Partida Rol por web

ROSTOV 1941

CAPITULO 1: EL CRUEL FRENTE RUSO

Cargando editor
17/01/2015, 08:13
PUGACHEV RUSIA

jajaja.... desarrolla tu personaje como consideres. Tranquilo. Luidl no está mal como suboficial y Von Bray le encantaría ser general pero tiene que mantenerse por debajo de Luidl. Los demás son buenos chicos.... (en general)
 

Cargando editor
17/01/2015, 10:31
Hans Milchmann

-Y lo de ser conductor aún tiene que demostrármelo.- dijo Hans respondiendo a la risa de Sven. Rebusco su mechero y se lo tiro al médico. Hans no fumaba, pero tener fuego y cigarros encima le suponía favores que cobrarse más adelante por lo que siempre iba con ellos.

Tras ello tomo los prismáticos, se incorporó y se dispuso a observar la otra orilla del río a siguiendo las órdenes de Wolfram. Después de lo de África el cabo seguía contando con la obediencia y el respeto del ingeniero, y como siempre este saltaba a ejecutar cualquier orden suya sin miramientos.

Cargando editor
17/01/2015, 13:41
Paul Falkenhagen
Sólo para el director

Notas de juego

El tema de la doble narración lo vi en un jugador de mis partidas y me pareció genial la idea de expresar sus pensamientos sólo para si. Si no es molestia me gustaría desarrollar a Paul de ese modo porque después de todo el es como un instrumento musical de reciente fabricación que necesita ser afinado. Es un placer jugar aquí.

Cargando editor
17/01/2015, 14:48
PUGACHEV RUSIA

Notas de juego

ok

Cargando editor
17/01/2015, 16:27
Rudolf Ziska

- Yo me llamo Ziska, compañero. Pero no vale la pena aprendernos los nombres cuando van a matarnos de un día para otro. Así que puedes llamarme "eh, tú", si lo prefieres. En cuanto a mi rango, soy soldado raso y me alegro. Cuanta menos responsabilidad tenga en este ejército de cafres, mejor.

A FALKENHAGEN

"¿Eso del sushi que es? ¿las "partes" de las geishas esas? No creo que el partido nos deje comer eso: ¡no son arias!*- intenta bromear sin muchas ganas.-Yo lo que querría cenar es una sopa chowder en Rhode Island**. Lo único que vamos a comernos juntos japoneses y alemanes es metralla rusa y nieve siberiana. Y hablando del diablo, digo de los ateos. ¿Los rusos la lían mucho por aquí?

Notas de juego

** mi personaje se crió en Rhode Island, Estados Unidos.

Mi personaje solo ha cambiado es que es aun MÁS bocazas y derrotista que en la partida anterior. ¿Moral de combate? De eso notiene. Aunque no es cuestión de cobardia, si tiene que cumplir cumple, pero lo minimo.

 

Cargando editor
17/01/2015, 17:06
Wolfram von Bray

Bueno, lo de conducir no creo que lo necesitemos por ahora, ya que por desgracia amigo Hans, en áfrica nos quitaron el Panzer y parece que no hay muchos visos de que volvamos a conducir alguno. Estamos en la infantería, en un batallón de castigo, así que toda tarea ingrata, peligrosa y a pie nos la encomendaran a nosotros. olvidaros de conducir, al menos hasta que nosotros solos lleguemos ha los pozos de petroleo y los conquistemos con un cuchillo y un tenedor. Y aun así, quizás digan que somos unos traidores por dejar a los Panzers atrás.
En fin, venga poneros todos juntos para darnos calor.
Bien, Hans el primero, luego Jhon, después Ziska, Mas tarde Sven, luego Paul, Yo y por ultimo Luidl.
Venga que se me están congelando las pelotas, hacer un sitio.

Y sin decir mas se metió entre Sven y Paul
Una vez entre ellos pregunto: Paul, eres bueno con las heridas?, porque presiento que en pocos dias vamos a necesitar tus conocimientos.

Cargando editor
18/01/2015, 05:14
Paul Falkenhagen

- Yo me llamo Ziska, compañero. Pero no vale la pena aprendernos los nombres cuando van a matarnos de un día para otro. 

A lo siguiente respondo. – Tranquilo que nadie va a morir. Solo lo hacen los tontos y aquí nadie parece serlo. – acto seguido preparo mi pipa pero mi encendedor no funciona, creo que necesito bencina. Mala suerte.

¿Sushi dices? Es un manjar del oriente. Es un plato de origen japonés basado en arroz cocido adobado con vinagre de arroz, azúcar, sal y otros ingredientes, como verduras, pescados o mariscos. Donde vivía anteriormente solía frecuentar un restaurant de comida oriental. Era el único en la ciudad. ¿Rhode Islan? Vaya, si que has cruzado medio mundo para pelear por el führer. No soy el único loco por aquí, ¡celebro eso! – y levanto mi pipa imitando un brindis simbólico.

Ahora la pregunta sobre Ivan mucho para decir no tengo pero siempre hay tiempo para explayarse. – realmente lo único que han hecho hasta ahora es replegarse y replegarse, y hasta aquí llegamos. Ellos de aquel lado del rio y nosotros aquí en medio del invierno. ¿Qué diría Napoleón si nos viera? Creo que hay gato encerrado en todo esto. No huele bien. – ya se que diría Napoleon pero aquí se considera derrotismo y un boleto al paredón solo de ida…

Luego el joven Von Bray pregunta sobre mis habilidades de sanitario pero creo que se asombrara con mi respuesta. – Soy bueno evitando las heridas pero si se trata de curarlas creo que soy mejor. Pero para ser sincero me faltan solo seis meses de carrera universitaria para obtener el título formal. Pero la guerra es la guerra. – luego de encender mi pipa le devuelvo el mechero a Hans. – Gracias camarada. – Tener lumbre en estos días puede salvar la vida.

Cargando editor
18/01/2015, 20:31
Paul Falkenhagen
Sólo para el director

A lo siguiente respondo. – Tranquilo que nadie va a morir. Solo lo hacen los tontos y aquí nadie parece serlo. –acto seguido preparo mi pipa pero mi encendedor no funciona, creo que necesito bencina. Mala suerte.

Lo único que falta es alguno entre en pánico y haga que nos maten a todos. ¿pensaba que eran veteranos pero con ese comentario veo que algunos todabia siguen siendo meros niños asustados. Hay que barajar la posibilidad que todos estamos muertos a medias desde que nos enlistamos en el ejercito de la muerte.

¿Sushi dices? Es un manjar del oriente. Es un plato de origen japonés basado en arroz cocido adobado con vinagre de arroz, azúcar, sal y otros ingredientes, como verduras, pescados o mariscos. Donde vivía anteriormente solía frecuentar un restaurant de comida oriental. Era el único en la ciudad. ¿Rhode Islan? Vaya, si que has cruzado medio mundo para pelear por el führer. No soy el único loco por aquí, ¡celebro eso! – y levanto mi pipa imitando un brindis simbólico.

Desde luego siempre están los idiotas que en lugar de permanecer en el exterior y disfrutar de la paz corren a la boletería, compran un pasaje por barco y vuelven a la gran Alemania a pelear contra el enemigo que amenaza nuestro “espacio vital”. Que gran mierda adornada de mentiras. Este muchacho y yo nos comimos el marrón mas grande pudiendo vivir en paz donde estábamos.

Ahora la pregunta sobre Ivan mucho para decir no tengo pero siempre hay tiempo para explayarse. – realmente lo único que han hecho hasta ahora es replegarse y replegarse, y hasta aquí llegamos. Ellos de aquel lado del río y nosotros aquí en medio del invierno. ¿Qué diría Napoleón si nos viera? Creo que hay gato encerrado en todo esto. No huele bien. – ya se que diría Napoleón pero aquí se considera derrotismo y un boleto al paredón solo de ida…

Al final la culpa siempre es de los lunáticos dirigentes como Adolf, nos tragamos su discurso y su buen corte de pelo para luego cargar contra los rojos y quemar sus aldeas e incendiar sus cosechas. Pero Rusia es infinita. Ellos simplemente aguardan al momento justo, la nieve, el hambre y nuestra estupidez.

Luego el joven Von Bray pregunta sobre mis habilidades de sanitario pero creo que se asombrara con mi respuesta. – Soy bueno evitando las heridas pero si se trata de curarlas creo que soy mejor. Pero para ser sincero me faltan solo seis meses de carrera universitaria para obtener el título formal. Pero la guerra es la guerra. –luego de encender mi pipa le devuelvo el mechero a Hans. – Gracias camarada. – Tener lumbre en estos días puede salvar la vida.

 

Bueno, después de todo puede que llegue a ver la luz del día. Voy anteultimo en la guardia. Esperemos que Ivan no mire hacia aquí. ¡Vamos que el río es vasto como ningún otro! Prefiero la lluvia de obuses a esto...

Cargando editor
18/01/2015, 22:56
Philipp Luidl

Luidl avanzaba medio agachado en la nieve. La caja que llevaba pesaba mil demonios y aunque ya no era el jovencito sin curtir que había dejado Ingolstadt tiempo atrás, seguía siendo un maldito tirillas. Un "tirillas gafitas" que diría el testarudo Sven. O "el cabrón del jefe" que pensaría el rebelde Ziska. Sabía que el temperamento de sus hombres había cambiado... a peor. Pero la guerra cambiaba a todo el mundo. A todos. Era imposible permanecer impasible ante las batallas y los muertos, la crueldad cabalgaba a sus anchas y dejaba siempre sucio el camino de boñigas de odio. Lo que había aprendido el cabo era que las acciones caballerescas no procedían del mando, sino de los simples soldados, y por eso se preocupaba de sus soldados. Habían sobrevivido a Crimea y ahora estaban en una nueva pocilga, dispuestos a comer más mierda; todo por la jodida Alemania, que cada vez era una amante más despechada. Ni siquiera una palabra de agradecimiento, ni una mención, después de la operación de Creta. Había perdido dos hombres y ¿para qué? Pero para sus Matilders debía seguir aparentando ser el chupatintas que había jurado dar la vida por aquel führer, así que estos pensamientos tan solo los compartía con su abandonada mujer. Desde que habían ingresado en el batallón de castigo no había podido regresar a Alemania para poder ver a su hijo ni verla a ella. Las cartas, que sospechaba nunca llegaban a su destino, eran lo único que le salvaba de pegarse un tiro y acabar con todo aquello.

Su aliento formó nubes de vapor congelado mientras trataba de ver la trinchera donde Wolfram y Sven, a los que seguía, se habían metido. Philipp no podía llevar gafas. El hielo se pegaba a los cristales formando capas blancas que las hacía inútiles. La caja de madera, que había cambiado por un buen cartón de cigarrillos italianos y unas palabras de gratitud con un sargento austriaco de la IV de Montaña, que acaban de llegar a Rostov, tintineaba al moverse entre la nieve.

La mitad del contenido provenía de la tragedia de la guerra. El día había comenzado bien temprano para Luidl pues los alemanes había ahorcado a dos hombres y una mujer. Los ejecutaron por merodeadores. Los encontraron en territorio neutro entre las trincheras alemanas y las rusas y eso no estaba permitido. Lo que llevaba la mujer se lo había quedado Philipp al asistir para bajar el cadáver de la improvisada horca. Los rusos los habían recibido como salvadores, dispuestos a acabar con el yugo del Kremlin, pero eso solo había sido al principio. Ahora unos y otros se veían como enemigos.

Por fin. Se introdujo en la trinchera, interrumpiendo el rumor de las habladurías de los soldados. Había uno nuevo, suponía que un enlace. Posó la caja en el centro y saludó, acercándose al nuevo.

—¡Firmes, soldados!— generalmente, si no hubiese habido un nuevo, Luidl no habría sido tan recio, pero debía marcar un poco al que parecía le habían asignado a su tropa— ¿Qué hacen de cháchara con el nuevo, herr Wolfram? ¿No saben que hay que guardar silencio? No me gustaría que un maldito ruso les abra la cabeza de un tiro ¿verdad, cabo? Tape esa lumbre, por el amor de Dios...

Luego suavizó la postura y trató de sonreír pese a que el frío les amorataba los labios a todos. Abriendo la caja se agachó para repartir su contenido.

—...que hemos conseguido una mejor. Un brasero para que no se nos congelen los huevos... dos mantas y unos periódicos... y ocho latas de alubias calientes.— Luidl fue repartiéndolas a medida que las sacaba de la preciada caja de madera, aún manchada de sangre de la mujer, detalle no perceptible con la escasa luz de la trinchera. — Y tres huevos frescos. ¡Energía para salvaguardar Alemania! — Al sacarlos le entró una sonrisa estúpida por la tontería que suponía lo que acababa de decir. Si la guerra terminase a base de huevos de gallina él sería el primero en saquear las granjas rusas. Pero por desgracia no era así.

Al darle la lata caliente al nuevo le miró de arriba abajo colocándose antes las gafas, evaluándolo de la misma forma que haría un profesor con un nuevo alumno.

—Preséntese, herr gefreiter, e informe, por favor.

Cargando editor
19/01/2015, 00:08
Paul Falkenhagen

Al darle la lata caliente al nuevo le miró de arriba abajo colocándose antes las gafas, evaluándolo de la misma forma que haría un profesor con un nuevo alumno.

—Preséntese, herr gefreiter, e informe, por favor.

 Presencio la llegada del nuevo integrante y pronto creo adivinar quién es por su postura y tono de voz. Entonces mi rostro muestra la misma expresión que otras tantas veces porque ahora me toca presentarme ante el muchacho de uniforme y creo no equivocarme. Bajo mi pipa encendida de mi boca, la dejo suavemente en el sitio donde me sentaba y me levanto para que no se apague, el frio es inclemente incluso dentro de la trinchera. Me posiciono delante de él. -  A sus ordenes Stabsgefreiter Luidl. Me presento, Soy el Gefreiter Falkenhagen Paul. Tengo órdenes de presentarme ante usted en posición de nuevo integrante de su unidad. – muestro un papel arrugado que guardaba en mi cazadora. – Aquí tiene el traslado firmado por la comandancia. – termino con un saludo y espero por ordenes antes de agradecer la lata de alubias.  Creo que ya estamos todos.

Cargando editor
19/01/2015, 00:42
Paul Falkenhagen
Sólo para el director

Presencio la llegada del nuevo integrante y pronto creo adivinar quién es por su postura y tono de voz. Entonces mi rostro muestra la misma expresión que otras tantas veces porque ahora me toca presentarme ante el muchacho de uniforme y creo no equivocarme.

Otro niño salido de la escuela militar listo para dar la vida de sus hombres por la patria. ¿O me equivoco?  Este y el otro tienen mucho en común. Espero que no terminemos mal, quiero llegar a navidad en una sola pieza, luego veré que acontece.

Bajo mi pipa encendida y la dejo suavemente en mi banco cuando me levanto para que no se apague, el frio es inclemente incluso dentro de la trinchera. Me posiciono delante de él.

Comencemos correctamente, si luego la situación decanta en “otra cosa” todavía tendré el as bajo la manga.

 -  A sus ordenes Stabsgefreiter Luidl. Me presento, Soy el Gefreiter Falkenhagen Paul. Tengo órdenes de presentarme ante usted en posición de nuevo integrante de su unidad. – muestro un papel arrugado que guardaba en mi cazadora. – Aquí tiene el traslado firmado por la comandancia. – termino con un saludo y espero por ordenes antes de agradecer la lata de alubias.  Creo que ya estamos todos.

¡Vamos, vamos no tardes tanto! Cada segundo de pie es una invitación a que Ivan nos vuele la cabeza pero debo añadir que es un buen gesto eso de traer comida caliente. Pese a la edad puede que tenga madera de futuro oficial.

Cargando editor
19/01/2015, 00:28
Philipp Luidl

Luidl cogió uno de los huevos crudos mientras observaba las viejas credenciales del cabo. Falkenhagen. Conocía a un conde que ostentaba el mismo título, proveniente de un pueblo de Brandenburgo, pero dudaba que aquel soldado fuese un aristócrata. Pero su hoja de servicios, añadida a la petición de traslado, parecía buena e intachable. ¿Por qué demonios le habrían mandado con la Matilda? En cualquier caso, era uno más a partir de ahora. Uno más del que cuidar. O tal vez no.

—Mmm... un matasanos. Nos vendrá bien. Veo que ha estado con la Tercera Panzer en Francia... ¿ha visto París? Supongo que lo echará de menos en estos momentos.—Luidl guardó la hoja en su guerrera—Bienvenido, cabo Falkenhagen. Queda usted bajo mis órdenes y la del obergefreiter herr von Bray. Por lo demás, ya sabe como funciona esto. 

Philipp saludó y como si se le olvidara algo, metió la mano en el bolsillo superior del abrigo y sacó un paquete para Falkenhagen, como si fuese a cambio de las credenciales.

—Tome. Es tabaco de pipa. Seguro que a usted le viene mejor que a mi. ¡Herr Milchmann! Bájese de ahí un momento, por el amor del führer. Vamos a cenar algo. Supongo que esos ivanes también tienen que llenar sus barrigas antes de pelear. Según vayan terminando tomen posiciones como seguramente les ha ordenado Herr Von Bray. ¡Prost!— añadió, brindando con su huevo medio congelado.

Cargando editor
19/01/2015, 10:58
Rudolf Ziska

A Falkenhagen, en tono zumbón:

- Oh, sí. Vine nadando de Providence a Hamburgo nada más empezar la guerra, para alistarme en la poderosa Whermacht. Estoy deseando que me revienten la cabeza en nombre de la Gran Alemania... No te engañes: los rusos corren, pero su ejército aun existe. También creíamos que los brits estaban derrotados en el desierto cuando echaban a correr. Luego volvían y nos machacaban. Aquí será igual. Mi padre contaba que en la otra guerra...

Se calla cuando llega Luidl (ya está aquí,  piensa). Primero reparte alubias en plan que pasa chavales, luego nos mandará a reventar un tanque con un abrelatas. No se cuadra cuando entra el cabo y se limita a coger su parte, una manta y empezar a comer.

- Si vienen los rusos no esperéis que haga gran cosa. Creo que mi ametralladora está más congelada que el trineo de Santa Claus. No estamos preparados para tanto hielo.

Cargando editor
19/01/2015, 11:23
Wolfram von Bray

Cuando me cuenta que le faltaron meses para acabar la carrera le miro con una sonrisa diciendo:- Lo siento por ti, pero hoy nos acaba de tocar la loteria, bienvenido al a la unidad de Luidl.
Ziska contesta en tono ironico, como el que a mantenido desde que fue capturado, en realidad lo siento por el, ya que si yo estoy mal, que he sido puteado por defender a Alemania, como debe de estarlo el, que parece odiarla mas que al enemigo. en fin espero que no lo suelte delante de un miembro de las SS o nos tendríamos que despedir de un miembro de nuestra unidad, o jodernos todos por su comentario. Aunque por ahora no había pasado, Ziska cada vez se encontraba mas cabreado.
Aunque se callo cuando Philipp por fin apareció y apareció como no le recordaba, aunque había uno nuevo y quizás era por el de todas maneras me mantuve callado y recogí la lata y unos papeles de periódico que me metí en el pecho junto a otros cuantos que tenia. Y cuando el cabo termino digo: señor, las ordenes dadas son, que cada 5 minutos, durante un minuto, uno de nosotros con prismáticos observe el rio congelado, si el enemigo avanza a pesar de ser noche cerrada, tendremos como unas 3 o 4 guardias para detectarlos, si quiere aumentar a 2 los miembros quizás seria conveniente, pues llevamos algunos días de calma, y no creo que tarden mucho en atacar, mas si hoy no hay luna. Los demás mientras estaremos apretujados para darnos calor y no congelarnos. dicho lo cual continuo diciendo:- Bien, todos en torno al brasero, con las armas delante, para que la grasa no se congele del todo. en dos grupos, cada uno con una manta y echárosla por la espalda, comeremos rápido, no sea que se enfrié la lata.

Cargando editor
19/01/2015, 15:12
PUGACHEV RUSIA

Riiing - Ringggg - Rinnnng - el teléfono de campaña suena en la zona izquierda de la trinchera.

 

En vuetro flanco izquierdo se interpone un pequeño promontorio de apenas 2 metros de alto cubierto de alambre de espino y alguna mina. Es roca pura y la trinchera lo rodea por la parte de atras durante unos 8 metros para seguir enlazando con el resto de linea fortificada donde otro pelotón vigila el frente. Parte de la misma circula ligeramente por debajo de un saliente rocoso del promontorio al que se ha añadido unas ramas para que quede de esta manera cubierto. Un telefono de campaña ha sido instalado en esta zona.

Cargando editor
19/01/2015, 15:31
Philipp Luidl

Luidl apuró las alubias antes de ir corriendo al teléfono. Tanto guardar silencio y los de Comandania siempre jodiendo la marrana. 

-¿Aló? Stabsgefreiter Luidl al habla

Cargando editor
19/01/2015, 17:00
PUGACHEV RUSIA

Un fuerte carraspeo precede a la voz. Perfecto Stabsgefreiter Luidl, no sabía si estaba usted en ese puesto. El OBERLEUTNANT Kleist quire verle. Mantengase en su puesto. Ha dicho que se pasará por allí. Kleist era un buen hombre y un buen soldado, pero sin fortuna. Eran tiempos dificiles para aquellos que decían lo que pensaban y sus ideales políticos fueron la escusa de otros camaradas  para denunciarle y que acabase en un batallón de castigo.

Cargando editor
19/01/2015, 17:05
Philipp Luidl

El cabo colgó el teléfono y se apresuró a poner sobrevivo a sus compañeros.

— Tenemos visita. Termine de comer, recojan todo y póngase todo lo decentes que sea posible en esta mierda de trinchera. El Oberleutnant Herr Kleist al parecer nos echa de menos.—miró significativamente al joven Wolfram a través de sus gafas empañadas, dándole a entender que se encargase de que todo se hiciese de ese modo. Eran años todos juntos, y más o menos conocían los gestos y miradas de cada uno. 

¿Qué demonios querría aquel desgraciado? ¿Le habrían asignado también a él a la Matilda?

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

-Tirada de Burocracia para averiguar algo más sobre el sujeto, división y por qué podría requerir vernos, y así estar preparado.

Cargando editor
19/01/2015, 19:42
Rudolf Ziska

- Un oficial... Eramos pocos y parió la burra. - suspira Rudolf engulle el rancho antes que se congele en la cuchara.- ¿Donde están los francotiradores bolcheviques cuando se les necesita? ¿Alguien sabe como se escribe "apuntad aquí" en ruso?

Pero tratar de evitar mayores problemas, intenta adecentar un poco el agujero y poner la metralladora en orden. Como si fuera un soldado con mínima motivación para luchar.

Cargando editor
19/01/2015, 20:37
PUGACHEV RUSIA

Kleist es majo. Un buen tio asqueado como cosotros en esta mierda de batallón por decir cuatro verdades. No hay nada que temer, pero es un oficial, así que algo querrá de vosotros. No va a pasar solo a saludar, aunque igual se ha corrido la voz de lo de las alubias... quien sabe. Espero que hayais guardado un huevo.