Partida Rol por web

La mano de John fue a la trasera de su pantalon en cuando noto que la puerta de la casa se abria. Se detuvo cuando vio a Maxwell salir con el hijo del cabron de Will. El crio habia crecido mucho en cinco años pero no entendia que cojones estaba haciendo alli.

- ¿La casa es segura? Necesito un lugar donde mis hijos puedan descansar.- dijo sin ninguna cortesia.

- Por ahora es segura. - Afirmo a John a modo de bienvenida. - Dentro están Simon y Eithan... -

Miro a Edgar con curiosidad. - Todos creían que estabas en México. - Sonrío. - Pero en cierto modo me alegro de que estés aquí. - 

Luego me dirijo a los dos... y a Cindy. - Bueno, pasad y poneos cómodos... Tenemos mucho de que hablar y ponernos al día. - Hay tantas cosas que quiero preguntarles... e imagino que tantas cosas que nos querrán preguntar.

Me acerco a ellos y les doy un brevísimo abrazo a cada uno empezando por John, luego Edgar y finalmente Cindy.

- Me alegro de veros aunque sea en estas circunstancias. - Dicho aquello me dispongo a echar una mano con los hijos de John o con el equipaje que puedan haber traído con ellos.

John asintio, le valia con la palabra del Ruseñor para aceptar que el lugar era seguro. Se giro y cogio a su hija mayor en brazos, era la unica que no habia engendrado el pero la queria igualmente. Al ser la mayor tambien era la mas pesada pero eso no le importo. Con la otra mano cogio la cesta del pequeño, el unico varon.

- Bien, ayudame a subirlos a una de las habitaciones. Despues hablaremos.- dijo sabiendo que si podia leer las mentes como sabia que podia, se habria dado cuenta ya de que algo terrible habia pasado. En ese momento penso que algo parecido podia haberle sucedido al resto y su ira aumento. Quien estuviera detras lo pagaria, se encargaria personalmente de ello.

Cindy se alegraba tanto de que el resto de su manada estuviera dentro que no podia contenerse. Miro a John y Edgar, esperando que alguno hiciera un gesto permitiendole entrar delante.

- ¡Max!.- dijo la chica sonriendo, se acerco algo mas de lo politicamente correcto para olerle de cerca, era su forma de saludar.- ¡Estas aqui! ¡La manada se junta otra vez!

John había cogido a dos niños el otro no pesaba tanto como para no poder meterlo en la casa entre dos adultos asi que despues de dar unos cuantos saltitos mas decidio entrar en la casa como un huracan.

Miró como el niño de las flechas y el viejo leementes salían por la puerta. Se quedó mirnando al dintel vació durante unos momentos. Imposible saber que estaba pensado pero sin duda su atención no estaba centrada en Troublemaker. Dio un par de vueltas por la sala, casi como si se tratara de un símil perfecto del leon enjaulado para luego volver a dejarse caer en su sofá. Lanzó una mirada al mueble bar pero no hizo ningún ademán en acercarse.

Cerró los ojos y simplemente esperó lo que fuera que tuviera que pasar.

El jodido corazón parecía tener ganas de salirle por la puta boca. ¿Que coño hacía ahí? ¿Esperaba realmente algo de aquella puta reunión de viejas glorias? La verdad era que podían dar por culo a todos aquellos perdedores. Cuando más les necesitaba desaparecieron, no se había dado cuenta de cuanto dependía su propia identidad de aquel grupo. Sin ellos... ¿Que había sido? Poco más que un arma que otros se dedicaban a apuntar. Sin sentimientos, sin razón, solo órdenes. Shepard le hizo sentir que formaba parte de algo y luego le habían dejado caer.

No se lo perdonaría jamás.

¿Era odio lo que sentía por todos ellos? No estaba seguro, quizá era más un rencor que había echado raíces durante aquellos años.

Pero no era así con todos.

Estaba ella, Cindy. Era su gran cagada. Y a la única que aún echaba de menos. En sus años en la cárcel ella, sus ojos salvajes, el cuerpo menudo y fibrado le habían aliviado durante más noches de las que se atrevía a recordar. No sabía que era.

¿Amor?

No, hacía años que estaba seguro de que le habían arrancado aquel sentimiento con las jeringuillas.

Pero sentía algo. Y no sabía que era, de modo que se quedó en lugar de salir de aquella mansión tan muerta como sus fantasmas tal y como le dictaban sus instintos. Si se quedaba se iba a meter en un buen marrón. Lo más inteligente sería irse pero Cindy iba a entrar por la puerta así que cerró los ojos y simplemente esperó.

El sonido de unos pasos entrando en la casa a toda prisa pusieron en guardia a los dos hombres que se encontraban en el salón.

La puerta se abrió de par en par y un huracan hecho mujer entro corriendo a toda prisa. Tenia delante a Simon y se lanzo a saludarlo sin pensar en nada mas, igual que un cachorro, tirándose sobre él con un gran abrazo.

- ¡Simon!.- dijo completamente feliz por el reencuentro, se separo y dio unos saltitos de alegría.- ¡Has venido, Simon ha vuelto con la manada!.- exclamo.

La chica había cambiado en esos cinco años, su cuerpo tenia mas curvas, pero su mentalidad seguia siendo la misma.

Se giro casi por instinto, sintiendo los ojos de Eithan a su espalda y se quedo parada mirándole, sin mostrar ninguna reacción durante medio eterno minuto.

Sin decir nada reacciono de subito, corrio hacia Eithan sin mostrar si quería abrazarle o golpearle hasta la muerte, saltando por encima de sofá con una agilidad inhumana, acortando la mínima distancia que les separaba para arrojarse directamente sobre el sin medir las fuerzas. Al recibirla Eithan trastabilleo y cayo al suelo con Cindy sobre el.

Aquello no importo a Cindy, se aferro a su cuello y este noto algo humedo, la chica estaba llorando de pura felicidad.

-¡Habeis venido!¡La manada junta!.- dijo como si lo unico que hubiera estado en su mente los últimos años fuera reencontrarse con quienes creía su única familia.

Al verla entrar Frost se levantó como un resorte del sillón pero no se atrevió a decir nada, a moverse hacia ella o a hacer comentario alguno. Se limitó a mirarla, sorprendido de lo mucho que había cambiado. Se mantuvo así, con los brazos laxos a los costados mirando como saludaba al paleto de Goodspeed. Sintió el tacto de madera del cuchillo de cocina en la mano.

No hizo nada.

Estaba vacío.

Luego Cindy se giró hacia él. Dios, que bonita era. Cuando vino hacia él corriendo no supo que hacer. Que decidiera ella, se dijo, que pasara lo que tuviera que pasar. Tensó los músculos del abdomen por puro reflejo pero no esperaba que se lanzara a su cuello. Cayeron ambos al suelo, ni siquiera notó el golpe, solo el cuerpo de ella, caliente, harmonioso sobre el de él. Sin darse cuenta cerró un momento los brazos alrededor de su cintura, cerró los ojos y aspiro con fuerza su olor. Hinchó los pulmones y fue como si algo de ella estuviera en su interior.

Aguantó el aliento.

Notó algo en la mejilla que resbaló hacia su boca. Salado. Lágrimas. Se detuvo un momento, la soltó y con cuidado tocó su propia cara húmeda. 

-Por tí...- fue lo único que llegó a decir con un susurro tan leve ni siquiera él estuvo muy seguro de haberlo dicho o pensado.

Will tendió la mano a Edgar y a John, y saludo con la mano a Cindy - Hola Cindy, ¿como estas? -

Luego se dirigió a la ranchera. - Yo me encargo de esta peque - Dijo Will mientras cogía en brazos a la niña más pequeña. - Son preciosos tus hijos John, los mantendremos a salvo aquí, no te preocupes. - Will se dirigió hacia la casa con la niña en brazos.

Simon se quedó cerca de la puerta, manteniendo el tenso e incómodo silencio, sin quitar ojo de Eithan totalmente en ningún momento.

Entonces entró Cindy como una avalancha sobre ellos. Para cuando Simon quiso darse cuenta, ya le había dado un abrazo y ahora estaba sobre Eithan. Miró hacia la puerta, esperando ver entrar al resto.

- No te ofendas Will Junior, esto no tiene nada que ver contigo. Seguro que eres un buen chico y que te pareces mas a tu santa madre que al sinverguenza que te engendro, pero ¿Esta el cabronazo de tu padre en la casa?.- pregunto arisco. Necesitaba que estuviera, una buena pelea para descargar su ira y sus fustraciones. Era el unico de sus ex-compañeros con el que no sentiria remordimientos si le partia la cara.

Eithan tampoco esperaba la reacción de Cindy, la cual le tomo desprevenido y termino con los dos en el suelo. Cindy sonrió, estaba feliz con el simple hecho de volver a veros.

Levanto la cara y olfateo algo que le disgusto. Se puso en pie, olfateo un poco mas, gruñio.- ¿La bruja a esta aqui?...¡no, ha estado hace poco! ¡Cindy la huele, huele a la bruja!.- dijo enfadándose.- ¡La bruja es mala!¿La habéis visto?¿Os ha hecho daño?.- pregunto a ambos hombres realmente preocupada.

Will empezó a ponerse rojo, echo una mirada a Jhon que parecía que iba a salir fuego por sus ojos. Luego miro a la niña que llevaba en brazos y tragó saliva. - Tienes suerte de que estén aquí estas criaturas que no tienen culpa de nada, si no iba a hacer que te tragases esas palabras. Aquí el único cabrón sinvergüenza eres tú. - Luego le dio la espalda dirigiéndose hacia la casa.

Sabía que a John no le caía bien su padre, pero lo que había dicho estaba fuera de lugar y era una falta de respeto. Su padre era una de las personas más honradas que había conocido y no se iba a quedar callado mientras le mostrasen ese desprecio.

- El crio tiene huevos, eso esta claro.- comento a Edgar siguiendo los pasos de Will Junior.- Ha debido sacarlos de su madre.- afirmo, dejando caer que era imposible que hubiera sacado valor de su padre. El concepto que John tenia de Will era muy distinto de la imagen de heroe perfecto que todos tenian.

- Will no está aquí, y es en parte algo de lo que tenemos que hablar. - Digo mientras me aseguro de que no hay nadie más en la zona y mientras busco otras mentes que puedan haberles seguido.

- Vamos dentro, dejemos a los niños descansar y pongámonos al día. - Pido amablemente. Han sido tiempos duros para todos y si no hacemos frente común vamos a estar muy jodidos.

Cuando aquellos dos salieron por la puerta, Edgar copió el gesto de John y echó mano al revólver de su espalda, pero se relajó al ver el rostro conocido de Maxwell. Al chico tardó varios segundos en reconocerle, y no fue hasta que su compañero de viaje le llamó que cayó en la cuenta de que era el hijo de Billy. 

- Sí Max, estaba en Mexico... pero efectivamente, hay mucho de lo que hablar - cerró el coche con las llaves y se adentró junto al grupo mientras se encendía un cigarrillo. Parecían haber pasado siglos desde el último.

Maxwell entro en la masión, seguidos Edgar fumando un cigarrillo. El joven Will portaba en sus brazos un precioso angelito de cabellos dorados, profundamente dormida.

 Pese a la dulzura que esa pequeña irradiaba Will parecía dolido y molesto.

John le seguia, llevaba a la hija mayor de Carol, de diez años, en un brazo mientras cargaba con la otra, una silla modelo cestita, a su bebe. Un niño con la misma expresión de mala leche que su padre.

  En el salon principal de la casa se encontraron con Simon y Eithan, ambos con el rostro serio. No había sido una buena noche para ninguno de los presentes aunque basto una simple mirada para saber que John estaba a un paso de explotar.

 Cindy se mostraba nerviosa, había olido algo y repetia.- ¡La bruja a estado aquí!

 Se acerco a Edgar, el sabia de lo que estaba hablando.- Edgar, Cindy la huele, la bruja a estado aquí hace poco.

- Sí, Cindy. Verónica ha estado aquí. Hace poco... Pero ya se ha ido. Estamos solos. - Digo mientras espero a que ubiquen a los niños en alguna de las habitaciones. 

- John. Si detecto a alquien, quien sea, acercándose a la casa te avisaré para que podamos proteger a tus hijos, o lo que creas conveniente. - Advierto. Tenemos mucho que decirnos pero no creo que sea buena idea ponernos a hablar delante de esos críos. No entenderán la mitad de las cosas, y el 99% no son agradables de entender.

John subió a los niños a una de las habitaciones de arriba. Cindy insistio en que durmieran en su cuarto, era el unico que tenia sabanas limpias en la cama y menos polvo que el resto. Despues de acostarlos y asegurarse que estaban dormidos, John bajo para reunirse con el resto.

Había mucho de lo que hablar.......................