Partida Rol por web

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 19:00. CAÍDA LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

En cierta medida agradecía la vuelta a la tranquilidad. Aunque aquello no podía llamarse verdadera calma. En lo más oculto de mi mente, creía tener un recuerdo muy simple de lo que era la verdadera calma. Un recuerdo de la verdadera nada. Cuando ya no existía como carne. Solo era nada.

¿Acaso era eso siquiera posible? ¿Qué significaba? ¿Había mantenido un breve paso por el purgatorio?

Y si así era, ¿su encarnación había sido obra de una raza superior o de Dios? ¿Era aquello lo que existía tras expiar los últimos pecados?

Que gran alivio sería si fuese así. Al menos podría obtener una respuesta clara y saber por una vez lo que se suponía que tenía que ser. O no ser. Esa era la cuestión.

La llegada del espectro marcó el fin de la tranquilidad. Pues así solía parecer Emil llegado el atardecer. Sus facciones, su tez, se marcaban contra la creciente oscuridad.

- Si alguna vez deja lo del mercenariado, lo tiene hecho como hombre del saco. - Pensé para mí disfrutando de la imagen de un Emil siendo el terror de algo más que de las mujeres.

- Ahora, mañana, pasado. Da la impresión de que lo que quieras decir, lo terminarás por decir. Así que habla. - Le dije.  

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 11:00 DE LA MAÑANA APROXIMADAMENTE.

LUGAR: ANTORCHA: TABERNA LA FUNDICIÓN.

Halberd levantó la mirada, enfrascado como estaba estudiando el autograpnel.

— ¿Eh? Ah, hola Emil. — sonrió — Jeje, si al menos me pagaran por las horas extra que echo en este taller cada vez que volvemos... Quizás debería montar yo ese sindicato. — Cuando el elfo le indicó que había sido una parte esencial le miró a los ojos por un segundo, pero en seguida bajó la mirada ruborizado y se puso a manipular los objetos de la mesa. — Bueno, no ha sido para tanto. Quiero decir, todos hemos colaborado. Es la naturaleza de los Rifts Warriors, ¿no? — dijo sonriente. Al momento volvió a vacilar, bajando la mirada de nuevo. — Bueno, y tú, hum, no te lo había dicho pero... creo que has hecho un... un muy buen trabajo, jefe. — para ser un elfo, ya sabes. — Pero sí, es tremendamente curioso que hayamos encontrado estas cosas tan tecnológicas en este mundo medieval. Estoy convencido de que ha sido provocado por haberse estrellado la expedición androffan. Las interacciones tecnológicas entre una sociedad primitiva y una más avanzada incluso que en la Tierra de las Grietas son dignas de que alguien las estudie, ¿verdad? Es fascinante.

Cuando Emil habló de que no había muerto nadie se acordó de la muerte de Alexa y se le revolvió todo. Pero... en este mundo primitivo, habían conseguido resucitarla. Asintió con seriedad.

— La Coalición... es todo aquello tan lejano... Como si fuera parte de otra vida. — se animó de pronto al pensar en los planes de futuro — Bueno, pues cuando termine de investigar todo esto y hablemos con el concejal, a quien quiero preguntarle algunas cosas, pues... tal vez deberíamos localizar en un mapa el lugar a donde enviaban esa energía. Verás, si aquí hemos encontrado todo esto, incluso esa androide tan avanzadísima, estoy seguro de que allí deben haber muchas más maravillas de este tipo, e incluso mejores. — hizo una pausa, pensativo — ¿Sabes? Siempre me había gustado la idea de vivir en el mismo pueblo, dedicarme a mis cosas, una vida tranquila, un pequeño taller, alejado de los peligros... Pero ahora no estoy tan seguro de que eso es lo que quiera para mí. Hemos pasado muchos peligros, pero al ver las maravillas que había ahí abajo y que hemos recuperado... ese elevador... — los ojos centelleaban — ¡Hay tanto por descubrir bajo la tierra de este mundo!

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 12:00 DE LA MAÑANA APROXIMADAMENTE.

LUGAR: ANTORCHA: TABERNA LA FUNDICIÓN. Y CALLES.

Shidi asintió a las palabras del elfo, sería agradable poder tener una conversación sin la presión de ir contrarreloj. Tenía razón, no habían tenido tiempo para mantener una conversación sobre lo ocurrido más allá del caos vivido en las entrañas de aquella nave donde despertaron.

— Claro, nos vendrá bien a ambos. Todo ha sido tan rápido, sin tiempo a analizar prácticamente nada de lo ocurrido, por mucho que lo intento aún me cuesta digerir todo eso. Estoy confundido, creo saber quien soy, pero tengo la clara sensación de que atesoro recuerdos falsos, ¿Qué demonios nos ha pasado? — Respondió con suma franqueza, aliviado por haberlo dicho, pero molesto por sentirse inseguro y de alguna manera, privado de su confianza.

Finalmente, respiró profundamente y se interesó por él. — ¿Y tú, cómo estás? ¿Todo bien? Lo has hecho de puta madre, enhorabuena. — Dijo asintiendo.

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: POCO DESPUÉS DE COMER.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

Lo cierto es que Emil no podía estar en más desacuerdo con esa última afirmación. No era la clemencia lo que definía al ser humano, ni esa especie de altruismo que Equilibrium glorificaba y que, en la experiencia del propio Emil, solía llevar a la muerte. Eran conceptos como dignidad, honor, sociedad, provecho, complejidad, los que separaban a los seres racionales de los animales.

El pobre está hecho mierda. Pensó para sí el albino, esta vez ya sin pretender llevarle la contraria. Lo esencial de todas formas, incluso en el aspecto al que él se refiere, no es el dinero, es la contraprestación.

Había mucho que decir al respecto pero ni Emil era un pensador, ni era tampoco una conversación en la que pudiera demorarse horas y horas.

- No termino de estar de acuerdo, pero veo por donde vas...- dijo finalmente, diplomático, amable y vago.- Lo esencial: que incluso en momentos difíciles te acuerdes que estoy ahí, ¿de acuerdo? Si quieres conversar o hablar, ya sabes.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ENTRADA LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS. CAÍDA DE LA TARDE

Emil miró a Thomas con interés.

- No sé qué decirte. Lo de los mundos paralelos me parece una tontería, la verdad sea dicha. Y me parece eso desde la primera vez que lo escuché. O sea, sí, claro, existen... pero no tienen existencia material. Son como tantas ideas creadas por los hombres. Como un, no sé... ¿oye qué habría pasado si en vez de nacer ésto hubiera nacido aquello? Una especie de teoría de diferentes ideaciones sin más base que nuestro horror a que las cosas, simplemente, sean una cosa y no todas las demás. Vamos, que me gustan los comics de superhéroes tanto como al que más, pero si me preguntas mi opinión, hay una sola tierra. Lo que nos llevaría a que tu primer viaje fue solo por el tiempo. Ni más, ni menos.

Por el tono, sin embargo, era bastante evidente que a Emil no le importaba demasiado el tema del que se estaba tratando. Era más bien un tema simpático, entretenido, pero que carecía de virtualidad práctica. Curiosamente mostró más interés en el segundo de los temas.

— Pues me encantaría leer alguna de esas historias, la verdad. Y jugar al póker contigo. Oh, demonios, hace años desde que tuvimos buenas partidas de póker, la verdad sea dicha. Y en cuanto a si mi cerebro me castiga... No tanto como podría pensarse. Está bastante bien domado. Él y yo hace tiempo que descubrimos que nos va a ambos mucho mejor si trabajamos juntos. Y, por cierto, si el mundo lo ha creado alguien, soy yo. ¿A ver si es que te crees que eres el protagonista de esta historia? ¿no es evidente que soy el protagonista de esta historia?- tras las palabras dio una carcajada, divertido, meneando la cabeza.- Todos los niños creen ser el centro del universo, ¿no es verdad?

Preguntó de buen humor.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERA HORA DE LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS. CAÍDA DE LA TARDE

Emil asintió con gravedad a las palabras de Briareos mientras reflexionaba en lo que sabía del borg.

- Creo que te prefiero con cuerpo. Sabiendo que no sólo sigue siendo tu mente humana la que está al control sino que, además, hay un corazón humano latiendo en tu pecho. Es... un poco aterrador lo que te pasaba, si te soy sincero. Aunque entiendo que volver a tener cara, y cuerpo, debe ser tremendamente extraño. De alguna manera, de todos los Rift Warriors, el que ha pasado por un retorno más traumático, quitando a la pobre Alexa, has sido tú. Y a pesar de todo tu efectividad en el combate ha sido superlativa.

Guardó unos momentos de silencio, mientras pensaba en sus siguientes palabras.

- Estaremos aquí al menos unos diez días. Al margen de cosas útiles, deberías intentar relajarte y disfrutar. Incluso quitarte a veces el casco. Creo que hay una especie de divorcio entre tu cuerpo y tú... y quería comentártelo. Ya sabes que para salir, beber, bromear y todo ese tipo de cosas también estamos los amigos, ¿no?

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 21:00 HORAS. CAÍDA LA NOCHE.

LUGAR: ANTORCHA: POSADA SIEMPREVELAS.

CLIMA: INVERNAL. NOCHE ESTRELLADA. TEMPERATURAS FRESCAS.

Muxu había acudido a aquel llamado de Emil sin excesivas ganas. Aunque debía admitir que sí sentía cierta curiosidad.

Le sorprendió el lugar. Le sorprendió el servicio. Le sorprendió el banquete y le sorprendió la apariencia de Emil. Pero sabía el propósito final de aquello. Conocía bien al elfo.

Sonrió mientras tomaba asiento y aceptaba la copa que Emil le ofrecía. No tuvo que fingir que observaba cada esquina del lugar e hizo un gesto apreciativo. Se puso todo lo cómoda que pudo, e incluso balanceó por un segundo la silla hacia atrás antes de volver a dejarla caer y sentarse en una posición más elegante.

- Gracias a ti por la invitación. - Reconoció. - Aunque estemos en a tomar por culo de casa te niegas a perder el encanto. - Añadió con una sonrisa. Elevó la copa y brindó con el líder del grupo:

- ¡Por haber sobrevivido, y por los Rift Warriors! ¡Salud! - Dijo repitiendo las palabras del elfo.

Dio después un pequeño sorbo del vino. - Debo reconocer que no han sido los mejores días para mí, y casi ni esperaba sobrevivir. He... hemos tenido suerte. Lamento no haber podido dar lo mejor de mí. - Se disculpó. Había estado ausente, en shock o en cualquier estado menos activa para el grupo.

Se relamió un poco los labios. - Bien, ¿entramos en materia? - Preguntó con curiosidad por saber cuál era la materia por la que Emil le había convocado allí.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERA HORA DE LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS. CAÍDA DE LA TARDE

-El corazón es solo un músculo. Las emociones residen en el cerebro-replicó el alemán, con naturalidad. Entendía a qué se refería Emil, pero al menos en eso se equivocaba. Siempre había tenido la capacidad de sentir aprecio, apego y otra serie de emociones, independientemente de su grado de robotización.

-El cuerpo es... Inferior, sinceramente. Recuerdo, o creo recordar, mis sentidos de borg en la Tierra de las Grietas. Todos mis sistemas, las subrutinas automatizadas, la facilidad con la que se hacía todo. La ausencia de cansancio físico o dolor-continuó, con tono distraído-en un nivel operativo, al menos, he salido perdiendo. Claro, que antes también tenía un cañón de riel, y ahora llevo un estoque. Jamás pensé que sería esgrimista-sentenció, aunque parecía haber cierto eco divertido en la voz que salía del casco.

-El resto lo sé, no debes preocuparte.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 18:00 HORAS DE LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

- Estamos conformes entonces- afirmó Emil a las palabras de Raxus para, luego, dejar que una sonrisa divertida apareciera en sus labios.- Además, es siempre una buena noticia que finalmente hayas encontrado una armadura que sirva para aumentar tu enorme potencial de combate, dicho sea de paso. Una semana atravesando mazmorras y explorando medio desnudo... en fin, tiene su aquel. Creo que en alguno de esos juegos virtuales que, se dice, estuvieron de moda en nuestro mundo un par de siglos antes de la aparición de las grietas eso te habría dado algún tipo de recompensa o de logro, o algo así. 

- Sí, un logro o algo así. eso seguro- meneó la cabeza, imaginándoselo, con ganas de romper a reír para, acto seguido, recordar algo.- Has sido efectivo, Raxus. Y también un gran apoyo. Bien sabe cualquiera que no en todo momento es fácil dirigir a los Rift Warriors.

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: POCO DESPUÉS DE COMER.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

Por supuesto que sí digo, dejando ese breve instante de pasión para volver a mi aspecto melancólico. Lo tendré en cuenta. Y si en algún momento necesitas mi ayuda, o quieres volver a intentar entrar en mi mente, solo tienes que decirlo. Entonces tendremos otra charla como esta. ¿Eso es una promesa o una amenaza? Seguramente eso quede a discreción de Emil.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 18:00 HORAS DE LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO. TEMPERATURAS FRESCAS.

Y por eso no me verás nunca dirigiendo nada- responde el enano- demasiadas complicaciones y responsabilidades. Prefiero tener un papel secundario y que sea sencillo. El ver un enemigo y cargar, es mas que suficiente para mi.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 21:00 HORAS. CAÍDA LA NOCHE.

LUGAR: ANTORCHA: POSADA SIEMPREVELAS.

CLIMA: INVERNAL. NOCHE ESTRELLADA. TEMPERATURAS FRESCAS.

Tras dar un sorbo a la copa y deleitarse con el vino, el elfo albino meneó la cabeza, quitando importancia a las palabras de la alcaldesa.

- Es cierto, puedes dar mucho más de ti, Muxu. Al fin y al cabo eres una heroína. Todos somos algo parecidos a eso. Y también unos mercenarios. Y también unos aventureros renuentes y disfuncionales que, de alguna manera, somos...-  se quedó un momento pensativo, como buscando las palabras- ... generalmente somos capaces de llevarnos bien.

Emil se sirvió un poco del primer plato e hizo lo propio a Muxu (no parecían platos enormemente elaborados pero, sin duda, a su exotismo se unía un olor exquisito) para luego continuar.

- Lo cierto es que mi obsesión desde que fui nombrado líder era que no muriera nadie. Y fracasé. Solo me calma el que en este peculiarísimo mundo existan cosas que pueden resucitar a los muertos aunque dudo que estén siempre disponibles. Hemos tenido suerte, esa es la verdad. Pero el miedo a más bajas me ha impedido dividir al grupo tantas veces como me hubiera gustado. No quería bajas. Y en ese sentido al final hemos tenido éxito, de alguna manera. Nuestros empleadores están satisfechos, nosotros estamos vivos, y hemos obtenido algo de dinero... para gastarlo por ejemplo así- abrió los brazos con gesto divertido mostrando el lugar, para, acto seguido, volver a mirar a Muxu.

- De todas formas, y aunque es cierto que me apetece hablar sobre los Rift Warriors, entrar en materia es lo que he hecho desde que te pedí que me acompañaras esta noche. Creo que es bueno, sobre todo en profesiones como la nuestra, en la que se puede caer en cualquier momento, disfrutar de los placeres de la vida. ¿No te parece?  

FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 11:00

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

Emil se acercó a Daeron poco después del desayuno y, tras hablar unos segundos, ambos salieron a dar un paseo por las calles cercanas a la taberna. Tras una veintena de pasos el elfo albino suspiró y meneó la cabeza.

- Estamos todos vivos. Hemos cobrado. Y somos bien recibidos en la población de Antorcha. Considerando que hace diez días éramos unos cuerpos metidos en tubos de ensayo y sin recuerdo ni capacidad alguna, creo que es un éxito-  hizo una pausa y continuó.- Creo que te ha costado aclimatarte a este lugar, y a las capacidades distintas que ahora tienes. Creo, también, que tu sentido común y tu simpatía natural siempre han sido un gran activo de los Rift Warriors. Quiero saber lo que opinas, Daeron: del mundo, de Antorcha, de nuestras posibilidades, de mi papel como líder de los Rift Warriors.

FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 11:00

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

Daeron siguió a Emil al exterior de la taberna. No tuvo que expresarlo abiertamente. Tan solo un leve gesto de cabeza indicando la salida. El joven asintió y pronto los dos caminaban sin rumbo fijo por las calles de Antorcha. El arcano se preguntó de qué querría hablar el albino. Tal vez de algún nuevo problema o misión en la que los Rifts Warriors tendrían que intervenir. O tal vez no. Las palabras del elfo pillaron levemente por sorpresa al de Dweomer, que enarcó una ceja entre extrañado y dubitativo, no esperando esa línea de conversación. Ante la pregunta de Emil, Daeron cerró los labios con fuerza, alzó la mirada a ningún punto en concreto y meditó las palabras siguientes antes de contestar.

- Emil, no sé si soy esa misma persona que conociste en Tierra - respondió -. Por lo que he visto, la mayoría de los integrantes de nuestro grupo conservó la mayor parte de sus recuerdos y habilidades originales. Su personalidad. Por lo que sea yo las perdí. O mejor dicho, se me integraron otras totalmente ajenas a mi. Es... como si hubieran reconfigurado en mi cuerpo el alma de otro individuo - explicó frunciendo el ceño y cabizbajo, caminando a paso lento -. No recuerdo muchas cosas. Como si el recuerdo de mi vida estuviera grabada a modo de una película, en una tira de celuloide, y alguien decidió que no era lo suficientemente buena, dando tijeretazos en numerosas partes y pegando algunos pedazos de otra película o dejando largos tramos sencillamente en blanco. No. No soy el tipo del sentido común y simpatía que conociste en el pasado - aclaró. Y la verdad es que no sabía que tipo de persona era.

- Respecto al futuro de los Rift Warriors... - comenzó a decir encogiéndose de hombros -. Parece que lo tiene - sentenció dibujando media sonrisa -. Hemos logrado salvar este lugar de una probable catástrofe. Ellos lo saben y no son gente ingrata, teniendo su reconocimiento. Supongo que un grupo como el nuestro podría medrar en un lugar como este. En un mundo como este. En el fondo no es tan distinto a Tierra. Su tecnología es muy inferior, salvo la dejada hace tiempos inmemoriales en esta región, pero sus gentes, su modo de entender la vida y de progresar como individuos u organizarse como colectivos... es muy similar a nuestro mundo. Un milenio de retraso en lo tecnológico y un milenio de avance en lo mágico - estimó, dibujando una sonrisa y mirando detenidamente al líder de los Rifts.

- Y si me preguntas sobre ti, sobre tu hacer, sobre tu liderazgo... ¿Qué deseas que te diga? Puedo decir muchas cosas sobre ti después de todo lo acontecido y vivido. Pero la verdad es que las palabras se las lleva el viento. Emil, se nos conocerá por nuestros actos y para saber los tuyos solo tienes que echar la vista atrás y ver los resultados de los mismos: rotundo éxito. Creo que tus acciones te califican sobradamente como un gran líder. Que nada ni nadie te hagan pensar lo contrario - aseveró, deteniéndose un momento y adoptando un gesto torvo en su rostro -. Aunque... sí que hay algo que debo criticar sobre ti: tu forma de vestir. Pareces un pavo real en época de apareamiento, todo emperifollado y con tanta pluma. Deberías mejorar tus gustos - dijo bromeando antes de emitir una suave risa. Tras unos momentos divertidos, volvió a tomar la palabra.

- Se nos da bien deshacer entuertos o al menos intentarlo, ¿no? - preguntó, retomando sus mermados recuerdos, con abundantes éxitos y un trágico desastre. Pero uno no puede ganar siempre, evidentemente -. Creo que deberíamos dedicarnos a esto. Creo que hay muchos sitios donde unos Rift Warriors serían más que bienvenidos.

FECHA: 10 DE ABADAR DE 4715 RA

HORA: 19:00. CAÍDA LA TARDE.

LUGAR: ANTORCHA: CALLES CERCANAS A LA TABERNA LA FUNDICIÓN.

Emil alzó las cejas y miró a Xavier. Notaba un punto de ira ante las reacciones de su compañero y, como ya le había ocurrido en varias ocasiones, intentó recordar qué demonios de problema tenía Xavier con él. Rememoró en unos instantes el poco tiempo transcurrido desde que se había unido Xavier a unos Rift Warriors justo antes de ser los mismos expulsados. Rememoró igualmente el viaje por los páramos en dirección a Tolkeen... y nada. No había nada.

Lo que sin duda era lo peor posible.

- ¿Te caigo peor que un dolor de muelas, eh? No deja de sorprenderme, no porque no pueda ocurrir sino porque no nos conocíamos de nada antes de que te unieras a los Rift Warriors justo antes de ser expulsados. He estado pensando minuciosamente en el viaje que hicimos juntos y, salvo ayudarte, curar alguna de tus heridas, y esas mierdas, no veo que haya buscado joderte o perjudicarte. Y tío, no has parado de buscarme las cosquillas desde el minuto uno que estuvimos en este mundo. ¿Acaso es que me juzgas porque pasáramos la brecha? Se que no fue la más fácil de las decisiones pero... era eso o morir, Xavier. 

Hizo una pausa y miró a Xavier.

- No voy a irme, Xavier. Y cada discusión innecesaria en mitad de un combate o de una situación peligrosa es un riesgo. ¿En serio te soy tan insoportable como para que no mirarme o hablarme mal te envenene tanto que no puedas dejar de hacerlo?

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 21:00 HORAS. CAÍDA LA NOCHE.

LUGAR: ANTORCHA: POSADA SIEMPREVELAS.

CLIMA: INVERNAL. NOCHE ESTRELLADA. TEMPERATURAS FRESCAS.

- Tal cual cuentas todo, diría que ha acabado bien. Hemos salido relativamente bien parados, con más ganancias, y con el respeto da la gente de este pueblo. - Comentó la ex-alcaldesa.

Probó un poco del primer plato que le había servido Emil, y asintió aprobadoramente. - Esto está todo exquisito. -

Lo último era claramente un intento de flirteo de aquel galán elfo con obvias y aviesas intenciones. No podía reprochárselo. Emil era así y ya lo sabían todos. También era cierto que ella podía haberle provocado un poco tras haberse bañado con Alexa. Cosa que ambas habían acordado hacer, en parte, porque sabían que harían "rabiar" a Emil.

- Coincido. - Replicó con una sonrisa. - Hay que intentar disfrutar de la vida y de todos sus placeres mientras estemos por aquí. Nunca sabemos cuándo va a acabar todo abruptamente. - Y, si no fuera por aquella magia sanadora, o de resurrección, que habían conseguido, habría sido el final del camino para alguno ya.

- Imagino que tienes alguno de esos placeres en mente... - Comentó. - Pero, acabamos de llegar a un mundo nuevo y apenas conocemos nada de este lugar ni de cómo vamos a desenvolvernos a partir de ahora los Rift Warriors. ¿Seguro que es el mejor momento para disfrutar de esos placeres? - Preguntó con curiosidad por la respuesta del elfo.

FECHA: 9 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL FUEGO.

HORA: 21:30 HORAS. CAÍDA LA NOCHE.

LUGAR: ANTORCHA: POSADA SIEMPREVELAS.

CLIMA: INVERNAL. NOCHE ESTRELLADA. TEMPERATURAS FRESCAS.

Emil escuchó con atención a Muxu mientras la observaba con aún mayor atención. Lo cierto es que las mujeres atractivas le resultaban tremendamente seductoras. Y Muxu lo era. Lo era su sonrisa. Su forma de mirar, su forma de razonar de forma intelectual. 

Y, por supuesto, lo era su cuerpo. ¿Alguna idea en mente de esos placeres? Por supuesto. Siempre. Aunque aún sin ninguno de esos placeres ya la noche era agradable, la compañía encantadora, la luz de las velas propicia a la ternura, la comida buena y la bebida lo suficientemente embriagadora.

- ¿Es una pregunta en serio, Muxu? Supongo que sí. Verás... como sabes de mi época contrabandista adquirí el vicio de traficar con objetos antiguos. Encontré muchas cosas peculiares, y a no pocas me aficioné yo mismo. Había un cantautor canalla (era casi una especialidad musical en sí misma) en el siglo XX o XIX, no recuerdo bien, en algún diminuto país europeo. Y había una canción en la que decía algo así como - y el elfo entonó, cantando en tono suave divertido, un punto perverso, y encantador- ...me han traido hasta aquí tus caderas, no tu corazón.

Tras el verso negó, divertido.

- Te tengo mucho aprecio, Muxu. Más allá de que acabemos besándonos, y acariciándonos, o simplemente tengamos una cena encantadora. Pero no te amo. No creo que sea capaz de amar, la verdad sea dicha. Sin embargo, cuando Alexa estuvo a punto de morir, cuando murió de hecho, mi dolor no fue fingido. Y hubiera sido análogo al que hubiera sentido por tu muerte. O la de Vicky- se encogió de hombros.- Y, aunque obviamente distinto, también hubiera sentido la muerte del resto de nuestros camaradas. Pero no, no creo que sea capaz de un "amor romántico", sea eso lo que sea eso. ¿Pero placer? ¿e incluso un punto de cariño y ternura? Obviamente sí. ¿Y ese momento sacado a la vida, en un mundo desconocido, tras sobrevivir a la muerte y obtener tesoros, no te parece que es siempre un momento adecuado? Al menos, si la compañía es adecuada. Y grata.