Partida Rol por web

Yamato se puso rojo como un tomate cuando Kae se dirigió a el de nuevo.-N…nada, no estoy pensando nada.-Murmuró agachando la cabeza y siguiéndola junto a Steph.

El muchacho vestido con ese pesado abrigo negro que parecía estar dando calor, lo tenía tiritando de frio.

Lentamente tomó un plato de arroz, arroz sin nada más, arroz blanco, sin pan, sin agua, sin nada…era un plato bastante raro, arroz solo sin nada que acompañar…pero a Yamato le gustaban bastante las cosas sencillas. Lentamente se sentó con Kae y Steph mientras miraba su plato con timidez y alzaba los palillos antes de hundirlos en el arroz.

-Esta bueno…-Declaró mientras comía pausadamente y fijándose en todo lo que le rodeaba. No quería estar ahí, no le gustaba…no tenía amigos, se sentía incomodo y más después de lo que pasó en el autobús, solo podía desear correr hacía su habitación, encerrarse y esconderse bajo las sabanas…pero nada iba a ser tan fácil.

El muchacho seguía comiendo pausadamente mientras echaba miradas nerviosas a Kae y Steph.

Detrás de la chica preciosa del pelo morado con un tintineante cinturón de balas y del callado moreno del abrigo negro, entro yo. Mis más de 1'75 y rasgos en parte occidentales dejan claro mi origen mestizo. Podría perfectamente ser una modelo de alta costura europea...si se cumpliesen dos condiciones que no cumplo: Tener menos pecho y tener más seguridad en mi misma. Se nota que no estoy muy cómoda con mi ropa.

Al ir a dejar mi bolso en una mesa para poder acercarme a la comida con tranquilidad, pasa por mi lado una manada de desesperados que se lanzan sobre el buffet como si no hubiese mañana.

-Deben ser del Rokusen...no sabía que habría más institutos aquí.

Con cuidado de que los bestias no me aplasten, tomo arroz y salmón antes de regresar a mi mesa, junto a mis compañeros. Justo antes de empezar a comer, Kae dice unas palabras y un chico le responde. Curiosamente, sin el horrible acento de la mayoría de japoneses

-Thank you very much, gentleman, i will.- respondo, con acento britanico. Un acento que solo me sale al hablar inglés, no en el japones. En ambos paises pasaría perfectamente por nativa, en lo que se refiere al habla.

Es educado...y mono, seguro que no es de Rokusen como los lobos esos que siguen en el buffet.

Hiro hace una reverencia cortes a Stephany similar a la que haria todo un principe antes de sentarse en la mesa. Coloca estrategicamente su comida antes de comerse el postre y mira a sus comapañeros.

- Compañeros -sonrie de oreja a oreja- Como presidente del consejo estudiantil del Rokusen, mis palabras antes de retirarme, pues es mi ultimo año, es que esta excursion será la mas emocionante de nuestras vidas. Atesorad bien estos días, pues son el preludio de lo que sera una juventud dorada en la universidad. Rokusen, el mañana es nuestro!

Los alumnos de Rokusen aplauden y alzan el puño en modo de victoria – somos los mejores, si señor, bien dicho presi!!! – dice uno muy ruidosamente cuando todos los alumnos del Rokusen dicen a coro…

Hiro, Hiro, Hiro ¡!

Entonces uno de ellos saca una flauta y se la lanza a Hiro ¿de dónde sacaran tantas flautas? ¿Dónde las tienen escondidas?

Presidente tócate algo para tu amado público!!

En realidad los que los compañeros querían era liarla un rato, ya que no estaban ni su profesor ni su tutora, no había nadie que pudiese detener el espectáculo digno de escuchar que podía ofrecer Hiro en cuanto tomase la flauta

Te queremos Hirooo uhhhhh ¡!

Chilla unas chicas en forma de imitación a fans del presidente estudiantil

Mientras, los alumnos de relleno del Suiroku se quedan mirando a esos otros del Rokusen con caras de “me cago en vuestra puta estampa, ¿Qué cojones hacéis aquí?” 

La chica del pelo lila casi escupe al escuchar el discurso mientras bebía agua. Dejó el vaso en la mesa de nuevo conteniendo cuanto podía una carcajada, convirtiéndolo en una sonrisa burlona. Como había sospechado eran del Rokusen. Quiso probar suerte burlándose de ellos hablándoles en inglés puesto que sabía que no era un punto fuerte para los nipones, pero al parecer tenían un presi que se defendía.

Ste pareció fijarse en él porque incluso le habló amablemente, sorprendente después de su timidez en el bus. Kae por su parte la miró levantando una ceja. No iba a ser ella quien se fuera a meter en asuntos ajenos: si a su amiga le gustaba, ahí ella. No había escuchando nunca buenas referencias de aquél instituto, y aquel discursito fue clavado a lo que habría dicho su insufrible tutor.

Negó con la cabeza con sarcasmo, como si sobraran los comentarios, y se centró en sus compañeros.

Miró a sus dos comapañeros de mesa, pero más bien se centró en Ste.

-¿Qué pasa contigo, Ste? ¿Ahora quieres ser amiga de los Roku-lerdos?-preguntó con curiosidad- Te tenía por tímida y mírate, apuntándote a la charla. Aunque no lo has captado, lo hice para reírme de ellos, no intentaba ser amable. Veo que tu sí...¿Te ha molado el señor presi?-comentó mientras con la cabeza hacía un leve gesto hacia la Roku-lerdo-mesa y la mirad con una sonrisa lobuna.

Luego miró a Yamato y lo vio demasiado callado, como siempre.

-¡Buki-chan! Me alegra que te hayas sentado aquí. Dime, ¿a tí también te ha hecho tilín alguna chica de ésa mesa? ¿No acabas de decir 'está buena'? Te guardo el secreto, te lo prometo-bromeó levantando hacia él el tenedor con pescado pinchado, señalándolo son una sonrisa burlona.

Entró en el comedor y veo a hiro a punto de tocar la flauta,camino algo rápido y me pongo a su lado riendome porque no pensaba evitarlo y empecé a chillar como una fan por su amigo para animarle

Yamato empezó a mover los brazos con nerviosismo.-No digas tonterías, ¡BAKA!.-Declaró para luego ponerse rojísimo, tan rojo que parecía que humo fuera a salir de sus orejas.

-He dicho que el arroz esta bueno…no suelo comentar si una chica esta buena o no…es de mala educación.-Dijo en tono solemne, como si se tratara de una especie de caballero medieval, pero entonces algo en su cabeza hizo “Click”.- Pfft, además, las únicas chicas que están buenas en esta mesa sois vosotras dos,  me habéis hecho tilín y tolón respectivamente. –Dicho eso sonrió con malicia.

-Que,¿ también vas a besarme?.-Preguntó mientras ladeaba la cabeza.-Eso suponía. -Yamato por supuesto estaba bromeando…pero claro, estaban entre amigos…y de alguna manera tenía que devolvérsela a Kae después de lo del rotulador, no era para nada bueno ponerse nervioso a causa de ella.

-¿Queé? ¡No Kae! ¡No sabía que eran del Rokusen! ¿Es que no son aquellos lobos?- miro a las msas con comida de nuevo y compruebo que no. -A...que bestias, crei que nuestros compañeros eran los de Rokusen, están asalvajados...Y si hablé en inglés es porque me gusta más como suena y...bueno...no se, me da como menos vergüenza.

Tras las palabras de Yamato hundo la cabeza y lo miro con pena. TT_____TT

-¿Te hacemos tilín- señalo a Kae, tia buena que le gusta- y tolón? Baka....no me llames vaca. Que ya lo sé pero a la cara duele ¿Vale?¡Y no llevo cencerro!

Ver a Yamato tan alterado le encantaba, era como aquella sensación placentera de tirar una piedra a un estanque quieto y ver como las ondas se propagaban poco a poco. Pero menos silencioso, más caótico y más divertido.

Cuando la llamó 'baka' rió cantarina, sin maldad. Y no borró la sonrisa de su rostro cuando volvió a serenarse y seguir el tono del bus, con sus bromas.

-Por supuesto que las más buenas estamos en ésta mesa, y ahora mismo solo prestándote atención a tí... ¿lo sabes, no?-dejó el tenedor en el plato. Luego apoyó los codos en la mesa y la barbilla en sus manos-¿Así que lo que quieres es un beso y te da vergüenza pedirlo? ¿Te dio envidia Ste en el bus?-la miró a ella y le guiñó un ojo.

-Ste, no te ha dicho vaca, y si lo hiciera, sería porque le da corte decir lo mucho que gustan tus grandes 'ubres'-levantó un dedo hacia su escote sin dejar de guiñar el ojo.

- Bien, voy a tocar un tema que nunca antes os he mostrado, estuve praticando mucho para esta - una de las cosas mas impresionantes de Hiro es como es capaz de aprender a tocar 30.000 canciones diferentes con tal soltura pero ninguna de ellas, ni una sola bien.

Se pone a tocar la canción del Hobbit pero desafinando de una forma tan brutal que los perros a kilometros se ponen a ladrar rabiosos al oir las frecuencias subsonicas de tal sonido del averno. Otra cosa que es increible como pese a tocar tan mal los alumnos del Rokusen quieran oirlo una y otra vez. Pero ninguna de esas cosas es tan increible como que suenen violines, baterias y otros instrumentos mientras toca la flauta, quizas sea por fenomenos de resonancia únicos de tal melodia infernal.

Varios PDR caen al suelo desmayados al oir tan sublime interpretación.

Me paso por el comedor y contem0plo incrédulo lo que parece un solo de perroflauta en las fiestas del barrio de mi niñez. Solo le falta la litrona y el perro, aunque ya hay gente suficiente de su instituto a su alrededor.

Como no puede ser de otra forma, parece que Sakura es su muy mejor amiga...faltaría mas.

Suspiro y niego con la cabeza antes de salir, aunque busco a Kae con los ojos e intercambio una mirada con ella antes de salir del comedor. También le hago un gesto con la mano por si quiere acompañarme.

Yamato no podía más, realmente esa chica era el diablo.-¿C…c…como puedes hacer eso?.-Pregunto con una mezcla de terror y admiración, se sentía totalmente impune hablando de esos temas, señalando los grandes pechos de Stephany que Yamato estaba mirando fijamente después de lo de las ubres y lo de los besos.

-N…no te estaba llamando vaca, solo era…solo una broma.-Declaró volviendo a la normalidad y algo avergonzado por sus comentarios.-No es que no quiera un beso…solo…solo bromeaba, ¿vale?.-Declaró con preocupación mirando a ambas chicas.-Es…es decir, me gustaría un beso, per…-La piel del muchacho rápidamente gano un tono parecido al de un tomate.

-Perdón.-Concluyo inclinando levemente la cabeza a modo de disculpas mientras se miraba las manos rojo de vergüenza y con cara de avergonzado por sus comentarios.

Miro a hugo de lejos pero no me separo de hiro aunque le volví arrebatar la flauta porque mucha gente se estaba mareando

 Había estado esperando un buen rato el ascensor ¿Cuantos pisos puede tener éste edificio? Y aun así que acaso paro en todos. Maldita sea, la impaciencia le estaba comiendo la cabeza, aunque no hubo cierto apuro en cuanto vio pasar a un grupo reducido de personas aunque obviamente quien se llevo la mirada de Levi fue una joven de cabellos purpuras, que si bien eran llamativos sus ojos tenían cierto ocultismo, aunque no le pudo reconocer en primera instancia debido al ropaje atrevido y sexy si quedo su rostro clavado en su mente, solo fueron unos instantes en que su ojo se cruzo con el de ella pero recordaba haberle visto en otra parte, no hizo ademán de mueca o algo por el estilo simplemente le miró hasta que paso por completo, observó nuevamente el ascensor mientras repetía un nombre en voz baja. -Yu..¿Yurai? No. Yu-Sei. ¿Kae Yusei? -Para si mismo se sorprendió del solo hecho de saber aquel nombre, ahora venía a su cabeza aquel nombre. Fue un día que estaba entrenando en la mansión de su padre, éste es un fanatico declarado de los deportes femeninos y ese día particularmente estaba encantado con el atletismo, era en otro país y justo enfocaron el rostro de la chica para luego pasar a todo su cuerpo, su padre dijo a gritos que era uno de los mejores traseros de su categoría, a veces solía apostar en estas carreras por quien tenía mejor cadera y no por otra cosa. Levi le vio simplemente de coincidencia y pudo recordarla ahora.

Se giro para verificar si era ella, el rostro sereno del joven se paseo por la sala pero le había perdido el paso entre tantas personas que habían en el buffet y para cuando se había dado cuenta Hiro se había levantado y daba un breve discurso sobre Rokusen, el solo hecho de ver como las chicas le tenían tanto cariño y el como todos eran tan "Rokusianos" le daba un poco de enojo, no sentía esa pasión por ellos y por sobre todo no tenía la popularidad de éste, entrecerró el ojo y casi sin darse cuenta llevo sus manos hasta la boca para lanzar un grito. -Callate de una buena vez. -Obviamente era en broma, algunos que le conocían de Rokusen se rieron y comenzaron vitorear que Hiro tocara aunque quizás para otro sector pareciera más lejano que una broma. Levi esbozo una leve sonrisa ladeada y volvió a girarse al ascensor ¿Cuando mierda pensaba aparecer? Al escuchar que Hiro ya tenía una flauta en las manos apretó repetidas veces, como un desesperado, el botón para subir. -¡No no no no no, otra vez no! -Justo se abrió el ascensor y pudo meterse adentró, aunque cuando apretó el botón más superior para ir a la azotea, recordó que había dejado el estuche con el violin en la mesa de los chicos. 

-Menudo jaleo tiene montado ese...habla bien pero lo que es tocar...- suspiro aliviada cuando para. Todos le debemos una a la pelirrosa amiga de Hugo.

Niego pensando en lo triste que es deberle algo a alguien del rokusen antes de escuchar lo que dice mi compañera de mesa, probablemente nadie más lo escuche por el ruido de la flauta que parece tener aún hasta eco. Por las palabras de Kae miro mis pechos, que ella señala, y después a Yamato, que los mira fijamente.

-¿Q-que quieres apretar mis ubres? Yamato-hentai...- sigo comiendo, azorada.

- Ya decía yo que había cierto hedor a perdedor en el ambiente...

Había estado hablando con mis padres por el móvil sobre las incomodidades de mandarme a aquella excursión en un simple autobús y de tener que prescindir de mis sirvientes durante una semana, cuando un desagradable sonido interrumpió mi conversación y me vi obligada a colgar sin terminar de quejarme de las extravagancias de mis padres.

El ruido en cuestión venía del comedor, donde un grupo de niñas bobas de Rokusen se apilaban como tontas alrededor del presidente del consejo estudiantil de su escuela, o lo que era lo mismo, un aburrido chico bueno con cara de no haber roto un plano en su vida. A pesar de que nunca me había hecho nada, el hecho de ser de Rokusen y su puesto de presidente eran suficientes para tenerlo cruzado.

Me encaminé despacio, mientras mi largo cabello flotaba tras de mi con elegancia. Pasé por al lado de los Rokusen con gesto altivo y una mueca siniestra en mi rostro, aunque sin perder mi amable sonrisa como siempre - qué honor contar con vuestra presencia, especialmente el de vuestro encantador presidente y su horrible música. ¿Habéis venido a hacer un espectáculo  de comediantes? - la ironía era palpable mientras miraba a las chicas gritonas y la flauta del presidente.

Ignora como van entrando los de Suiroku mientras sigue comiendo, más por acabar el plato e irse a dormir, que por tener hambre. Yo quería un hotel normal, tradicional, muy de Kyoto, y he acabado aquí... Tenía que haberme quedado en casa ;A;

Escucha el discurso de Hiro y no puede evitar sonreír y negar con la cabeza. Se gira para contestarle, cuando oye de lejos a alguien tirarle una flauta, y, como era obvio, Hiro empieza a tocar.

-Oh... No.. ¡Otra vez no! -Se tapa los oídos y busca a su al rededor su mochila, al menos si se pusiera los cascos y su propia música en alto, no tendría que escuchar esa horrible flauta. Umh? ¿Donde?... Mierda... Se la he dado a los botones... Baja la cabeza hasta apoyarla en la mesa. -Esto es horrible. -Abre los ojos cuando para de tocar, y al levantar la cabeza ve a Sakura que le ha quitado la flauta.- Gracias -mira al techo suspirando, y al bajar la mirada, ve de refilón el estuche de Levi.- ¿Esto no lo llevaba Levi hace un momento?- Mira a su al rededor a ver si aún andaba por ahí, pero al no verle, saca el móvil y le manda un mensaje rápido. Coge el estuche, y lo deja a sus pies. Luego se lo doy, no vaya a ser que lo pierda. Espero que no haya nada valioso dentro.

Hiro mira a Himeko y sonrie de oreja a oreja. Rie un poco y desde luego no parece haberse ofendido ni parece hacer caso del gesto altivo y siniestro de Himeko.

- Jajajajaja, no, que va, que ocurrencias tienes -se lo toma a chiste- Hemos venido de viaje de fin de curso,  aunque descuida, quizas durante tu estancia aqui puedas acudir a ver algún espectaculo de comediantes, no pierdas la esperanza.

Kae estaba hablando con Ste y Yamato en la mesa, charlaban animadamente cuando un sonido infernal llegó hasta ellos. Se llevó las los oídos y se giró precipitadamente para ver qué animal agonizante estaban maltratando los del Rokusen. Resultó ser su happy-presi candidato para el Nobel de la paz, causando hemorragias auditivas a los presentes como si creyera en verdad que los bendecía con un regalo de los dioses.

Las chicas desmayadas seguro que era por embolia, no por emoción. Los del Rokusen eran muy, muy excéntricos. Vio a Hugo aparecer haciéndole un gesto. Tecleó algo en su teléfono y pareció que algo se estaba cociendo. Aun así necesitó centrarse hasta que la chica de pelo rosa le quitó la flauta. Respiró profundamente recuperando el sentido auditivo cuando Ste retomaba la conversación. Escuchó de por medio un 'Cállate de una vez' e interiormente chocó los cinco con ésa voz en Off, puesto que tenía más razón que un santo. Se lo habría tomado con mejor humor pero empezaba a ser desagradable la compañía tan ruidosa del comedor. Himeko apreció lo mismo al parecer y lo comentó con su particular amabilidad. 

Kae por su parte seguía comiendo y charlando con los de su mesa, observándolo todo de reojo. Parecía que había gente que tenía miedo y prefería hacer ver como que no estábamos allí, una chica de pelo azul parecía especialmente centrada en no querer reconocer que estábamos allí.

-Madre mía... espero que las habitaciones estén insonorizadas. Qué espectáculo más triste...-comentó con una sonrisa de lado, sin meterse en la conversación de Himeko pero sin perdérsela. Le apetecía ver quien era chinchable de los Rokusen: el presi-hippy no, claro. La peliazul tampoco, parecía demasiado cohibida. La peli-rosa había resultado ser un cervatillo, huidizo de aquí a allá. Y quedaba el chico del parche, pero con solo un sostenido cruce de miradas no podía valorar nada, así que quedaba en pendiente. 

Empezó pronto a aburrirse de aquella gente. Charló algo más con sus compañeros de mesa y se levantó, colgándose de nuevo la mochila en la espalda. Luego pasó por al lado de la mesa de los ruidosos y 'accidentalmente' con el bulto tumbó varios vasos de la mesa, mojando a los comensales Roku-lerdienses que algunos profirieron gritos de sorpresa y miradas rencorosas.

-Oh, vaya-comentó con fingida sorpresa y una sonrisa antes de salir a la recepción sin dedicar una última mirada a Yamato y Ste acompañada de un gesto con la mano. Salió tranquila, dándose tiempo a poder ver las reacciones de la gente.