Partida Rol por web

Estás de suerte, viejo. Alguien ahí arriba te quiere y te ha dado una nueva oportunidad. Ahora no seas orgulloso y trágate tu orgullo. Esto no es una película de John Wayne y aquí existe a posibilidad de que el bueno termine destrozado en cualquier callejón. Sal de aquí y trata conseguir un día más para pelear si hace falta...

Aun sintiéndose muy raro por la droga que ralentiza sus músculos, Nightshade consigue por fin disparar su bastón para tratar de alejarse del lugar. El cable de aleación de acero sale disparada y se engancha bien arriba, el vigilante sale disparado hacia arriba envuelto en una maraña de sombras que se van adaptando a los alrededores. El frío de la noche se cuela en el traje del entumecido hombre que escapa de la escena.

La mujer murmura unas palabras en otro idioma, sin dudas un insulto aunque en su boca suena suave como la seda. Tiene tiempo de realizar un último disparo a la distancia. El dardo silba en el aire, penetra la masa de oscuridad y casi milagrosamente va a clavarse en la mano libre de Nightshade.

Miro a mi mano esperando verla destrozada y lanzo un bufido de alivio: gracias al Señor sólo se trata de un dardo. Ahora comprendo la repentina sensación de somnolencia que me había invadido los últimos instantes. Mi cuerpo estaría tratando de combatir quien-sabe-qué-toxinas y el repentino subidón de adrenalina parece haberle ayudado puesto que, de momento, esa sensación ha desaparecido. Debo continuar moviéndome: no solo para para obligar a la adrenalina a continuar fluyendo y ayudándome a luchar a superar las drogas que me hayan inoculado, sino para poner la mayor distancia posible y de la manera más rápida de mí amiga la Pelirroja y sus compañeros. Estoy en inferioridad numérica manifiesta y si sólo uno de “ellos” ha podido hacerme esto no quiero imaginarme si termino por caer en sus manos…

Corro y me balanceo por encima de los almacenes hasta alcanzar el límite del puerto. Una vez que veo que he puesto suficiente distancia (varios bloques) me detengo y, con cuidado, echo la vista atrás buscando si alguien me persigue. Luege me detengo a examinar mis constanes vitales. ¿En qué me esta afectando lo que me han inyectado? ¿Fue solo aquella sensación de mareo del muelle o ahora hay algo más? Examino el dardo que me alcanzó, rezando por que quede algo de sustancia por si fuese necesario acudir a un centro médico en busca de un probable antídoto. O quizás me sirva de pista más adelante...

Nightshade sale disparado de la escena. Casi vuela, se balancea de cables a postes, de balcones a terrazas hasta que el puerto queda lejano y fuera de la vista. Han pasado algunos segundos, la mano le arde bastante pero ya se siente mucho mejor que hace un momento. Ha recuperado la movilidad y no parece estar afectado de ninguna manera. El dardo es bastante particular, posiblemente un diseño personal pues no se parece a nada que haya visto antes, y tiene apenas unas gotitas que aún se pueden rescatar seguramente.

La noche está en pleno sobre la ciudad y la invade un silencio inquietante.