en tu cintura. - ... no tengo ningún problema en responder a tus expectativas. - Rompió la distancia que os separaba alcanzando tus labios con una pasión mucho mayor a la que habías sentido en las Tres Escobas.

No perdió el tiempo con tonterías. En apenas unos segundos había recorrido tu abdomen y uno de tus pechos. Cuando se separó de ti sus dedos coqueteaban con el enganche de tu sujetador. En la oscuridad diferenciabas la picardía en su rostro. - No puedo permitir que mi invitada se vaya de esta casa descontenta, ¿no crees?

- ¡Eh! - exclamó con cierta indignación al ver como su vestido acababa sin ningún cuidado a los pies de la cama. Arrugó la nariz en un claro gesto de disgusto al ver como no sólo no la satisfacía sino que además le llevaba la contraria de forma expresa. Pero antes de que pudiera enhebrar el hilo de su protesta Isaac la estaba besando de nuevo, dejándola sin aliento y sin reacción durante los tres primeros segundos.

Una vez éstos pasaron su beso se volvió igual de apasionado que el de Isaac aunque desde luego no tan experimentado. No es que Vinny sólo se hubiera besado con Ryan pero estaba claro que, de poner un número, el suyo podría contarse con los dedos de las manos mientras que el de Isaac lo sobrepasaría con creces. Quizás era una suerte que estuviera borracha y no se planteara que en cuanto a su experiencia en otros términos sólo tenía una persona con quien comparar mientras que el número de Isaac ascendía demasiado como para que ella quisiera siquiera imaginarlo.

- Mmmm... - susurró a la oscuridad. Las caricias de Isaac habían terminado en un punto interesante mientras que ella se había olvidado incluso de la existencia de sus manos. Le puso pronta solución al buscar otra vez los botones de su camisa y desabotonar unos cuantos con prisas, aunque a la mitad se desesperó con uno que era incapaz de abrir y dio un tirón, rompiendo los restantes -. Ups...bueno, no importa, ya lo arreglaremos luego - musitó contra sus labios mientras sus manos exploraban el pecho descubierto de Isaac. Esbozó una sonrisa que él pudo sentir en su boca más que verla -. Mmmm...no, desde luego, nada descontenta.

- Ellos - respondió con total seguridad, pero de forma tan escueta que al principio te fue imposible saber de quien se trataba. - Ellos tienen que saber algo. Sino, no se hubieran reunido de esta manera - se refería a los 'jóvenes adultos'. En parte profesores, en parte trabajadores del Ministerio.... y algún que otro esporádico que no acababa de casar en la tónica general. - Los tantearía e iría a por el que nos fuese más fácil sacarle la información. Blair es inaccesible. Derek... se volverá a Bulgaria. Quizá Grey, o los Carrow. No lo sé - chasqueó la lengua molesta. - Pero alguien tiene que cantar. Como sea.

Se recogió el pelo con un gesto tan refinado como peligroso.

- Hablaré con mi madre sobre los registros de los McLaggen, encontraré la forma de que los consiga para nosotros. - No dijo nada más acerca de Nathiel. Había dicho todo lo que tenía que decir. Tu mano seguía rodeando su muñeca. Aprovechó el contacto para acercarse más a ti para dejarte un pequeño beso en los labios. - De acuerdo entonces.

Nunca te habías imaginado a Isaac como una persona cariñosa y complaciente en la cama. Siempre lo habías visto como el típico chico que se limitaba a ser fogoso, pasional y algo agresivo. Todo eso lo tenía, por supuesto, pero también la capacidad de asegurarse de que su compañera también disfrutaba en la cama. Todo un lujazo.

El sexo duró mucho más de lo que esperabas. Si no hubieses estado tan borracha, estabas segura de que habrías llegado a más de un orgasmo. Cuando Isaac se dejó caer notaste su peso sobre ti. Te retiró el pelo de la cara y empezó a besarte en torno de la oreja.

- Más vale que te acuerdes de esto mañana...

Tras escucharle decir eso te quedaste dormida. Justo en ese momento una lechuza entró por la ventana que estaba medio abierta en la habitación. Llevaba un paquete y una nota que leerías a la mañana siguiente. Se trataba de una foto en un sencillo marco de plata. Una de las fotos que Liam te había hecho junto a Faye en el curso anterior. Aparecíais las dos abrazadas y felices.

Me hubiera gustado dartelo en la fiesta, pero no pude. Feliz Cumpleaños. Recuérdala así, siempre.

Liam.