Partida Rol por web

Justo cuando Okkho alzaba el puño para golpear a Shiryu, y antes de que éste siquiera pudiera reaccionar, el bastón del Maestro Dhokko se interpuso entre ambos. El anciano había saltado con imposible gracilidad, situando su vara en el camino del puño de Okkho.

El golpe que iba destinado a Shiryu impactó contra la madera, una madera casi tan antigua como el propio maestro. Y sin embargo, el que salió mal parado fue el joven agresor, que con un quejio aprtó la mano

Basta, joven Okkho. dijo el maestro con voz calmada Shiryu tiene razón, diriges mal tu energía. Sin embargo, esta situación no puede continuar. Dentro de tres días os enfrentareis el uno al otro por el derecho a optar a la armadura. El perdedor deberá abandonar mi casa.

El maestro se alejó moviendo la cabeza a disgusto, pero sin decir nada más.

Dirijo una reverencia hacia el maestro y me giro hacia okkho sin que en mi mirada haya ningún tipo de resentimiento.

En tres dias nos veremos, espero una pelea justa asi como ser un rival a la altura de tus espectativas.

Dicho esto subo las escaleras como cada dia

Durante tres días, ambos jóvenes entrenaron cada uno por su cuenta, siguiendo las directrices del maestro. Shiryu enfocaba su entrenamiento no sólo a subir y bajar las escaleras que tantas veces había recorrido, sino que practicaba el golpe defensivo que el maestro le había enseñado.

El joven nipón no tenía idea de qué estaba practicando Okkho, aunque temía descubrirlo durante el combate.

Los tres días transcurrieron con pasmosa velocidad, y los nervios previos al combate atenazaban al joven huérfano...

¿cuando empiezan las toñinas?

Tres días después, en la falda de las montañas de los Picos Rozhen, los dos aspirantes a caballero del Dragón se reunían listos para dirimir sus diferencias, y dejar claro de una vez por todas quién de los dos merecía el honor de realizar la pureba final...

De un lado, Shiryu, acompañado por una intranquila Shunrei.

Del otro, el primero de los aprendices del maestro, Okkho, el altanero joven rubio.

Y entre ellos, dispuesto a ver que todo el combate se desarrollara honorablemente, el propio Maestro Dhokko.

Es la hora. Shiryu. Okkho. Luchad bien y con respeto.¡Comenzad!

Espero un combate justo, okkho, a pesar del todo el odio que me profesas - digo a mi rival mientras adopto una posición de combate

Lo único justo sería que te despeñaras pico abajo para no tener que manchar mis manos con tu sangre respondió el joven rubio, preparandose para actuar.

tengo una duda, me diste un poder de caballero que ahora mismo no sirve, ¿sigo teniendolo, ha cambiado?... lo digo porque voy a esperar a que el ataque, retrasando tal y como le dije al maestro cuando me preguntó, pero dependiendo lo que haga el poder lo activaré o no

Enfrentando a mi rival, adopto una pose defensiva mientras mi respiración va calmandose, concentrando cada parte de mi cuerpo en este combate. Cuando recibo el embite de mi rival me echo a un lado tratando de evitar ese golpe y descargo un puñetazo en el desprotegido costado de mi rival

Bah, ¿ni siquiera te atreves a luchar? exclamó Okkho despectivamente ¡En tal caso, ya has perdido!

El joven rubio tomó impulso con una breve carrera, agotando los pocos metros que separaban a ambos contendientes, para lanzar un poderoso directo con su mano diestra hacia la cara de Shiryu. Sin embargo, el joven asiático, atento a los movimientos de su oponente, logró esquivar con un movimiento raudo el golpe.

el golpe de su rival está apunto de golpear a siryhu y el puñetazo que este lanza a Okkho tambien rebota inutilmente contra el cuerpo de su contrincante.

sin desmoralizarse lanza un nuevo golpe, esta vez con la mano izquierda, tratando de pillar desprevenido a su contrincante

Okkho se recuperó con rapidez de su error, esquivó el golpe que Shiryu intentó propinarle y se revolvió, dando la vuelta y haciendo caer su puño sobre el costado izquierdo del joven huérfano, que fue incapaz de esquivarlo en aquella ocasión.

Un gruñido de dolor se escapó de la garganta de Shiryu involuntariamente, sin que el muchacho pudiera evitarlo.

Eso ha dolido - pienso cuando el petreo puño de okkho supera mis defensas - no podré seguir luchando mucho más si vuelve a golpearme.

Lanzo un poderoso puñetazo muy bien dirigido tratando tanto de evitar sus defensas como de levantar las mias

Okkho alzó de nuevo su puño, corriendo velozmente hacia un Shiryu que parecía haber bajado la guardia. El joven rubio intentó propinar un directo en el estómago de su adversario, sin darse cuenta de que el nipón le estaba esperando.

Con paciencia, Shiryu había defendido su posición hasta que Okkho se lanzó a una ofensiva total, descuidando su defensa. Shiryu desvió el ataque de su enemigo y acto seguido golpeó con la palma abierta la parte posterior del cuello de su enemigo, que cayó al suelo con los ojos en blanco.

El joven Shiryu había ganado el combate.

Aun quejandome por el duro golpe de Okkho, me inclino sobre él para comprobar que sigue vivo poniendo mi mano en su corazón, temiendo que el mi golpe hubiera acabado con su vida.

Una vez que veo que sigue vivo inclino mi torso en señal de respeto y me giro hacia mi maestro y de nuevo me inclino hacia él.

Maestro, creo que deberia entrenar más mi defensa, ese golpe de Okkho pudo acabar conmigo, si me lo permitis ire a realizar mi entrenamiento con las escaleras, creo que es algo que no debo dejar de lado, asi mi aguante mejorará tambien, pero antes - recojo el cuerpo inconsciente de Okkho - creo que su herida deberia ser atendida, no quiero que muera por esto

Ha sido un un movimiento rápido y has luchado con honor  comenzó a decir el Maestro cuando de pronto abrió mucho los ojos...

¡Huérfano de mierda, no me robarás lo que es mío por derecho! gritó Okhho levantándose de golpe, empuñando un enorme cuchillo que había ocultado en sus ropas, a punto de clavaarlo en la espalda del joven Shiryu.

Ese no es el camino que te he enseñado dijo entristecido el maestro instantes antes de desaparecer de la vista de Shiryu, para reaparecer como por arte de magia entre él y su agresor.

¡POR LA COLERA DEL DRAGON!

Las palabras del maestro brotaron de su garganta fuertes y potentes, mientras tras gesticular con ambas manos, una poderosa corriente de energía esmeralda impactaba contra Okkho lanzándo su cuerpo incosnciente muchos metros atrás.

Nadie que actúe sin honor puede ser mi discípulo, y mucho menos portar una armadura de Caballero. Vete y no regreses, joven Okkho sentenció el diminuto pero poderoso Maestro Acompáñame, Shiryu.