Partida Rol por web

Poco a poco, todos los alumnos fueron llegando al orfanato. Allí pudieron ver lo hecho polvo que estaba tras el incendio, poco a poco fueron avanzando hacia delante hasta que llegaron a un gran salón. Allí había una puerta doble cerrada a cal y canto, parecía fuera de lugar, porque estaba mucho más nueva que el resto de la zona.

Justo encima de las puertas había una pantalla gigante en la cual pronto apareció la cara de Ghostface. - Hola, hola ¿habéis venido todos? ¡Qué bien, será más divertido! - apartó la cara de la cámara y entonces la gente pudo ver a un chico desconocido colgado en una cruz, como si estuviera cruzificado y justo a su lado, Morat, en la misma posición.

Bueno ¿qué tal si jugamos a un juego? Yo os hago unas preguntas y si falláis... - entonces agarró unas latas y empezó a vaciar su contenido sobre el chico desconocido y Morat. - Bueno, usad la imaginación.

Primera pregunta... ¿por qué he matado a la gente que he matado? ¡Y más os vale justificarlo! - comentaba apuntando con el cuchillo hacia la cámara.

El chico empezó a forcejear y gritó. - ¡EH! ¡Teníamos un pacto, te llevé a Odette para que me dejaras en paz! - siguió forcejeando. - ¡Maldito hijo de puta, suéltame!

Nada más ver al chico, enseguida reconociste quien era. Era el niño diabólico, era Mack Floyd.

Por su parte Morat se despertó mojado, por lo que abriendo los ojos el muchacho tan solo respondió con una leve molestia, en concreto parecía quejarse de la situación en la que se encontraba, esto es, levantarse mojado. -Oh, otra vez no... -Musitó.

Tardaría un par de segundos en reconocer el olor, y darse de cuenta de que no estaba en su cama, sino en un lugar muy distinto y por algún motivo atrapado, con el enemigo cara a cara, o mejor dicho cara a máscara. Lo cual casi era bueno, si no fuera porque estaba atado y rociado de una substancia nada agradable.

-¿Era necesario que fuera yo? -Comentó más indignado que molesto- ¡Esto es indignante! ¡No puedo ser la dama en apuros! ¡Quiero ser el héroe!. ¡Secuestra a Madison, es doble "R", rubia y rica! ¡Es lo más parecido a una princesa en apuros!.

En ese instante este se percató de la cámara.

-¿Esto es en directo o en diferido?. -Comentó mirando hacia la cámara- ¿Puedo responder yo también a las preguntas?. ¿Podemos escuchar sus respuestas desde aquí?. ¿Quienes están al otro lado de la pantalla?. ¿Está mi mamá?. ¡Mamá, estoy comiendo bien y no me estoy metiendo en líos, lo de la farmacia fue Emily!.

Mark llegó al orfanato junto a Eleanor. Se cruzó de brazos mirando la pantalla. No sonrió, aunque razones no le faltaban con el idiota de Morat. Pobre diablo, llamando a su madre como un niño asustado... La única manera de salvarlo era contestando a sus preguntas ¿eh? Y 'justificar' la respuesta. ¿Por qué había matado Ghostface a la gente que había matado? Mark negó con la cabeza y no respondió, ya que no sabía la respuesta.

Poco es lo que he tardado en llegar al Orfanato junto a Mark, mirando el entorno y lo que tengo delante, simplemente bajo la mirada para evitar recuerdos que aún hacen mella. Escucho a Morat y me encojo de hombros, sé lo que es estar ahí, también conozco la desesperación que genera el no saber que van a hacer contigo. No obstante permanezco en silencio, abrazando al rubio desde la espalda mientras dejo algún que otro beso sobre la misma. 

No sé qué preguntará, tampoco tengo idea si conozco la respuesta, así que simplemente tras toda esta odisea me dedico a observar y pensar. Sin saber que hacer de momento, sólo seguir paso a paso lo que sea que vaya sucediendo en esta situación que ya de entrada me resulta escalofriante. 

Nathan tiro de la mano de la Madison a la que llevaba apretada con fuerza desde que entraron al orfanato. Aunque iba preparado para lo peor no se imaginaba lo que iba a encontrarse allí. Tenia cerca a la joven tan cerca que nadie salvo ella escucho lo que susurro.

El Capitán del equipo quedo entonces en silencio a la espera. Tampoco sabia la respuesta a la pregunta del enmascarado.

-¡Madison es él! Ese chico es Mack Floyd. Le susurra atraiéndola hacia si.

Aparecí terminando de editar una foto para subirla a instagram. Ya que las viejas costumbres no se deben perder. Ni en mitad de una masacre general.

Seguidamente, observé a mi alrededor.

Debía admitir que la idea de ir en grupo, como cachorritos recién nacidos dirigiéndose hacia el rifle de un cazador, era realmente ingenioso; sobre todo teniendo en cuenta que procedía de un bobalicón trastornado, claro. De hecho, daba totalmente el pego de ser aquello parte de una escena en la típica película cutre que te pondrías en un fin de semana (cutre también); donde lo más productivo que harías sería comer toneladas de helado de chocolate derretido bajo en calorías (o eso decía el envase de marca blanca para que te sintieras menos ballena obesa).

El polvo con sus ácaros, incrustado en cada recoveco negro de los muebles achicharrados, me resultaba incómodo. Pero bueno, llegué cogida de la mano de Nathan y con mi delantera centro (Tessa) al lado nuestra (podíais tirar balones o lo que quisierais, que nos lo paraba ella/sus tremendas prominencias).

No miré a nadie. No me importaba nadie.

Ya sabía que habían dos Ghostcatetos sueltos. Así que en cualquier momento uno de los presentes se pondría a acuchillar en mitad de una intermitente luz a alguien que seguro tenían en mente. Se veía venir. O si no, iros al cine. Que eso es conocimiento básico; más básico incluso que hacer una multiplicación.

De repente, la tele captó mi atención. El monólogo de Barney, el dinosaurio morado (para los que no entendéis nada, aclaro que me refiero a Morat) me hizo sonreir irónicamente. De héroe a merienda. Una pena. Quizás si lograra sentir algo en mi pecho, como por ejemplo el significado de las palabras lástima, remordimiento o ética, me hubiera dedicado a fingir angustia. Pero no, ya habían asesinado a mi madre y a mi amiga. Que les dieran a todos, por perros egoístas y secretistas. Mis sentimientos ya no estaban. Se diluyeron hacía tiempo, estaba comprobado. Incluso antes de haberme dirigido al orfanato me tomé en el baño un líquido marrón que tenía guardado. Ciertamente por unos momentos creí haber dado con la solución. Logró estimularme los pezones durante unos reconfortantes minutos; pero nada. Al parecer fue algo psicosomático, ya que después de beberme casi el bote entero seguía siendo yo, una zorra sin empatía, sin dolor.

Escuché las palabras del capitán de baloncesto y le contesté en un susurro recíproco. Apoyando mis labios sobre su cuello.

Mi sonrisa era intensa. La ironía, desbordante.  ¿Acaso no iba a hablar nadie? Hipócritas –sé por qué asesinaste a Liliana Oberlin, mi madre –saqué un papelito doblado y manchado con unas ligeras gotas de sangre, a consecuencia de la encerrona que me hicieron en el motel –ella (Liliana) declaró en contra de lo que seguramente sería tu madre (X). En el juicio, afirmó pillarla (Liliana a X) en sus embustes acerca de los métodos de protección que no llegó a usar. De ahí la palabra "traidora" en la escena del crimen- fijaros en este momento. Posiblemente matarían a ambos quemados o quizás me criticarían posteriormente por ser la reina siempre. Pero hablé, yo, arrojando luz. Dejando que después el resto continuara creyéndose dueños de la verdad, personas confiables, de vida idílica, reales, capaces de criticar, fanáticos de la pelusa que tenían incrustada en pleno ombligo ¿y, os digo algo? Son unos falsos, se callan como ratas. Hasta estoy segura de que no se saben ni las reglas del parchís, pero luego bien que debaten con inexistente propiedad cuándo debes contarte 10 o 20 -la muerte de papi Cole, es por lo mismo, quiso que ella (X) abortara. La abandonó tras usarla (a X). Es decir, ¿Joni era tu padre señor máscara barata?

-¿Quién? ¿a quién te refieres? dime su nombre- pregunté sin cambiar ni el gesto ni la sonrisa para que el resto no sospechara nada de lo que comentábamos. Pero esperando a que me lo susurrara mientras yo le hablaba a los demás acerca de la verdad.

Llego junto a Emily y aparco tranquilo, yendo hasta el maletero y sacando el nuevo juguetito, por si las cosas se ponían feas. Cuando veo que hemos acudido todos los compañeros de clase que aun, por suerte o no, seguimos vivos miro a Emily con decisión, hoy se acaba todo. Escucho con atención lo que tenga que decir el payaso de la máscara mientras a la vez veo posibles salidas, trampas o vete a saber que diablos tenga pensado este retorcido. Rondo siempre por detrás de los demás, dar la espalda a ninguno de estos bastardos me resulta cómodo y estoy harto de hacer parecer que sí. Miro a Eleanor, que no se molesta ni en mirarme ¿después de todo ni una mirada? Ya he pedido bastante perdón pero, ya trataremos eso. 

Por fin Madison, "doña busco tu atención y como no la tengo pues Nathan me valdrá", dice algo y hasta me parece coherente por lo que me encojo de hombros y miro a Emily con gesto de aprobación.

- Vaya, parece que Madison tiene algo que decir, capullo enmascarado. ¿Ni en la función final eres capaz de dar la cara de forma directa? - señalo con el hacha hacia la pantalla, que todos puedan verla, me da igual. - Me importan poco esos dos, ya has arrebatado vidas que me importaban más. Pero, podrías venir y que te enseñe de cerca esto ¿no? - sí, pero no lo hará. - Pero bueno, juguemos a tus juegos. ¿Traumas infantiles? Todos los tenemos, venga tío, pero ¿montar este circo? - mi aparente tranquilidad me asombra hasta a mí, pero es que llegados a este punto me importa todo poco. - Por mí quémalos, pero matar a médicos que tengan que ver con tus traumas, o eprsonas relacionadas, es como demasiado ¿no? 

Tessa había llegado al orfanato acompañando a Madison y Nathan. Durante el trayecto no había dicho una sola palabra y, al encontrar a los demás en el orfantato, tampoco lo hizo. Demacrada, pálida, ojerosa y con el largo cabello rojizo suelto, presentaba un aspecto desmejorado que dejaba claro que no pasaba por su mejor momento. Su brazo izquierdo además se encontraba cubierto por unas vendas.

Tenía la mirada fija en la pantalla gigante en la que se veía a Ghostface, aunque no pasó por alto que el asesino había convertido a Morat y a Sam en sus Dimas y Gestas particulares, colgados de una cruz como si estuvieran crucificados. Lo cierto es que a la pelirroja le importaba bastante poco qué le sucediera al chico que había drogado a Odette para entregársela a Ghostface, pero sí que le importaba salvar a Morat. Al fin y al cabo, había sido uno de los pocos, junto con Madison Montgomery, que había lamentado la muerte de Odette. Si podía salvar su vida, lo intentaría.

La única que responde a las preguntas de Ghostface resulta ser Madison. ¿Era ella la única que tenía intención de salvar a Morat? ¿A nadie más le importaba o no conocían la respuesta?

Tessa dio un paso al frente, hacia la pantalla, con una mano colocada en el lateral de su cintura, de donde sobresalía un objeto de tamaño considerable. Habló por primera vez, mirando directamente a Ghostface.

-Cuando nos secuestraste a Dett y a mía en el sótano del hospital psiquiátrico, nos dejaste una nota -recordó la chica, recordando con horror lo que le había acontecido en ese sótano-. Una nota sobre la injusticia que se había producido con una mujer inocente a la que varios doctores intentaron hacer ver como una enferma mental. Mataste a Jonathan Cole porque destruyó la vida de Sarah Baker, la madre de Emily y, por lo que dice Madison Montgomery, diría que también era la tuya -Tessa no confirmó que Ghostface fuera el medio hermano de Emily, pues no era algo que pudiese confirmar con la información que tenía-. Jonathan Cole provocó que le quitaran la custodia de sus hijos a una mujer inocente, que fuera ingresada en un centro psiquiátrico y que ellos tuvieran que crecer en un orfanato. Por eso le mataste. Pero no solo a él. Regann Stannard, el director del psiquiátrico, había ganado mucha influencia gracias a su amistad con Jonathan Cole, así que cuando Cole necesitó ayuda, Stannard le devolvió el favor dando a Sarah Baker por loca. Y Samuel Nixon... -El tono de Tessa se tornó entristecido al recordar al afroamericano, que había muerto enfrentándose a Ghostface en el mismo psiquiátrico, y para el cual apenas había tenido un par de pensamientos, puesto que la pérdida de Dett la había mantenido como si fuera casi una muerta en vida-. Él solo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado. Podía haber huido junto a su madre, pero prefirió hacerte frente. Por eso le mataste, pero no era tu objetivo...

¿No es impresionante lo mucho que podemos llegar a ignorar de nuestra propia historia?, ahora tal parecía que Jonathan Cole tenía algo que ver con lo ocurrido con mi madre. Escucho a Tessa y fijo mi mirada en ella, su hipótesis era buena hasta llegó a hacerme dudar unos instantes, pero habia un pequeño detalle que no encajaba del todo. -Él no es mi hermano, mi hermano falleció... cuando tenía cinco años. 

Todo esto llegaba a ser hasta terapéutico, habia un maldito asesino matando personas, y nos tiene a todos nosotros aqui en un orfanato en ruinas. Estoy segura, que si no fuera por esa pregunta, toda la información que ha salido a la luz, se hubiera quedado así, escondida. ¿Porque somos asi de egoístas? Nos gusta tener cosas valiosas, cosas que sabemos que nos seran útiles, pero eso sí, que nadie se entere que lo tenemos. 

Eso de ir acusando a las personas de tener secretos y de que ocultan cosas, pero al mismo tiempo llevar papelitos con información importante guardados en la bragas... Díganme que al menos aprecian la ironía de todo esto.

Pero da igual... ¿quien soy yo para juzgar los planes perfectos de una Montgomery? Nadie, porque claro... cómo soy yo la que va ocultando cosas ¿no es así Madison?.

-Si la pregunta es a quienes has matado Tu, y no tus secuaces de quinta. - Es que... Joder, un cursito rápido de cómo no ser un idiota y no exponerte en medio de un asesinato  les hubiera ayudado bastante ¿sabes? pero bueno, que me estoy desviando del tema.-Lo hiciste por venganza, ellos te hicieron daño... y a personas cercanas a ti, querías hacerlos sufrir tanto o más como ellos te hicieron sufrir. -Me limitó a solo decir eso, la verdad no tenía nada demasiado claro y, aunque no quisiera admitirlo, confiaba bastante en la hipótesis dada por Madison.

Ghostface parecía especialmente intrigado en las respuestas dadas por Madison y Tessa... Aunque no eran correctas del todo. La respuesta de Emily, por otra parte, era ligeramente genérica, aunque muy acertada. - ¿Tengo pinta de ser un crío? ¿Acaso pensáis que soy hermano de alguno de vosotros? Ya os gustaría... Pero bien como dice Emily, hago esto para ver sufrir a las personas que me hicieron... Pero por lo visto algunos no sufrieron lo suficiente... - miró al suelo, con cierta decepción, recordando a alguien en específico que parecía no haberlo pasado especialmente mal a pesar de que debería.

Bueno. - levantó la cabeza y dio una palmada. - Emily ha planteado una pregunta interesante, así que vamos a hacerla junto con la otra que tenía preparada. ¿A quienes quería hacer sufrir en concreto? Y lo más importante y el motivo por el que estamos aquí. ¿Quién me falta por hacer sufrir? ¡Porque ni yo lo sé! - empezó a caminar moviendo el cuchillo que tenía en mano como si de una batuta se tratara. - ¿Será Sam? ¿O debería llamarte Mack Floyd? - empezó a pasar el cuchillo de montaña por su pierna, haciéndole una ligera herida. - Después de todo, eras el niño diablo ¿no es así?

Empezó a caminar entonces hacia Morat, al cual le pasó el cuchillo por el pecho, rajándole la camiseta y parte de un pezón por el camino. - Quizá sea Morat Popra, cuyos padres veraneaban por aquí hace muchos años y ya sabemos las tendencias a crear accidentes que tiene este falso héroe... - volvió a caminar lentamente hacia la cámara, acercó la cara de forma que solo se veía su máscara en pantalla.

Y no creas que me he olvidado de ti, Nathan Heiz... También conocido como Nathan Snider. ¿O te piensas que tachando tu nombre de todos los registros ibas a pasar desapercibido para mí? - la pantalla se quedó fija, mostrando la careta de Ghostface, de forma amenazante.

¿EL PUTO NATHAN SNIDER? - gritó tras oír el nombre. - ¡Fue ese cabrón! ¡Me arrancó la polla de un bocado y después con mi cigarrillo intentó incendiar todo para matarme! - forcejeó un poco. - ¡Snider! ¡Da la puta cara! Tengo un trastorno sexual joder y lo he intentado solucionar desde que tuve que huir con mi polla en la mano entre las llamas, me la volvieron a coser, pero tú, desgraciado, mataste a setenta y pico niños, seguro que has intentando hacerte el inocente ¡cuando en verdad no eres más que un psicópata!

-¡Ey! -Exclamó Morat molesto por haberle comparado con un arranca-penes pirómano y con un violador en potencia- ¡A mi no me compares con esos dos! ¡Yo solo he ido a ver a los bomberos con mis padres! ¡Ahí fue cuando me entusiasmó el hecho de ser un héroe y ayudar a la comunidad!.

Al parecer Morat estaba genuinamente molesto, más que por el hecho de estar atado de pies y manos, más por el hecho de haber sido secuestrado. Simplemente porque este enmascarado asesino hubiera desconfiado de él y de sus buenas primeras intenciones, y segundas buenas intenciones, y terceras buenas intenciones. ¡Y sus actos buenos con su finalidad!.

-¡Si tuviera que apostar diría que fue un accidente por parte del incidente de la mordida del 83!. O del año que fuera... ¿87?. Así que tecnicamente la culpa sería de Samuel Case/Mack Floyd por llevar el cigarrillo encendido al Orfanato... o de Nathan Heiz/Nathan Snider por hacerle caer el cigarrillo al morderle... o de Samuel Case/Mack Floyd por probablemente sobrepasarse con Nathan Heiz/Nathan Snider.

-¿Quien es el culpable?. ¿El que porta el arma o el que causa una tercera víctima por defenderse?... Aunque tecnicamente Samuel Case/Mack Floyd no llevaba un "arma" sino "el arma involuntaria"... Pero aún así estaría cometiendo un delito... Pero está enfermo y busca curarse... ¿Podemos acusar a un bebé de asesinato por apretar un gatillo?. ¡Si su mente está enferma no es su culpa!.

-O quizás sí... -Al parecer Morat estaba teniendo una crisis. ¿Quién tenía la culpa?. ¿Había realmente un culpable?.

Desde que había sabido que Nathan Heiz le había arrancado a otro chico el pene a mordiscos, la imagen que la pelirroja tenía sobre Nathan había cambiado completamente. Desde luego le resultaba menos atrayente y más creepy, a pesar de lo guapo que era. Pero tener ahí mismo ya a Pito Mordido hacía la situación aún más turbia. Lo cierto es que Sam no le daba ninguna pena. Había sido un matón y, aunque podía haber cambiado su forma de ser a causa de lo que Nathan le había hecho, sus acciones habían sido drogar a una chica en el bosque y querer desentenderse por completo.

-¿Es verdad eso, Nathan? ¿Incendiaste el orfanato? -le preguntó la chica al capitán del equipo de baloncesto, observándolo con expresión lastimera, imaginándose que Heiz únicamente pretendía prender fuego a su abusador pero se le había ido de las manos.

A pesar de que Ghostface les había pedido no responder, la última pregunta para escoger a alguien a quien morir para pagar por el incendio, era interesante... Seguramente deberían participar en esta pregunta a responder.

Tenía en ceño fruncido, los brazos cruzados, movía el pie nerviosamente. Cuando notó a Eleanor abrazarle por detrás para calmarle, no pudo evitar convertir la expresión de su rostro de molestia a angustia. Tomó la mano de su novia para ayudarla a calmarle y ayudarse a calmarse. "Morat puede ser un idiota..." comenzó entonces a hablar con voz ronca, teniendo que tragar saliva y toser un segundito para recuperar la voz. "...Y un listillo entrometido... y un ladrón de teléfonos de muertas... pero eso no hace a uno merecer la muerte. No es justicia. Es al contrario. Necesitamos gente como él, que de verdad quieran ayudar a la gente. O por lo menos, lo intente... Samuel... dices que tienes un trastorno sexual... ¿qué trastorno? ¿Has violado a alguien?" la última pregunta la hizo con evidente despecho, incluso odio. Los violadores no merecían ningún perdón. Nunca.

Esperaba que no se tratara de un troleo de nuevo, como cuando acusaron a la reina. Aquella vez el troleo fue más que justificado, era justicia poética, contra listlillos como el propio Mark y contra aprovechados vengativos que quisieran despecharse agusto contra una persona que sí, podía ser antipática, podía ser la más popular y poderosa del instituto, pero eso no te hace merecer la muerte.

"...Pero si nos das a elegir entre Samuel y Morat, si el primero ha violado a gente eligiría sin dudarlo a Samuel. Pero no sé una mierda." le había llamado el niño diablo, ¿a qué se refería? ¿A que era un pequeño Satán?  "A lo mejor aún no ha hecho nada. El que debería morir de verdad es Nathan." giró la cabeza hacia a la estrella del baloncesto para mirarle con desprecio "...Asesino de niños inocentes... no tienes perdón. Setenta y pico niños... Setenta y pico niños..." repitió el número, recordándose a si mismo y a todos la cantidad de niños inocentes a los que habría matado.

Todos exponen su versión, como si fueran investigadores de una serie policial. Es increíble el manejo de información con la que cuentan y como me entero que mi padre estaba más involucrado de lo que pensé. 

Hablan de aborto no realizado, de huérfanos, y asesinos con tanta libertad que me da un escalofrío importante por toda la espalda mientras tenemos delante a dos personas que están sentenciadas a un juicio final o un linchamiento. Da igual el nombre, es lo que hay. 

Mi rostro se esconde sobre la espalda de Mark y pienso realmente en todo. Le debo una charla Nathan, él había venido a mi para ello y no pude. Así que le dedico una mirada bastante significativa y no lo veo capaz de ajusticiarlo. También sé algunas cosas de Samuel, aquel chico con el pito mordido tampoco es un angelito que proviene del cielo. 

¿Que hacer? 

- Vaya a saber que le pasó por la cabeza a Nathan para sacarle el pito con los dientes. Quizás es un psicótico, quizás es alguien que se estaba defendiendo de unos enfermos que lo tenía mal. No sé... Pero creo que ninguno de los presentes podría tirar esa piedra libre de pecado. ¿O si? - comento mientras me encojo de hombros. 

- No tengo tanta información, si sé que Samuel no es trigo limpio y Morat se mete en donde no lo llaman. Miente, pasa información falsa y jode a todos... Creo que esas tres personas tranquilamente pueden ser castigadas. Esa es la verdad... Aunque no culparía a Nathan, al menos tiene derecho a hablar. ¿No?