Partida Rol por web

Mary llegó a la farmacia, pero para su sorpresa, estaba cerrada. Tras no pensarlo demasiado, pronto cayó en que la dueña de esta, Dana Scully, se encontraría ayudando a la familia de los Nixon a preparar el evento benéfico del viernes, después de todo era la madrastra de la familia, además de una buena cristiana.

Por suerte para Mary, había una máquina de condones en el exterior, de autoservicio. No quedaba mucho para el anochecer, por lo que podría usar este tiempo en soledad para pensar un poco.

Joder.

Apoyé la cabeza contra el cristal de la puerta de la farmacia, soltando una carcajada estúpida. Eleanor y Seth estaban enojados conmigo por un estúpido coche. Miré al interior de la Farmacia poniendo mi manos a ambos lados de la cara para ver el interior del local.

Quería comprar dos botellas de jarabe para la tos además de los condones, sólo para "alegrar" un poco más la cosa. Tendría que decirle a Seth que compraramos alguna botella de algo después. Fui a la máquina y metí un billete para comprar unos diez preservativos, de distintos tipos y colores.

Me senté en la entrada de la Farmacia, guardando tres de los paqueticos en mi bolsillo, y saqué uno del paquete, inflándolo para hacer un globito. ¿Y qué si se habían enojado? Papá podía pagar el jodido rayón, en vez de gastarse el dinero en llevar a sus putas a un motel. Recordé lo que dijo Eleanor de Madison, y volví a reír. Eso sería bueno: obligarlo a que él o ella pagaran la factura a menos que quisieran que todo el jodido pueblo se enterara. Saqué un marcador, y garabateé un dibujo en uno de los globos. Luego saqué el móvil, le tomé una foto, y escribí.

Sentada junto a la maquina expendedora, con un total de cinco condoglobos, me reía de los mensajes de respuesta que me enviaba mi hermana. De vez en cuando miraba hacia la puerta de cristal. Vaya pueblo, ¿y si alguien tuviera una emergencia? "Farmacia 24 horas, excepto cuando la dueña le da gana de cerrar." Pffff.

¿No tendría una ventanilla de servicio? ¿Algún asistente que se encargara de atender cuando ella no podía? Pensando en eso, arranqué un hilo largo a mi falda y até los cinco globito con ellos, antes de darle la vuelta a la farmacia para ver si había alguna ventanilla de atención al público, arrastrando los globitos tras de mi.

Como buena farmacia de pueblo, no tenía absolutamente nada si el dueño no estaba. Paseando con los "globos" en mano y con la soledad que sentía, noto que las pastillas poco a poco iban perdiendo efecto. Aún estaba un poco en el mundo de yupi, pero los malos pensamientos ya empezaban a enseñar la cabezita.

Si Mary lo necesitaba, siempre podía ir al hospital del pueblo, aunque allí estaría su padre dando tumbos y no sería la situación más agradable para ella, sobretodo después de lo de la enfermera.

El último mensaje de Eleanor lo leí riendo a medias, sintiendo la llamada de alerta en mi cabeza, el descenso que siempre empezaba de a poco, y que luego tiraba de mi hasta el abismo. Miré la hora en el móvil, había durado bastante menos que la última vez, y eso que había usado dos. Mierda.

Dudé en si escribir un mensaje a Eleanor... Comencé a escribir en el móvil una vez más.

El mensaje de Mark me llenó de ansiedad, atenuada levemente por los últimos retazos de mis pastillas felices. Le escribí de inmediato, poniéndome de cuclillas junto a la máquina expendedora. Miré la calle, llevándome las manos a la cabeza un momento y mesándome el cabello. Que sola estaba la calle, joder. A veces parece un jodido pueblo fantasma.

-¡Nnnnngh!-

Miré el teléfono con frustración y casi lo lanzé al suelo, pero me contuve. Cerré los ojos, golpeando levemente la pared de la farmacia con la cabeza, esperando la contestación de Mark.

Entendía lo que me estaba diciendo. Lo sabía. Pero en este momento la preocupación había quedado relegada a segundo plano. Necesito ese escape, y al mismo tiempo lo necesito como mi conexión con Mike. Es lo único que me queda de él.

La noche se cierne sobre Anderson Creek...

​​​​​​​

Casi sin darme cuenta había caído la noche. Comenzaba a hacer algo de frío, pero suponía que Seth no tardaría en pasar, o al menos enviar un mensaje de que no vendría, qué se yo... Escuché la notificación de móvil y revisé para ver quien me había escrito...

...

Tenía que ser una broma, ¿no? Una broma de muy mal gusto. O es que seguía drogada. Lo vi una, dos, tres veces. Sabía que debería estar vomitando al verla, pero estaba demasiado en shock como para reaccionar. Aún sin creerme lo que veía, me apresuré a escribirle a Eleanor.

Con un sonoro rugido de motor, llegó Seth a escena. La farmacia estaba cerrada.

Estaba de pie, leyendo la respuesta de Eleanor, junto a la maquina expendedora de condones y los cinco globitos atados con un hilo, cuando escuché el ruido del motor. Me llevé las manos a los ojos un momento por la luz de las farolas, antes de reconocer el coche, algo que por supuesto no podía pasar desapercibido. Me mordí el labio con expresión culpable al detener mi mirada en la parte de atrás, y casi con los hombros encogidos me acerqué hacia el costado. -Hey...-

Mientras esperaba que todo estaba bien tras dejar a Eleanor en el lago pude ver ese vídeo viral, no lo podía creer seguro era una broma pesada de algún alumno y aunque un pensamiento me decía que algo iba mal, arranqué el coche y fui hasta la farmacia, llegaba algo tarde.

Pierdo velocidad poco a poco hasta que veo la figura de Mary en el lugar acordado, una mueca de desagrado se asoma por mi rostro pero intento ser lo más amable posible pese al enfado. - ¿Heey? ¿Desde cuando..? Olvídalo. ¿Qué haces aquí, que sitio es este para quedar? Anda sube.

-Quería comprar jarabe para la tos. Pero la jodida farmacia estaba cerrada.- Dudé unos momentos, mirando el coche. Suspiré y abrí el lado de copiloto, sentándome allí y tratando de bajar lo más posible en el asiento para que no se me viera allí. Desde abajo, lancé una mirada hacia a Seth. -¿Te llegó también el video?- Dije, retrasando el momento en que tendríamos que hablar. Pero no podía ignorarlo.

-Lo siento. En serio.- Empecé, llevándome las manos a la cara y soltando un gruñido exasperado. La sensación de felicidad ya se había desvanecido, y el estrés tomaba su lugar.

Con Mary era distinto que con su hermana, con ella no hay esa misma confianza y que le tome el pelo, unido a que estoy realmente molesto con ello no ayuda a poder aguantar que diga esa estupidez. - Jarabe para la tos... Yo yo que venía a por pañales para mi hijo... - llevo las manos al volante cuando se sube y veo con naturalidad como hace lo de siempre que la llevo en coche, esconderse. - No va a verte nadie, Mary, es de noche. Y sí, he visto ese vídeo - seguro que no podía referirse a otro y un escalofrío recorre mi espalda. - Seguro es un montaje de alguien con tiempo libre. - digo restando importancia.

Miro de reojo a Mary mientras se disculpa y se lleva las manos a la cara. Por un momento estoy tentado de sonreír y decirle que no pasaba nada, pero esta vez no iba a ser así. - Mary, te pasaste y mi madre me ha echado una bronca como nunca. - las farolas iluminan el camino y el coche cada vez que pasamos por debajo de una. - ¿Fue por Emily? Creía que acordamos como iba a ser esto...

El ambiente estaba tenso y enrarecido, cosa que no mejoraba con los efectos secundarios del bajón. -No.- Dije apenas escuché la pregunta. Pero sabía que no era totalmente cierto. Abrí los dedos para mirarlo a través de ellos. -No sé. No era yo en ese momento.- Dije, bajando las manos para cruzarlas sobre mi estómago. -Sé lo que es esto, Seth. No soy idiota. Joder, si fui yo quien lo dijo primero. Pero no era yo, no estaba bien. No estoy bien.- Repetí.

-Deja que me disculpe con tus padres. No tengo idea como carajos pagarlo, pero algo haré.- Le prometí.

Eleonor iba a matarme por esto, pero en mi naturaleza no estaba el ser cabrón solo por serlo. Y menos viendo que algo debería pasarle de verdad a Mary. - No me tiro a Emily, Mary... Solo lo dije por molestar. - digo sin apartar la vista de la carretera. Pensativo veo a través del retrovisor como aparta sus dedos para verme y como se lleva las manos al estómago para descansarlas. - Si algo ocurre prefiero que me lo digas, al menos eso que joderme el coche, ¿en que coño pensabas tía? ¿Sabes bien lo que va a costar? - no era el gasto lo que me jodía, era como pese a decir que no el detonante hubiese sido mencionar a otra chica. - Sé que no eres idiota, lo sé bien. Si me lo parecieses no... - no acabo la frase pero sabe a lo que me refiero. - ¿Qué ocurre? ¿Problemas en casa? Coño, ábrete a mí. No todo tiene que ser follar ¿sabes?

Exhalo mi aliento antes de contestar su propuesta de pagar los gastos. - Mis padres van a ir a mi casa, iremos allí y podrás disculparte lo que quieras, pero sabes que no van a dejar que pagues nada. - veo como en dos manzanas llegaremos a mi casa. - Joder, espero que todo salga bien con ellos. 

Bajé la cabeza al escuchar lo de Emily. En serio no me importaba. O quería que no me importara. -No tengo ni puta idea de cuanto va a costar, y eso me jode. De verdad que si.- Le aseguré. Suspiré cuando habló de problemas en casa. -La misma mierda de siempre. Papá follando sin parar, y Eleanor me dice que se está follando a Madison también. Así que bueno, está eso...- Dije. Seguro ya mi hermana se lo había contado. No había cosa que Eleanor no le dijera a su mejor amigo.

-Pero no es eso. Soy yo. Creo que me estoy haciendo resistente a la jodida "pastilla feliz".- Le dije. Él sabía de mis pastillas, aquellas que empecé a tomar con Mike Ashton hacía ya casi tres años. Ocho horas de pura felicidad donde todo daba risa, y hacer cosas como rayar un coche era gracioso. -Hoy incluso doblé la dosis, y ya a antes que anocheciera se estaba pasando el efecto. Joder Seth...- Repetí, enderezándome en la silla. -Tengo que parar... Pero... No sé si puedo. Y Eleanor no puede saberlo. No quiero decepcionarla. No más de la que la he decepcionado ya.-

Vi su casa acercarse y comencé a sentirme nerviosa. -Joder, joder, joder...-

El dinero era un lujo y siempre he sacado provecho de él, pero en realidad no era algo importante al lado de las personas, por eso discrepo tanto con mis padres en aspectos de nuestro día a día. - Mary, el dinero es dinero. Eso se superará pero, me preocupa la acción, joder no puedes dejar que esas pastillas te tomen el control. - yo alguna vez fumaba y había probado alguna droga más dura, pero nunca iba a dejar que me robase la consciencia. - Sé que en casa las cosas van como el culo, pero os escucho a las dos, tanto a tu hermana como a ti y joder, puedo ayudaros. - apoyo mi mano en su pierna y acaricio su muslo con delicadeza. - Mary, podéis venir a casa cuando queráis y despejar la mente. - cuando dice lo de Madison mi cara debe ser un poema. No esperaba para nada eso y mis ojos están abiertos como platos. - Espera ¿qué? ¿MADISON? ¿Qué cojones? - doy un leve volantazo y aparto mi mano de ella para tomar el volante con más precisión. - Mary, ¿ni tú ni Ele habéis pensado en contarme las cosas? A veces no os entiendo...

Entro en el garaje con cuidado y de nuevo apoyo mi mano sobre ella, esta vez acercando su cuerpo contra el mío. Poco a poco mi enfado iba desapareciendo aunque estaba aun presente, pese a todo, el que ella esté bien se convierte en mi prioridad. - Te ayudaré en todo lo posible, tenlo por seguro cabezona. Pero como vuelva a verte así, tomando esas pastillas... - la miro con severidad. - Se lo contaré a tu hermana. ¿Entendido? - y la beso con ternura cuando dejo el coche en su plaza.

Miro por los alrededores por si veo el coche de mi padre. Lo vea o no salgo del coche y me dirijo al ascensor. - Estate tranquila, siendo tú no van a ser muy severos, todo caerá sobre mí. - miro como el ascensor está a una planta de llegar al -1. - Puede que no hayas sido como Eleanor para ellos, pero al final sois familia. 

-No puedo dejar la casa, lo sabes. Sólo robar estos momentos.- Le dije, negando con la cabeza. -Tengo que cuidar de Toby y de Eleanor, no los puedo dejar allí en esa casa de locos. Si fuera por mamá y papá... Tobhias podría asfixiarse en uno de sus ataques de asma y dirían que sólo tomó un mal aire...- Sentí el tacto cálido de su mano en mi pierna, aunque sólo duró unos segundos antes que la sorpresa de la información que le acababa de dar lo hizo dar un bandazo. Me le quedé mirando con una ceja alzada. -Oye, te entiendo que te enojes conmigo, pero ¿Eleanor y tú no son los super amigos que se cuentan todo?- Pensé que esa sería algo que le diría a Seth, quizás incluso antes que a mi.

Me recliné hacia su lado del asiento, una mano aún cruzada y la otra la apoyé en su pierna. Entendería que siguiera enfadado conmigo un buen rato, pero me alegraba sentir que la tensión incómoda se desvanecía un poco. Le devolví el beso, con un suspiro entre aceptación y rendición, y me relamí levemente los labios al separarnos. Dudé unos segundos. -Ok.- Dije, y saqué del bolsillo de mi chaqueta una cajita pastillera pequeña, sin marca. -Son las que me quedan.- Sin embargo dudé en entregárselas. -Si las freno ahora, de golpe, ¿no es peligroso?-

Volví a guardar la cajita en mi chaqueta de momento, y bajé del coche rápido. Busqué su mano al detenernos frente al ascensor, arañando suave su dorso con mis uñas pintadas de negro. -Ya, pero yo no soy una futura concertista.- Dije, con media sonrisa. Los padres de Seth me intimidaban, y sin poder evitarlo me estiré un poco la falda hacia abajo, como si con desearlo haría que pareciera más larga de lo que era.