Partida Rol por web

Uriel observó la escena. No iba a meterse en una pelea absurda para evitar que Mantel cayera sobre su nueva víctima. Además, sería muy humillante que la chica además lo defendiera y se riera cuando acabara en el suelo con un ojo morado. Sabía elegir sus batallas, y esa era una que no iba a ganar. Solo le quedaba la red de twiteo donde podía ser mordaz, utilizando un alias falso por supuesto. No tenia ganas de represalias estúpidas del orangutan chino.

Con movimientos rapidos empezó a teclear a la espera que alguien se percatara de su difamación.

Al parecer eres toda una reina del hielo ¿No? Bueno, mi especialidad es derretir corazones y mojar.. Bueno otras cosa. jaja

Reggi se reia muy estridentemente debido a su propio chiste mientras se alejaba de Mirai y se situava en su aciento. al fondo de la clase, en la tertera de las cinco filas de pupitres del salon.

Carah y Bobby llegan a tiempo para toparce con el profesor  de Matematicas en el pasillo. el Hombre es un sujeto de un metro setenta de estatura con una poblada barba y una prominete barriga, tenia rasgos mexicanos y una gran sorrisa.

— ¿Curzan en este salon? —le pregunda a los chicos. — Porque si es asi deberian pasar no valla a ser que se les queden sin mesas donde sentarse. jajaja

Dicho eso, el hombre atraveso el umbral que lo conducia al salon de clases y saludo a todos dentros antes de gritar.

!Reggie Baja los pies de tu mesa, ahi van los libros no tus Nike!

Los dedos de uriel volaban sobre el teclado de su portátil, al tiempo que su red de perfiles falsos empezaba a trabajar. Cada comentario fuera de tono, cada palabra cargada de contenido sexual coreada para su propia gloria pensando que derritiría a su victima le daban mas fuerza a su campaña. Pronto Mantel sería señalado a escondidas y empezarían los susurros a sus espaldas. Solo quedaba un último golpe de efecto. Y tenía el maquillaje necesario para hacerlo. Debería confiar en sus dotes de sigilo para llegar al lavabo de las chicas y escribir con su pintalabios Mantel es un cerdo en el espejo. 

Con rapidez guarda el ordenador en su mochila tras encriptarlo, se dirige con discreción a los baños justo antes del inicio de clases y espera a ver si está vacío el lavabo de las chicas. Una operación arriesgada pero sería el golpe final.

- pfff -bufé tras la curiosa bienvenida. ¿qué se auponía que haríamos sin banco? Estudiar en el piso?
Miré a Bobby y enarqué las cejas. Miré alrededor aquel revuelo de gente que había en el salón de clases. Si había algún pupitre vacío esperaba poder arrastrar a Bobby conmigo y, sino, aunque me costara el tener que enunciar más palabras de las que quisiera, tomaría asiento donde fuera, o con quien fuera, pero lo más atrás posible. No es que no me gustaran las clases. Era buena en ellas aunque no prestara demasiada atención. Simplemente si uno está más atrás se abstiene de codearse con los sabelotodos que quieren llevar la delantera aunque de ello nada dependa.

Entré en el aula, detrás de Carah, cabizbajo y con las manos en los bolsillos. Al igual que mi compañera, no tenía mucha intención de sentarme en uno de los asientos de delante, por lo que me fijé si quedaban asientos libres en la zona trasera de la clase. Todo lo que necesitaba era un lugar estratégico desde el que poder echarme una siesta si alguna vez la clase se ponía un tanto aburrida.

Si lograba localizar uno o dos asientos libres al fondo del aula, le indicaría a Carah que nos dirigiésemos hacia allí. Aunque no era lo único que me interesaba a la hora de escoger sitio. Observé los rostros de los que serían mis nuevos compañeros de clase. Necesitaría socializar con un empollón o empollona que me prestase apuntes en caso de necesidad, por lo que busqué con la mirada a un chico o una chica de aspecto formal en las últimas filas y, si lo localizaba, le indicaría a Carah que nos sentáramos cerca de su posición.

Uriel, luego de echar un vistazo a los pasillo se logra escabullir dentro del baño de las chicas, sin que nadie lo vea. para sus suerte el baño esta totalmente vacio. todas las chicas deben de estar ahora en clases. Pero eso no durara eternamente. Ya llegara el momento de tomar una nueva foto de prefil de Facebook o de actualizar el Rwittverdale. 

Bobby y Carah, ven a un chico vestido de negro salir a toda pastilla hacia los baños, al parecer nadie mas en el salon se percato de que el chico a salido ya que todos siguen actuando con toda normalidad.
Los chicos divisan un para de mesa libres al fondo del aula en lo que son la primera y segunda fila, de las cinco que ahi. Las que estan mas alejadas de las ventanas.
En el aula ahi un total de 45 chicos y chicas, Resatan entre las chicas un par de pelirojas, una por llevar un conjunto que de seguro serviria para pagar la ipoteca de cualquier casa del pueblo y la otra por llevar un par de orejas de gatos y una cola. Tambien resaltan por aquel mismo atuendo extrabangante una alta chica rubia un una chica morena, que es la mas baja de las tres.
Entre los chicos, ven a un joven asiatico-americano sentado en la primera fila, a su lado se cienta un giganto que de seguro mide un metro noventa, sin embargo esta sentado. Y los chicos pueden ver al chico al que el profesor Le ha llamado la atencion, esta sentado hablando con una chica de rasgos asiaticos aunque la chica mas bien parece ignorarlo.

Tenía que actuar con rapidez, disponer todas las piezas del puzle para que los rumores se levantaran como un maremoto imparable. Pronto las historias falsas para darle mas jugo a sus conversaciones aburridas sobre Mantele acabarían el trabajo. Pero no podía perder un segundo, esa era la fase más delicada de su plan.

Sacó su pintalabios y en grande extendiendo su trazo por el espejo dibujó en letras que ocupaban todo el enorme cristal. Con trazos rápidos, casi de rabia como si fuera la víctima de uno de sus asaltos.

Mantle es un cabrón y un cerdo

Cuando acabó cerró el pintalabios, lo escondió en lugar seguro en un bolsillo interior de sus pantalones y salió con todo el sigilo y rapidez de que fue capaz. Ahora habría que esperar a que la massa fermentara, como un buen bizcocho. Tenía que esperar a que su obra tomara vida propia y se convirtiera en una bola que nadie pudiera parar.

Uriel se escabulló de nuevo a la clase, se sentó en el pupitre sin llamar la atención y atendió las clases ¿Cuanto tardaría la red en hacerse Eco de las pintadas?¿Cuanto tardarían las chicas en empezar a señalarlo a sus espaldas?

Tu reinado de sex symbol se acabó Mantle. Ahora veras poco a poco como la fama es efímera y del héroe al villano solo hay un paso para las masas enfurecidas.

- Mhhhh -suspiré un poco molesta porque casi fue arrollada por el sujeto de negro. Me dio la impresión de que a nadie de los cuarenta y tantos alumnos podría haberle importado menos la ausencia de ese sujeto. Imaginé, entonces, que habría de tratarse de alguien más a quien Riverdale le estaba su curiosa bienvenida, o bien se la venían dando hacía demasiado tiempo.

Con Bobby aún al lado y viéndolo escrutar finisimamente el salón, titubeé. Era mi primer día, cierto, y no se vería bien que faltara a la clase. Pero si tan solo podía escabullirme un instante y seguir al chico que había salido cual flecha hacia su objetivo... Papá me había enseñado que lo mejor que se podía hacer para obtener clientes, era nunca dejar pasar una corazonada y, a pesar de que esto le había traído sus buenas penas y pocas glorias, la verdad es que... también podía sumar una excusa para patearles el trasero a esos bravucones de antes (si es que tenían algo que ver).

- Tú entra -le dije a Bobby.

Y, haciendo ademán de volver pronto, traté de apretar el paso y seguir al chico de negro que casi me pasó por encima. Recuerdo que otra vez papá me dijo que mi alma curiosa estaba destinada a meterme en problemas pero... La verdad es que no podía importarme menos y, como si fuera poco, el incesante bullicio de todos esos alumnos me puso los nervios de punta en menos de lo que un gallo canta.

Mi compañera parecía interesada en seguir a aquel individuo vestido de negro. Al ver que salía de la clase, me encogí de hombros. No entendía qué mosca le había picado.

-¡Intentaré pillarte un sitio! -le dije, mientras comenzaba a caminar entre las filas de asientos.

Una vez dentro, me fijé en algunos de los que iban a ser mis nuevos compañeros de clase. Hay un chico de aspecto asiático sentado al lado de un grandullón en la primera fila, y luego está el muchacho al que le llamado la atención el profesor, que ahora está conversando con una joven de rasgos asiáticos que no parece prestarle mucha atención.

En cuanto a las chicas... Bueno, había que reconocer que había algunas bastante monas. Mis ojos se clavan en aquel trío de chicas vestidas con orejas y cola de gato. "Vaya, parece que por una vez hay gente más rarita que yo" pensé, observando al trío de gatitas. "¿Por qué diablos se visten así? ¿Es que se creen que son gatas o qué?"

Dudaba que alguna de aquellas muchachas fuera a serme de ayuda en mi vida diaria. La rubia no parecía ser muy lista y la pelirroja tenía una actitud de líder que, de entrada, me echaba para atrás. Puede que fueran buena gente, pero no eran el tipo de persona con la que solía relacionarme antes de viajar a Riverdale. La morena, en cambio... Quizá pudiera ser la persona inteligente que necesitaba para obtener mis apuntes durante el curso.

De ese modo, decidí acercarme a la chica morena, con paso vacilante y cojeando de mi pierna derecha.

-Eh... Esto... Bonito rabo... -dije, con cierta indecisión-. Es... muy cool...

- Bueno , creo que conmigo una mujer que solo habla con muertos , tengas algo que mojar . Niño rico.- Le dije antes de que su fuera 

Mientras pensaba que al llegar a casa iba a utilizar mi radio para intentar contactar con los muertos de nuevo, despues de todo  los espectros eran eletricidad y mi maquina podria obtener esos datos , o al menos si mi madre no se le habia ocurrido tirarlo 

Uriel, una vez consumado su cometido salio pitando del baño de chicas para regresar a su salón de clases. Sin embargo se topa con un inspector de pasillos. Claro que este no pudo ver de donde salio.

Uriel mira asqueado al inspector. Pone la mirada en blanco y extiende las manos imitando a un preso.

- Supongo que no me he podido escaquear. Ahora me echará el sermón sobre la responsabilidad. Que tenemos que estudiar para ser hombres de provecho mañana y bla bla bla. Maldita sea, no puede uno hacer pellas sin que se entrometan en cómo quiere desperdiciar su vida.

Y ahora solo queda saber hacia dónde me obligará a ir. A la clase de nuevo, o al despacho del director.

Dice con todo el hastío de que es capaz. Al tiempo que echa una mirada de desprecio y desidia al inspector de pasillos.

Eh? - dijo la chica al tiempo que se volteava hacia Bobby, luego de dedico un amplia sonrisa. - Gracias, aunque tranquilo. puedes ser sincero, se ve ridiculo ¿no? Le he dicho a josie que no vemos riduclas millones de veces. pero no me hace caso, ¿Tu debes de ser el chico nuevo no?

-Supongo que habrá quienes lo consideren ridículo -comenté, encogiéndome de hombros-. Aunque a otros les puede resultar de lo más sexy. A veces no se puede gustar a todo el mundo, lo importante es verse bien uno mismo... Eh... Sí, soy el nuevo. Bobby -sonreí levemente y extendí mi mano para estrechársela a la chica-. Bobby Prescott.

Carah sale disparada tras el extraño chico de negro, aunque luego de que este da un par de giros lo pierde, y debido a que es nueva no consigue encontrar el camino de vuelta al salon. Cundon la chica estaba a punto de darse por vencida vuleva a ver al chico corriendo por el pasillo frente a ella. 

¿Cuán grande podía ser una secundaria común y silvestre? Bueno, pues lo suficiente como para ya no encontrar el puto camino de regreso sobre todo porque todas las aulas se parecían y yo no iba a estar a lo tonto entrando en cada una. De todas maneras, ¿el profesor notaría mi ausencia? Bah, era indistinto. Le diría que me había perdido tratando de ir al baño y suelen excusarte cuando es tu primera vez. De hecho, en el camino, pensé varias veces en volver una vez que el tipo de negro se había esfumado pero... seguir para adelante o ir a tientas hacia atrás, no hacía la diferencia.

Fue meditando la situación que me encontré caminando por un larguísimo pasillo que, finalmente, se dividía en dos. Derecha o izquierda. Izquierda o derecha. Miré hacia ambos lados pero la verdad es que no había atinado hacia qué lado había ido el fulano. Apelando a mi suerte, finalmente giré hacia la izquierda.

Una ves que Mantle se retira mira siente un extraño hormigueo por la espalda, ese Hormigueo es muy similar a los que siente cuando usa su aparato para rastrear fantasmas, pero en aquel momento ese aparato estaba a kilometros de ella, seguro, en el interior de una caja debajo de su cama. Nada tenia sentido.