Con una brutal maniobra, Feijud cercena a base de rápidos hachazos los tendones de la parte posterior de las rodillas del sahuagin. El hombre pez queda postrado a merced del pirata de Puerto Riesgo, que concluye la faena con un salvaje tajo en horizontal, consiguiendo degollar limpiamente a su horrorizado oponente. Sin espadas oscuras ni estoques de salmuera, el valiente capitán del Grindylow Embrujado acaba de demostrar por qué merece el preciado puesto que ostenta con orgullo.
Esta noche miro los xps, que ahora ando en el campo. ;D
Harper inspecciona los cadáveres en busca de objetos de utilidad. Despues se dirije a la siguiente sala.
Tranquilo, sin prisa ;-)
Mientras Harper examina los cadáveres, Feijud se mantiene alerta y deja que el agua limpie sus hachas.
Apuntados ;-)
Un decepcionado Harper no encuentra nada de interés ni en los cadáveres de los violentos guardias ni en el de la obesa matrona. Así pues, decidís cruzar la nueva madeja de algas para acceder a la siguiente sala. La atestada estancia a la que llegáis es un auténtico hervidero de excitados alevines y renacuajos sahuagin, que van desde el tamaño de un pulgar hasta el de un bebé humano. Al parecer las pequeñas criaturas, que enseguida se arremolinan inocentemente sobre vosotros, estaban siendo custodiadas por la líder de los hombres pez, podéis imaginar que para protegerlas de sus mismo congéneres. En cualquier caso, una nueva cortina conduce al algún lugar en el muro más oriental.
Recordad los pg perdidos y los conjuros, habilidades y demases gastados. Id llevando vosotros la cuenta.
Cuidado. No sabemos qué podría haber detrás de esa cortina. Harper, abre con cuidado mientras Raymond y yo estamos preparados para hacer frente a los hombres pez que puedan salir.
Ante la mención de su nombre, Raymond asiente y se coloca a un lado de la cortina para poder atacar si sale algo peligroso o con ganas de fiesta.
Listo. Cuando quieras.
La hoja negra parecía revolverse inquieta en su mano.
Lo que diga la rubí...el capitán.
Mientras el resto se preocupaba de la nueva cortina de algas, me dediqué a mirar a las crías de estas criaturas, preguntándome si su naturaleza sería hostil y peligrosa como lo estaban demostrando, o quizás eso había sido provocado por otras circunstancias, como sus líderes, quienes se embarcaban en misiones y empresas que, en muchos casos, no eran muy acertadas, como había sido el caso.
Ahora tendrían que eliminar a toda esta escoria y, ¿quién sabe si alguno de esto sobreviviría? ¿se acordarían de algo de lo que aquí había pasado?
Sin la amedrentadora presencia de la matrona, las comprensibles dudas de la timonel del Grindylow Embrujado quedan repentinamente resueltas cuando una de las crías más grandes engulle, de golpe y sin mayores remordimientos, a otro de los renacuajos.
Por otro lado, al descubrir la nueva caverna encontráis una pequeña estancia cuyos fangosos muros están cubiertos de arriba a abajo por miles de pequeñas esferas lechosas, probablemente una especie de colmena de huevos sahuagin.
Malickud mira con repugnancia los huevos y trata de no acercarse a los alevines.
Creo que deberíamos eliminar tanto a las crías como a la progenie. Es sólo cuestión de tiempo que crezcan y que se conviertan en una amenaza. Hay miles de historias que cuentan las atrocidades de esta especie. Cuantos puertos asolados y barcos abordados...
Dijo meneando la cabeza con tristeza.
¿Estáis de acuerdo?
El problema es como acabar con ellos y el tiempo que vamos a perder. Podrán ser una amenaza cuando crezcan.
Malickud, me temo que Harper tiene razón. El océano está lleno de camadas como esta. Mejor nos vamos antes de que vengan los grandes y nos pillen aquí sin posibilidad de escapatoria.
Pues creo que toca la cortina sur de D9 a la izquierda.
Ante las palabras del capitán, tan solo quedaba encogerse de hombros esperemos que se coman unos a otros y los pocos que queden no sobrevivan sin alguien que les cuide comento mientras salgo de la sala, y me encamino hacia la que faltaba por inspeccionar.
Desandáis el camino recorrido hasta llegar a la vasta caverna en la que tenía lugar el festín sangriento. Ahí cruzáis una nueva cortina de algas hacia el sur. Y entonces llegáis a lo que parece ser la alacena de los sahuagin, una serie de cuevas con las provisiones de la tribu. Entre ellas destaca una anguila morena gigante colgada de un gancho de hierro, la parte superior del torso de un locathah, un sahuagin muerto y tres grandes caballas (algo hinchandas, eso sí) flotando cerca del techo.
En el desordenado almacén hay una esquina con varias armas amontonadas, lanzas largas y ballestas principalmente. En una de las cajas para virotes que hay por el suelo ves sobresalir lo que parece ser una especie de varita.
Sencillamente asqueroso.
Dijo el gnomo arrugando el bigote.
Aunque quién sabe, tal vez haya algo de valor por aquí... la verdad es que no tengo claro que vayamos a encontrar el botín de un rey anciano aquí. Salvo que el capitán Wolfe coleccione pescado podrido.
El intendente estaba perdiendo la paciencia y ya empezaba a ironizar sobre cualquier cosa.