Partida Rol por web

¿Ha hablado con él? preguntó Daphne sorprendida pues las palabras del teniente daban pie a pensar aquello. Señor Deaths, vaya nombre...si ese no es un nombre falso me como mi brazo falso.

Lewis se había sentado en uno de los sillones y se mantuvo al margen de toda la conversación pero no se perdió ni una sola de las palabras. Se entretuvo en mirar las puertas alternativamente por simple curiosidad, por si pasaba algo...quizá se abriese la puerta que se había cerrado. Atendió con curiosidad como Daphne entró preguntando por su gato y se fue dejando un reguero de claves con la intención de que abandonaran aquella casa, pero cuando oyó que había una pequeña bibloteca y Roderick solicitó que le dejasen verla, el anticuario que llevaba dentro no pudo resistirse y también quiso verla. - Disculpe señor Pars, yo tambien estoy interesado en ver su biblioteca, si no tiene inconveniente. Mi trabajo de anticuario me obliga a estar siempre al acecho de cualquier curiosidad que me pueda encontrar.- dijo Lewis desde su sillón poniendo una sonrisa amable.
Si Roderick queria subir quiza fuese mejor que al menos otro le acompañase.

- No. No he tenido tanto tiempo. Además, no sé siquiera dónde encontrarlo.Pero no creo que sea difícil y lo más seguro es que sea de la secta esta- dijo refiriéndose a la asociación que estaban investigando-. Me lo ha contado una joven muy atenta y amable- dijo sin más el sargento encogiéndose de hombros como si no fuera relevante.

No hay ningún problema, por descontado que podemos subir a la biblioteca. - Pars se levanta del sillón donde se acaba de sentar y os invita a levantaros.- ¿No será ninguna complicación para usted?- le pregunta a Claypole pues no tiene intención de dejaros a algunos bajó mientras sube con otros a la biblioteca.- Es sólo una planta y supongo que un escritor de su categoría tampoco querrá perderse nuestra colección.

-No se preocupe por mí, señor Pars.- dijo Derek mientras se levantaba aparatosamente del sillón -Sería capaz de ir a cualquier sitio con tal de ver una biblioteca con volúmenes de esoterismo.- y luego de incorporarse y tomar un poco de aire agregó -Aunque viendo la impaciencia de los señores Craven y Trohman sería mejor que no demorasen por esperarme, yo iré a mi ritmo, con la ayuda del señor Wood ¿Verdad?.- termino sonriendole a Steffan mientras le ofrecía cu codo para que lo ayudase a desplazarse.

- Pog supuesto.- Respondió solícito Steffan levantándose del sillón y tomando del brazo a Claypole para que se apoyase en él. Había bebido todo el agua que había podido, esperando que hiciera su efecto ayudó al tullido a subir las escaleras siguiéndole la corriente en todo momento, tanto si quería quedarse atrás o subir con los demás.

¿Qué clase de cristiano sería si no ayudase al necesitado?- Pregunta Pars mientras extiende su brazo para que Claypole se apoye.- Supongo que sus amigos no tendrán inconveniente en subir las escaleras más despacio.

Las escaleras terminan en el primer piso en un distribuidor con cinco puertas de madera oscura todas ellas cerradas.

Es por aquí.- Os dice con la misma sonrisa amable de siempre mientras os conduce a una de ellas. Al entrar quedáis asombrados, la biblioteca no es muy grande, pero está plagada de libros, dejados sobre las estanterías sin ningún criterio. Aunque con muchos menos libros que la biblioteca de la universidad de Miskatonic, algo os dice que aquí hay tal cantidad de libros interesantes que necesitaríais muchos meses para leerlos.

El tiempo pasa mientras mientras habláis de vuestro común amigo el teniente DiCaprio y su nuevo trabajo como secretario personal del señor Deaths sin que el resto de vuestros compañeros hayan abandonado la casa de la asociación. ¿Será que no habrán captado el mensaje? ¿Les estarán impidiendo la salida?

El caso es que no tenéis ninguna noticia de ellos mientras vuestra inquietud por lo que puede haberles hecho el tipo de la sonrisa siniestra crece a cada segundo que pasa.

Al ver la pequeña biblioteca tan cargada de libros Steffan dejó escapar lo que hubiera dicho su madre al ver aquello.

-¡C´est magnifique!- Observó con sincera admiración aquellos libros mientras ayudaba a Claypole a dar unos pasos al interior de la habitación. - Es una pena que tal cantidad de ejemplagues no esté clasificada como se meguesería. Pego claro, deben estag muy ocupados.- Para alguien que seguía el método científico a rajatabla y, que se consideraba metódico y escrupuloso, una biblioteca, por pequeña que fuera, debía ser el summun del órden.  

- ¿No deberían haber salido ya?- refunfuñó el sargento mirando a la casa mientras decía esto.

- Tal vez tengamos que entrar o por lo menos mirar a ver si les ha pasado algo- propuso a Daphne, nuevamente sin mirarla.

No es fácil salir sin dar excusas; lo mismo no se les ocurre ninguna—repuso Daphne indecisa. No quería levantar la liebre apareciendo por segunda vez sin ningún motivo aparente. Era peligroso...pero no para ellos si no para la misión en general— Les he avisado que DiCaprio está cerca y he visto como es la habitación. Es muy improbable que el hombre que está en la puerta suponga algún problema en caso de que les impidan salir es... bastante enclenque y no iba armado.

Daphne dudó tenía una idea pero era bastante mala y además dependía de la capacidad de actuación del teniente (nula) y de la de reacción de sus compañeros (que podía ser también bastante mala). Luego había otra opción... No sé que hacer para que salgan. Como no sea esconderme y gritar...podría incluso esconderme en una alcantarilla, aunque no me hace ninguna gracia el hombre que está en la puerta piensa que estoy buscando un gato y no sería demasiado raro... Lo malo es que saldrían todos los vecinos también.  ¿Se le ocurre algo? Algo que no levante sospechas por supuesto.

- Mmmmmmggrrrrr- murmuró el SARGENTO con su habitual gruñido-. Se me ocurren varios, pero el más directo es llamarles porque nos tenemos que ir- dijo sin más-. Lo malo es que no se me da bien mentir. Si llamo a la puerta pregunto por ellos y les digo que tenemos que irnos pues tenemos "algo" dentro de cinco minutos, será tan increíble como mi cara de pardillo cuando lo diga.

- Yo soy más de infiltrarme, dejar K.O. al tipo, poner patas arriba la casa y luego interrogarle hasta que suelte prenda... no sé si me explico- dijo esta vez mirándole fijamente a los ojos.

Si, si ya lo sé—respondió Daphne exasperada sin demasiado motivo, pues unos días atrás ella misma había efectuado una técnica similar con el sospechoso de los asesinatos— el problema es que si ese hombre aparece con un moratón, hace un comentario, o hay una sola señal de violencia en la casa puede que lo paguen con los niños. Y yo no puedo volver a la casa, el tipo sospecharía al momento. Dios santo. ¿No podían decir simplemente que tienen prisa?

Daphne sopesó la situación y finalmente decidió seguir la idea del alcantarillado. Sargento ¿Podría levantar esa alcantarilla? La que está detrás de esos buzones, así nadie nos verá. Ayúdeme a entrar, pues yo sola no puedo. Yo chillaré y listo. Usted solo tiene que hacer lo que cualquier persona. Mirar alrededor tratando de localizar el grito. Cuando los chicos salgan a ver que pasa le verán. Yo puedo esperar allí el tiempo que haga falta a que vuelvan a buscarme. Si hace falta, podría esperar hasta la noche, aunque espero que no haga falta.

- Y ¿cómo demonios ha abierto la alcantarilla por la que se ha caído el gatito ese?- preguntó--. Es sin duda una mala idea. Lo mejor es llamar y que salgan. El tipo no me ha visto y si me pregunta le digoq ue vengo pues mis amigos están ahí. Si pasa algo...- el sargento se toca la cartuchera de hombrera donde descansaba su pistola reglamentaria-. Voy a llamar a no ser que se le ocurra una idea mejor y más creíble que la de que una alcantarilla de veinte kilos se ha levantado por arte de magia y se ha caído un gato ciego- dijo y espero a ver que decía Daphne (o Matthew que es ahora Daphne jijijiji)

La idea era utilizarlo como escondite, no como excusa—respondió Daphne— No es una buena idea desde luego, es terrible de hecho. Pero no sabemos que excusa han utilizado para entrar allí, evidentemente no habrán dicho que son soldados del mismo frente y les habrán enseñado los tatuajes y se estarán riendo juntos... ¿Y si termina en un tiroteo? Saldrá en la prensa... y todo el mundo se enterará...Incluido el que sea el lider...

Daphne se frotaba la sien intentando concentrarse pero la resultaba imposible. Tenían que hacer algo, lo que fuese para sacarlos de allí. La única alternativa que se me ocurre es que se acerque, llame y se disculpa por llegar tarde, pero que no puede quedarse porque ha recibido malas noticias. Como buenos amigos saldrán con usted...

Carnaza, el escritor acababa de sugerir que tanto Lewis como él, actuasen como carnaza... si salíaan de allí de una pieza ya se encargaríaa de ajustar cuentas. Pero para su sorpresa y por qué no decirlo, regocijo, el tal Pars se aseguró de que no se quedara a la zaga ofreciendo su ayuda... eso estaba bien, al menos si debíaan de morir no se iba a escapar ninguno... Roderick se reprendió a sí mismo, tan sólo le echarían un vistazo a los libros y que él supuera no mordían... 

Con el corazón ligeramente encogido ascendió por las escaleras hasta llegar a la biblioteca, una vez allí, no pudo por menos sino sorprenderse por la cantidad de volúmenes que se almacenaban.

- Realmente impresionante... ahora comprendo el orgullo que sienten por poseer semejante colección... aunque coincido en la observación del señor Wood.

-Fiuuuuuuu.....- silbó Derek al ver la cantidad y clase de los libros que allí había -Impresionante, señor Pars.... realmente impresionante.- y agregó luego de pasear la mirada a su alrededor -Esto bastaría para asombrar a cualquiera.- y acercándose un poco a Pars dijo en un tono más bajo (aunque no tanto como para que el resto no le oyese) -Pero yo no soy cualquiera, dígame ¿Dónde tiene los libros importantes?-

La biblioteca parecía bien surtida y el anticuario que llevaba dentro no se pudo resistir a echar un vistazo.
A la vez que miraba títulos, estaba atento a cualquier cosa que fuera discordante con el resto de la estancia. No le gustaba nada tanta amabilidad en el contexto en el que se encontraban. Algo raro tenía que haber en todo aquello.

- Eso haré- dijo casi guturalmente.

- Si no salgo en cinco minutos llame usted a la policía...aunque seguramente antes escuche unos disparos- dijo sin ninguna mueca que le hiciera pensar a la mujer que era una gracia.

Dicho esto se acercó a la puerta de la casa y llamó al timbre.

Una rápida revisión a los nombres de los libros de aquella biblioteca hace que encuentres con dos ejemplares que harían las delicias de cualquier apasionado del ocultismo, se trata del El Pueblo del Monolito un libro de poemas de Justin Geoffrey, y Azathoth y otros, de Edward Derby.

Con un poco más de tiempo y sin la presencia del presidente de la asociación, estás seguro de que podrías encontrar muchos más libros interesantes entre los montones de libros que se apilan en aquella sala.