Partida Rol por web

Los juegos de Kae mientras cocinaban le hicieron gracia, incluso el muchacho le devolvía de repente algunos movimientos e incluso cuando necesitaba ciertas cosas pasaba por detrás de ella y le ponía una mano en la cintura para poder pasar de mejor manera, estaba teniendo cierta confianza que no había sentido con anterioridad llegando al punto en que incluso cuando ella no estaba mirando saco un poco de sopa para probarla, asumió el hecho de que estaba deliciosa pero aún mantenía confianza en su propio plato y cada vez que le miraba era para observar como la forma de cocinar de Kae era bastante buena, tenía talento para ello y estaba seguro que si se dedicara a un empleo de ese rubro sería buena, aún así estaba decidido a no perder. -Eres buena, pero no podrás compararte conmigo. -Aquellas palabras fueron las que marcaron un poco el lugar antes de que ambos terminaran lo que estaban cocinando. 

Se sorprendió bastante y no dejo emociones dentro de él, el ojo le brillaba mientras demostraba una sonrisa perlada, se veía bastante impresionante y delicioso a la vez, no demoro en tomar los palillos aunque no supiera usarlos bien aún, volvió la mirada hacia Kae y dejo saber que se veía bastante bien, tomo un bocado y pudo sentir los sabores en el paladar, estaba delicioso aunque seguía pensando que el suyo estaría mejor aunque por un momento tuvo el recuerdo de algo que le había dicho su hermano "Sigue la receta al pie de la letra, si no sabes terminarla dejame a mi". Y fue así, siempre empezaba y hacia las cosas de manera excelente pero cuando llegaba el punto que no se acordaba terminaba arruinandolo completamente, no comió mucho debido a que debía dejar para quienes sería la cena, se giro hacia la pelimorada y le dedico una sonrisa con una mirada fija. -Esta delicioso Kae. -Observó la reacción de ella al comer su comida y saco la lengua inocente mientras lanzaba una leve sonrisa. -Jaja..Creo que arruino todo lo que cocino. Has ganado la apuesta. -Estiro la mano derecha para que la joven cerrara el trato, era un hombre de palabra y todo lo que decía lo cumplía, bueno menos aquello de que le vencería, camino hacia ella y dejo a un lado el plato, mantuvo la leve distancia que les separaba y con rostro picaro le concluyo. -¿Cual es tu deseo? Kae..

Se recuperó del disgusto y lo miró, viendo como probaba su comida. Esperaba que estaba buena, pero no tanto como le había dicho el chico. Desvió la mirada, halagada pero no cohibida. Durante la cocina las veces que la había tomado de la cintura, de haber sido otra situación, le habría paralizado por ser él, temerosa. Pero estaba tan enfrascados que se había sentido relajada e incluso le había parecido muy diferente a cuando se había encontrado con chicos y la tocaban. Claro que aquello era distinto.

Se aclaró la voz recuperando los pensamientos y lo miró, con una mano en la cadera y sonriendo burlona-Claro que lo está, cocino cada día-dijo presumidamente, basculando el cuerpo de un lado a otro con actitud fanfarrona. Le gustaba ganar, era una ganadora nata en el atletismo y disciplinada en el Kyudo. Alargó su mano para estrechar la suya. La recorrió con su mirada: la mano fuerte, el brazo tonificado, hombros y espalda anchos...

Cuando dijo su nombre centró su mirada en su ojo. Lo miró como si la hubiera pillado desprevenida. Pareció que la llamaba de una forma tan personal y cercana que tuvo un rubor fugaz. Se aclaró de nuevo la garganta y deshizo la estrechada de manos pero en vez de apartarla se limitó a dar un paso para acercarse y a jugar con los dedos de Levi con los suyos. Lo miró y sonrió de lado.

-¿Quieres decir que no me lo puedo guardar? Es un premio muy valuoso...-sonreía con un poco de suficiencia, pero cómplice-Aún quedan tres días y no sé si me puede servir más adelante...-y casi se podía entender que era su forma de decir que aquella complicidad no acabaría cuando salieran de la cocina-Quizás pueda sacar ventaja en algún momento o aprovecharlo...-lo miró sin levantar el rostro, solo la mirada. Sonreía divertida con el premio que había ganado y quería saborearlo. Incosncientemente, estaba siendo coqueta con él: simplemente estaba a gusto.

los niños entran al salón buscando los juguetes, cuando ambos quieren agarrar el mismo, se trataba de uno de esos martillos con una pelota atada con una cuerda y tienes que encajar la bola a los costados y ademas de meter el bastoncillo en el agujero.

Quita mocosa! este juguete es mio!! - dijo el niño empujando a Yuzu, esta se avalanzo contra Haru y le mordio el brazo

no me llames mocosa mal hablado! - le contesto la chica cuando agarro un juguete, exactamente un cochecito de juguete y se lo tiro en la cabeza del niño - ¿por que siempre eres malo conmigo Haru? te odio! - Haru agarro ese martillo con la bola y lo alzo con la intención de lanzárselo a la chica, cuando, por algun motivo lo lanzo al suelo y comenzo a correr hacia la puerta, abrio la corrediza y salio de la habitación con aspecto de enfadado.

La niña, Yuzu se quedo seria y agarro al final una muñeca para abrazarla con los ojos encharcados como si quisiese llorar 

Cuando Himeko y Sakura abren una de las puertas corredizas, se pueden encontrar a la Señora Lee en lo que parece una pequeña sala de estar, frente una televisión con un mando de play station en las manos, parecia jugar al call of duty

maldito muele muele!! 

chillaba cuando se movía extrañamente bien. Zarandeando el mano de un lado hacia otro bruscamente, cuando noto a las chicas puso enseguida un culebron japones y puso pose de anciana acariciandose la espalda 

¿Que deseáis niñas?

Sintaro se quedo mirando al suelo un buen rato, dudando si había echo bien o no en decirle semejante confesión, pero, lo echo, echo esta y ya no tenia solución, ademas que entre esa pena del rechazo, se sentía un poco mejor por haberle confesado quien era. 

El chico siguió con sus labores limpiando el baño, esta vez poniendo un poco lejía no jabonosa, es decir esa lejía que no da espuma y que ademas daría un toque de desinfectante, al parecer tenia claro sobre labores de limpieza.

Shiru... lo siento... supongo, que el rencor me convirtió en un monstruo... pero, no se como disculparme, no se como emendar el error, pero, lo voy a intentar, solo, por favor, dejame la oportunidad de rectificarme.

Menciono sin ni si quiera mirarle.

Por cierto, yo no he dicho anda... pero tened cuidado con los futones... y el champo de pelo. 

Dijo sin mas antes de ir a buscar la manguera para así darle un buen aclaron a la bañera y al lugar

Joder con la vieja... este era el momento en el que en una serie se vería una gotita cayendo sobre nuestras cabezas. Y decía que no podía, y nos hace fregar a nosotros, si pillo su cena le pongo tabasco. Mi cara pasó de asombro a cabreó, y después a una falsa sonrisa con florecitas a mi alrededor.

- Buscábamos fregonas y demás enseres para limpiar la habitación de los futones - dije con una ligera sonrisita.

 El hecho de que la joven le hablara de manera engreída no le molesto en lo absoluto aunque no gustaba de aquello, tendía a ignorar a quienes intentaban levantar su propio ego o incluso aclamarse a si mismo pero en ella parecía ser natural, sin necesidad de hacerlo más bien era algo que salía de ella, orgullosa de sus propias capacidades y confianza en si misma. Le mantuvo la mirada entrecerrada mientras sentía como sus manos se entrelazaban en ese abrazo el cual fue desecho pocos segundos despues, sus miradas eran intensas y el joven podía sentir como ella le recorría el cuerpo con sus ojos. A pesar de que el joven tenia un rostro seguro, la sonrisa ladeada y los ojos entrecerrados no pudo evitar sonrojarse levemente luego de que ella lo hiciera, a veces sentía que podían comunicarse simplemente con esos gestos minuciosos. 

 -Prepararemos tu comida, te ayudare para hacerlo para todos. Descuida no agregare nada que tu no agregues. -Lo ultimo que dijo el muchacho fue un tanto extraño, al parecer tenía claro que las cosas que agregaba no estaban en la receta original y que el sabor que estaba dando resultaría completamente diferente, si bien sabía que su comida no sabía bien cuando agregaba algo aún tenía esperanzas de que algún día cocinaria algo con buen sabor, aunque por algún motivo se podía pensar que había hecho eso a proposito, quizás el tener algo que deberle a la chica le hacía sentir cierta excitación de no saber lo que le deparaba. No aparto la mirada y el joven le complemento con unas cuantas palabras. -Es tu decisión, no la tomare por ti. -Aunque quedo un tanto perplejo al escuchar lo de los tres dias, ¿No era una semana? Él apenas llevaba un día en el viaje, pensaba que quedaban seis. -¿Tres? Pensé que era una semana entera. -Sintió un escalofrió en la espalda, de aquellos que le gustaban debido a que pocas veces los sentía y al parecer con Kae al lado eran recurrentes, acerco su rostro al de ella, dejando que el aroma de ella le embriagara, sus ojos estaban fijos al de él y el aroma de ellos se mezclaba el uno con el otro, llevo su mano izquierda hasta el mentón de la chica para mantener una distancia sugerente y demostrar con su sonrisa que esperaba aquello de ella, esa complicidad y misterio, se lamió levemente los labios y por un momento casi rozo los suyos debido a la poca distancia. -Demuestra que es lo que tu mente puede maquinar, si malgastas ese "deseo" puede que dificilmente logres conseguir otro. -Nuevamente volvía a dejar algo en claro aunque esta vez cargado de placer, misterio y deseo, como si aquello fuera algo normal ya para ellos dos.

sakura suspira al ver la escena como si no hubiera mas remedio que seguir acatando ordenes sin rechistar

Cuando habló de cocinar el resto lo miró con las cejas levantadas. Dedicó su mirada a las bandejas de comida y las ollas y luego volvió a mirarlo a él.

-No conozco tu capacidad de comer, pero ya había calculado toda ésa comida para el resto-luego se llevó la mano al pelo y lo apartó, presumidamente-Me alegro que te haya gustado tanto, ya veo-lo miró de nuevo felinamente, divertida. Luego lo acicaló con la mano-Error mío... pensé que el viernes volveríamos. No me quito de la cabeza el horario escolar, tengo ganas de terminar ya...-suspiró un momento entes de volver a su mirada-Me guardaré el deseo, nunca se sabe cuando puede ser de utilidad-le miró desafiante pero el chico tomó la iniciativa y se acercó a ella, dejando sus caras muy cerca. Si no la ponía en jaque antes desafiándola se sentía demasiado cohibida, pero parecía haber notado su actitud y la hubiera aprovechado para acercarse. 

-Tendré que aprovechar la oportunidad entonces...-le contestó sin vacilar. Alargó la mano hasta la espalda del chico y presionando deslizó un dedo desde lo más arriba que pudo hacia el final de su espalda. Cuando lo hizo inconscientemente ella también arqueó su espalda un poco, como si pudiera incluso notarlo ella. Luego se separó con una sonrisa intrigante de las suyas, como si ya planeara algo. Algo estaba claro para Levi, si había un ambiente tenso como cuando se enfrentaban o desafiaban, la chica estaba mucho más cómoda con el contacto, al contrario de cuando se podía entender que la situación era más tierna.

 No se había dado cuenta que Kae había hecho suficiente comida como para poder alimentar a todos los demás alumnos y gente que debía comer, al parecer tenía una confianza tremenda para ello mientras tanto Levi había hecho tan solo un plato, tenía claro que no iba a salir con un sabor extraordinario por lo cual no debía hacer mucho más. -Vaya, no te has demorado mucho, entonces creo que estaria todo listo. -Los movimientos de la chica ya no lograba identificar cuales hacía de una manera inconsciente y cuales eran para seducirle o incluso intimidarle, todo le parecía sugerente, cada movimiento, el tocarse el pelo y acariciarlo levemente o incluso mirarle felinamente aunque ello fuera parte de sí. Había apartado la mirada para instalar un par de cosas en las bandejas, la comida de la joven fue tapada cuidadosamente con algunas cosas de metal para evitar que el calor se perdiera aunque continuaban conversando de manera amena. -No te culpo por querer salir, aunque si quisieras podrías dedicarte al deporte, ya tienes buen historial. -No sabía más de la vida privada de Kae Yusei, nada más de lo que había visto en televisión un par de veces, si bien tenía claro que la vida fuera de éste viaje era completamente diferente por un momento paso por su cabeza el hecho de que pasaría con ella una vez terminara la semana, más de lo que se preguntaba que pasaría con la propia. 

Sintió la mano ajena en su espalda, un escalofrío seguía el contacto mientras el rostro del joven intentaba mantener la cordura, la cercanía con la joven en esa situación le hubiera llevado a besarle y quitarle cada una de sus prendas, lo hubiera hecho allí mismo en la cocina, dejando todo de lado ensuciando todo y sin importarle todos los demás, acerco levemente su cuerpo al de ella, fue algo instintivo sintiendo como si en ese momento iba a culminar la acción, se iban a juntar y todo se iba a ir al carajo, al maldito y delicioso carajo pero aquello no ocurrió, ella se separo con delicadeza aquello le hubiera disgustado si hubiera sido cualquier otra mujer pero en ella se veía aún más tentador. -Hey... -Le dijo antes de que pudiera irse muy lejos mientras sonreía confiado y le observaba fijo. -Hoy dormiras a mi lado. -No fue una pregunta ni una petición, tampoco fue una suposición simplemente lo dijo como un hecho, aquello debía ser así porque él lo estaba diciendo y no había nada que pudiera decir la muchacha para poder evitarlo. -No me importa como ni a que hora lo hagas, apenas puedas llevaras lo que sea en que dormiremos cerca mio. -Se había llevado la mano izquierda hasta el bolsillo del pantalón y elevado un poco más el mentón mientras mostraba levemente el colmillo. -Vamos, que no es bueno comerse esto frío. 

Se encogió de hombros cuando le habló de dedicarse al deporte.

-Lo que tengo claro es que no me quedaré en Japón-comentó sin dar más detalles. De hecho tenía cierta idea de sus planes después de los estudios y ninguno incluía estar cerca de sus padres. 

Se sentó sobre la mesa y cruzó las piernas. Le mantenía la mirada y la sonrisa al pelirrojo, como si pudiera leerle la mente y se regodeara en ello. Tras su comentario inclinó la cabeza ligeramente, sonriendo intrigada.

-¿Ahh?-cerró los ojos con las cejas levantadas-¿Habré oído mal? Creo que querías mi permiso para que te deje dormir cerca de mí- abrió los ojos y lo miraba, penetrante-¿No me digas que te da miedo la oscuridad?-bromeaba, claro, pero le gustaba pinchar a la gente. Levi no iba a ser menos-Qué forma de pedir las cosas...-sonrió y alargó la mano hacia el móvil. Lo tomó y comprobó la hora-Podemos ir a avisar a la abuela. Que los que hayan terminado vayan cenando y los que tarden que se aguanten...-miró la comida-Opino que sería divertido ver a tus compañeros de instituto comerse tu arroz, pondrían unas caras divertidas. Quería buscar la manera de colarles algo pero me he distraído mucho-lo miró de forma cómplice y con algo de picardía. Se frotó los muslos un poco-Bueno, ¿vas tu o voy yo?-se apoyó de nuevo con las manos en la mesa.

 Algo había sacado de información sobre la joven, al parecer tenía visto su futuro o al menos había pensado en él, aquello podría considerarse bueno, aunque la verdad no diferenciaba entre lo bueno o lo malo en la gran mayoria de las cosas y esa era una de ellas. Mantuvo la pose desafiante sin apartar la mirada mientras escuchaba la reacción de la joven, ella reaccionaba tal cual el joven esperaba, eso era levemente placentero debido a que no decía las cosas que en sí predecia pero su acción final concluía con algo que ya se le había venido a la mente, se pudo ver el filo en su ojo mientras se quedaba allí de pie. -Has dicho mucho pero a la vez no has dicho nada, aun no escucho que te niegues. -Tras eso dejo su punto en claro y comenzó a caminar hacia donde estaba la comida, la suya la tomo primero y comenzó a observarla con tranquilidad, le escucho nuevamente pero esta vez observando más la comida que a ella. -Bueno, puede ser. Es justo que quienes terminen antes coman antes. -En ese mismo momento se pudo escuchar rugir el estomago del muchacho a lo cual incluso éste se sorprendio mirando su propio abdomen, si bien sentía hambre no tenía el celular como para saber cual era la hora, no había comido nada debido a que no había tomado el Bento, en sí no tenía idea de lo que era eso pero para esa hora aún no comia nada. -Creo que todos estarán hambrientos luego de no haber comido nada desde el desayuno. A mi ya me empieza a doler el estomago. -Se golpeo levemente el abdomen mientras levantaba la mirada para observar a la joven, tomo el plato de comida que había preparado y con una sonrisa amable lo llevo hasta la basura. -Nada, lo que he preparado no debería comerlo ni el perro. Si hubiera sido algo decente o comestible no habría problema en que se los dieras. -Le complemento con la mirada, la picardia que ponía en sus palabras la joven le hacían sentir que debía acercarse, le hubiera gustado pero no lo hizo en ese instante. No fue hasta que la joven le hizo la pregunta en que el pelirrojo se movió de su posición estatica y camino hacia ella o hacia donde estaba ella mientras decía unas cuantas palabras y sacaba la mano izquierda del bolsillo. -Ve tu con la abuela, yo iré a ver como van los demás para ver cuantos estan listos y si me encuentro con gente de tu instituto. -Se detuvo frente a ella a menos de un metro de distancia y llevo la mano izquierda hasta el mentón de la joven, se lo sostuvo con ternura a pesar de la fuerza en sus dedos y le levanto la mirada de manera sugerente acercando sus labios hasta los de ella hasta solo quedar a unos centimetros de distancia no faltaba nada para rozarse el uno al otro. Dijo unas palabras y mientras lo hacía desvió la mirada al celular para ejemplificar. -Quizás sepas de mi por algo que te digan, tu sabes. Soy un tanto problematico. -El joven esbozaba una leve sonrisita tierna y sugerente pero lo que hizo antes de separarse fue un simple arrebato de deseo, rozó sus labios con los de ella, sintiendo la comisura de sus labios rozar por apenas un instante los de ella y luego se aparto dramaticamente continuando con su camino llevando ambas manos a los bolsillos, le dio el tiempo como para que le dijera algo pero el hecho de que se habían repartido las mini-misiones era historia.

Se encogió de hombros tras el punto del chico, le gustaba hablar sin decir nada claro.
-Lo pensaré, quizás Ste me requiera a su lado así que no estoy en posición de garantizar nada-lo miró, viendo como tiraba aquella bomba y toxina potencial. Debería haber guardado un poco para colarlo en los bentos del Rokusen. Levantó las cejas y miró el abdomen de Levi cuando rugió. Bueno, la intuición le decía que seguro era capaz de comerse todo lo que ella había preparado.

Cuando se dirigió hacia ella mantuvo una leve sonrisa, más la mueca en sí que por diversión. Miraba a Levi acercarse. Siempre se acercaban, se separaban, a veces con sangre y armas de por medio y otras con tanta tensión que parecían imanes repeliéndose y atrayéndose. La mención de sus compañeros hizo borrar la mueca de la sonrisa. No le había gustado lo que había ocurrido con Yamato y esperaba que Levi no le diera demasiados problemas. No se consideraba una defensora de sus compañeros, pero ninguno de ellos estaba a la altura del pelirrojo en un conflicto cuerpo a cuerpo. Él tenía ventaja, y hasta ella lo sabía. 

Dejó que la tomara del mentón mientras lo miraba atentamente. Entendió su miraba al celular: todos estaban al corriente de su encuentro con Yamato. Aquello le había molestado y hasta que no le preguntó al pelirrojo al respecto no pareció haberse quedado tranquila. 

-Procura no excederte, sería una pena tener que gastar mis flechas contigo-le respondió con una sonrisa, aunque su voz no dejó de ser una advertencia. El chico acortó la poca distancia y el roce hizo que inconscientemente ella como acto reflejo tomara un poco de aire. No era de piedra y aquello fue más sugerente y sensual de lo que quizás habría esperado. El chico se apartó y ella aprovechó para soltar al aire con calma. Vio como se alejaba y se humedeció los labios.

Dio un salto, se puso de pie y pasó por su lado en dirección que había visto irse la señora Señola.

-Descarado-comentó con desdén pero no tan molesta como hubiese esperado sonar. Realmente, le habría gustado sonar más ofendida, pero no lo consiguió y siguió caminando.

Ambos tenían sus personalidades distintivas, su forma de actuar y el como resolver acciones o problemas. Pero cada juego que realizaban era como jugar ajedrez, cada movimiento tenía un sentido y cada uno deseaba llevar la conversación hacia un camino para dejar al otro en jaque mate sin que uno pudiera sacar mucha ventaja sobre el otro. No, vendrás. Se dijo con seguridad para si mismo, no le importaban más personas más que ellos dos y tenía la seguridad de que Kae no dejaría pasar la oportunidad, él no lo haría y generalmente pensaban igual, sería un error el hacerlo. 

Cuando ambos salieron el muchacho aún quedo con esas palabras que la joven había dicho, no sabía aquella parte de los deportes que le gustaban a la joven, pero pudo deducirla por el simple hecho de la analogía, quizás no era más que una metafora pero aún así la amenazaba estaba clara, cruzaron el umbral casi al mismo tiempo mientras el joven evitaba mirarle y sonreía desafiante, divertido y decía unas cuantas palabras. -No podrías conmigo, nadie puede. -Hay veces en la cual se dice que un hombre es atractivo por su seguridad, debido a lo que expresa y cree en si mismo, lo mismo se dice en las peleas, todos creen en sí y que ganaran pero la gran mayoría expresa inconscientemente su respeto o el peligro que el ajeno representa pero existen personas, muy pocas personas las cuales no expresan aquello, no observan a su rival como alguien que es un potencial ganador, ellos simplemente pelean para seguir adelante sin nada que perder sin miedo a la derrota, para ellos la victoria significa un día más el cual continuar y eso es lo que expresaba el joven en ese momento, el aura de una persona que jamás ha pensado que perderá. Se fue por el lado contrario al cual Kae Yusei se había dirigido, quien sabe que problemas podría causar, aunque en ese momento estaba feliz le había gustado el momento a solas con ella.

Al primer lugar que fue luego de salir de la cocina eran las habitaciones, no recordaba quienes eran las que tenían que realizar esa tarea pero era el lugar más cercano o al menos que pudo encontrar en donde habría gente, el muchacho estaba con las mangas de la camiseta enrollada hasta sus hombros mostrando los brazos bien trabajados, los musculos marcados a pesar de tener las manos en los bolsillos y estar completamente relajado. Tenía el cabello rojizo tomado en una coleta que le dejaba ver todo el rostro a excepción del ojo que estaba tapado por el parche de color negro. Se encontraba con una leve sonrisa encantadora mientras observaba con el ojo entrecerrado los lugares aledaños, estaba de buen humor y caminaba con total calma por el pasillo, observo el lugar con atención y se apoyo en la pared cruzando los brazos que antes tenía en los bolsillos del pantalón. Quedo mirando el lugar en silencio.

La chica no lo miró y siguió limpiando lo poco que quedaba. En ese momento el chico le comenta que tenga cuidado con el shampú y el futones y ella se ríe.

Yo se que voy a dormir bien porque tengo a Sakura cuidandome la cama, el shampoo lo lleva cada uno así que no creo que nadie me pueda hacer algo...

Se para y se corre del camino para que Sintaro pueda darle el último mangueraso al lugar.

Lo que me preocupa es la gente que me lastima, habla mal de mi, y después dice que me amó desde que me conoció. No Sintaro así no funcionan las cosas, te dije que te iba a dar otra oportunidad y lo voy a hacer, pero son muchas cosas para registrar y me gustaría por lo menos tener una noche de sueño en el medio.

Cuando el termina de limpiar ella golpea sus manos y mira la puerta.

Bueno ¿dices de ir a avisarle al resto que ya estamos? Supongo que la comida ya estará lista y no sería bueno que nos dejen las sobras....