Partida Rol por web

Antes que se marchara Arus, la joven hechicera se acerca a el y posa sus manos en una de las heridas.
- Lo que ha sido volvera a ser, que los espiritus de los tiempos sanen tus heridas
Una luz blanquecina brillas en sus manos, y la heridas empieza a cerrarse-
Despues se acerca a Caranthir.
- Lo que no han podido proteger los espiritus a Arus, que lo hagan contigo, amigo Caranthir. Una llama azul aparece sobre la cabeza del Magus.

Mis compañeros acaban con las criaturas de una forma rápida es de agradecer, noto como la magia curativa de Persephone cura mis heridas.

Gracias compañera , estás criaturas eran mucho más duras que las anteriores, tened cuidado si seguimos la lógica de los acontecimientos, cuanto más profundicemos en estos túneles nos encontraremos con enemigos más peligrosos.

Limpio la sangre negra de mi espada contra el cuerpo de la fétida criatura , manteniéndola desenvainada debido a la peligrosidad de la zona.

Sorprendida por el comentario de Carathir, le comento
- No amigo mio, esta llama te protegera de todos los males, pero si es curacion lo que necesita, pedire ayuda ablos espiritus para que te dote de dichon don.
Vuelve hacer el ritual para curar las heridas.

Mientras Persephore se ocupaba de las heridas de Caranthir y Arus se aventuraba hacia el oscuro bajo de la plataforma comenzaron a escucharse unos pasos provenientes del mismo túnel por el que habían llegado hasta allí, poco a poco el sonido fue tornándose cada vez más nítido hasta oirse claramente una armadura a punto de entrar en la estancia, cuando el culpable de aquél sonido apareció finalmente ante la luz de las antorchas que portaban pudieron observar una figura esbelta ataviada con unos pantalones y una camisa de algodón azul cubiertos por un sobreveste de lino blanco con líneas de color rojo y unas botas de cuero, sobre la ropa una camisa de mallas destellaba reflejando la roja luz de las antorchas, en su brazo izquierdo portaba embrazado un escudo pesado de metal con el símbolo de Sarenrae grabado sobre el metal, en la mano derecha sostenía una cimitarra, mientras que en el cinto colgaba una maza de armas, a la espalda una ballesta finamente trabajada colgaba dejando a la vista un complejo mecanismo, el hombre parecía estar envuelto por un aura respetable que aportaba una cálida sensación, tras asegurarse de encontrarse en un lugar seguro alzó la voz. ¿Sois los heroes de Sandpoint? Tengo un mensaje para Kiber, se le requiere en la superficie, por cierto, mi nombre es Arumat y me han enviado aquí para echaros una mano.

- Saludos... Arumat? si no te importa, Arus mírala tus credenciales. Dice la mujer sin aproximarse a el, y en el caso que la distancia que les separa no la ve prudente, se echa para atrás y prepara por si tuviera que lanzar la maldición del sueño, aunque últimamente los espíritus no le acompañaba. Habia mucha gente implicada en la destrucción de Sandpoint, y quizás el fuera uno de los motivos.

Arumat notó los recelos de la mujer que se dirigió a él en primer lugar, y cuando alguien recelaba de un servidor de Sarenrae algo debía de temer, pero su deidad promulgaba la redención de todo aquél que estuviera dispuesto a cambiar su camino, y si la conocían como uno de los heroes de Sandpoint quería decir que ya había comenzado a dar sus primeros pasos. No tenéis nada que temer de mí, Kendra ha sido quien ha solicitado ayuda a la fe de Sarenrae y yo soy la respuesta a sus plegarias, ¿esta Kiber con vosotros? He de recalcar que le necesitan presente en la ciudad.

- Perdona si la muestra que doy pueda equivocarse por recelo, pero es mas simple prudencia. Desde que se ha encaminado mi destino con ellos, he podido ver como los hombres ha unido sus almas a entidades oscuras que aun se escapa de mis conocimientos, y la traicion hacia el noble pueblo de Sanpoint se ha hecho notar. Arus es un hombre de bien, y confio en su criterio. Espero no ofender en ningun momento tu honor en actitud

-No te preocupes Persephore. El símbolo de su escudo y el arma que porta son credenciales más que suficientes.-Decía Arus bastante asombrado ante la nueva llegada. -Solo gente de bien y de noble corazón portan esas marcas. Bienvenido hermano!.- Decía a Aramut mientras le mostraba el tatuaje de Sarenrae en el dorso de la mano.

-Como sabrás, seguimos el túnel que tomaron los goblins en su incursión a Sandpoint. De momento solo hemos encontrado engendros con muy malas pulgas.

Arus agradeció enormemente la curación de la joven, pero al no ser suficiente, invocó el poder de la Diosa para sanar de nuevo sus heridas.

Kiber había desconfiado desde el primer momento del recién llegado, no tenía claro si por precaución o simplemente porque su estilo de vida no solía casar con los ideales de las diferentes iglesias que habitaban en las ciudades donde trabajaba, en cualquier caso la intervención de Arus lo dejó más tranquilo. Si el bueno de Arus confía en él supongo que no hay nada que temer, subiré a ver que nervio se les ha roto, no hagáis muchas trastadas en mi ausencia, nos veremos más tarde.

Tras la breve despedida Kiber comenzó a retroceder sobre los pasos del grupo, intentando mantener el sigilo lo mejor que podía mientras apuntaba con la ballesta en la dirección hacía la que se dirigía, si se había quedado algún bicho atrás no lo iba a pillar desprevenido.

Arumat observó a Kiber alejarse por los pasillos, aunque no parecía alguien especialmente amable tampoco tenía pinta de poder cometer ninguna atrocidad, más tarde lo tendría vigilado, en cuanto el pícaro desapareció de la vista Arumat volvió a centrar su atención en los presentes. ¿Y bien, qué es lo que buscáis exactamente? Esos engendros no se parecen mucho a los goblins.

Tras registrar toda la planta baja, la zona de las catacumbas. Arus volvió a subir a la pasarela con sus compañeros. Kiber ya se había marchado, y solo quedaban dos caminos pobles que seguir. Continuar por la pasarela hacia el Este, o volver y subir las escaleras en la habitación de la estatua.

-Podríamos continuar por la pasarela, tuerce a la derecha y se adentra nuevamente en otra gruta. Veamos a donde nos lleva.-

Gracias Persephore, le hago una leve inclinación de cabeza ,¡¡ mi victoria es tuya !! frase a modo de elogio por las curaciones y protecciones otorgadas. Adios Kiber te echaremos de menos no te metas en conflictos y nos vemos en la posada no lo olvides .

Bienvenido Arumat un clérigo siempre es una bendición para el grupo , si no te importa iré con Arus , seremos los primeros e iremos abriendo el camino.

Drialia no había podido hacer mucho en el combate así que negó con la cabeza y elevó una plegaria a su diosa para que en el futuro le fuese mejor. Cuando todo había acabado un joven entró en la estancia y les informó de que Kiber era requerido en el pueblo. Ve con cuidado amigo, nos veremos a la vuelta. - dijo la joven druida. - Bienvenido Arumat, yo me llamo Drialia. Supongo que seguir por la plataforma no es mala idea. -dijo encogiéndose de hombros. No sabía si fiarse de el nuevo o no pero los demás parecían aceptarle sin problemas.

La habitación era pequeña y agobiante. En el centro se desparramaban los restos destrozados por el tiempo de varias sillas y una mesa de madera y lo que parecian trozos destrozados de antiguas maquinas de tortura , tiene pinta de ser una especie de habitacion de interrogacion al este de la prision en la que acabais de estar, en una esquina una especie de cofre de tamaño humano con pinchos hacia el interior para meter gente dentro , a un lado un potro de tortura vertical con cuerdas para estirar miembros , y al sur se alzaban tres puertas de piedra, cada una de ellas con un extraño símbolo que parecía una estrella de siete puntas.

La joven no le daba buenas sensaciones el nuevo recien llegado. Se despidio de Kiber con un gesto de cabeza y volvio a seguir a Arus. Por la formacion del grupo, le toco cerca de Arumat, y no le dirijio palabra. Cuando entraron en la estancia, los espiritus de las almas torturadas rozaron su ser, y tanto dolor le hizo casi caer al suelo en un gemido, buscando apoyo en Arumat. Levanto la cabeza y.vio el simbolo en la puerta.
- Ese... ese simbolo no era el mismo de diario y... creo recordar, de la estatua? el esfuerzo de pronunciar tan simples palabras se hacia notar.

Arumat juzgó rápidamente las palabras y movimientos de cada uno de los presentes, ayudado por su intuición decidió que eran gente fiable, al menos la mayoría de ellos, cuando comenzaron de nuevo la marcha Caranthir sugirió la formación que debían llevar, Arumat asintió y guardó su cimitarra y su escudo tras lo cual se armó con la ballesta antes de avanzar con el grupo.

Cuando atravesaron la escalera y llegaron a una especie de cámara de torturas Persephore pareció debilitarse y buscó apoyo en el joven aasimar, el cual al notar la mano de la joven se apresuró en prestarle ayuda. ¿Estás herida? No debes ocultar tus debilidades, si lo haces nadie podrá ayudarte a superarlas.

Tras la negativa de la bruja se fijaron en unas celdas que se encontraban adyacentes, sobre ellas se encontraba un símbolo que Arumat trató de reconocer antes de centrarse en vigilar los pasillos que conectaban con la habitación, con todos aquellos bichos que habían matado por el camino era extraño no haber encontrado ningún cadáver goblin en los pasillos, decidió aprovechar el tiempo de investigación para buscar algún rastro por la sala.

Continuaron por el corredor hasta una nueva habitación. Estaba llena de aparatos de tortura, macabras y retorcidas másquinas fabricadas para el Mal. Arus no pudo evitar estremecerse. Parecían en mal estado, sin duda llebaban allí mucho tiempo.

-¿Quién podría tener una sala de tortura bajo los suelos de la ciudad?. Dijo a nadie en concreto.

Al sur se encontraban tres puertas con tre símbolos, los mismo que en el diario de Tsuto como bien había dicho la joven bruja. Sin duda algún culto o algo similar. Intento recordar si le era familiar.

Se acercó a las puertas y las inspeccionó concienzudamente con todos sus sentidos. (menos con el del gusto... A Arus no le gustaba chupar piedras) -Voy a ver que esconden detrás.-Dijo antes de abrirlas.