Partida Rol por web

Tras la gran comida del mediodía el ambiente se anima en la carpa del Wurstfest. Grupos de personas cuentan viejas batallitas, beben cerveza, juegan a los dados o simplemente dormitan en los bancos de madera, a la sombra de la carpa y con el grupo de músicos endulzando aún más la situación. ¡Qué bello es vivir! Qué bello es vivir cuando no tienes preocupaciones y el estómago lleno. Son días como estos el que hace soportables todos los demás.

Los mercenarios habían sido relevados de la puerta por otro grupo de espadas, tal vez para ir rotando los turnos o para que los dos que habían dejado que el carruaje se estrellara estuvieran más cerca de Schiller, para controlarlos mejor. Ulrich estaba en la zona de comidas de la carpa, vigilando que no hubiera hurtos, que no entraran en la carpa gente sin entrada y que nadie molestara a los comensales. Erick estaba con el grupo de músicos, amenizando la tarde con canciones alegres, faltaba algún tipo de instrumento de cuerda adicional, pero en general sonaba bien.

Oigan -les dijo un viejo y canoso soldado, o al menos tenía el aspecto de viejo soldado- ¿podría pedirles una canción?

Me doy la vuelta y comento en voz baja a uno de los organizadores: Será mejor que alguien toque algo antes de que la gente desespere... Con un gesto señalo al tipo que ha pedido una canción y que espera a que el bardo salga a tocar alguna de sus melodias de acompañamiento.

Menudo comienzo hemos tenido Pienso mientras acompaño al resto de músicos Al menos no nos han despedido, puede que sea hasta normal. Sonrío. Todo se había tranquilizado y la gente parecía haber olvidado el altercado en pos de disfrutar de la fiesta, Esto es espíritu.

Parece que la música hace su trabajo, un hombre se acerca para pedir algo en concreto.

Dígame esa canción y ¡haré lo que pueda! Le respondo

En mi tierra la llaman Aquellos a los que se debe proteger. Es algo así...

El hombre empezó a tararear la canción, con intención de que los músicos la reconociera. Dos amigos suyos, con cervezas en la mano se animaron a tararearla. Era una canción sencilla, que se repetía, pero parecía cargada de energía.

Haciendo memoria consigo recordar la canción. Gran elección para un día como hoy. Le digo empezando los acordes y entonando los versos. Parece que todo vuelve a la normalidad.

Joder... Pero estos tios.. ¿De que estarán hablando? Menudas cancioncitas se cosca el tipo... Pienso mientras escucho toda la conversación e intento hacer memoria en mi cabezota sobre si habia oido eso antes. Pero nada, no parece que haya suerte, y aun me dolian los golpes de antes... !Que desastre! La cosa no empezaba muy bien para el bueno de Ulrich... Así que sin saber de que trataba el asunto, me mantube firmes.

La conocía. Vaya que si al conocía. Hubo una época en que no cesó de tocarla para conmemorar la victoria. Además los instrumentos de la pequeña orquesta eran los idóneos para que sonara. Una canciónalegre, impregnada del sentido del deber y el honor.

Los tres veteranos alzaron sus jarras y brindaron por las victorias y derrotas pasadas.

¿Os acordáis de Verner en el Fuerte Norgunson, con la antorcha en la mano, borracho tras la victoria, con todos aquellos enanos gritándole que se bajara del barril de pólvora?

¿Y de aquella mujer en Berengrado tirándole pucheros de cocina a aquel troll?

¿Y de Bardin dándoles mordiscos a aquel orco porque la habían quebrado el hacha?
¡Lo recordaré toda la vida!

¿Qué fue de él?
Lo mataron en el Karak-Norn, cuando aparecieron esos goblins con redes.

Se hizo un silencio entre las risas de los hombres

¡Por Bardin el Muerdeorcos!
 

Bien... eso está bien... celebrar, nada de pelear... Espero que no les dé por armarla, porque el patrón no estaría nada contento después del asunto del carruaje... !Ni que nosotros hubiéramos podido hacer algo más! Si casi me matan las ruedas de ese trasto... Pienso mientras noto los pinchazos de los moratones que se van formando poco a poco con colores exóticos en los puntos donde el carruaje me dio un buen repaso. Atento a toda la sala no pierdo ojo de lo que se está cociendo en esos momentos. Sé que la bebida no es buena consejera, ni en el juego ni en ningún lado... Por trágica experiencia lo sabía de buena mano, así que con ojo crítico observé cómo se comportaban los presentes, esperando que nada malo acabase por gestarse ahí.

¡No, no y no! ¡La necesito esta noche o mañana como muy tarde!

Schiller discutía a voces con su socio Wilf, no es que los trabajadores estvieran con el oído pegado a la conversación, pero era difícil no oirles con tanto grito.

Pero, Heinz, es que no ha habido manera de encontrar mercancía apropiado. hay muchos problemas para conseguir tan codiciado material.

¡No me importa! Estoy sirviendo salchichas de buena calidad. ¡No es suficiente! Necesito una remesa de las especial Schiller, y no puedo darselas a los clientes si no me consigues la carne.

Es que no han podido conseguir material Heinz...ten en cuenta que es muy difícil cons...¿Tenemos que discutir esto aquí?

¡Que no me importa, Wilf! ¡Que no me importa! Me da igual de donde saques los ingredientes pero necesito una remesa de especial Schiller. Voy a tener que retrasar el servicio hasta el último día.

Tal vez si me prestaras hoy a tus mercenarios...

¡No! ¡Los necesito para atender a los clientes! Habla con tus amigos. ¡Tú! -dijo el patrón señalando a Ulrich- ¡Ven conmigo!

Me pongo firmes ante las palabras de nuestro patrón y con un taconazo al más puro estilo marcial le contesto: Jawohl, mein Herr. Antes de acompañarlo a un par de pasos de su espalda, con la mano en la cazoleta de mí arma. A su servicio mi señor. Le digo con mucha pompa que desde luego me gustaría metérsela por todo el ojete con tres cuartas de mi daga. ¿Qué tripa se le habrá roto al tipo este? !Parece que se ha tragado una bocina! !Madre mía!

Miro horrorizado como Ulrich se vá, porque es llamado por nuestro patrón, y yo me quedo con el trio de veteranos que parecían que iban a armarla enaltecidos por la canción.

En una cadena de recuerdos llegan hasta un punto donde todos se relajan y sacan el compañerismo y la cosa se calma un poco. Aprovecho la ocasión para improvisar unos versos y poder hacerme con la situación.

Cambio rapidamente a tonos suaves y lastimeros.

Desde aqui y para siempre

Las hazañas de Bardin son recordadas

Y tendremos siempre presente

Tu valentía -pausa- y tus dentadas

Que el gran Bardin será recompensado

Por sus amigos, ¡Por sus hermanos!

Que las jarras se alzen

Que las voces retumben

Porque algún día- pausa- será vengado.

Acabo con una nota larga.

Los mercenarios agradecieron las palabras de Erick y arrojaron bastantes monedas sobre el escenario. Se produjo un pequeño revuelo cuando todos los componentes de las pequeña orquesta se abalanzaron sobre ellas, privando al público de música.

Heinz que tenía muy cerca a Ulrich, estaba hablando con un mercader cuando se produjo aquel revuelo y silencio. Se disponía a gritar a Ulrich para que pusiera fin a aquello cuando una fuerte voz resonó desde más allá del muro.

¡Hasta el último aldeano sabe que Heinz fornica con ovejas! ¡Las aberraciones que salen las usa para hacer sus salchichas! ¡Es un tramposo y un adulador! ¡Os da la carne que su pequeña polla fabrica!

Mierda...Creo que vamos a tener que trabajar duro esta noche... Preveo una sesión de despiadadas lecciones a algún patán. Pienso mientras oigo esas palabras de claro desafío al patrón, que conociendo sus ataques de doble personalidad agresiva, poco tardaría en hacer que se pusiera como una furia. Señor... ¿Quiere que me encargue de el? Le pregunto en voz baja desde su espalda descolgándome de la espalda mi ballesta y ocultándola con mi capa para que la gente no la vea. Mi intención era moverme y tomar una posición algo más elevada, para tener un claro ángulo de disparo sobre el sujeto que había visto como soltaba semejantes barbaridades.

Espero que el tipo no quiera que lo ejecute aquí y ahora… con tanta gente, esa no sería forma, pero ahora que lo he visto… podría encontrarlo fuera. No me caia bien mi patrón, pero esas palabras... no se decian a nadie si uno aprecia su vida, y a demás sabiendo la posición que ocupa el patrón. Ese tipo o queria morir, o hacer que los hombres de Heinz fueran a por el y lo dejaran solo y al descubierto. Cosa que no iba a pasar mientras yo estubiera ahí.

¡Sí!¡Sí! ¡Clávale algo en su cabezota!

Ulrich vio al alborotador, y por si no lo había visto Heinz lo señalaba incansable con aquel dedo imperial e imperioso. Estaban en la parte exterior de la carpa del Wursfest, la cual estaba sobre una pequeña elevación que permitía ver por encima del muro de Heideldorf, si es que se podía llamar muro a aquella tosca construcción de la altura de un hombre que rodeaba el pueblo, incluso algunos edificios estaban pegados a él.

El caso es que se podía ver claramente al individuo que gritaba, su aspecto hizo pensárselo a Ulrich, era un enano musculoso cubierto de tatuajes y aros dorados con un antinatural pelo naranja que estaba usando un tronco hueco para amplificar su voz. Se encontraba a unos treinta metros de la muralla, cerca del límite del bosque.

-¡Pero bueno!- me lio a codazos y empujones para coger dinero- Sereis miserables, un poquito de dignidad por dios- le pego a uno con mi alud y le abronco- no me esperaba esto de tí, desde luego, que poca profesionalidad...

Sigo quejándome e intentando louchar por las monedas como si fueran golosinas caida de piñata. Cosa que de pequeño no se me daba nada mal. Entonces escucho al alborotador gritando desde el otro lado del muro.

Rio para mi y me anoto mentalmente los insultos que me parecen bastante explícitos pero imaginativos. Quizas con un poco de metáfora quedarían bien... Me pongo al lado de Ulrich para curiosear mientras termino de guardar lo que he podido recuperar del suelo.

Permítame mi señor. Le comento en voz baja. No descarto una posible encerrona. Quizás quieran hacerlo enfadar y atraer de esta forma a todos sus guardaespaldas para poder atacarlo. Ya sabe, hay gente muy celosa de los triunfadores por estas tierras. Si me permite, me encargaré de él, discretamente, para que nada manche su reputación, pero alguien debe quedarse con usted, pues esto me huele muy mal ¿Sabe a qué me refiero? Le pregunto con una mirada muy seria mientras miro a nuestro alrededor inquieto.

Con su venia me gustaría que Carlo me acompañara, con los malditos enanos nunca se sabe, tienen trucos para todo... Dejo las palabras en el aire y miro hacia donde el enano se encuentra, con un tronco casi más alto que el haciendo de bocina. ¿Quiere que si se da la ocasión nos hagamos con el vivo y se lo llevemos?

Sí. Sí. ¡Acaba con ese loco de Geddi! Ve con tu amigo. Me da igual cómo lo hagáis.

Y mientras lo decía le dio un empujón al mercenario para que se diera prisa. También increpó a los desorganizados músicos, que se estaban dando de empujones por un dinero que les daríade comer un par de días.

¡Tocad algo! ¡Quiero que las palabras de ese loco no se puedan oir!

Mientras seguía gritando aquel necio, salí rápida pero discretamente de la carpa en el momento en que Carlo salía a su vez, espada en mano, de otro punto. ¿Qué demonios? Me pregunto al verlo con su arma de filo desenvainada. Le di alcance en situándome a su espalda y le dije en voz baja sin reducir el paso al igual que él: Eh, tío, ¿Que estás cazando?. Tenemos un problema escucha un segundo, pero no pares, sigamos. Mi ballesta iba escondida bajo mi capa, puesta sobre el brazo que la mantenía agarrada. Fuera del recinto hay un tipo que está meandose en Heinz a voz en grito, un enano. Según el jefe debemos cazarlo. ¿Tú que tienes entre manos? El tipo era bastante peculiar, y debiamos movernos rapido para darle caza. Un enano... joder... no será facil. Sugiero un par de ballestazos y luego carga. ¿Tu?

Ante la orden del patrón salgo pitando para el escenario.

-Si mi señor, voy raudo- corro para los músicos-.

Doy palmas para hacerme oir y me planto delante de ellos.

-Señores, vamos a tocar la Carga de Caballería de Kislev, los que no os la sabeís seguirme los companses y en el estribillo tocar todo lo fuerte que podaís. Me dirigo al público que está comiendo y deambulando por ahí.

-Un momento de atención, necesito vuestra colaboración para que todo salga perfecto- explico- cuando lleguemos al estribillo y los caballos galopen, teneís que dar tres palmas fuertes justo cuando paremos la música- doy tres palmas fuertes-El que mejor lo haga le compondré una oda particular para llevar a su amada o prometida o amante o lo que sea.

Me doy la vuelta y como jefe de orquesta empiezo a entonar las rápidas notas de la canción.