Partida Rol por web

- ¡Jajajaja! Para que después digan que los enanos no son hábiles con las palabras...- rió el pirata.-O sea, que no me estáis pidiendo ayuda, sino que me invitáis a participar en el asedio, por un módico precio. ¡Me caes bien, enano, tienes cojones!

Sirvió más ron y le acercó el vaso al enano.

- La respuesta es no. No me hace falta "pagar" para atacar a los tarsinos cuando me venga en gana. Si queréis que nos unamos a esa emboscada a Tarsi, de acuerdo, lo haremos y vamos al cincuenta por ciento con el saqueo del botín. Eso es todo.- dijo, encogiéndose de hombros.

- Si lo que queréis es ayuda con el asunto ese de los animalejos... bien, ese ya sería otro trabajo del que podemos discutir un pago.

 Si bien Doragon no había recibido una invitación formalmente, las voces harían llegaría a cierto rostro representante de la nación que convenientemente se encontraba en el territorio del norte de la reunión que Animalia llevaría a cabo con el fin de enfocar los esfuerzos en enfrentar a la horda.

  Por supuesto, aquel que hablaría por Doragon en cuanto al tema no seria otro que Arkham, alguien que no se molestaba en ocultar el interés personal que tenía por formar parte de todo aquello, haciendo acto de presencia en aquella reunión acompañado por nada más que un par de guardias. Al igual que aquella vez que asistió al llamado del imperio por el fallecimiento del emperador, el hombre portaba un brazo vendado como una escayola.

 -Aah... -suspiró con cierta decepción cuando lo que se encontró fue a un representante soltando declaraciones a gritos, una manera que si bien reconocía servía para endurecer las palabras, consideraba también que solo era un medio para que aquellos que no tuviesen argumentos solidos se hiciesen escuchar: después de todo, no había dicho mucho que los presentes no supiesen ya. -. Fantástico resumen, sobre todo lo de la carta que decía lo que ya suponíamos... -comentó. -. Reconozco el valor de Animalia de haber querido conocer de primera mano al enemigo, pero no puedo ignorar la estupidez de pensar que podrían enviar tropas esperando que no regresasen destrozadas: subestiman a los orcos, y especialmente a los demonios... -concluyó, con un particular disgusto en sus últimas palabras. -. Aunque esencialmente, el problema no radica en la horda, sino en las naciones que no están dispuestas a mover un dedo hasta que el resto lo haga... -añadió, sin mirar a nadie en particular. -. Temen que, si envían a sus tropas y estás caen en combate, serán vulnerables a ataques de otras naciones que hayan guardado sus recursos: ¿qué se puede esperar luego de que en tan poco tiempo se hayan cosechado tantos roces? La horda ya casi me parece un problema secundario... -en ese momento, la mirada rojiza del hombre iría pasando por los representantes que se encontraban en el lugar. -. Siendo ese el caso, lo dejaré claro: Doragon tiene intenciones de acabar con la horda, colaborará en todo lo posible e incluso apoyará a aquellos que se unan en combate a recuperarse tras guerra... Pero aquellos que no muevan un dedo no esperen gratitud de nuestra parte... -amenazó, sin un solo gesto de duda en su lenguaje verbal o corporal. -. Para que lo entiendan, ya Doragon ha aclarado los términos de las demandas de Ungol, y dependiendo de que decida hacer Maxener al respecto tendremos que intervenir: podemos aguantar a una sola nación escondida en sus defensas, no a dos...

El enano apuró el ron de una sola tacada.-Quizás no te haga falta pagar, pero no es a mí a quien la flota de Tarsi le ha dado en el hocico. Nosotros somos mejores estrategas y una emboscada siempre te dará ventaja.

Nos quedaremos todo el botín del saqueo y cuando me entregues a los rehenes de Animalia te daré tú parte. No voy a regatear en absoluto por qué no vas a obtener mejor trato.-se escupió en la mano y se la tendió al pirata.

- Está bien, nos divertiremos juntos contra Tarsi y ya hablaremos de botín. Si me entero de qué les ha pasado a esos cachorros perdidos, os lo haré saber.- dijo, estrechando la mano que se le ofrecía.- ¿Cuándo teníais pensado organizar esa emboscada?

-Ya está todo en marcha.-el enano le dejó ver un mapa de mar interior.-Si Tarsi quiere acudir al rescate de las colonias nosotros haríamos un abanico, lo más lógico sería que intentasen cortarnos la retirada aquí. Irán confiados pensando que su flota es más rápida y más eficaz, aquí entráis vosotros. En una garganta como está la flota Tarsiana deberá estirarse, sus barcos de guerra son más grandes y pesados, en cambio, vosotros sois mucho más maniobrables. Una vez dentro podemos cañonear sus velas con metralla y cadenas desde lo alto de los acantilados. Entonces estarán a vuestra merced.-la intención de ataque era real, aquello no se había planeado en dos días. Había una estrategia detrás dando a entender al pirata que los enanos iban muy enserio.

-Cid escribió una misiva, durante nuestra estancia en el imperio. En ella intentó disculparse y aún así no logró nada - Comentó Ray suspirando y cerrando los ojos viendo que la salida propuesta por Acad volvía al inicio de todo aquello, aunque esa no fuera su intención

-Es cierto. Le pedí a sus señoras Nauti y Edes que se la entregaran al emperador... Sin embargo, no obtuve respuesta alguna. Si una disculpa sirviera, Theneul ya habría entrado en razón. Más aún con gente que estuvieron al lado de su padre... Temo que sea como su abuelo - Ambos reinos al vivir en el norte podrían tener grabado a fuego el suceso acontecido con el antiguo emperador y conquistador.

-Sin embargo, si vos creeis que Tarsi puede convencer al imperio y detener esta masacre. Así sea. Si Ungol sigue actuando así, caerá por su propio peso. - obviamente, enemistar a todas las naciones contra ellos, no le hacía bien a ninguno de sus habitantes y eso era algo que el el reino del comercio sabía muy bien.

Dejando pues aquello a cargo de la nación de Tarsi, pasaron al tema más personal de Ray, el cual negó hacia Acad - En realidad... Me asombra que hayais detenido tantas matanzas... Ese pacto sin duda detendrá temporalmente tanta sangre derramada - Dando una pista previa, y dando la segunda que era clave, Acad, que era inteligente de por si, ya podría relacionar al reino de Doragon como el reino al que quiere ajusticiar Ray

Por otro lado, la guerra daba que hablar, y ante ese dilema Cid solo podía suspirar, Megumi, quien se encargaba de administrar la defensa volvió los ojos en blanco y resopló antes de hablar - Precisamente... Por eso solo vamos a mejorar las defensas como forma especial de ayuda. Nuestras defensas del noreste están mejoradas pero no a punto para una guerra a gran escala y no podemos entretenernos mucho con el imperio. Si quieren entrar al continente pueden atacar por donde les plazca, pero mejor que un ataque frontal donde sacrificar gente sin sentido que no sabe pensar, es mejor aguardar en al guardia y tenerlos al descubierto para después - Golpeó en la mesa - Destruirlos... - El puño de Megumi tembló en la mesa y Alya y Natia se quedaron mirandola muy seriamente.

La consejera de defensa miró alrededor y agachó la cabeza retirando la mano - Pe...Perdón... - Musitó en un tono mucho más aniñado y vergonzoso que el serio y enfadado de antes. De hecho, si no hubiera sido por ese tono, Megumi parecería una niña más que una adulta. - Como dice Megumi - Retomó la palabra Cid - En cuanto acabemos de ayudar al imperio, nosotros nos pondremos en guardia... Y mi señora Acad. Aunque Tarsi esté algo alejado del norte, estar prevenidos nunca está de más. Igual que con los piratas. Cuando terminen las investigaciones de mejora sobre los barcos, no espere, comuniqueseló a su reino sin dudarlo. - Tarsi ayudaba a Maxener siempre, casi podrían ser naciones hermanas, y había una buena conexión entre ambos. Sin lugar a dudas no ibas a desprotegerse mutuamente y Cid quería que Acad se sintiera como una igual allí, aunque fuera de otro reino.

Teniendo en cuenta aquella reunión que se organizó en el imperio para reunir a los reinos del norte en forma comunal. Los consejeros volvieron a dividirse otra vez, acudiendo solo los necesarios para aún fortalecer aún más el reino de Maxener*

Como Animalia estaba hablando, simplemente Maxener calló. Estaban esperando simplemente a ver lo que tenía que decir el representante de dicho reino. Le habían cedido la palabra a el y no a otro. Esperaban que terminara de hacer su discurso moral para entrara en el verdadero asunto de la cuestión, pero en lugar de hacerlo así, Arkham arremetió a lo salvaje contra este asunto acusando al propio reino de Maxener a hablar sobre su propia actuación.

*-Maxener está apoyando al imperio mejorando sus defensas para que resistan un posible asedio frente a los orcos. También se les envió una misiva para conocer el activo y ancho del ejercito que va a enfrentarse contra la horda**(leed los asteriscos antes de continuar). Algo que sin duda me sería de agrado extender a los activos de Animalia y Doragon para evitar más muertes innecesarias - En dicho momento miró al representante del reino feral - Ojalá haber sabido de ante mano que enviariais a tantos exploradores, pues me hubiera gustado colaborar con vosotros y ayudar a que volvieran sanos y salvos. Hemos traido materiales suficientes para un ancho que preestablecieron según *la respuesta que recibiera del imperio/calculó la consejera de defensa*

-Maxener no tiene otra intención que detener tanta sed de sangre, por parte de todos. Tanto fuera del mar interior como dentro... No podremos conseguirlo si no trabajamos en conjunto, y eso significa olvidar errores del pasado, perdonar lo necesario y pensar meticulosamente las acciones del presente y futuro. Y para demostrar que Maxener quiere proteger, no solo el norte, sino además todo el resto de reinos, os ofrezco mis más sinceras disculpas, Su Majestad Imperial Theneul VI, por lo sucedido durante la reunión de la coronación imperial, en nombre de todo el reino de Maxene. De la misma manera, el consejero militar Ray también está dispuesto a pedir disculpas frente al imperio y frente a Ungol, siempre que todos los puntos de mira desaparezcan de su cabeza para poder hacerlo público.

Botán envainó su lengua al escuchar al delegado de Doragon, no era momento de empezar una diatriba que fuera y viniera. Aclaró su garganta y tomando el rol de arbitro sobre la reunión interrumpió antes de que otra nación hablara.

- Quisiera recordar a los delegados que estamos aquí para hablar de formar una alianza militar contra la Horda, tratemos de centrarnos en ese tema y dejemos para otro momento el resto de rencillas.

El Imperio de las Nueve Lunas obviamente había sido invitado a la reunión para una posible alianza en el Norte, y el enviado se había mostrado cauto desde el inicio de la reunión, especialmente cuando vio a los representantes de Doragon y Maxener en la misma.

Sin embargo, parecía que el incidente con el Alto Consejero Galain había quedado olvidado, o quizá el representante respondía a otra facción diferente dentro del Imperio, porque no puso ninguna pega a la presencia de las dos naciones.

- En nombre de su Majestad Imperial, agradezco a todas las naciones presentes su ayuda contra la Horda, tanto los que han enviado tropas como otro tipo de ayuda. Puedo decir que el Imperio ve con buenos ojos una Alianza de los países norteños, quienes seríamos la barrera natural a la expansión de los bárbaros orcos. Por supuesto, dicha Alianza debería ser comandada por el Imperio.- dijo finalmente.

Elengor y el resto de naciones del Norte miraron de soslayo a Animalia, quien había propuesto la iniciativa, por si tenía algo que decir al respecto.

Mientras Arkham asistía al Consejo, en Doragon se realizaron varias expediciones de exploración de las tierras al sur de la frontera. Incluso si eran tiempos de guerra, en Doragon nunca se conformaban con quedarse quietos y siempre estaban atentos a cualquier oportunidad de conseguir más tierras o recursos.

Las primeras partidas de exploración no encontraron mucho más que planicies desiertas y terrenos baldíos, así que el gobierno de Doragon ordenó seguir con las exploraciones más al sur incluso.

Los primeros rayos del alba se filtraban entre la espesa niebla que se alzaba al amanecer, había sido una noche lluviosa, fría y oscura. Las patrullas Tarsianas vigilaban la zona con férrea disciplina en busca de los pérfidos piratas, pero no estaban preparados para lo que iba a acontecer. 

Los enormes acorazados enanos había apagado los motores recurriendo a la lenta propulsión de remo, mientras en las enormes cubiertas se braceaba agua de mar. Evaporándola en el fulgor de las calderas para crear ese banco de niebla artificial, amparados en la oscuridad llegaron sin ser visto hasta Olonheintw. El plan de los enanos habían funcionado, la preparación previa les había permitido evadir las fuertes medidas defensivas de la Ciudad libre de Tarsi.

Cuando la ciudad amaneció tenía la flota enana a sus puertas con los cañones prestos apuntando hacia ella, los ciudadanos no tuvieron tiempo de prepararse para lo que seguramente sería una carnicería, pero para sorpresa de todos algo extraño aconteció. Un grueso enano se acercó en una barcaza y se dirigió a la población a través de un gran cuerno para amplificar su voz.-¡Ciudadanos de Olonheintw! ¡Habéis jurado lealtad a los sucios mentirosos de Ciudad de Tarsi! Y ellos os han prometido algo que no pueden daros ¡Protección!. Bien estos son nuestros términos.-el enano lanzó con una ballesta una misiva enrollada al dardo a los pies del líder local. En ella se detalla las perdidas comerciales que había sufrido Khazalid Ungol por las mentiras vertidas sobre el hermano del rey. Por tanto, ahora se iban a cobrar diez veces ese valor, ni una moneda más ni una moneda menos. La propuesta era muy simple, o deponían las armas y consentían el saqueo o les ARRASARÍAN de la faz de la tierra con una potencia de fuego abrumadora, sin ningún tipo de compasión.

Eso si los enanos accedían a firmar un documento en el cual se detallaría todo lo que se había llevado y el valor que se le asignaba a ello, para que las colonias pudieran reclamarle dichos gastos a los Tarsianos. Al fin y al cabo el ataque enano dejaba en evidencia a la Ciudad de Tarsi, si no les habían podido proteger ellos deberían hacerse cargo de los gastos. Eso o quedar como mentirosos de nuevo, y si hacían eso le estarían dando la razón a Khazalid Ungol. A lo largo de la costa a la misma hora, con las mismas condiciones esta situación se repetía en todas y cada una de las colonias Tarsianas. Un ataque milimetrado, premeditado y con un gran acierto era evidente que los enanos llevaban largo tiempo planeando como vengarse de aquella afrenta.

En cuanto los enanos recogieron diez veces sus perdidas, en monedas, ganado, suministros y materias primas se marcharon dejando a su paso un mensaje escrito y firmando por el mismísimo rey.-Vuestras mentiras ya han sido demostradas, no podéis ni siquiera proteger lo que creáis, esto ha sido una mera advertencia. Os exijo una disculpa en menos de un mes o pagaréis el precio de la honra de mi hermano con la sangre de la guerra, no podéis decir que no os haya advertido. A diferencia de vosotros Khazalid Ungol no miente, ni perdona.-el sello y la firma del rey acompañaban la misiva. Cartas las cuales se habían copiado y se habían mandado copias a los diferentes reinos esparciendo así la vergüenza de los Tarsianos por todo el mundo. Unos maravillosos marineros despechados y derrotados en su propio juego a manos de los enanos.

-Precisamente - Respondió de manera directa Cid al delegado de Animalia. - Todos los presentes queremos forjar una alianza pero... ¿Como puede esa alianza estar enfocada en el trabajo que debe hacer cada reino en esta formación de barrera norteña, si hay otros asuntos en el interior que hacen distraer a distintas partes de la misma? Vos mismo, teneis asuntos que, si bien no llego a comprender, os pone en una situación critica con los reinos de Tarsi y Maxener. Khazalid Ungol ha puesto precio a la cabeza de uno de los integrantes del consejo de Maxener. Y obviamente hay tensiones reconocidas entre los distintos bandos aquí presentes. - Obviamente al decir esto, los distintos representantes allí presentes de Maxener miraron a cada representante de cada reino.

-¿Confiariais vos, mi señor García, en una alianza forjada a partir de tensiones que pueden partirlas o provocar traiciones internas que destruyan esta misma barrera que queremos crear para contra los orcos? - La pregunta era sencilla, igual que la respuesta. - La intención, por parte del reino de Maxener, es limar asperezas. Tanto con el imperio y su majestad imperial, como con Khazalid Ungol. ¿Que mejor momento que ahora, antes de forjar la alianza para que la confianza sea mutua? Más... si quereis que sea más sencillo, podeis hablar con el gobernante de Khazalid y pactar una tregua. A cambio yo podría hablar con el reino Tarsi y que realicen una tregua con Animalia. Hasta que rechacemos a los orcos.

Aunque claro, todo lo que se había dicho quedaba como palabras actualmente, ya que el propio consejero del imperio propuso al propio imperio como lider de la alianza - Todo esto si al Imperio le parece parece bien. A fin de cuentas, nosotros solo podemos proponer ideas para que la alianza sea férrea, es cuestión del líder de la misma decidir si llevarla a cabo. - Mostrando pues así, que Maxener estaba de acuerdo con que el Imperio de las nueve Lunas fuera quien liderara la alianza norteña.

El delegado entrecerró los ojos mirando al delegado de Maxener, pero antes contestó a la pregunta muda del resto de naciones.

- El unico deseo de Animalia es aunar esfuerzos junto con nuestros compatriotas norteños. No nos oponemos a que el Imperio tome el cetro de mando, si es la voluntad de las naciones, aunque... -saca un papel que guardaba- la Suma Sacerdotisa me pidió que leyera esto si se daba esta circunstancia.

Del mismo modo que el movimiento se demuestra andando, la Sacerdotisa quisiera recordar al Emperador, que el liderazgo es algo más que la simple acumulación de poder.

El poder es una carga muy pesada y el Imperio ya lidera la defensa conjunta de todas las naciones y puede que liderar una segunda rama le resulte pesado en exceso. Si es la voluntad de las naciones, Animalia no se opondrá a que el Imperio lidere esta alianza norteña.

Mas el rol de la Sacerdotisa es guiar y aconsejar y mi consejo, si su Alteza Imperial quiere aceptarlo, es que delegue parte de ese peso antes de acabar aplastado por él.

Enrolla el papel y lo guarda, ahora sí contestando a Cid.

- Quisiera recordarle, delegado, que Animalia no le ha declarado a nadie la guerra. Aún. El unico interés del reino de Animalia es, en estos momentos, no morir aplastados por una Horda de malas bestias. Cosa que parece que a muchas naciones le da igual. Parece que solo quieren allanar el camino a los de la Horda para que puedan venir a repelar cadaveres. Animalia no necesita ni solicita la confianza del resto de reinos.

Dice cortando tajante cualquier negociación que reabra sus servicios a los reinos excluidos de ellos.

- La situación es clara y acuciante, necesitamos estar juntos para sobrevivir y sinceramente delegado, la insistencia tanto de su reino como del de Tarsi en que Animalia proteja los barcos de sus naciones solo me hace pensar que no son capaces de lidiar solos con los piratas y si no pueden con un puñado de piratas del Mar Interior ¿Como pretenden enfrentar solos una horda que los quintuplica en numero?

Mira otra vez al resto de delegados alzando levemente la voz.

- ¿Acaso no es cristalino el hecho que para poder matarnos entre nosotros, como mas de uno parece querer, es necesario primero matar al extranjero que viene a quemar nuestros campos y ciudades?

De un modo inverosímil pero cierto, la flotilla enana de Khazalid Ungol fue capaz de sobrepasar la ciudad de Tarsi. En todos sus días de navegación a través del Mar Interior, nadie la avistó o dió aviso de ella.

Aproximándose a la ciudad, con una ingeniosa maniobra los enanos crearon un banco de niebla artificial para sortear las defensas tarsinas, cruzar el estrecho y alcanzar las colonias y campamentos del Mar Occidental.

No obstante, debido a la nula visibilidad que ellos también padecían, sufrieron un vergonzoso accidente que dió al traste con sus planes...

... En el estrecho de Tarsi se estaba desarrollando la novedosa pesca con cerco, debido a la falta de recursos externos por la estación cálida. Este arte se practicaba con grandes redes flotantes que conectaban a parejas de barcos entre sí. Así que había muchos barquitos pesqueros faenando. Algunos fueron engullidos por la niebla. Y golpeados por los buques enanos. Los marineros gritaban y daban la alarma. Las redes se tensaban y arrastraban a la pareja. O se rompían. Se armó un gran revuelo. Que atrajo la atención de las patrullas tarsinas. Y detectaron la artimaña.

Antes de poder reaccionar, la flotilla enana se vió bloqueada en el estrecho. Con parte de la armada tarsina en su proa. Tierra a babor y estribor. Y la ciudad de Tarsi y sus defensas en su popa.

Una misiva se envió con cuervo al buque que parecía el principal:

No tienen permiso para atravesar aguas tarsinas. Quedan retenidos.

Mientras, un navío de Tarsi se aproximaba a la escuadra enana. Con bandera de parlamento.

 Por parte del representante Doragoniano, no parecía sorprenderse de las intenciones de Maxener sobre arreglar los malentendidos que "distraían" a los reinos del enemigo en común, así como tampoco le sorprendió la iniciativa del representante del imperio de las nueve lunas de que fuesen ellos los que dirigiesen todo: lo que si le sorprendió un poco, al punto de tener que hacer un esfuerzo por retener una risa que igualmente se reflejaría en su rostro como una muy leve y momentánea sonrisa, seria lo preparado que venía Animalia para dejar en claro al imperio que tomar el mando no era un juego.

 El motivo de que su sonrisa desapareciese tempranamente serian las siguientes declaraciones de Animalia, donde mencionaba las peticiones que habían recibido por parte de Tarsi y Maxener respecto a los piratas.

 -¿Entonces solicitaban ayuda a Animalia? Y eso que yo mismo la ofrecí personalmente por parte de Doragon y nadie parecía interesado: supongo que más allá de los piratas hay algún asunto en el que no quieren que mi nación participe... -suspiró pesadamente, sacando deducciones por sí mismo antes de dejar de jugar a lanzar leña al fuego: había visitado el imperio personalmente por un motivo, el mismo por el que llegó a aquella reunión incluso sin invitación, y es que tenía puesto el ojo sobre un asunto de personal interés para él. -. Claramente, no es el lugar para hablar de arreglar los problemas ajenos a los horcos: "cada quién se busca su muerto", nos gusta decir a los Doragonianos. El caso es que ahora estamos aquí para hablar de la horda, como bien ha insistido Animalia, y es por eso que vine hasta aquí -declaró, pasando su mirada por todos los presentes como quién desea observar las reacciones provocadas por sus palabras. -. Doragon prestará su fuerza, siempre está listo para marchar a la guerra, pero pedimos una única cosa a cambio: el líder horco será nuestro... Queremos capturarle para investigar todo lo relacionado con el demonio que posee. Por supuesto, tendríamos las puertas abiertas a cualquier investigador de otro reino que quiera ser espectador de nuestros avances, pero no nos haremos responsables si algo sale mal y acaban formando parte de la pila de cadáveres...

  Definitivamente, a Arkham no le podía interesar menos todos los choques que tenían las naciones actualmente. Doragon ya estaba ocupado con su propia guerra contra Nueva Isolde, y nunca nadie le había escuchado hablar de aliarse con ellos o relajar las cosas mientras se encargaban de otros asuntos: El problema del resto de naciones es que no entendían lo dura que podía ser la guerra, y muchos pensaban que era un juego que se podía solventar sin bañarse en sangre...

 -Dicho eso... ¿Alguna iniciativa de cuando marchar a la batalla...?

El representante del Imperio asintió satisfecho cuando Maxener no se opuso a su liderazgo. Cuando el cónsul de Animalia leyó la carta de la sacerdotisa, se limitó a quitarle importancia con un gesto.

- Decidle a vuestra sacerdotisa que agradecemos su preocupación, pero el liderazgo no es ninguna carga para el Imperio. Estamos acostumbrados a llevar este peso como primera potencia del Mar Interior.- dijo, obviando cualquier tipo de modestia.

Arkham de Doragon también intervino, y tampoco se opuso, y acabó su discurso preguntando cuándo atacarían, lo cual también pareció complacer al comandante imperial.

- Me alegra que lo preguntéis, general Arkham. Precisamente el Imperio iba a proponer a esta nueva alianza una estrategia. Como sabréis, el grueso de nuestros ejércitos se está preparando para luchar contra la Horda, y mientas eso ocurre, sería muy importante distraer a los orcos con ataques bien planificados contra sus flancos. Aquí y aquí.- dijo, desplegando un mapa del Mar Interior, e indicando los límites de la frontera del Imperio, tanto al este como al oeste.

- Lo que necesitamos es que vosotros ataquéis, para intentar dispersarlos, mientras el Ejército Imperial avanza por el centro.- dijo, tomando ya de facto el papel de comandante de la recién formada alianza.