La red de túneles, pasadizos y conductos que se desarrolla debajo de la ciudad parece infinita. Cuenta con no menos de 20 niveles por los que trascurren de forma caótica desde las cloacas hasta el tren subterráneo, pasando por la red de agua, de gas y las cables de luz y teléfono. Todo en una organización tan retorcida que se requiere ser un experto para entender siquiera cómo es que funciona. Ethan es uno de esos expertos. Hace ya un tiempo que encontró esta sección en completo desuso. Es enorme, una vieja estación abandonada, de una línea de subte que hace una década que no existe. La estación cuenta, además con los pasadizos de mantenimiento y otros recovecos que hacen del refugio de Sentencia un lugar amplio y alejado de la vista de la ciudad.
En una sala casi sin luz, iluminados por el monitor de la computadora, Ethan y Katherine miran atentos los datos que han recolectado. La ciudad duerme una siesta llena de misterio. Las piezas en el juego estratégico para dominar las calles de la ciudad se están moviendo en las sombras y hay muchas más preguntas que certezas. Las dos familias que tradicionalmente manejaban la mayoría de los negocios ilícitos en la ciudad se encuentran en algún tipo de jaque, los Hunter han abandonado la ciudad directamente, sin ninguna explicación, dejando el negocio en manos de un lugarteniente. Los Bings se encuentran acuartelados en uno de sus casinos desde hace un mes. Lo más intrigante es que no aparece un evidente motivo para todo esto.
Rastreando los últimos ataques que recibieron los Bings y atando cabos sobre el secuestro de los hijos de Mr. Hunter en el último año, dos cosas se hacen evidentes. La primera, hay un nuevo actor que aún no muestra la cara, ni todas sus cartas. La segunda, es mucho más preocupante. Hay claras evidencias de que el DCPD (Dream City Police Departament) ha dejado zonas liberadas para facilitar los ataques. La policía ha sido siempre profundamente corrupta, sin embargo son corruptos de manera individual, no orgánica. Cobrar coimas, encubrir delincuentes y comer gratis son los típicos crímenes de los uniformados. Pero movimientos coordinados entre varias patrullas para liberar zonas, eso ya es una novedad.
Las patrullas 124, 382 y 056 están metidas en esto. Han abandonado sus rondas deliberadamente, desprotegiendo las zonas tanto para el secuestro de la joven Hunter como en la encerrona que sufrió el segundo de los Hermanos Bings hace apenas 32 horas. Son pinches, subalternos que seguramente reciben órdenes. Todos ellos pertenecen a la comisaría 15, bajo las órdenes del Capitán Moore. La noche recién comienza, y hoy todos están de turno.
Ethan se miraba en el espejo el pequeño cuarto de baño del centro de operaciones, olía a cañería vieja y oxido, pero el sitio estaba relativamente limpio, no se puede culpar a Ethan de los años de las instalaciones y de su natural envejecimiento. -Dios,..como odio este momento- decía Ethan mientras contemplaba la mascara de Sentencia, que aun le seguía provocando ese miedo como si fuera el primer día . Ethan odiaba convertirse en Sentencia..pero había que trabajar. Sin mas dilación se coloco la mascara, el abrigo y el sombrero. Estaba listo y preparado.
Sentencia cruzo la pequeña puerta que separaba el baño de la sala central de operaciones. El olor a oxido seguía en el ambiente mezclándose con el embriagador perfume de Kath, olor que haría olvidar sus penas al mas desgraciado unos instantes. -Hora de trabajar señorita Poison-la voz rasgada y ronca de Sentencia interrumpió el sepulcral silencio que invadía la habitación. Dirigiéndose hacia los obsoletos pero efectivos monitores, papeleo esparcido por la mesa y demás anotaciones, Sentencia intentaba combinar todo aquello. Mas que encontrarle sentido era como desanudar un montón de hilos entrecruzados, una tarea minuciosa y tediosa, pero necesaria para su labor.
-Hay algo en el ambiente, lo noto, la oscuridad parece mas espesa esta noche, y eso no es buena señal-Dijo sentencia mientras miraba un gran mapa de la ciudad con anotaciones a mano y cogidas con chinchetas. -aquí hay algo que no encaja, necesito ese instinto que tienes, contemples esto y dime...que ves..-Los ojos fríos de Sentencia se posaron sobre Kath esperando una respuesta que no sabe si sería la acertada.
Ese día Kath llevaba una larga y ardúa semana de investigación y entrenamiento, además por supuesto, de su trabajo. Por lo tanto, estaba sumamente agotada a pesar de seguir ahí, a pie de cañón, casi como el primer día. Pero eso no quita, que no estuviera pidiendo a gritos descansar por fin. Pero, el descanso tendrá lugar cuando acabe todo esto, mientras tanto, mientras le quede aliento, seguirá en pie por Mike. Por su hijo.
Aquella noche su cuerpo pedía a gritos una cama o alguna superficie lo suficientemente horizontal como para tumbarse, no pedía ni tan siquiera una misera cama, con tumbarse, le servía, fuera donde fuese. Estaba apoyada con ambas manos sobre el escritorio, observando el mapa que había sobre la mesa y de vez en cuando, mirando la pantalla del ordenador para comparar cierta información, intentando atar la mayor cantidad de cabos posibles con lo que hasta ahora tenían. Aprovechó que Ethan había ido a ponerse su maldita máscara, pues precisaban la ayuda de Sentencia, y por cruda que fuera la realidad, era así y ambos, debían aceptarla. No sabía a quien podía llegar a incordiarle más eso, si a ella, o a Ethan, pero le seguía el juego. Al fin y al cabo, parecía lo mejor ahora mismo.
Apoyó la cabeza en la mesa, sobre sus brazos, quedando encorvada hacia abajo pues la mesa le llegaba a los muslos. Suspiró, cerrando los ojos por unos segundos, disfrutando de unos breves instantes de silencio, hasta que Sentencia tuvo que romperlo. Su valioso silencio. "Ya está otra vez con ese tono impertinente...'' Odiaba de sobre manera tener que soportar a ese maldito pajarraco. Se incorporó y lo miró, observándolo acercarse hasta donde estaba ella, para una vez este entrar en materia, volver ella a entrar en juego.
— No sé hasta donde mis hipotesis son ciertas pero... — Tomó unos segundos para reordenar sus ideas y traducirlas al lenguaje oral. — Yo diría que hay un cabo suelto y que ese cabo suelto, tiene nombre. Lo más seguro... Es que haya otra persona que no conocemos detrás de todo esto... Y que esa persona... — Desvió la mirada al mapa, pues miraba a Et..Sentencia hasta ahora. — Debe estar moviendo todos los hilos. Estas familias... — Pasó la mano justo por encima de las zonas donde hasta ahora sabían que estaban ambas. — Se están comportando de forma inusual, y el motivo de todo esto, creo que es este tercero que anda en las sombras. Además, la policia... Siempre fue corrupta. ¿Pero tanto? — Volvió a mirar a Sentencia después de haber hecho aquellas sospechas y revisado el mapa una vez más. — Creo que él también tiene comprada a la policia. O cogida por los huevos. Una de dos. — Se encogió de hombros y se llevó una mano al mechón de pelo verde que le tapaba la mitad del ojo derecho. — Y... Si te digo la verdad. Prefiero que sea lo primero. Es más fácil lidiar con un ricachón, que con un hijo de puta capaz de hacerse con la policia de esa forma. — Ladeó la cabeza, encogiéndose de hombros, en un gesto casi de indiferencia. Todo ese asunto, le preocupaba, sí. Pero parecía que le diera totalmente igual cuando hablaba, o con como se comportaba.
-Esa lengua señorita Poison-replico sentencia sin elevar el tono de voz - no me gustaría que se envenenara con sus propias palabras malsonantes- Sentencia volvió a mirar el mapa casi sin moverse del sitio.
-Que la policía esta comprada está tan claro como que en esta ciudad hay mas rameras que bibliotecas, lo que me preocupa es que alguien sea capaz de comprar a toda una comisaria...o lo que es aun peor, que ese alguien sea un policía con poder. Sentencia soltó sus ideales a la vez que se apretaba el cinturón. - Esta noche la veo algo cansada señorita Poison, así que creo que es hora de movernos, a ver si eso la anima, ademas aun estas verde en trabajo de calle, y hoy me apetece "envenenar" a alguien, Así que siga su instinto, elija un sitio y vamos a echar un vistazo- Sentencia casi sin mirar a su compañera se preparaba para salir. -Esta noche algo se mueve en la oscuridad y no quiero ser el único que se pierda la fiesta, y menos cuando la noche invita a salir a bailar, no le parece señorita Poison?Sentencia recalcó bastante esa pregunta final mientras observaba a reacción de Kath.
"Como estaba claro, Sentencia tan correcto siempre, ¿O es Ethan? Vete a saber... " Katherine puso los ojos en blanco rodándolos para terminar aquel gesto de exasperación en un suspiro e ignorar el comentario. Pensó en lo que había dicho. Era cierto que podía ser incluso un policia. Y eso no lo ponía mejor, de hecho, si ella había dado dos opciones, una mala y otra peor, respectivamente, Sentencia acababa de dar una tercera, que sin duda, parecía la peor de todas. Se quedó unos segundos pensativa, teniendo en cuenta que fuera un policia. La cosa se complicaría demasiado.
Volvió a la conversación a tiempo para terminar de escuchar lo que Sentencia le decía. Parpadeó sacudiendo muy ligeramente la cabeza para prestar atención. — Ah... — Titubeó hasta que sus oídos proporcionaron parte de las palabras que habían escuchado a su cerebro, que por poco que fuera, algo sería. Aquello conllevó un par de segundos más, que seguramente Sentencia utilizó para darse cuenta de que no le había prestado atención. — ¿Salir a bailar? ¿Qué demonios dices ahora? Céntrate, joder. Esto está muy chungo. — Dijo con el ceño fruncido, mientras miraba a Sentencia.
Sentencia miro a Kath, incluso por un momento parecía que hasta esa máscara tenia expresión. "Aveces no se si es demasiado lista, o demasiado ingenua.... Sentencia se dirigió hacia Kath con paso lento pero firme. Sin quitare ojo de encima rápidamente poso uno de sus dedos sobre el mapa. — Elija lugar señorita Poison. — Dijo Sentencia en tono imperativo.
— No podemos despistarnos señorita Poison, y menos ahora. — Expresó Sentencia sin quitarle la mirada de encima a Kath. — Quien sabe, a lo mejor hasta nos pone en rumbo sobre que le ocurrió a su hijo y sobre quien hizo semejante atrocidad. — Esas palabras salieron de su boca casi como una oscura y fúnebre sinfonía, casi como si tuviera una bandada de cuervos graznando en su garganta.
"El cebo esta lanzado.."Sentencia conocía bien lo que motivaba a su compañera, y nada como hablarle de su hijo. Un arma de doble filo muy peligrosa.
El paso de Ethan a Sentencia todavía es algo que le cuesta a la extraña pareja. Con una máscara y un traje da paso a este oscuro personaje que por momentos parece un completo extraño para Katherine que, por su parte, no tiene aún el hábito de los vigilantes, de diferenciar claramente a la persona del justiciero.
En algún rincón de la base una cañería gotea acompasada. El mapa desplegado sobre la mesa abunda en anotaciones. El Distrito 15 siempre ha sido un lugar a la par lujoso y miserable. La avenida principal aloja los casinos, teatros y hoteles más lujosos de la ciudad por donde, en sus mejores tiempos, se pasearon los artistas, deportistas y políticos más importantes del país. Hoy las clases acomodadas de la ciudad intentan ostentar el glamour que le queda. Justo detrás de esta avenida, a ambos lados, comienza una serie de oscuros callejos y entrada trasera de depósitos, todo lo cual termina al comenzar los complejos de apartamentos más peligrosos de Scream City. Alojan a criminales y pandillas de las más violentas, mesclados con familias y trabajadores muy humildes que no tiene otro lugar a donde ir. La comisaría se encuentra en el extremo norte del distrito. Desde allí el Capitán Moore dirige los esfuerzos de la tropa policial, aunque todo el mundo sabe que esos ricachones están a salvo por el control de las familias Hunter y Bing, dueños de los casinos.
Esta noche trabajan todos, Moore desde la comisaría, las patrullas harán sus recorridos. La 124 recorre la avenida principal mientras que las 382 y 056 vigilan las barriadas a este y oeste respectivamente. Todo se encuentra garabateado en los papeles de Sentencia y Poison apilados en la mesa. Son semanas de entrecruzar datos y comprobarlos con largas escuchas.
Me olvidé de decirles que el sistema de comunicación de la base les permite no sólo comunicarse entre ustedes sino además hacer cosas como monitorear las comunicaciones de radio de otros.
Una grandísima oleada de auténtica ira recorrió a Poison de pies a cabeza hasta salirle por la boca. Tuvo el impulso de coger a Sentencia del cuello y hacerlo chocar contra la pared en ese preciso instante, pero manteniendo las formas, lo más que pudo, siendo presa del sindrome de abstinencia que a esas horas ya le rondaba, su brazo solo golpeó la mesa con un fuerte y sonoro estruendo. Se quedó tal cual, en esa posición, mientras su mirada, de odio, un odio que podría convertir en cenizas a cualquiera, se clavaba en la maldita y asquerosa máscara de pájaro. O en su defecto, en Sentencia. — Si vuelves a tan sólo hacer alusión a mi hijo, te juro... ¡Te juro! Que acabo con tu miserable vida para que dejes de joderme la mía. ¿¡Te queda claro, maldito pajarraco loco!? ¿¡Te queda claro!? — En estos momentos, estaba a punto de mencionar a Ethan, pero aún era capaz de controlar aquello, no sabía como podría sentar aquello a Ethan, ya que, no sabía hasta que punto, su amigo, necesitaba ayuda psicológica y no estaba del todo segura que el mejor tratamiento fuera ese. Debía llevarlo como si de un juego de niños se tratase, y hacer que ella también veía ''a su amigo invisible''.
Si la mascara de sentencia hubiese tenido boca se reflejaría en ella una gran sonrisa. Kath se había tragado el anzuelo, el sedal y hasta la caña. — Bienvenida de nuevo al mundo de los despiertos señorita Poison — Exclamó Sentencia con un tono mucho mas apaciguado pero sin perder ese toque tan cínico que había detrás de caga graznido.
— Me alegra saber que si entramos en peligro esta noche podre contar con usted y su ira — Dijo Sentencia colocándose bien los guantes y girando la cabeza hacia Kath — Aunque sigo esperando que me diga ubicación y destino me alegra saber que no elegirá la cama, ya que antes tenia mis dudas.. — Esas palabras en tono irónico e irritante salía de su boca como un volcán escupiendo lava.
Sentencia permanecía de pie, impasible e inmóvil cual espantapájaros esperando reacción de Kath. Sentía su odio y jugaba con ese arma de doble filo esperando no cortarse, o al menos, no demasiado...
La cama no... Pero el síndome de abstinencia comenzaba a pasarle factura conforme iba pasando el tiempo. Podía hacer casi un día que no se metía ninguna raya. Ese día había sido demasiado ajetreado y lo había tenido demasiado ocupado como para tener un rato desde la última que se había metido en el trabajo. Su cara de odio, era descomunal. Se quedó unos segundos observándole. — Que te jodan. — Y le dio un fuerte puñetazo en el brazo. No iba con intención de hacerle realmente daño, su ola de ira ya se encontraba en retroceso, y no quería matarlo, no al menos por ahora.
Miró el mapa y se quedó callada. Alargó el brazo para darle mucho más volumen a la radio y así poder prestar más atención a esta. Apenas se escuchaba bien así que comenzó a sintonizar para buscar alguna emisora de algún coche patrulla que anduviera en esos momentos haciendo su labor nocturna.
Tras algunos meses de obsesivo trabajo Sentencia había logrado registrar gran parte de la banda de comunicaciones del DCPD. La específica de la comisaría 15 es una delicia de irresponsabilidad. Tras una hora de escucha conocen el nombre de las esposas y de las novias de casi todos los miembros de las patrullas, conocen sus planes para el fin de semana y se nota patente que su atención no está precisamente en el patrullaje.
Todas las comunicaciones son entre patrullas o a lo sumo con la central, pero el Capitán Moore no participa de estas charlas. Todavía tienen que soportar el tedio de las conversaciones sexistas, xenófobas y plagadas de ostentación de la autoridad que otorga su uniforme. Varios crímenes menores son detectados, concurren a restaurantes y cafeterías para consumir gratis, presionan a camellos y prostitutas para cobrarles sobre todo favores, detienen y golpean jóvenes sólo por diversión y un largo etc, pero nada que los vincule e un verdadero delito que vaya hasta la raíz.
Finalmente llega algo cuando menos sospechoso, Bobby de la patrulla 056, con ánimo festivo dice: - Mañana por la noche es el baile – Dos cosas llaman la atención, la primera y más evidente es que al otro día otra vez están todos de turno por la noche, la segunda es el silencio total por parte de los demás. No han lograda descifrar el significado de lo que escucharon cuando el propio Capitán Moore hace su primera y única comunicación de la noche. – Señores, queda confirmado el Operativo de Dispersión para mañana. Buenas noches- La respuesta generalizada es “entendido”. La expresión Operativo de Dispersión es una que no habían escuchado antes y sin dudas no figura en el protocolo de la policía. Toca averiguar de qué están hablando.
Negrita y cursiva para las comunicaciones por radio.
— Lo ve señorita Poison, no soy el único que quería ir a bailar por lo que oigo. —Expresó sentencia con su voz ponzoñosa.
Sin moverse demasiado del sitio después de la escucha y solo haciendo alusión al mapa sobre la mesa con el dedo se dirigió secamente a su compañera. — Sabemos donde patrulla, y donde están. ¿ Que le parece si vamos amablemente a pedir una invitación para ese baile? — Sentencia hizo una larga pausa, cosa no muy habitual en él, pues suele tener la lengua mas rápida que la mente. — Dispersión, no me gusta esa palabra, pues no entiendo el significado en todo esto...y eso me mosquea.—
Sentencia tomo una gran bocanada de aire, ese mismo aire denso y con olor a metal y oxido tan característico de la guarida.
— ¿Que tal un poco de chantaje? sabemos de algún miembro de la patrulla mas vulnerable? ¿ quizás alguno que se haya casado recientemente o ...haya tenido un hijo reciente? — esas palabras sonaron en su boca con un tono entre terror y oscura fantasía. Solo pensar en la figura de sentencia cerca de un bebe hacia que se erizara el pelo a la persona mas fría y dura del mundo, y lo mas horroroso de todo es que sentencia no lanza chantajes vacíos.
— Aunque...estoy dispuesto a escuchar ofertas de como hacer las cosas señorita Poison, así que..Hábleme que su voz me encanta. — Una mirada fría y siniestra directa los ojos de Poison siguió a estas oscuras palabras.
¡Yaaa, ya posteo! He estado trabajando y encima era la feria de mi pueblo, vamos que hace semanas que no toco mi pc >.< Sorry!
La expresión de Poison ante lo que acababa de escucharse en la emisora era de confusión, y de total inmersión en ello, estaba pensativa, con la mirada fija en el piloto rojo que no dejaba de parpadear en la radio, intentando atar los cabos que hasta ahora no parecían tener ningún tipo de sentido. Alzó la vista tras escuchar a Sentencia hablar, lo cierto es que odiaba que rompieran el silencio si ello conllevaba romper sus pensamientos también y odiaba más aún a Sentencia, por lo que unir las dos cosas que más odiaba, era una bomba de relojería. Resopló, exasperada cerrando los ojos para calmarse. Se llevó las manos a las sienes gruñendo, empezaba a martillearle la cabeza, entre el cansando, el sueño, el mono y tanta mierda que recoger. — ¡Estoy pensando, joder! ¡Estoy pensando! — Gritó dando vueltas sobre si misma con la cabeza ligeramente echada hacia atrás, los ojos aún cerrados y las manos sobre sus sienes y su frente. — No sé de que demonios están hablando, sólo se que debemos enterarnos cuanto antes, ya que tenemos de fecha límite mañana. —
Se quitó las manos de la cabeza dejándolas caer a sus costados en un golpe sordo que resonó en el eco de la estancia y empezó a caminar en círculos, por alrededor de la mesa, sin rumbo fijo, sólo para relajarse y pensar con mayor claridad. Gruñó nuevamente y dio un golpe en la mesa. El zumbido en su cabeza no le dejaba pensar. — ¡¡Arrgghh!! ¡Esto es de locos! — Volvió a gritar justo tras dar el golpe a la mesa que no le había hecho nada. Miró a Sentencia, tras quedarse unos segundos inmóvil, mirando a la nada. — Haremos lo que dices. Buscaremos la forma de hablar con alguno de esos malditos corruptos el tiempo suficiente de ponerle los huevos de corbata. Me da igual si es su mujer, su hijo o la zorra que se folla mientras la mujer cree que está de guardia. Pero le haremos hablar. — Soltó aquella parrafada demasiado cabreada, con ira, una ira que no parecía tener sentido, pues no había ocurrido nada que la estuviera haciendo enfadar así. O al menos, para Sentencia, no lo había. Pero el mono que tenía, ella si lo escuchaba en su cabeza atormentándola, haciéndole comportarse así.
Dio una vuelta de nuevo sobre si misma, alejándose un poco de la mesa. — Busca la forma de interceptar a alguno de esos capullos, quiero lugar y hora cuando vuelva. — Se marchó dejando sólo el sonido de sus tacones al salir del lugar. Buscó lo más parecido a un baño que tuviera aquel chiflado allí, necesitaba meterse una ralla o acabaría colgándolo. Lo aguantaba poco en sus cabales, pero con semejante mono, hasta el sonido de su voz le crispaba.
Está claro que algo se está cocinando, pero por las comunicaciones es bastante difícil darse cuenta de qué. Lo otro difícil, casi insostenible, es la relación de dos mentes perturbas apenas asociadas por un objetivo común y una amistad que, cada vez es más evidente, es entre dos personas que no son las que visten los trajes de vigilantes.
Toca preguntar a los involucrados. Los azules patrullan en pareja y sus recorridos son conocidos y previsibles, aunque puede ser algo peligroso enfrentar a una patrulla. Al amanecer el turno de vigilancia termina y todos regresan a sus hogares. Son todos hombres casados, también todos tienen novias e hijos. Necesitan trazar un pequeño plan e ir a por ellos.
Sentencia se queda calculando, es difícil saber que sucede dentro de esa cabeza , la alta silueta consigue helar todo el ambiente con su presencia. Poison no lo tolera más, necesita un toque para aguantarlo, ese no es su amigo. La primera raya tiene que ser ancha, abundante, el primer colocón de la noche entra por su nariz, golpea en la nuca, contundente. Raspa en su paso por la fosa derecha y provoca una lágrima en el ojo de ese lado. Cuando el amargo se adueña del fondo del paladar, la chica ya se siente bien estimulada.
El plan en la mente de Sentencia, (no tanto en la de Ethan), estaba claro. Las red de túneles eran arterias que comunicaban toda la ciudad. Cogerían al rival mas débil, al mas estudiado, y lo pillarían en sus horas mas bajas, de vuelta a casa, cansado de su trabajo y en su propia madriguera con su familia. Sin ruidos, en silencio como le gusta a sentencia.
Sabia que su compañera estaba preparada para ello, pero quería verla en acción, quería ver como los meses de entrenamiento daban su fruto, y de ese fruto recogerían la preciada información que les hacia falta.
La persuasión por miedo no era nuevo para sentencia, pero si todo eso fallaba estaba el nuevo poder mental de su amiga, carta nada desechable para usarla en un momento dado.
Con el mapa memorizado y la ruta marcada sentencia lo tenia claro, y a buen paso podrían estar allí en poco tiempo. Les daría tiempo incluso para echar un vistazo a la casa, al barrio.
Pensado esto sentencia esperó a que su compañera saliera del baño, y ponerse en marcha.
En cuanto Katherine se hubo recuperado, se sentía muchísimo mejor tras aquella ralla y salió de nuevo al lugar donde su compañero se encontraba. Se había cerciorado antes de salir de que su aspecto se mantenía intacto y sin ninguna señal de evidencia de lo que había estado haciendo. Se pasaba las manos por el pelo para dejarlo suave y desenredado mientras iba andando hacia el centro de la estancia. Miró a Sentencia y alzó una ceja. — ¿Qué? ¿Estamos listos? — Dijo animada, apenas quedaba un rastro de la Kath que se había marchado irritada, ahora parecía haberse revitalizado totalmente, con más energía, mejor cara, muchísimo más motivada y activa, ni pizca de cansancio en su cuerpo. — ¿Hacía dónde nos dirigimos? — Preguntó poniendo los brazos en jarra.