Partida Rol por web

Priest observa a lo lejos las murallas de Sidaria.

Bueno, ya hemos llegado. Como dijimos, entraré yo solo y me encontraré con el resto en el puesto de pan más cercano a la entrada, a la hora de cierre. Vosotros tendréis que esperar en algún lugar a las afueras de la ciudad. Mejor que bordeéis la ciudad y esperéis en el lado este, no se, ¿a una hora de camino? ¿Cómo lo veis?

Thorin, admira la ciudad donde espera encontrar la ansiada venganza...

Tras un segundo se detiene y aprieta con fuerza el puño de hierro rompiendo un palo que había recogido antes sin poder evitarlo.

Esta bien Priest, como comentas no pueden vernos a los demás esperaremos justo al este a una hora de camino.

Vamos, cuanto antes entres en la ciudad antes podremos alcanzar nuestro objetivo...

Sin más Thorin comienza a andar en la dirección indicada y espera que le sigan.

Priest emprende el camino solo hacia la ciudad de Sidaria.

Comienzas a caminar, decides primero dirigirte al camino, a parte de ser más cómodo, será menos sospechoso que te vean venir desde el camino principal.

Tras una media hora llegas hasta las puertas de la ciudad custodiadas por 4 guardias imperiales.

¿A dónde vas joven?

Al llegar a la entrada, Priest saluda a los guardias con un gesto de cabeza. Pone cara de sorprendido ante la pregunta de estos.

Bueno, tenía pensado entrar en la ciudad, desde luego. Llevo muchos días caminando, y aunque nuestro dios Dautero ha velado por mi en el camino, agradecería poder dormir en una cama después de tanto tiempo.

Ya...ya si...¿pero que te trae a esta ciudad?

Dijo el guardia con aire altivo

Nada en especial- responde el sacerdote con voz amable, a pesar de la altanería del guardia- Como sacerdote de Dautero, dios viajero, estoy viajando por el imperio, en viaje espiritual. Voy visitando los distintos templos de Dautero.

Thorin, Mandrin y Chakos caminaron con la intención de rodear la ciudad, intentaron y ocultos para que ningún guardia de la almenas pudieran verlos

De acuerdo sacerdote, son dos penique por la entrada.

Está claro que los guardias imperiales ya no tienen el mismo respeto por los sacerdotes dauteristas como antes. El imperio está cambiando y a peor.

Priest mira con el ceño fruncido a los guardias. A pesar de la injusticia que le parece cobrar por entrar en la ciudad, saca los dos peniques que le piden, pues lo importante era entrar y no llamar la atención.

El guardia recoge los peniques y te deja libre acceso, te adentras en la ciudad, está repleta de gente variopinta y de diversas razas. Te encaminas hacia el templo dauterista el cual divisas por su cúpula naranja.

Thorin, consciente de lo desconocido del lugar por donde anda y de saber como evitar que le vean, intenta orientarse aún así y pasar desapercibido.

Thorin no lo hace mal al esconderse pero aún así no consigue su objetivo sin la ayuda del entorno... En cuanto a orientarse, lejos de sus montañas, se ve totalmente perdido.

Yo lo que quiero es entrar en la ciudad y coger al malnacido ese!!!

A quien te refieres Thorin, que yo sepa en esta ciudad no tenemos enemigos excepto toda la guardia imperial

Relajate Thorin, no es la forma educada de actuar de un enano... Hemos de proceder meditando cada paso...

Mandrin, tengo claro que venimos a encontrar a Yeremias Fate, para que nos ayude a demostrar que Jeb Iklab nos tendió la trampa... Pero espero que haga algo más por mi...

Espero que me conceda la oportunidad de encontrar a Jeb Iklab cara a cara y poder ajustar cuentas con él tras humillarlo publicamente.

Ah...bueno...pero eso es en Rûn...en esta ciudad no tenemos nada que hacer. Seguidme que creo que es por aqui...

El pequeño elfo seguia el camino pero dando saltitos de un lado a otro

Priest, viendo que todavía tenía tiempo por delante hasta la hora del encuentro, se acerca hasta el templo Dauterista. Saluda a los sacerdotes que se encuentra allí, y entra en el templo, dispuesto a presentar sus respetos a su dios.

Llegas al templo y algunos de los sacerdotes te saludan, te preguntan de donde vienes y que cuanto tiempo te quedarás. Te indican que el Sumosacerdote de la ciudad se encuentra de viaje.

Le comentas que vas a estar todo el día rezando en el templo y haciendo ceremonias, te dicen que no hay problema en ello.