Partida Rol por web

-Haz tú la primera guarda, si no te importa-Le pide Galauf a su compañero-. Me gustaría inspeccionar esa puerta del fondo.

El paladín se acerca a la puerta del final de la cámara y observa sus grabados unos segundos.

Las huellas conducen hasta esta puerta, pero no regresan, pensó. ¿Hacia dónde conducirán?

La empuja unos instantes para tratar de abrirla, pero está cerrada. Otea la cerradura unos instantes y luego saca un juego de ganzúas que siempre llevaba consigo y trata de forzarla.

Galauf observa el largo y oscuro corredor. No obstante Völund tenía razón: se había ocultado ahi dentro para descansar, no para explorar. Ya habría tiempo de hacerlo al amanecer.

-Está bien, compañero: descansemos-dijo el paladín, cerrando la puerta pero sin volver a echar el cerrojo, por si debía volver a abrirla. Después volvió junto al elfo.

La luz entra poco a poco en aquella casa, despertando al paladín de su plácido sueño.Se levanta y se arma, escuchando al sepulturero.

-Lo haría con gusto, pero no sé quien es ella, no puedo advertirles de algo que no conozco...- le advierte al sepulturero.

- No es necesario conocerla, señor aventurero. Solo dígales que se larguen de ahí. Que busquen tesoros en otra parte… porque hay algo muy peligroso ahí dentro. Eso debe bastar, creo… aunque por otra parte, los aventureros no escuchan cuando se les dice de peligros. Creo que están hartos de vivir – exclamo el sepulturero, aguardando una respuesta mientras se encogía de hombros con resignación ante su ultima frase.

-Está bien....pero entraremos por alguna parte, y si nos precipitamos por la puerta principal, seremos el objetivo de todos los seres del interior del castillo....- explica listo para marcharse.

-  Bien, bien, se lo diré....

- En las cámaras mas profundas de las criptas hay una puerta de metal con una rosa grabada en ella. Solo no entren ahí, pasen de largo y busquen el túnel hacia la fortaleza, si tanto les interesa. Si hacen eso, no tendrán problemas con ella. Si no me hacen caso, todos ustedes están muertos – exclamo rápidamente el sepulturero, como si no quisiera haber divulgado esa información, antes de hacer un gesto de despedida e irse a trabajar.

-Gracias por todo querido amigo, espero que nos volvamos a ver....- dice saliendo de la casa para dirigirse a las criptas más profundas que habían.Su camino seguiía y ahora no se detendría.

Abre las puertas, observando detenidamente todo aquel paisaje macabro y tétrica, resaltando en él dos figuras, justo las que andaba buscando.

-Os estaba buscando hummmm...- se queda pensativo observando a ambos.

-He venido con el mismo objetivo que vosotros teneis, llegar a esa fortaleza ¿no?- les pregunta retóricamente.

-Pero...yo sé cosas....que vosotros no sabeis....Vuestras vidas están en juego...y mi persona puedes salvarlas...- les comenta por último analizándolos de arriba a abajo.

 ¿Quién era ese sujeto? ¿Amigo? ¿Enemigo? ¿Por qué decía que había estado buscándolos? ¿Cómo podía saber que estaban ahí?

El paladín se sobresaltó ante la inesperada llegada de aquel hombre. Le había pillado tan de sorpresa que no pudo reaccionar en un principio. Lo observó con detenimiento y le escuchó hablar.

Al parecer nos buscaba. ¿Por qué, quién es exactamente?, pensó Galauf.

-Tal como dice mi compañero, deberías responder-dijo serio, aunque manteniendo su educación-. No es muy común encontrar a un hombre como tú en una cripta como esta; son circunstancias muy raras.

A pesar de todo, Galauf no sentía ningún tipo de aura maligna alrededor de aquel hombre. Aunque bien podría ser que el entorno en el que se encontraban nublase sus sentidos...

Suspira algo decepcionado, pensaba que era más conocido, aunque pronto lo sería.

-Para que quereis saber mi nombre si no me conoceis....Sólo soy un paladín de la luz que busca entrar en este castillo de la oscuridad para salir victorioso con los tesoros que pueda coger...- les explica avanzanda por la cripta.

-No sé porqué estoy dando explicaciones a unos extraños....Igual que yo podría ser el enemigo vosotros también podríais serlo...- termina por decir.

- No has respondido. ¿Cuáles son esos peligros de los que tu sabes y venias a advertirnos? – replica el elfo oscuro, siguiendo con el arco al supuesto paladín.