Partida Rol por web

Santiago, Dios y el Rey

III - De rumores, et otras cuitas

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20/02/2014, 18:47
Director

Dábanse al comer en silencio los caballeros, como marcaba la regla. O eso pretendíase, pues bien sabido era que los murmullos eran cosa común en la sala, pese a lo que aquestos podían acarrear. Sentábase don Jofre en las cercanías de los que eran sus recientes amigos: don Onofre de Castelar, et don Íñigo Robledo, quienes, además, eran también cercanos a don Diego de Castro, Maestre del castillo. Empero, en la cercanía, también dábase la distancia de non poder intercambiar palabra alguna con ellos, pues recto era don Onofre, et rudo don Íñigo, por lo que observaba don Jofre, con gusto o sin él, la regla.

Empero, si bien non era de fablar, sí que podía aqueste oir, et non gustábale lo que oía. Pues lo sucedido esa misma mañana en la iglesia bien poco dejaba a imaginarios, que claro era que brujería ocultábase tras el asunto. Empero, muchos murmullaban et parescían señalarle, et la palabra bruxería por todos lares asomaba. Sin duda, preparábase una caza contra el causante, et bien podía suceder que algunos ya hubieren elegido al culpable, aún sin pruebas.

Et non sólo era aquesto, pues, entre tanto caballero sentíase don Jofre rodeado, mas non habíase sentido así en la iglesia, cuando combatía contra el engendro que el diablo había encerrado en el cuerpo de su hermano caído. ¿Dónde estaban todos aquestos caballeros en ese momento? ¿Porqué ninguno dellos había combatido? ¿Era cobardía, o algo peor? Quién podía saberlo...

En tales tribulaciones hallose sumido el caballero toda la pitanza, et, cuando terminó aquesta, et bendíjose la mesa, quedó en ellas enfrascado. Levantáronse los hermanos, et marcháronse sus cercanos en silencio, mientras preguntábase don Jofre qué debía fazer a continuación.

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20/02/2014, 18:55
Director

Como vendría a ser costumbre, sentáronse en el patio los tres vasallos del caballero, et tiraron de zurrón para quitarse el hambre, que non era aquesta de las que marchábanse sin más. Non pocas tribulaciones azotaban sus espíritus, pues la mañana había sido dura, con larga presencia de cuantos eventos indeseados podían haberse dado en ella. Algún consuelo quedábales (a Pablo et Fernando) de haber visto que había en el castillo quienes podrían rivalizar con el poder al que enfrentábanse. Mostrábase la ocasión propicia para que pusiéranse al día los tres en cuanto habían averiguado, antes de continuar adelante.

Notas de juego

Si queréis aprovechar para contaros cosas, es el momento.

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21/02/2014, 00:36
Fernando de Rojas

Sentéme junto a mis dos compañeros para llenar panza con ellos. Contámosle Pablo et yo a Mauricio lo acontecido con la bruja en la iglesia, de como aquella embozada mujer que manifestóse como bruja habíanos fechizado cual torpes marionetas.

Intenté describirle su rostro, más non salíanme las palabras et apenas podía recordar sus rasgos. Non sabía si non podía recordar con claridad aquel rostro por el embozo que cubríalo o porque tambíen había nublado mi sesera en ese sentido. Más lo que si recordaba eran aquellos ojos vacíos, carentes de humanidad et compasión. Mirar aquellos ojos era como asomarse a un infinito abismo de maldad...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago tirada de memoria a ver si recuerdo algo del rostro de la bruja.

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21/02/2014, 11:27
Director

Trató de recordar el alguacil algún detalle que pudiere contar de la mujer. Sin duda, recordaba los ojos desta, verdes como esmeraldas, que sin duda formaban parte de un bello rostro. Aparte de eso, recordaba con claridad el mantillo con el que cubríase aquesta el rostro, el cual era negro, et tenía algún motivo tejido. Et algo más recordó: un ténue olor a guiso pegado a su ropa, en el que non había reparado en el momento por la tensión acumulada. También recordaba el tono de su voz: aunque pronunciaba terribles palabras, sin duda era mujer joven la que fazíalo.

Notas de juego

Ten en cuenta que Mauricio no estaba presente cuando hablasteis de la mujer por primera vez.

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21/02/2014, 11:45
Fernando de Rojas

Et tras estrujar mi sesera en busca de cada mínimo detalle que pudiere haber olvidado comencé a relatarle a Mauricio lo sucedido;

Cuando alzóse el cuerpo del difunto don Martín en pleno oficio, fize yo lo contrario que el resto, alejarme del altar cuanto pude, et tras encaramarme sobre la pila bautismal escudriñé a los allí presentes en busca de persona sospechosa, et allí la vi. - Et un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar en ella.

Allí estaba, inmovil, et cual maligno titiritero parecía comandar el cuerpo del difunto con su propia mente. Acercámonos Pablo et yo a ella por la espalda, intentando agarrarla desprevenida, más erramos. No se coje al diablo por sorpresa... Non pudímosle ver el rostro con claridad. Hallábase embozada et afanose en ocultar su identidad. Fizo rápidos gestos et murmuros et en ese mesmo instante nuestros cuerpos entumeciéronse por arte del maligno. Huyó antes de que pudieremos fazer nada.

Et miré a Pablo, pues lo que acababa de recordar non habíaselo mencionado al joven, et quizá él también hubierase percatado; - La moza era joven por su voz, et gastaba bello rostro et verdes ojos. Cubríase con mantillo negro el cual tenía algún motivo tejido. Un olor a guiso flotaba en el aire, como pegado a su ropa. ¿Recordáis tal olor Pablo?.

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21/02/2014, 11:53
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Pablo no recuerda bien cómo era la bruja, ni el olor que menciona Fernando, aunque cuando este lo menciona le viene un vago recuerdo a la mente.

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21/02/2014, 12:51
Mauricio de Alconétar

Nada sabía de aquello, don Fernando... que como es menester en las iglesias, sobre todo en la difuntas, que toda la gentes se agolpan a la primera, y tan sólo pude quedarme rezagado en los más alejados bancos... ¡una bruja! -repetí, y mi rostro palideció, aunque no tanto como para no perder bocado de pan duro, por supuesto...-. ¡Santa Madre María! -exclamé-. Mas yo me anduve con el tabernero*, que queriendo fisgar lo que pasab en el altar, me giré en éstas, y que ví a un tipo corriendo, era él, hacia el padre Pablo Tomás...

Entonces le di otro bocado al pan, untado de torta que ya estaba un poco pasada y reseca.

No me anduve yo con consecuencias -proseguí-, y corrí entre la gente, y le golpeé, y él me intentó dar, y ¡ay!, que menos mal que el Padre tenía buena la mandíbula, que si ven su pierna verán los paletos del cura clavados... ¡Qué revuelo! ¡Ay!

Seguí comiendo, dejandome oir las palabras que tuviera que decir Pablo sobre la bruja, que parecían ambos dos estar recordándola y describiéndoseme ésta en la mente, y no sin poco miedo.

A ver si viene a vernos el pocero... -pensaba yo, tal y como le pedí-.

Notas de juego

¿El taberneo quedó libre?

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21/02/2014, 13:28
Director

Notas de juego

El tabernero quedó en la celda de don Jofre, atado.

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21/02/2014, 23:55
Pablo Bastregui

Pablo comió con desgana, los sucesos del día, junto con lo exhausto que quedó del ritual, habíanle quitado las ganas de comer. Escuchó las palabras de Fernando et agradeció que el alguacil tuviese tal memoria, o tal fortaleza para resistir los fechizos de la bruja, pues el pastor no se recordaba de apenas nada.

-Recuerdo el olor, et poco mas, el dolor en aquel momento era demasiado intenso. Mas pareciome una bruja bien poderosa, non credo que alguien recién llegado a las oscuras artes pudiere facer tanto mal en un solo día. Faríamos bien en preguntar quien vio a una mujer salir del castillo et buscar descripciones similares.

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22/02/2014, 10:34
Fernando de Rojas

Asentíle a Pablo. - Eso debemos fazer, preguntar por la villa por una mujer de bello rostro et ojos de color verde intenso cual esmeralda.

Estaba dispuesto a tirar de contactos, informadores, et si era necesario, me valdría de la fuerza de mi cargo para fazer hablar a los parroquianos. Cansábame ya aquesta incierta situación en la que sólo hallábamos callejas sin salida...

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24/02/2014, 16:12
Director

Caía lentamente el sol hacia occidente, filtrándose su luz anaranjada sobre las murallas de piedra, calentando sin gran fuerza sus cuerpos en la fría tarde. Acabaron los tres la pitanza et diéronle un par de tragos al porrón de vino, para con ello calentar el cuerpo et despejar las tribulaciones que azotaban sus almas, prestos a hallar, de vuelta, el camino que les permitiere resolver el entuerto. Sin duda quedaría aún un rato para que su señor, don Jofre, abandonare el salón donde banqueteaban él et los suyos, que bien podrían aprovechar para ir faziendo alguna que otra indagación.

Vieron entonces llegar, atribulado, a un bien conocido por los tres. Non era el pocero (como andaba esperando Mauricio) sino el párroco, Pablo Tomás, quién, al verles, acercose a toda prisa.

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24/02/2014, 16:17
Pablo Tomás Narváez

- ¡Mauricio! - díjole - Gracias a Dios que he podido encontrarte. ¿Dónde está tu señor? - miró en derredor - He descubierto algo terrible... - resolló con esfuerzo, quedando por obvio que non estaba el párroco acostumbrado a andar en correrías por la villa - Hemos de advertir a los caballeros.

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24/02/2014, 18:17
Mauricio de Alconétar

¡No, no, no! Padre -dije levantándome al paso que veíale yo llegar-. Fue entonces que, ante la mirada del alguacil y el curandero, limpiéme la boca de los últmos restos de pan y migas, y me fue contra Pablo Tomás, casi trastabillando. Le agarré del brazo con sutileza y afecto, como quien pide clemencia, perdón o auxilio divino, suplicándole que bajara la voz de inmediato. Fue entonces cuando miré a un lado y a otro, y no podría decir que le hablara, sino más bien que le susurrara (como hablando con mordaza); no obstante, don Fernando y Pablo pudieron oir lo que yo decía.

Cálmese, Padre... ¿Re... recuerda mi estampita? -le dije sonriendo, aunque mi sonrisa contenía ápices de desesperación por, quizá, la torpeza que aquel cura pudiera cometer-, pues... pues...¿A qué espera? ¡Récele! ¡Sáquela y récele! -así mantendría la boca callada-. Et que si querédeis de ver al mi señor, esperar queda, pues no está sino desgustando menú aún. ¡Cálmese, se lo ruego! Mas aún le pido con más premura que baje la voz -volví a mirar a un lado y a otro, e incluso a los dos compañeros míos aun presentes, que segurmente no sabrían de qué hablaba ese loco mediero-, que nos meterá en un lío... -entonces le dije algo para finalizar, hablando sin despegar los dientes de arriba con los de abajo, y con los ojos muy abiertos, como para que me hiciera caso-, ¡pero calle la su boca, Pa-dre!

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24/02/2014, 21:58
Fernando de Rojas

Non entendía que asunto traíase entre manos Mauricio con el Párroco, et apunto estuvo de inquirir una explicación. Más fFinalmente contúveme, pues si don Jofre confiaba en el mediero, non iba a ser yo quien le pusiera en duda. Esperé entonces la respuesta que iba a darle el párroco con gran intriga et interés...

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25/02/2014, 19:10
Director

- Pero... - Pablo Tomás miraba a Mauricio sin entender - Hemos de advertirles. He descubierto algo horrible cuando me disponía a uncir al caballero... - hablaba precipitadamente - Sin duda alguien debió pintar esos símbolos en su frente, alguien que hubo de estar en el castillo anoche. - costaba entender a qué se refería, pues parescía muy nervioso.

Entonces calló de repente, como si le hubieren cortado la lengua, et quedó pensativo un momento. Et al siguiente, paresció comprender algo, et agarró a Mauricio de la solapa.

- ¿Sospechades acaso algo... - et bajó la voz - de algún... ?

Non terminó la frase, pero por su mirada de desconcierto et miedo trascendíase que había imaginado lo que sin duda Mauricio trataba de decirle.

 

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25/02/2014, 19:16
Mauricio de Alconétar

El apretar de dientes de un servidor pasó a ser mordida de labios, mirando a unos y a otros, incluso a las dependencias más proximas del castillo y el patio, por si alguien ocurriérasele escuchar.

¡Pero Padre! -le insté-, ¡Ande y calle!, ¡Y perdone, pero...véngase! -Y entonces agarré a Pablo Tomás del brazo, pasándole el mío por dentro de la su asa, y llevémele con insistencia hasta donde estaban sentados el alguacil y el curandero... Reunidos los cuatro, me extrañé un poco por lo que dijo el Padre.

Los símbolos ha dicho, don Pablo Tomás... ¿qué símbolos? No sé de qué nos habla, Padre, que nosotros andábamos dándole de comer al estómago... Mas sé de alguien que puede estar calibrando malos planes... No es que yo conozca a la certera de aquestas funestos episodios, ni de quien puede urdirlos, mas... ¿conoce a esos dos de la cuadra? Si: dos muchachos, uno que trilla la paja y otro que la carga y recoge las heces. Pregúntele y callan. Enfílelos y muten. Que no sueltan prenda, pero oir... bien que oyen...

Entonces giré mi cabeza un instante mirando hacia el alguacil de Rojas y Pablo, dejando invisible mi cara para el párroco, y les guiñé un ojo a éstos, con cierta complicidad. Luego volví la vista.

Ayer estuve con los tales, tras encontrar a don Salcedo, más prenda no sueltan los infames...

Notas de juego

Si he de tirar Elocuencia, máster, gástame suerte (la declaro).

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25/02/2014, 19:51
Fernando de Rojas

Miré a Pablo con cierto asombro. ¿Símbolos pintados en la testa de don Martín? ¿Caballeros calibrando malos planes? Que si los mozos de cuadra... Que si aquesto, que si lo otro...

Cada vez entendía menos el asunto, et temía meter la pata si abría la boca, por tando seguí guardando silencio esperando que esclareciérase por si mesma aquella jeroglífica conversación.

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25/02/2014, 23:59
Pablo Bastregui

Pablo puso ojos de asombro ante las palabras que escapábansele al párroco et respondió a la mirada del alguacil con un encoger de hombros. Agudizó sus orejas el pastor, por si algo mas dijeran alguno de los dos conversantes.

-Et que símbolos dijo que vio, pater?

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26/02/2014, 14:18
Jofre de Castellvell

Me quedé en silencio mientras rumiaba sobre las cuitas en las que me había visto envuelto.

-Yo non pedi aqueste trabajo... Pero vive dios que seré quien lo termine.- Musité entre dientes mientras salía de la sala con la cabeza bien alta en busca de los otros miembros de la empresa.

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26/02/2014, 20:22
Pablo Tomás Narváez

Santiguose Pablo Tomás, a las palabras de Mauricio, et respondiole, a él et a Pablo, que habíanle preguntado la mesma cosa.

- Tenía el caballero una estrella pintada en la frente, la cual sin duda algún significado diabólico guarda. Aquesta estaba dibujada con una sustancia roja, que más bien parescía sangre, aunque Dios sabrá qué era realmente... - santiguóse de nuevo - Claro es que nadie la vio porque llevaba el caballero el yelmo, con la visera abierta.

Hablaba en baja voz, cuidándose bien de non ser oído. Miró a Mauricio de nuevo.

- ¿Dezís que los mozos de cuadras están envueltos en aqueste asunto? - preguntole - ¿Cómo puede ser esto, siendo como son, gentes de simple vivir?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mauricio, réstate 1 de suerte.