Partida Rol por web

-Si, que nos vas a contar a nosotros... no se me ocurrirá tocar absolutamente nada! -se me ponen los pelos de punta al acordarme de los putos bichos colgantes del árbol. Ni de broma quería volver a pasar por algo así- y tu igual, Ithilon, querido, no se te ocurra tocar nada que con el estomago vacio se corre muy mal!- le regaño levemente.

Sí. El Pueblo. Volver a ahí estaba bien. Comida. Armas. No más bichos horrendos... Si, es casi perfecto.

Se arma de valor y coraje para seguir adelante.Se aferra bien a su martillo y se encuentra con ese ser esquelético, que en un primer momento imponía su imagen y porte.Se da cuenta de que su nombre estaba escrito al final de aquel libro.La indignación aparece en su cuerpo.

-Como osan utilizar mi nombre en vano, mi gran nombre puesto por mi honroso padre.Toda criatura oscura perecerá ante mi martillo...- dice realmente indignado.

-Espero que no cobres vida criatura esquelética, pues te partiré en mil pedazos por ser la portadora de dicho libro....- dice ahora bastante furioso.Sigue su camino, las puertas estaban frente a él, a escasos metros, ¿pero podría atravesarlas?

Finalmente llegas ante las enormes puertas de metal de la fortaleza. Puedes ver que no tienen restos de óxido, como si el tiempo se hubiese detenido en ese lugar. El cerrojo construido en ellas parece muy complicado, tanto que podría pasar por la obra del más legendario herrero enano. Y al empujarlas, descubres que están cerradas.

Alza el matrillo y golpea la puerta con todas sus fuerzas para probar la resistencia de esta.

-Son duras como el diamante....- dice al comprobar su inefectivo golpe.Se da la vuelta aún pensativo, y observa a uans extrañas figuras que se dirigían hacia a él y provenían del cementerio.Una vez que se acercan más se da cuenta de que eran esqueletos.

-Más criaturas del demonio....- dice pensativo en entrar en combate o huir.Primero contaría a sus enemigos, y si eran muchos, debería huir para buscar otra entrada.

En mucho menos tiempo del que esperaba vuelvo a salir, enfundo la daga y miero al paladin:

-No te pedire que lo intentes, pero esas rocas cortan como cuchillas y se ven bastante estrechos- miro a un lado y al otro -quizas por eso nuestros "compañeros"- con tono jocoso- siguieron de largo creo que deberiamos hacer igual, a menos que quieras intentarlo hombre de palabra - me quedo mirando a la cara de Galauf en espera de una respuesta, quizas tenga alguna idea o truco para intentar pasar, pero yo he visto la boca del lobo y no me gusta.

-El camino del hombre recto está siempre rodeado de espigas, mi buen Völund-dijo cordialmente el paladín posando su mano sobre el hombro de su compañero-. Tengo el presentimiento de que este sendero conduce a algún interesante lugar. Si no te importa probaré suerte. Si consigo llegar al otro lado trataré de comunicarte lo de veo.

Después de esto, Galauf se internó en el pasadizo tratando de esquivar las rocas y salientes. Mientras avanzaba parecía recitar algún tipo de rezo sagrado propio de los de su condición.

No eran mucha cantidad, pero si podía auyentarlos, era mejor que combatir y arriesgarse a un ataque inesperado.

-¡¡Fuera!!, ¡¡¡alejaos de mí criaturas del demonio!!!- dice abriendo el libro y elevando el martillo.Unos rayos de luz logran atravesar las densas y oscuras nubes que encapotaban el cielo, chocando en el paladín, y este reflejándo estos rayos sobre aquellas criaturas huesudas.

Amedrentados por la fuerza divina que te envuelve, los esqueletos retroceden y se dispersan, aunque aun puedes verlos merodeando alrededor.

Como sea, se han alejado y ahora tienes tiempo para pensar en tu próxima acción, antes de que consigan recuperarse.

De manera increíble Galauf comienza a cruzar por la estrecha abertura entre los riscos. El paladín va rogando la ayuda de los dioses mientras se retuerce entre las pareces de roca y se va rozando contra sus agudas aristas, y sus plegarias parecen tener éxito, pues después de un largo rato de forcejear y luchar por conseguir atravesar la brecha, Galauf finalmente se encuentra del otro lado de esta.

Lo que puede ver es otra parte del sendero que discurre a través de los promontorios rocosos, hacia la fortaleza. Está en una posición más adelantada, a juzgar por la distancia que lo separa del alcázar, pero fuera de eso y de varios cortes y golpes menores, no ha conseguido otra cosa.

¿O quizá si?

A unos pocos pasos, el cadáver calcinado de un humanoide yace en el suelo, cubierto por una red ennegrecida y manchas de un fuego intenso se pueden ver bajo el cuerpo, en el suelo.

Respira más aliviado al ver que retroceden.Se vuelve a girar hacia la muralla pensativo.

-Debe haber alguna entrada más....- dice para comenzar a correr alrededor de la inmensa edificación para encontrar algun recobeco por donde poder entrar.