Partida Rol por web

Shiru se pega al chico cuando la abraza, la toca, la apreta contra si y la besa. Ella se deja llevar y se nota que está disfrutandolo, pero en ese momento el chico la separa y la mira serio.

¿Que pasó? ¿No te gustó?...

Cuando él la sienta, ella lo mira con lastima por la pose que toma, pero cuando le dice la verdad sobre el blog ella se queda quieta sin reaccionar, al cabo de unos segundos se para apretando los puños a los costados del cuerpo y mirandolo con una furia inmensa.

¿Tu escribiste todas esas mierdas sobre mi y después venís a decir que me amas? ¿Tu te hiciste famoso en internet por insultarme, difamarme y hacerme quedar como una tramposa y ahora querés que te perdone porque me confesas que estás enamorado de mi?

La chica camina hacia la ducha y vuelve a agarrar el cepillo apretandolo con fuerza.

¡No te voy a perdonar así de fácil!

Pega un gritito y tira el cepillo al agua con fuerza salpicandose.

No Sintaro, eso no es amor... yo te gustaré y te pondré las neuronas locas o lo que sea, pero no me amas, una cosa es irte a otro colegio sabiendo que es me va a hacer daño, otra es andar escribiendo esas cosas a proposito en internet como un cobarde... te dije que te iba a dar otra oportunidad pero ahora no se si es lo que quiero, no se si podría salir con alguien que haga estas cosas.

Se agacha en el agua y empieza a limpiar con fuerza una de las últimas manchas que quedan.

Reconozco que fuiste honesto al decirmelo, pero si un asesino confieza eso no hace que la persona que mató reviva... ahora terminemos de limpiar esto así podemos salir de aquí.

Se alejo tal como ella quizó, la reacción en un inicio había sido la esperada más la segunda no lo fue tanto, los ojos como platos le hicieron sentir como si lo realizado hubiera sido un error, pero no lo era, jamás las cosas que hacía Levi eran un error...No para él claro. La sonrisa se fue esfumando poco a poco dejando una expresión un tanto más inerte, pero fue en el momento en que la joven le puso la mano en el pecho que el muchacho reacciono un poco más radical, le movió con el dorso de la mano la ajena, no lo hizo con fuerza más que nada lo realizo por reflejo como si aquello fuera parte de él, no dejaba que nadie le tocase ni mucho menos de esa manera, tampoco se preocupo por el hecho de que pudiese haberle dolido, al menos aquello había dejado en claro la joven, el dolor no era algo que le importase. 

El joven no estaba enfadado ni por lo bajo, estaba bastante tranquilo y su expresión lo demostraba mientras iba hacia el cuchillo que con anterioridad habían utilizado para una conversación un tanto afilada y ahora al parecer deseaba utilizarle nuevamente, la tomo con la mano derecha y la lanzó hacia arriba para cambiarlo a la izquierda, hizo nuevamente aquella acción para dejarle en la derecha y se giro hacia su compañera de cocina mientras le respondía con voz tranquila, levemente entretenido. -No me importaría que terminara antes, no me espera algo muy prometedor. -Tomo el cuchillo por la punta con su mano derecha y llevo la mano izquierda hasta la mano de Kae Yusei, la derecha también, esperaba que esa fuera su mano más hábil, no demoro mucho en llevar el filo del cuchillo a su cuello y luego la mano de la pelivioleta hasta el mango, dejo que la chica pudiera sentir el como era tener a alguien al filo de la muerte, el cuchillo abrió un poco la piel del joven dejando caer un pequeño hilo de sangre sin llegar a cortar una arteria o vena vital. Mantuvo una leve sonrisa sin mostrar los dientes mientras le miraba fijo, los ojos estaban abiertos con una entretención inmensa, la mirada expresaba fuego ardiente y el brillo era insuperable, la honestidad era tal que podía verse como no sentía ningún aprecio por la vida ni tampoco un miedo por la muerte. -Las amenazas suelen hacerse en vano o para hacer cambiar de opinión a los demás. Al menos eso me enseñaron, yo siempre digo las amenazas con intención de cumplirlas y termino diciendo en mi mente "Espero que no hagan lo que les digo para realmente hacerlo". Dime Kae Yusei ¿Eres capaz de matarme aquí y ahora? -Deseaba que lo hiciera, que cortara su cuello y que viera el como su roja sangre cayera al suelo, viera como la vida se le escapaba del cuerpo y el como sus ojos no dejarían de verle, dejando en claro que ella había sido quien había terminado con la vida de Levi, se preguntaba que es lo que sentiría Kae al verle de esa manera. ¿Lloraría? No, no se conocían tanto, quizás terminaría fascinada por ello y comenzaría a matar por diversión, aquello sería un buen legado o quizás se entregaría a las autoridades y pasaría el resto de sus días en una fría carcel siendo violada por sus propias compañeras. Las siguientes palabras que dijo fueron como si salieran de un sadico o de alguien que había probado aquello, fue demasiado obvio, era demasiado obvio de que Levi había matado gente y que aquello no le hacía sentir remordimiento. -"Para cuando termine esta semana, no creo que vuelvas a verme" Jamás te dejarían. -Culmino con mirada filosa.

Le mantuvo la mirada en todo momento, sosteniendo el cuchillo. Cuando vio el hilo de sangre correr desvió la mirada por un momento. Dejó que hablase todo lo que quisiera. Para ella era más seguro cuando Levi pasaba a su lado más frío que cuando quería ser atento. Cuando terminó de hablar volvió a mirarle, ambas orbes zafiro en su esmeralda.

-Lo que jamás me dejarían sería graduarme si te mato aquí, sólo darías problemas incluso muerto-le miró como si le riñiera y luego apartó el cuchillo-Y no me gusta que me hagan perder el tiempo, tu muerte sería demasiado costosa-lamió el cuchillo por la hoja para limpiar la sangre de Levi de una forma bastante sugerente. Notó el fuerte sabor a hierro, pero no le importó. Relamió la que se le había quedado en los labios y luego levantó el cuchillo, lo sopesó y volvió a mirar al chico-Si te apetece morirte, no me molestes. No me importa lo más mínimo lo que hayas hecho en tu vida para que te apetezca morir. No voy a solucionar tus problemas así, suficiente tengo conmigo-clavó el chuchillo en la mesa de madera contundentemente. 

Pasó enfrente de él para ir a su riñonera, de ella sacó un pañuelo negro. Se volvió hacia el y lo miró severamente antes de acercarse. Lo dobló a lo largo sobre su regazo-Pégate con quien quieras y pueda contigo, o haz lo que te apetezca contigo mismo. Aunque personalmente preferiría que no murieras-levantó las manos con el pañuelo y se lo envolvió en el cuello. Tuvo que ponerse de puntillas para estar más cerca de él-Tu me...-se paró a sí misma. Lo miró. No iba a decirle 'me has gustado demasiado, no era algo racional para ella, y menos en un momento como ése. Era como darle una cerilla encendida y ella cubierta de gasolina. Se separó y lo miró-Si vas a morirte, hazlo el último día. Vivo me molestas menos-era su forma de decirle que lo apreciaba, aunque quizás él no lo entendiera.

Qué iba a entender él, qué iba a entender nadie. Ella estaba hecha ya una coctelera de emociones como para que Levi pudiera atisbar nada. Clavó su mirada en el visiblemene frustrada pero por un segundo su expresión pareció la de una niña. Retrocedió unos pasos, notando sus orejas ardiendo.

No, no era lo que esperaba, realmente esperaba el corte, la sensación de ver a Kae Yusei sumida en la locura, en el placer, en el extasis que existía en quitarle la vida a alguien, aquello sería el nirvana para quien introduce a los demás a la locura, aquello le habría sentado bien en ese momento, por un momento le molesto aquello que decía, le dieron ganas de callarle con un golpe en el rostro, cerró el puño un tanto cabreado, si hubiera sentido la necesidad le hubiera dado un buen golpe en la cara pero era Kae Yusei, aquello hubiera sido impulsivo y se hubiera quedado sin diversión. Sus palabras continuaron y cada vez se parecía más a su padre, aquello le hacia sentir enervado en cierto sentido. Pensaba que la pelivioleta era distinta a todos los demás, que aquellas palabras eran dificiles de salir de su boca pero allí estaban, completamente dichas por ella y él estaba recibiendolas a bocajarro. 

No le intereso el gesto del como había limpiado el cuchillo, ni la mirada sugerente al hacerlo, el muchacho mantenía en silencio con el ojo entrecerrado y la mueca levemente arqueada en forma de leve molestia, en cualquier otro caso aquello le hubiera parecido mordaz casi estimulante. La muchacha esta vez estaba equivocada, del todo y cada una de las palabras que dijo sobre el muchacho, no deseaba morir simplemente no le interesaba aquello. El joven vio como ella pasaba y se mantuvo con las manos en los bolsillos del pantalón, no estaba limpiando como la joven le había ordenado, simplemente le estaba mirando y para cuando le había puesto el pañuelo en el cuello el joven había escuchado demasiado.

No entendió su forma de expresarse, al menos la forma en que ella expresaba el cariño, simplemente escucho lo que había escuchado durante su vida, la nula necesidad de mantener al joven de aquella manera, dio un leve suspiro pesado mientras estiraba el cuello hacia atrás, hizo sonar las vertebras y se quito el pañuelo del cuello con la mano izquierda, lo dejo sobre la mesa y desvió la mirada de la joven, no tenía ganas de observarle pero tampoco se podía sentir que el muchacho estuviera enojado en lo absoluto, más bien parecía tranquilo y frío. De misma manera se quito el articulo que mantenía junto su cabello en una coleta dejando que los cabellos le cayeran sobre el rostro, abrió la llave y comenzó a lavar las cosas sin decir ninguna palabra aunque la ultima frase de la joven caló un poco más profundo que las demás, quizás no fue con la intención en la cual la escucho el joven pero era la misma frase, "Vivo me molestas menos". Esbozó una sonrisa amplia como si aquello hubiera sido un signo de algo, el hilo de sangre corría nuevamente por el cuello aunque con menos fuerza, ya se había coagulado al parecer. -Kae...Callate. -Pronunció con decisión aún sin mirarle. -No quiero escuchar más cosas salir de tu boca. -Volvió a mirarle pero esta vez con aquella sonrisa amplia, engreída y carismatica pero sus ojos se habían apagado por completo, tal como cuando limpiaba los trastes o realizaba una acción de manera mecanica, volvió a hablarle solo para añadir unas cuantas palabras. -Eres...Común. -Con eso culminó las palabras que tenía para ella, volvió a desviar la mirada hacia las cosas que quedaban por limpiar, no eran muchas y con solo un par de minutos más terminaría.

El chico de espaldas no lo vio, pero a Kae le habría sentado mejor una patada en la boca. Pero bueno, eso estuvo bien. No era nuevo al fin y al cabo. Ni el sentimiento ni lo que decía.

Respiró hondo dos veces antes de moverse de nuevo. Terminó de trocear las verduras, colocó dos ollas grandes al fuego, en una vertió el dashi y las verduras yla otra la reservó para el arroz. Dejó el resto de ingredientes preparados sobre la mesa. Lo había hecho todo serenamente, sin alterarse.

Miró la espalda de Levi. No estaba tan molesta con él como con ella. Se acercó a su lado para que la escuchara.

-Está todo listo, solo falta echar arroz y el miso en el caldo-informó fríamente. No ppermaneció mucho tiempo allí, se giró para ir a por su riñonera y empezó a ponérsela-Ya que sólo falta cocer, te lo dejo a tí-comentó antes de erguirse de nuevo. Se soltó el cabello y se tomó un segundo para acicalarlo.

Le sirvió aquel segundo para contenerse. En verdad de sentía a punto de romperse de nuevo, pero no iba a mostrárselo a Levi. Sólo notaba los ojos algo vidriosos, el resto lo llevaba bien como siempre.

-Me equivoqué. Muérete cuando quieras-le espetó. No iba a buscarlo más, ni sorprenderle ni divertirse. Fue a salir por la puerta. Necesitaba ir a correr hasta desmayarse porque no era una chica que se permitiera algo como llorar o lamentarse.

Yamato se puso rojo como un tomate y su sonrisa se borró de golpe.-N…no sé de qué hablas…es…es una suposición muy extraña, a mi …a mí me gusta…humm…-El muchacho se quedó un segundo en silencio y lo dijo a gritos.-¡A MI ME GUSTA KAE-CHAN!-Dicho eso se puso a temblar algo nervioso, casi de manera imperceptible.

-Tengo una cita con ella esta noche, es la verdad, ya verás, es…estamos muy enamorados.-Explicó tapándose la cara con las manos avergonzado de las chorradas que estaba diciendo.

 Ya había terminado de lavar las cosas pero no pudo participar de la cocina, Kae ya estaba haciendo ese trabajo y el muchacho no sabía lo que estaba preparando hasta que ya tenía las ollas listas. No se hablaban ni tampoco habían cruces de miradas, aquello por lo cual se había mantenido en aquel viaje ya no lo estaba sintiendo, podía sentir como con cada segundo entendía el porque sus hermanos eran iguales a él, el porque Shino tomo un camino alejado de las peleas, separandose de la familia completamente y viviendo una vida a sus expensas y también el como Hanma había tomado el otro camino, el de convertirse en un monstruo. Levi en tanto iba para el segundo, no tenía aquella pasión que poseía Shino por la cocina u alguna otra actividad, y ahora ni siquiera podía mantener una conversación con una chica sin arruinarlo por completo, sentía un nudo en el pecho que pocas veces había sentido, lo sintió cuando su madre murió, cuando su padre le arranco el ojo y la primera vez que mato a una persona, pero ésta era la primera vez que la sentía por algo como esto. Se mantuvo al margen mientras apretaba el puño sin poder hacer nada. 

Cuando escucho lo de dejarle las cosas estuvo a punto de negarse, de decir que no, de abalanzarse y hacer una acción contra toda logica, no deseaba que se fuera pero tampoco podía sentirse tan comodo con alguien que le decía las mismas cosas que los demás, se mordía el labio al pensar que su padre tenía razón en cuanto a las mujeres o que su madre realmente hubiera sido asesinada por aquello. El labio se rompió y comenzo a caer un leve hilo de sangre desde la herida. Levi podía sentir unas puntadas en el pecho, como si cada palabra le doliera más que nada en ese momento. Cuando la chica estaba caminando hacia la puerta el chico explotó, dio un giro en su propio eje y golpeo con la parte de atrás de la pierna derecha una olla la cual se llevo por encima la otra, pudo sentir el calor de ésta a través del pantalón, quizás se hubiera quemado un poco pero era soportable para lo que estaba sucediendo. Ambas ollas cayeron al suelo estrepitosamente derramando su interior en el suelo, el esfuerzo de Kae en aquella preparación ahora yacía simplemente en el suelo. Levi se mostraba visiblemente molesto, el ceño fruncido y el ojo con claro enojo, era la primera vez que se le podía ver de aquella manera al menos a lo largo del viaje, realmente estaba enfadado y era como si fuese a golpear todo lo que estuviera en frente. -NO... -Dijo con voz grave y poderosa observando a la chica mientras daba un par de pasos hacia adelante, pasando por sobre el liquido mientras mantenía el puño cerrado, el labio sangrante y en el cuello restos de sangre coagulada. Descuida...si no gano el jueves seré comida para perro. Estuvo a punto de espetarle pero se lo guardo, aún no podía hacer eso. Estaba enfadado con ella, estaba enfadado consigo mismo y estaba enfadado con quienes le rodeaban, quería matarlos a todos pero a la vez no deseaba hacerlo, estaba cansado y aburrido de una vida tan corriente, en donde todo lo que hacía estaba marcado por un orden. -No puedes irte. -Justo en ese momento recordaba el aroma de Kae, el de sus cabellos, el de su frente, la suavidad de su piel e incluso el del pañuelo negro que le había pasado, todo olía bien, aromatico, suave, le gustaba aquello. Mantuvo el puño cerrado mientras apretaba los dientes con enojo. -Quiero que te quedes. -Se hubiera golpeado por decir aquello, le hubieran golpeado por decirle aquello a alguien pero allí no había nadie quien pudiese cuestionarle. Se llevo la mano izquierda hasta la cabeza bastante cabreado, se sentía impotente debido a la situación, estiro la mano derecha dejando la palma abierta invitando a Kae a que volviera a la cocina, a pesar de haber arruinado todo el muchacho simplemente hacia aquello, no era bueno en aquello ni por cerca, era pesimo y podía sentir como si eso fuera un peso, sentía un nudo en el pecho, los brazos tensos y parecía como si en cualquier momento fuera a lanzar todo a la mierda, podría asesinar a todos y cada uno de los sujetos en el templo, tenía las armas y las habilidades necesarias pero si lo hiciera se convertiría en Hanma o algo peor, precisamente aquello es lo que no deseaba, seguir el camino de alguien más. Espero la respuesta ajena aunque en su interior podía sentir como todo aquello no saldría como esperaba, desde que llego a ese viaje que nada salía como esperaba, no al menos con Kae al frente.

El porcentaje ahora habia subido de golpe al 80%, sonrojarse tanto, intentar negarlo de esa forma tan insistente...

- Con paciencia y mimo, con paciencia y mimo, con paciencia y mimo...

Sonrie y sigue barriendo con el rastrillo.

- Pues me alegro mucho por ti, el amor es muy hermoso, mientras os ameis el uno al otro profundamente no dejes que nada te detenga.

El sonido de las ollas caerse estrepitosamente al suelo hizo que se detuviera, aunque fue su voz que hizo que se girase. A pesar de los ojos vidriosos pudo verlo, parecía furioso. Lo miró con el ceño fruncido, como si además de mandarla a callar pudiera decidir qué podía o no hacer. No le tenía miedo, y si le prohibía algo no le iba a costsr hacerlo, y menos después de su actitud. Lo miraba fría, casi sarcástica. Giró el cuerpo de nuevo hacia la puerta cuando volvió a negarle que se fuera. Se sentía profundamente ofendida por él y humillada ella misma. ¿Cómo podía haber sido tan tonta de bajar tanto la guardia con él? Ella no estaba hecha para todo aquello. Fue a caminar cuando lo escuchó. Giró la cabeza hacia él con ojos grandes, procesando lo que había dicho. Miró su mano. Luego a él. ¿Porqué? Todo habría sido más sencillo, eliminar de nuevo a gente de su vida y quedarse consigo misma. No peligraría con todas aquellas emociones que no sabía gestionar y apenas conocía. 

Se quedó quieta y dio un paso atrás suavemente mirando la mano. Y luego a él. En su rostro podía leerse descaradamente que era algo nuevo para ella, estaba confundida. Jamás le había importado a nadie si estaba o no. Respiró hondo y finalmente tomó su mano con cuidado, como si nunca lo hubiera tocado. La cogió con suavidad, estaba alerta pero no tensa como los otros contactos. 

Se acercó a él alejándose de la puerta y quedó cara a cara con él. Levantó la otra mano bastante dubitativa y finalmente le limpió la sangre del labio.

-Está bien. Me quedaré contigo-habló con voz suave y cálida, algo que ni siquiera ella supo cómo. Buscó su mirada entre el cabello rojo y tiró de él con suavidad hasta el banco, donde le obligó a sentarse. Tomó el trapo y le limpió la sangre del mentón y el resto con mucho tacto y cuidado. Pareció ser su forma de cuidarle. No sabía que decir, era todo nuevo para ella. Importar. 

Guardó silencio, expectante.

Me fui hacia la puerta y me volví a Sakura, con una sonrisa que pretendía ser reconciliante.

- ¿Me acompañas, o prefieres golpear futones?

Yumiko, a pesar de encantarle las vistas de Kyoto, se queda dormida en el autobus y la despiertan justo cuando está a punto de partir hacia el siguiente templo. Sale corriendo de este para ver a sus compañeros como empiezan a andar hacia el templo.

-¿Pero por que no me habéis despertado? -empieza a gritar mientras corre hacia ellos.

Llega justo al lado de estos (sin percatarse aún de que los del Suiroku también están allí), cuando la Señora Lee les dice los trabajos que tenían que hacer cada uno. Mira a sus compañeros y entonces se da cuenta de que los Suirokunienses también andan por ahí. Lo que nos faltaba... Mira entonces a Sora y luego a los niños.

-Al menos nos ha tocado juntos y no con uno del Suiroku. -le sonríe.

Sigue a la anciana para ver el templo. Madre mía.. Este templo está para el arrastre... Les sigue hasta llegar a la habitación donde se quedará con los niños.

-Bu... Bueno, pues nada, a jugar con estos... -se gira para mirar a sus compañeros y levanta la mano con el pulgar hacia arriba.- ¡Suerte chicos!

Se rasca la cabeza, mira a los niños, lo juguetes y luego mira a Sora.

-Bueno... ¿Y por donde empezamos? -se acerca a los niños, se acuclilla para ponerse a la altura de estos y coge una pelota.- Con estos juguetes podemos divertirnos, ¿verdad? -les sonríe.

-te acompaño. Le dijo sakura sonriendo sonriendo igual que himeko, se levanto y junto a ella se dirigieron a la puerta a buscar a la anciana.

 Se hubiera preguntado como es que aquello había hecho que la chica no se fuese del lugar, pero su mente estaba demasiado difusa como para pensar en aquello, estaba bastante confundido por las cosas que sucedían y no podía evitar sentirse un tanto nervioso. Se dejo llevar por la joven quien le limpio el labio con la mano, aquello hizo que el muchacho bajara levemente la mirada y la desviara hacia un costado, sus heridas jamás habían sido tocadas por alguien, ni siquiera una enfermera o alguien conocido, la chica era la primera en hacerlo y en dedicarle esos cuidados. 

Se sentó en donde la joven le indico y mantuvo la mirada desviada de ella a pesar de notar como ésta le buscaba, se sentía con las orejas ardiendo, un peso en el cuello incesante y las mejillas enrojecidas. Aquello era así, el muchacho por primera vez mostraba las mejillas sonrojadas aunque no podía mirarle directamente a los ojos. Se sentó en el banco aun sin poder mirarle, el ojo estaba dubitativo, con el semblante perdido como si aquello levemente causara un temor en él, no quería hacerle daño ni mucho menos, solo deseaba estar cerca de ella. -¿Porque?..  -Se pregunto casi para si mismo que para Kae, aunque aun así deseaba saberlo. -¿Porque eres tan amable conmigo? Tu...me gus-- -Sentía que podía estallar en ese momento, que podría romper sus dientes debido a la presión que ejercia por el nerviosismo, no sabría decir las palabras que estuvo a punto de sacar de sus labios, ese sentimiento era algo inconcluso en él, no podía describirlo con palabras debido a que era algo que simplemente sentía cuando estaba cerca de ella, le miro a los ojos sintiendo como el cuerpo perdía levemente las fuerzas y la dura esmeralda en sus ojos expresaba una mirada que nunca se había visto antes. -Yo. Yo cocinare, no debí botar lo que hiciste. -Aquello estaba fuera de sus expresiones habituales, claro que debía botar aquellas cosas, no hubiera sido él si hubiera dejado de lado tal acción, mantuvo el silencio mientras el cuerpo se mantenía levemente tenso.

Había buscado con la mirada el armario con el botiquín mientras respetaba el silencio que se había formado. Estaba inquieta, notaba el estado de ánimo de Levi y era como si fuera contagioso. Se había sorprendido a sí misma con toda aquella situación. No por el hecho de quedarse en sí, si no porque ahora que se había quedado se había metido en una situación que no sabía manejar. Sus movimientos aunque intentaban ser cuidadosos eran torpes y a pesar de que se esforzaba por aparentar serenidad estaba realmente inquieta. 

Ante su pregunta se quedó quieta, sin saber qué responder. Ella por lo general no era alguien amable. Cumplía con la cortesía de lo que se supone que debía hacer una compañera, pero pocas veces lo llevaba a lo personal. Pero Levi era distinto, y con alguien diferente la norma general no era la misma. Se aseguró de limpiarle toda la sangre y dejar las heridas limpias. Se levantó y le aplicó una tirita grande en el cuello para evitar que se reabriese ya que se había quitado el pañuelo que le había dado. Acarició su cuello con las yemas cuando se la puso y luego aprovechó que estaba sentado para volver a recogerle el pelo en la coleta, sin atreverse a ponerse frente a él.

-No sé como responderte...no sé como lo hace la gente normalmente-y era así de cierto, no tenía ni idea de qué diría alguien sano emocionalmente en un momento así-Solo... es así. ¿vale?-cuando terminó caminó hacia la pica para levantar las ollas y ponerlas dentro. Se giró un poco hacia él-Sólo me pasa contigo, así que no sé cómo. Pero no me disgusta-era su única forma de decirlo. No sabía decir 'Me gustas', si no 'No me disgustas', ni 'Me gusta estar contigo' si no 'No me molestas'. Siempre era una vía menos emocional y más facil de gestionar.

-Tú no me disgustas-le aclaró aunque no aclarase nada. El segundo mayor problema, después de intentar hablar, era que había visto el sonrojo en la cara de Levi y ella estaba igual. Reconocer y mostrarse tan vulnerable en algo era demasiado para su temple y lo miró un segundo antes de girarse, enrojecida.

Se aclaró la voz, dándole la espalda mientras abría el grifo.

-Cocinaremos juntos. Limpia el suelo primero-comentó apresuradamente para intentar rellenar el silencio tras sus últimas palabras-Apuesto que cortando las verduras de nuevo soy mas rápida que tu- recuperó un tono de voz normal y más en su línea aunque seguía sonrojada y enguajando las ollas torpemente.

A pesar de ser meros roces concernientes a los cuidados en las heridas el joven podía sentir perfectamente cada uno de los movimientos, el entrenamiento era tal que los receptores de dolor habian disminuido para dejar paso a mayor cantidad de receptores sensibles a cosas infimas como lo sería el viento o una caricia, eso le permitía tener una mayor capacidad de visión espacial a su alrededor, aunque ahora le jugaba en contra debido a las pequeñas cosas que hacia la joven. Poco a poco fue sintiendo como el cuerpo levemente se iba relajando, el hecho de que ella le hablase causaba que pudiera estar más cómodo y no tener que tensar el cuerpo al tenerle tan cerca, pero porque ahora, si antes le había besado la frente sin la más mínima reacción, quizás era el momento o el hecho de haberle dicho que no se fuera, las respuestas podían ser muchas pero ninguna satisfacía al joven muchacho. 

Se dejo llevar por los movimientos de la chica quien le movía como si fuera un muñeco para adornar la habitación y de tamaño real, nuevamente le tomo el cabello y le hizo una coleta, volvió a sentir el cosquilleo delicioso en la espalda junto con la relajación en los hombros, aquello hizo que el joven se sintiera un poco más relajado, lentamente el rubor en las mejillas se fueron desvaneciendo, escucho las palabras de la joven estando de espalda y asintió de manera bastante inocente, seguía sin entenderle del todo pero podía notar en la voz de la joven que era honesta y amable por lo cual podía sentir que aquello era bastante amable. -Oh..vale.. -No podía hacer más que responder a aquello, le parecía bastante extraño el hecho de que la joven le tratara de esa manera pero sus palabras lo explicaban todo, camino hacia ella un par de pasos más atrás y cuando ésta se giro no pudo evitar mantener la sonrisa, le gustaba cada vez que sus facciones demostraban algo que no conocía en ella y con voz tranquila como era antes de que demostrara tales sentimientos le dijo. -Tampoco me disgustas Kae.  -Mostró una sonrisa encantadora con la mirada entrecerrada y cuando la joven mostró nuevamente el rostro enrojecido el joven no pudo evitar sacar la lengua y llevar su mano derecha hasta el rostro de la muchacha. -A pesar de que me gusta como te ves, deberías enfriar un poco el rostro. Me ha ayudado el hecho de que me hayas hablado para calmarme. Definitivamente eres la unica persona que no me disgusta. -No había pensado en que aquello pudiera tener un efecto en la joven contradictorio a lo que decía, pero deseaba tocar su rostro más que nada en ese instante y no se iba a contener, troto para buscar una mopa y limpio el liquido con la rapidez de un experto, escucho el desafió y esbozo una sonrisa mientras se preparaba para realizar la comida. -¿Deseas apostar algo? ¿Que tal un concurso de comida? Quien haga la mejor comida y más rapidamente sera el ganador. -Le quedo mirando con una sonrisa en los labios, desafiante y engreído aunque con cierto toque de picardia.

Había empezado a limpiar las ollas para volverlas a utilizar cuando notó que Levi se acercaba. Se sorprendió al verle cerca cuando se giró y aun más cuando le contestó lo mismo. Lo miró con los ojos ensanchados y las mejillas sonrojadas. Sintió que debía de tener una expresión ridícula comparada con él quien tenía una sonrisa encantadora. Espera, ¿he dicho encantadora? El segundo que necesitó para aquél pensamiento no vio venir la mano del pelirrojo en su rostro. Se quedó quieta como acto reflejo pero no estaba tan tensa, si no confundida. Parapadeó un par de veces de forma rápida expectante y volvió a escuchar su comentario. Cuando él se separó sintió que le ardían hasta las pestañas. Se giró bruscamente hacia el grifo y apartó las ollas limpias de un manotazo. Se sentía terriblemente en evidencia y avergonzada, y todo era nuevo para ella.

-Idiota...-murmuró, no como insulto realmente, si no como quejido. Lo miró de reojo visiblemente enfurruñada-Pobre de tí que se lo cuentes a nadie-le advirtió en alusión a su comentario sobre como se veía, aunque también iba incluído su confesión-o-lo-que-fuera. Lo vio limpiando el suelo y agradeció unos segundos de tregua para tranquilizarse. Aquel poco control sobre sí misma no era para nada algo propio de ella. Cerró los ojos para respirar hondo, notando como recuperaba un color normal en su rostro.

-¿Tanta confianza tienes en tí mismo? -comentó con los ojos cerrados, dándole tiempo a volver. Entreabrió un ojo para mirarle y vio su expresión De pronto ésa sonrisa le gustaba demasiado, de modo que volvió a cerrar el ojo rápidamente, aunque se le escapó a ella misma una sonrisa-¿Qué apostamos? Te escucho-aquello ayudaba a recuperar el espíritu competitivo entre ambos tan entretenido.

Le escucho insultarle, pero fue un insulto tierno condicionado por la acción del muchacho, sabía que en cierto punto aquello le molestaba, por X o Y razón que no deseaba conocer en ese momento, le gustaba el tener aquella expectación con la joven, el no saber como reaccionaria le pareciera encantador. Se llevo la mano derecha hasta la nuca y se movió los cabellos de manera inocentona mientras ésta le miraba con aquel rostro levemente enfurruñado, le habían dado ganas de besarle por el solo hecho de mirarle de esa manera, era demasiado tierna al poner esa actitud. -Descuida. -Hizo un gesto con la mano izquierda para cerrar su boca. -Tengo tanto poder en ti como tú lo tienes en mi. -Aquello se refería claramente al hecho de que el joven había expresado las mismas cosas vergonzosas que ella, no quería ni enterarse de las cosas que podrían suceder si alguien se enteraba de aquello. Aún podía sentir como la espalda baja del pelirrojo tenía un cosquilleo, aquello solo le sucedía con ella, era como si su temperatura corporal cambiara completamente con el solo hecho de tener cerca a la pelivioleta. 

El hecho de mantener un poco la distancia al estar limpiando y ella colocando las cosas fue suficiente como para que el muchacho calmara esas intenciones que pasaban por su cabeza, hasta ahora no había sentido esa necesidad que tenía con otras chicas, aquello era lo que le hacia pensar que era distinto, con Kae no sentía esa necesidad de llevarla a la cama o algo más sexual, era un sentimiento un tanto más "puro" lo cual no quería decir que la sangre no le hirviera con el solo hecho de tenerle cerca, mientras limpiaba no podía evitar mirarle de reojo observando la silueta de la joven, todo su cuerpo, su cabello y la figura bien formada de ella, era hermosa y eran esos momentos en los que sumados a la forma de ser de la chica es que sentía que todo encajaba. Pronto termino y se acerco a ella, esbozo la sonrisa al escuchar su respuesta y demostró que no estaba de broma. -Tengo algo de experiencia. -Escondió el hecho de que su hermano mayor era un Chef de la Elite, reconocido en japón y el mundo. -Si tu ganas, tienes un deseo completamente libre de reglas, haré lo que sea que quieras sin importar el que. -La sonrisa del muchacho estaba combinada en armonía con el brillo de sus ojos. -Pero lo mismo pasara si yo gano. -Lo último fue con claro tono picaresco mientras añadía. -Quien lo haga más rapido y diga que el otro es mejor ganara. ¿Te parece? -El muchacho saco un cuchillo y lo empezó a mover con bastante habilidad en esa misma mano. Saco cebollines, cebolla, arroz, carne, camarones arvejas y otros instrumentos más, dejo el arroz a fuego lento mientras comenzaba a picar las cosas. La velocidad con la cual lo hacía era tremenda demostrando gran calidad en su forma de picar alimentos.

Cocinaba como si aquello fuera parte de su vida y podía notarse en su rostro, la sonrisa que poseía era de pura diversión, aunque no fue hasta el punto culmine en que el muchacho hizo algo que estaba contra toda regla, el joven en vez de estar agregando sal le estaba colocando azucar o endulzante a las cosas e incluso un poco de picante para darle sabor. Cualquiera tendría claro que aquello no debía hacerse pero el joven de cabellos rojos no tenía el más minimo cambio, al parecer sabía lo que hacía, no pasaron más de 30 minutos y ya había terminado con todo, como un verdadero chef el joven sirvió un plato bastante grande y que tenía buen aspecto, aunque si alguien lo comiera notaría como éste tenía un sabor completamente desagradable, si solo hubiera agregado sal en vez de todas esas cosas ajenas, lo más seguro es que sería un plato digno de servir. -Listo. -Cruzo los brazos con bastante seguridad, sin siquiera probar su propia comida.

Reabrió los ojos cuando se acercó, retomando la conversación. Asintió a su propuesta, no era muy clara pero siempre era buena idea pensar que le podía deber algo a ella. Cuando él desenfundó un cuchillo no tardó en hacer lo mismo, con casi tanta habilidad como él. Le sonrió desafiante y cuando él empezó no tardó en seguirle la estela.

Puso una gran olla con agua para cocer suficiente arroz para todos y otra para la sopa. Se colocó luego a su lado para trocear las verduras para la sopa de miso. Lo hacía con precisión, y quizás no tan rápidamente como él pero no quedaba en mala posición del todo. Le gustó cocinar codo con codo, aunque fuera una competición. En algun momento se permitió darle un golpe suave con la cadera, como si así quisiera distraerle de su concentración. Mientras él pelaba y cortaba el resto de ingredientes, Kae se había apropiado de unos lomos de atún des-espinados que cortó en rodajas gruesas.

Cuando lo tuvo todo troceado, se apartó un momento para ver el movimiento frenético de Levi. Le veía extasiado de entusiasmo, parecía que aquello realmente le gustaba. Necesito volver en sí para no quedarse quieta mirándole, no recordaba haberle visto ésa expresión y de algún modo era contagiosa y le había hecho sentir muy bien verle. 

Lejos de la precisión frenética de Levi, Kae era precisa pero elegante. Se movia con cuidado y medida, todo movimiento predeterminado. El tiempo que el pelirrojo gastó en condimentos, a ella le sirvió para añadir la pasta de dashi y las verduras a la olla de la sopa con las algas wakame. Mientras echaba el arroz para se que cociera, puso el tofu en agua fría para que se conservara y tenerlo listo. En el momento apropiado, añadió el Miso para disolverlo en el caldo y dejó que cociera a fuego lento con el tofu recién añadido y reservó otro tanto.

Tomó el pescado y con una sartén grande se agenció del otro fogón y fue cocinándolos de tres en tres acompañándolos con salsa teriyaki, haciendo un ruido en la cocina al evaporarse el líquido sobrante.

Veía que Levi ya había terminado, pero ella se quería tomar su tiempo. La comida requería atención. Llevaba muchos años cocinandose la comida cada día y tenía suficiente vista y experiencia para entender los puntos de la comida. Cuando creyó que estaba todo listo, dejó la olla de la Sopa de Miso al mínimo, el arroz lo coló y tapó para conservar el calor y el pescado lo tapó en una bandeja y lo guardó en el horno, a baja temperatura para que no se enfriara. Con todo, tomó cuencos y platos para servirle una ración a Levi.

Sin duda, Kae había sido muy fiel a la comida tradicional japonesa. Sirvió en un pequeño el tofu refrescate que había reservado con un poco de cebollino. Era una cena muy casera, con el tiempo que requería cada cosa para que fuera saludable y sabrosa. Miró los cuencos servidos, satisfecha, y luego miró la de Levi. A primera vista parecía muy sabrosa, y de hecho más occidental que su propuesta.

Lo miró y tomó una cuchara.
-Veamos...-se acercó a él moviéndose de forma presuntuosa y alargó la mano hasta llenar la cuchara. Luego se la llevó a la boca y apenas pasó un segundo hasta notar el sabor-Es....espeluznante...-balbuceó. Se apoyó en la mesa, notando un sudor frío recorrerle la espalda y luego un escalofrío. Era terrible.

Recorrimos los pasillos buscando a la anciana para que nos diera los cubos y fregonas para limpiar la sala.

- ¡Obasan! ¿Dónde estás?