Partida Rol por web

-Si señor!, digo rápidamente con una ligera sonrisa, pues ya sabia lo que tocaba, aparentar como siempre. Asi que apure las alubias y azuce a los hombres mientras recogía la manta de mi grupo y la doblaba.
Vamos!, tenéis 10 segundos para acabaros esa mierda de alubias semi-congeladas!, después quiero que apeguen el hornillo y que desaparezcan las demás cosas, ponerlas en las latas boca abajo al borde de la trinchera y la caja tapándolas y que haga como de peldaño para acceder mejor al borde de la trinchera y así poder observar con mas comodidad, Hans, tu cogerás los prismáticos y te pondrás encima hasta que llegue el Oberleutnant Herr Kleist, luego te unirás a la fila justo enfrente de la caja*.
Una vez doblada la primera la echo encima del hornillo ya apagado tapándolo por entero para que no se vea, comprobando previamente que esta frio, 5 segundos y esta como si no se hubiera encendido nunca, dios!, que frio. Y agarrando la otra manta la doblo para ponerla encima de la primera mientras digo:- todos de pies en fila formando aquí y pónganse lo mas presentables posibles, eso incluye el casco o gorra y armas. Venga!, ya estáis tardando!.
Hace un año se hubiera sorprendido de azuzar a los hombres así, pero desde hace 6 meses es lo que hacia mas a menudo aunque no le gustaba, y menos por que un mierda de tío viniera a tocarle los huevos.
Me pongo el primero de la fila como es mi deber y recolocandome los periódicos, atusando el uniforme, colocándome el casco y el subfusil en su posición reglamentaria digo:- No quiero ni un fallo, nos jugamos una semana tirando cable telefónico, así que ya sabéis, comportaros de la mejor maneras que podáis.

Ante el inesperado obsequio del Stabsgefreiter Luidl poco tengo que decir mas que un simple – Gracias señor – en mi antigua unidad no solía haber tanta camaradería y menos para los recién llegados.  Luego llega la cena en donde alcanzo a responder al superior – En realidad extraño el campo y los caballos, desayunar con el alba. -  termino mi cena lentamente disfrutando cada bocado (porque nunca se sabe) para luego esperar mi turno en la ronda.

Mientras aguardo le respondo en susurros al joven Rudolf. – La mitad de mi familia murió en la gran guerra y en esta solo seré yo si la suerte no me acompaña. Pero mientras tenga mi pipa de la suerte nada me pasará. – termino con una leve sonrisa tras recordar quien me dio la pipa.

Afortunadamente el brasero ayuda bastante. Extraigo mi subfusil del interior de mis ropas y lo coloco cerca para evitar su congelamiento. Respondo al comentario de Von Bray con una mueca de afirmación pero antes de responder apropiadamente suena el teléfono.

En un instante Luidl y Von Bray comienzan a ladrar como perros apaleados, esta por llegar el Oberleutnant Kleist. El malnacido posiblemente venga acompañado de alguien importante como para arriesgar su trasero al venir a las trincheras, o peor aun. Su aburrimiento le obliga a enviar algunos pobres soldados a alguna loca misión suicida. Prefiero enterrar cadáveres putrefactos o practicar el salto con garrocha frente al Don pero si tenemos suerte tal vez, y solo tal vez Ivan nos bendiga con una lluvia de obuses.

Sin perder tiempo hago desaparecer todo lo “problemático”, hago un chequeo de mi uniforme y arma y me dispongo para la revisión. 

Ziska se apresura a terminar el rancho, ordenar sus cosas y prepararse para la revista. Le susurra a Falkenhagen:

- Pues si quieres sobrevivir discretamente, te ha tocado mala unidad. El cabo Luidl se cree el Sargento Kunze.*Y lo raro es que lo consigue.

Como mis compañeros, termino de comer rápidamente y guardo todo tal y como han ordenado. En cuanto terminamos, reviso para que no nos hayamos dejado nada y formo con los demás.

-Malas noticias, seguro que nos traen malas noticias.- Apago la colilla en la nieve y me la guardo en un bolsillo interior.

Una sombra se acerca por el flanco izquierdo de la trinchera sigilosamente. Los lentos andares denotan cansancio y hastío. La trinchera que tiene apenas 1 metros de ancho y casi 2 metros de profundidad se queda pequeña para tanta gente.

Buenas noches - comenta de manera antireglamentaria mientras se acerca a vosotros y os echa un vistazo uno a uno - vaya frío. ¿No tienen nada para calentarse? pregunta mientras se sacude las manos y olfatea el aire - Stabsgefreiter Luidl, que bien huele aquí. mmmmm. Kleist era un buen hombre muy campechano apreciado por la tropa. No aguantaba a los nazis, ni a los prepotentes por lo que tenía algo de ojeriza a Von Bray - OBERGREFEITER VON BRAY. ¡CUADRESE E INFORME!
 

Me cuadro un poco mas de lo que ya estaba haciendo el movimiento reglamentario y saludando conforme al rango para decir:- Sin novedad en el frente Señor, los Rusos no se han movido de su lado del rio Señor. Algo evidente, pero así eran los informes, la mayoría de ellos inútiles.

Luidl saludó a Kleist formalmente y miró rapidamente si quedaba aún un huevo, haciéndole un gesto a Milchmann para que se lo ofreciese al lugarteniente. Su tono se volvió después más distendido, aunque cortés.

—Acérquese a la comodidad de nuestra trinchera, Herr Kleist.— dijo, señalando el pequeño brasero — Mis hombres cuidan de ella como si fuese su propio hogar... aunque nos gustaría a todos estar en algún sitio más agradable y menos cerca de ese maldito río que nos congela los testículos a todos. Como le ha informado el cabo, nada digno de mención por ahora. Pero algunos barruntamos —miró significativamente a Rademacher, Ziska y al nuevo— que probablemente desde la OKH nos tengan preparada alguna sorpresa con esta luna negra. ¿Qué le trae por aquí?

Phlipp le indicó un sitio cerca del brasero que, pese a estar apagado, aún daba pequeñas bocanadas de calor a través de las mantas.

“Hans explora, Hans deja de explorar y come, Hans ponte y haz como que exploras, Hans dale tu comida a Herr Kleis” pensó el soldado haciendo una mueca disimulada por el pasamontañas que llevaba perenne.

Sin rechistar se dio media vuelta cogió la escudilla limpia que tenía para el rancho, tomo su huevo que aún no había tocado porque iluso de él se lo iba a dejar para el final y lo acompaño con las alubias que llegado a terminar de comer.

-Aquí tiene Herr Oberleutnant.- dijo sirviéndole en una mano el plato con comida, y en la otra unos cubiertos medianamente limpios.

“Cómaselo antes de que se enfríe…” hubiera sido una buena broma para el momento, pero el frío también había congelado su sentido del humor.

Lo que prometía ser una guardia igual de anodina que las de los días anteriores se había convertido en una fiesta por todo lo alto.

Para empezar, nos habían mandado de refuerzo un médico que parecía estar un poco perdido. Había que reconocer que tenía energías el chaval, porque nada más llegar fue capaz de mantener una conversación con Ziska, con lo complicado que era que aquel te hablase sin mandarte a tomar por el culo. Lo curioso era que en cuanto veía un mando se cuadraba como si estuviese en la academia aún. Ya se le pasará.

Después, había llegado Philipp con regalos para todos, brasero incluido. - ¿De dónde lo habrá sacado? Sigue progresando, sí. Acabará llegando lejos, si no nos matan a todos. - Pensé con una sonrisa. Y cuando nos estábamos comiendo una, casi caliente, lata de alubias comenzó a sonar el teléfono de campaña, que los de transmisiones nos habían dejado allí, como para amenizar la velada.

Y era porque nos venía a visitar el oficial Kleist. Al menos este no era uno de esos oficiales que te escupen según te van dando las órdenes.

En fin, que terminé de recoger mis aperos y me puse firme a la espera de que nos mandasen atacar con los ojos vendados, nos pasaran revista de policía en plena trinchera o que Iván acertase de una vez con los morteros y nos fuésemos todos a la mierda.

Kleist observo el huevo con estupor y lo aceptó como quien recibe un tesoro. - Vaya, vaya, muchas gracias. Me reconforta que se organicen tan bien y sean tan autosuficientes puesto que efectivamente es cierto que no les traigo buenas noticias. Es una guarrada, pero ya saben donde estamos y lo que somos. Un batallón de castigo en el culo de Rusia. ¿A quién asignan las misiones que nadie quiere? A nosotros. - Klesit se sentó en el suelo. - Ayer por la noche hubo una pequeña escaramuza sovietica que nos costó cinco muertos. Acribillados en sus pozos de tirador. Los disparos hicieron saltar las alarmas y los nuestros abatieron a un par de rusos. Hasta ahí todo normal, por llamarlo de alguna manera. Hoy por la mañana el general Sten, al mando de la 60º división de infanteria motorizada, echó en falta a su adjunto, el mayor Hettich. Cuando se ha iniciado su busqueda para localizarlo el alto mando ha descubierto que el mayor Hettich desapareció ayer por la noche mientras efectuaba una inspección del frente. Hay testigos que confirman que durante su recorrido se dirigió hacia el lugar de la escaramuza por lo que se contemplaba la posibilidad de que haya sido hecho prisionero ya que no ha aparecido su cadaver.

Kleist abrió un paquete de cigarrillos y les ofreció a todos. Parecía que le costaba un gran esfuerzo seguir explicando la misión. El caso es que esta tarde se ha interceptado un radio-mensaje ruso en el que se informaba de la captura del Mayor y del lugar donde ha sido recluido. Hettich es el hombre de confianza del general Sten y dispone de información vital sobre nuestra situación y planes futuros, por lo que se ha considerado de vital importancia que esta información no caiga en manos de Ivan.

El general Sten ha pedido voluntarios, pero nadie en la 60º división se ha ofrecido. Parece que Hettich no es muy popular entre sus hombres. Así que nos han endiñado la misión de evitar que información vital caiga en el bando enemigo.

Kleist saca una foto de su abrigo. Este es su hombre.

Miro a Philipp esperando que de la respuesta obia. y después a Kleist. Sabiendo perfectamente que cruzar el rio seria lo mas dificil, incluso para los que somos expertos en avanzar ocultos.

Philipp asintió a lo que decía Kleist. Sus palabras le hicieron recordar que pese a lo bien que lo hicieran, a lo excelsos que fueran en disciplina y valor, nunca dejarían de ser un batallón de castigo. Hoy salvar a Alemania. Mañana limpiar retretes y caballerizas con la lengua. Miró la fotografía del "novio" del General y luego se la pasó al resto de la Matilda, para que se quedasen con su cara. 

—Nos presentamos voluntarios, meine oberleutnat. — dijo esto último con un entusiasmo claramente fingido— No podemos dejar que la información que tenga el mayor caiga en manos rusas. ¿Sólo se ha echado en falta a Hettich? ¿Del resto que le acompañaban han vuelto todos o se han encontrado sus cuerpos? En cualquier caso, haremos los preparativos y saldremos en cuanto estemos pertrechados. Si hay que dar por culo a los ivanes, mejor que sea con luna oscura. Ya lo han oído ¡Compañía!

Estaba jodiendo a sus hombres y el momento agradable de las alubias y el brasero en camaradería... pero aquello era la guerra y ellos los basureros de la misma. Cualquier ventaja, por mínima que fuera, había que aprovecharla.

Miro detenidamente la fotografía antes de pasarla. Vaya mierda de misión y todo para salvar el trasero de un oficinista. A estas alturas Ivan ya le habrá sacado las uñas y castrado durante el interrogatorio. ¿Por qué no bombardean la posición en lugar de enviar lo mejor de Alemania a una muerte asegurada? Creo que valemos mas que unos cuantos obuses del 88.

Miro detenidamente la fotografía antes de pasarla. Vaya mierda de misión y todo para salvar el trasero de un oficinista. A estas alturas Ivan ya le habrá sacado las uñas y castrado durante el interrogatorio.

Pero lo peor sera si nos atrapan. Primero la tortura interminable y luego el balazo. Con suerte si están de buenas y no son cosacos, nos enviaran a las minas de carbón el Siberia para ser alimento de los lobos.

¿Por qué no bombardean la posición en lugar de enviar lo mejor de Alemania a una muerte asegurada? Creo que valemos mas que unos cuantos obuses del 88.

Pero no, valemos menos que un litro de gasolina y los obuses los guardan para los T-34 que llegan por decenas. Si al menos enviaran un jamón a mi familia…

-¿No habría manera de conseguir rápidamente uniformes de invierno, señor? Tendremos más posibilidades de lograr nuestro objetivo si podemos camuflarnos- le pregunto a Luidl con intención de que me oiga el Oberleutnant.

Antes de que me respondan y mostrando verdadero interés por la nueva misión, continúo con la diatriba -¿y un mapa de la zona? Si nos coge de camino podemos intentar hablar con los supervivientes del ataque, igual tienen información del enemigo y del área que vamos a cruzar. Aunque entiendo que la rapidez es fundamental para lograr el éxito de la misión, señor.

Klesit mira al grupo. - Es una mierda de misión que nadie quiere hacer, así que no finjan alegría. Hettich se encuentra prisionero en una especie de mansión o pequeño castillo. No tiene nombre oficial, pero ellos lo llaman "castillo petrov". Inteligencia ha hecho averiguaciones en Rostov y por lo visto es un pequeño edificio. Está situado a unos 30Km del frente al sur-este de nuestra posición y bastantes ciudadanos saben dónde está. - Kleist saca un plano del bolsillo - No he conseguido un reconocimiento fotográfico, ni nada por el estilo. Solo este plano del estado mayor. Aquí a unos 20 Kilometros al sur de nuestra posición está el pequeño aerodromo que utiliza la ciudad de Rostov y unos 10 kilometros al sur - este del mismo cruza una linea de ferrocarril proveniente del Este y que tiene apeadero en el aerodromo. La linea tiene un segundo apeadero muy cerca del castillo. Procuren no acercarse al aerodromo ni andar por la vía. Todo el 9º y 37º ejercitos sovieticos están en la zona y esas instalaciones tendrán fuerte vigilancia. No disponemos de mucho mas. - inspira un par de profundas caladas de su cigarrillo. - El terreno junto al Don es boscoso en los meandros, ya que debido a la crecida del rio esos margenes no están habitados, pero tras ellos son campos y campos..... el granero de europa, ya saben. Les será muy dificil ocultarse y mucho mas pasra desapercibidos, por lo que para poder sobrevivir.... bueno .... será más facil en mi opinión si consiguen unos uniformes rusos, a pesar de que ya saben lo que les sucederá si les atrapan con dichos uniformes - y con un lento gesto pasa su dedo indice por su cuello, dejando claro que os ejecutarán - Intendencia está consiguiendo armas y uniformes rusos para proporcionarselas. El santo y seña de mañana es Volga y la respuesta Dimitri. Quizás mañana sepamos el de pasado. Preguntenme antes de partir. Recojan el equipo mañana por la mañana. El general Sten - y lanza un escupitajo a un lado de la trinchera - está informado de todo y confía en el éxito de su misión. Preparense, crucen mañana a la puesta de sol y estén de vuelta con el mayor lo antes posible. Cuanto más tiempo pasen tras las lineas, peor.

Kleist se levanta y se dispone a salir de la trinchera, pero se gira en el ultiumo momento - Luidl, usted habla ruso ¿verdad?. Rusia es inmensa y hay dialectos en cada región. Procure no hablar mucho, pero puede resultar convincente. Busque una ciudad lejana por si le preguntan de dónde es y a que unidad pertenecen... en fin, ya saben. Y dejen aquí toda pertenencia que pueda descubrirles. Intendencia o si prefieren yo mismo se las guardaré. ¿Alguna pregunta?

- No Philipp,no. Nosotros no teníamos que ser voluntarios de nada.

En esta trinchera había más soldados que seguro darían su vida gustosamente por Adolfo y su mierda de Reich.

Y encima era para ir a rescatar al imbécil de Hettich. ¡Ja! Seguro que ese trozo de mierda con patas estaría dispuesto a ir corriendo a salvarnos a cualquiera de nosotros.

- Estoy seguro que el glorioso ejercito de nuestro bien amado líder no tendrá nada que temer. El mayor Hettich, como gran patriota que es, sabe que no se le puede revelar ningún dato importante al enemigo de ninguna de las maneras.- Se me escapó sin querer...

Ya nos han jodido, era de esperar, y ademas deberíamos ir de espías, si nos cogían moriríamos ejecutados, con lo que era un viaje de ida por encima de un campo de minas.
En ese momento Kleist se ofreció para guardarnos las cosas, por lo que aproveche diciendo:- No podemos llevar nada que nos identifique como alemán si vamos a coger los uniformes rusos y sus armas, por lo que deberíamos dejar todo.