Partida Rol por web

Hace al menos un mes que volvisteis de la misión en aquella extraña cueva.

Entregásteis los informes de vuestra misión y, desde entonces, os han destinado a unas de las bases que tiene SHIELD en Estados Unidos. 

El tiempo allí ha sido calmado, sin grandes sobresaltos.

Mientras Ryu se ha pasado gran parte del tiempo libre en el gimnasio o en la sala de entrenamiento, Nohana lo ha pasado en la biblioteca e informándose de todo lo que ha podido.

Ahora mismo no tenéis ninguna misión operativa y tenéis tiempo libre.

Haría ya un mes que volvimos de la misión, ese tiempo lo invertí en entrenar y practicar, algo básico en mis tareas. Debía reconocer que tenían un gran equipo para ello, además de las instalaciones típicas, incluían extraños simuladores que me resultaron útiles.

Ese día no fue distinto, había acudido a mi sesión de gimnasio y tras ella, me vestí con un pantalón de chándal y sudadera con gorro de Shield. El sitio era algo sórdido, todo casi monocromático. Añoraba ir a un buen restaurante, a una sala de fiesta, rodearme de chicas atractivas que se morían por mí y sobre todo por mi dinero. También me preocupaba el estado de mi hermana y la familia. Durante ese mes solo coincidí algo con Nohana, por lo demás no tuve trato con nadie, como siempre me sentía solo, sintiendo algunas miradas de algunos cuando me los cruzaba.

Andaba tranquilamente sin rumbo fijo, al final acabe en una zona ajardinada, en ella me senté cruzando las piernas a modo de meditación. Apoyando mis manos con la palmas hacia arriba encima de las rodillas. Tras una media hora me canse y decidí dirigirme a la zona de oficinas para reunirme con la mujer estirada que me contacto o con el agente guaperas, lo cierto es que para los nombres era un desastre y más si no me caían bien.

Ande hasta el lugar y busque el despacho para reunirme con alguien, quería saber con quién tenía que hablar para poder vivir fuera de ese maldito cuartel. Yo tenía mis necesidades y en ese lugar desde luego no las encontraba.

Nohana estaba en aquel lugar, pese a que había estado intentando ocupar su cabeza con estudios y mirando que podía averiguar de los datos que había visto aun seguía algo molesta y preocupada por lo que le había pasado, por aquella imagen que se le habían metido en el cerebro, los resultados del análisis no le terminaron de convencer, así que finalmente cuando termia algo de tiempo libre se decidido ir a la enfermería, tenía que averiguar que era aquello realmente, y se dirigiría allí para que le hicieran un escaneo completo de la cabeza

Después de tus actividades rutinarias como entrenar y meditar, te diriges a hablar con algún superior. Por el momento solo conoces al Agente Phetifer y a la Agente Green, ambos por encima de ti, así que a ellos ibas a buscar.

Por suerte, aquel lugar estaba muy bien edificado y señalizado, teniendo claramente definida la zona de despachos del resto, de manera que encontrar sus despachos no te fue difícil: Ambos se encontraban en la tercera planta.

Pasando de largo del resto del personal que había en la primera planta, te diriges al ascensor para salir en la tercera, donde ves más despachos, varias mesas y diferentes secretarias. Hasta que encuentras, al final del pasillo, una puerta en el que se ve: Capitán Green.

Sin embargo, justo delante de esta había un escritorio con una joven sentada en él.

Era una joven rubia, con gafas y mirada fija en la pantalla de su ordenador.

Tecleaba a toda velocidad y revisaba continuamente la pantalla y algunos documentos que tenía sobre la mesa.

Si te había visto, no había dado muestras de ello.

Aunque te habían hecho un chequeo general tras llegar de la misión, no estabas completamente segura de que todo estuviera bien. Así que, cuando tuviste algo de tiempo, fuiste a la zona de la enfermería.

A pesar de que os habían trasladado hace relativamente poco a aquella base, te sorprendió ver que todo estaba perfectamente indicado y separado por edificios, de manera que encontrar la enfermería no te costó trabajo. Sin embargo, lo que tenías ante ti se parecía más a un pequeño hospital, más que a una pequeña zona de enfermería. 

Como te informaron en su día, cada agente tiene asignado a un médico para que le atienda, así que preguntas en recepción por la Doctora Liu y, en unos diez minutos, te llevan a su despacho.

- Buenos días Señorita Kitajima. - Te saluda cuando te ve entrar. - Hacía tiempo que no nos veíamos, cosa que me alegra... ¿En qué puedo ayudarla?

No sabes si era casualidad o coincidencia, pero la doctora que te habían asignado también era asiática. 

Al llegar pude ver a la secretaria del capitán, o eso supuse por su labor y como se manejaba. Espere unos segundos pero no pareció verme. Por ello tosí.

Buenas, deseo hablar con el capitán. Expuse a la rubia, quería acabar con eso cuanto antes, pensaba en el champagne, en un buen masaje y una comida como dios mandaba.

Gracias a los carteles y las indicaciones que había por todas partes Nohana llego rápidamente a la enfermería, o mejor dicho al autentico hospital que había en la base. Al ver a la mujer se quedo unos segundos mirándola e inclina levemente la cabeza para saludarle mientras dice:

- Buenos días

Mientras lo hacía pensaba:

- No será una gracia racista el ponerme a una doctora asiática no?... bueno, que le vamos a hacer, lo mismo me da, mientras sea buena en lo suyo no me importa

Tras el saludo a la mujer se acerca y dice.

- Bueno, supongo que sabe algo de lo que me paso, y .... no termino de estar tranquila con lo que me paso en la cueva, me hicieron unos análisis y demás y no vieron nada, pero no fue nada en profundidad y no le voy a mentir doctora, no termino de estar tranquila

La joven, a pesar de tus palabras, no levanta la vista de la pantalla.

- Sí... - Dice de forma casi mecánica. - Un segundo... - A una velocidad increíble, la ves teclear sin apartar la vista ni un segundo de su pantalla. 

Tras varios segundos, la joven parece parpadear y levanta la vista hacia ti.

- Buenos días. - Saluda ofreciéndote una sonrisa. - ¿Con la Capitana? - Pregunta con cierta sorpresa. - ¿La Capitana Green? - Tras esto mira de forma intermitente la pantalla y a ti. - ¿Y usted es... - Vuelve a mirar la pantalla. - ¿La capitana le espera? ¿Había pedido cita con ella? 

Ante tu primer comentario, la doctora se ríe de forma irónica.

- Tengo a mi cargo a cien agentes señorita Kitajima. Y apenas hay cinco que sean asiáticos.

La mujer se sienta en su escritorio y comienza a teclear algo en su ordenador.

- Veamos... Veamos... - Dice sin apartar la vista de la pantalla. - Sí... Es una recién llegada a SHIELD por lo que veo... Solo una misión de campo... Sin heridas externas... - Comienza a decir una serie de términos médicos en un tono de voz más bajo que no eres capaz de diferenciar. - Por lo que veo en su informe... - Dice alzando de nuevo la voz. - Se le hizo un chequeo rutinario a su regreso a petición suya... Como bien dice no se encontró nada raro... 

Tras esto, aparta la vista de la pantalla y se vuelve hacia ti.

- No, al no presentar heridas externas y encontrarse en un estado, aparente, normal, las pruebas que la realizamos eran rutinarias y superficiales. Como no detectamos nada raro, no hicimos pruebas más profundas... - La mujer te mira fijamente. - ¿Ha notado algo raro en este último mes Agente? - Saca unos papeles y un bolígrafo. - ¿Dolor de cabeza? ¿Nauseas? ¿Mal estar? ¿Dolor muscular? 

Era increíble la precisión y la velocidad con que se manejaba la chica. En unos segundos ya parecía estar en contacto con la capitana.

Soy Ryu Mushigara. Contesto a la secretaria “Creo que la voy a decir si quiere pasarse a lo privado” Me dije, era mona y se la veía resuelta, sería una gran secretaria personal y me vendría bien en la organización, mi hermana seguro que lo agradecería.

 No, no tengo cita pero es importante. Sentencie a su última pregunta.

En cuanto dices tu nombre, la mujer lo teclea en el ordenador.

- Sí, está bajo las ordenes de la Capitana Green. - Afirma volviendo a mirarte. - Y por lo que veo, no tiene cita. 

Vuelve a mirar el ordenador para comprobarlo pero niega con la cabeza.

- No... No la tiene... ¿Qué asunto importante tiene que tratar? 

La pregunta te lo dice de forma fría, casi mecánica. Sin haber lugar a la malinterpretación, a los dobles sentidos o a cualquier otro tipo de confusión. 

Es un tema muy importante que con todos los respetos debo tratar con ella. Dije a la chica que se estaba poniendo muy pesada, si seguía así, pasaría directamente. No estaba acostumbrado a ese tipo de tonterías y que me tuvieran de pie esperando, a la vez que era preguntado por esa secretaria, aunque con todo me contuve y mantuve las formas.

Nohana se lleva la mano a la boca mientras dice en un susurro:

- Vaya, creía que lo había pensado, como que a veces hablo más de la cuenta...

Escucha atentamente lo que dice la mujer y cuando esta termina dice.

- Ciertamente no noto nada raro, pero no sé, aquella imagen que vi, llevo todo el mes dándole vueltas, doctora, era como si me lo metieran en la cabeza, es que no vi esa imagen que le digo por ninguna parte, es raro de explicar y no se... sinceramente no se qué pensar

La mujer te mira mientras respondes.

- Ya, entiendo. - Te mantiene la mirada y sonríe. - ¿Y qué tema importante es? Entienda que si no me dice, aunque sea por encima, de qué se trata, no puedo valorar si es preciso interrumpir a la capitana Green de lo que esté haciendo en este momento o si, por el contrario, usted puede esperar a que termine.

Te sigue mirando y sonriendo. No de forma hostil ni intimidatoria, todo lo contrario. Te resulta peculiar.

La doctora te ira atentamente y presta atención a tus palabras.

- Entiendo... - Y hace un breve silencio. - Es normal que, en situaciones de estrés o si se tienen picos de ansiedad, nuestro cerebro registre cosas que, en realidad, no están ahí... Espejismos y cosas similares pueden ser producto de esto. Cuando vio eso en su mente, ¿estaba ocurriendo algo que la alterara? ¿Estaba bajo presión? ¿O algo que modificara su estado habitual? 

Nohana mira a la mujer y dice:

- Teniendo en cuenta que antes de eso mi jornada habitual era estar en mi pequeño despacho leyendo libros antiguos... y que estaba metida en un agujero frente a una estatua rarísima y con un sistema de escritura que nunca había visto antes y créame doctora, si yo no he visto un sistema de escritura es que no existe...

Se rasca la barbilla y añade.

- Sí, creo que puede que tenga razón y que estaba en una situación digamos que de mucho estrés...

“A la mierda” Pensé. Gire y me dirigí a la puerta del despacho para tratar de abrirla y entrar por ella. Mi paciencia tenía un límite el cual esa mujer había superado.

La doctora te mira y sonríe timidamente.

- Pues puede que ahí esté la respuesta. Si no estaba acostumbrada a ese tipo de alteraciones, el estrés causara esas visiones. Ocupa tu tiempo en otro tipo de cosas y mantén la mente ocupada. 

La mujer vuelve a sonreír.

- Si las visiones continúan más tiempo, podría recetarte algo, aunque prefiero dejar esta opción como último recurso... - Tras esto, centra sus ojos en ti de nuevo. - ¿te puedo ayudar en algo más?

Sin media palabra, pasas delante de la secretaria y entras en el despacho de la Capitana.

- ¿Qué hace? - Escuchas que pregunta la secretaria al verte entrar sin poder evitarlo.

En el interior del despacho te encuentras a la capitana Green, delante del escritorio y mirando el ordenador.

- Sí, claro... - Escuchas que dice mirando a la pantalla justo cuando entras. Se detiene un segundo y alza una ceja al verte entrar y, a continuación, ver entrar a su secretaria.

- Lo siento Capitana...

La mujer levanta el dedo un segundo y la secretaria se calla.

- Le llamaré en cinco minutos. - Dice la capitana mirando a la pantalla de nuevo y, tras esto, pulsa un botón del teclado. - Gracias señorita Smoak, me ocuparé yo desde aquí. - Y la secretaria hace una leve inclinación y sale del despacho cerrando la puerta tras ella. - Bueno señor Mushigara, espero que lo que le haya echo venir y entrar de esta forma en mi despacho, sin llamar, sin tener cita y, por lo que parece, en contra de mi secretaria, sea de vital importancia. 

sus ojos se posan sobre los tuyos... No ha cambiado ni un ápice su postura corporal, pero aún así puedes sentir esa sensación fría y dura en sus ojos.

Medio sonreí ante lo último que dijo.

Bueno para mi es de importancia, lo que opinen ustedes me da igual. Solo venía a informarla que voy a salir de aquí para instalarme en un lugar más de mis gustos. La dije con indiferencia, pero aquello dejaba claro que no pedía permiso, solo informaba como un acto de cortesía.

Ahora si quiere puede seguir con sus cosas. Acabe de decir, mientras me giraba. Por cierto su secretaria es buena, no me importaría contratarla, ella no tuvo la culpa de que entrara, fue bastante persistente. No deseaba que a la chica la culparan por no hacer su tarea.