Partida Rol por web

—¡Lo tendremos en cuenta señora Lynn!

¡Buaaah! ¡Un consejo de la señora Lynn! Me apunté a fuego en mi cabeza, ¡jamás se me olvidarían sus sabias palabras! Aunque, bueno, pensándolo bien... era lo que solían decir los mayores cada dos por tres... ¡Pero da igual! ¡Lo había dicho la maravillosa señora Lynn! *-*

En cuanto al barco de los Cannoli, no pude evitar soltar un silbido de admiración en cuanto lo vi.

—¿Y eso flota? ¡Qué pasada~!

Los invitados de los Cannoli eran muy elegantes. Iban todos trajeados y muy requetepeinados. Cómo se notaba que eran mafioso... y cómo se notaba que nosotros éramos piratas.

—Lyvi, aquí huele a oro que te cagas —le susurré por lo bajo.

Con suerte, igual alguno de aquellos ricachones nos daba trabajo con el que ganar muuuuucho dinero.

Lyvia seguía andando, contemplando la estructura y fascinada por la enorme nao.

-Los Cannoli son muy pudientes. No me sorprende que tengan algo así consigo. Se les da bien los negocios. No hay más que ver el enorme ‘tesoro nupcial’ que estamos amasando con las ofrendas de los invitados. Es una pasada, luego te lo tengo que enseñar. Se te van a desmontar las prótesis de la impresión.
…
¡Eh! Qué os parece, ¡Ahí está mi futuro maridito!
 

A lo lejos, mientras andáis, veis a un hombre joven que rebosa un aura de pureza y buena voluntad. Viste ropas sencillas y algo elegantes, en especial un jersey de buena puntada que resalta incluso bajo su bata de médico.
Está asistiendo a una serie de piratas que le consultan. Son los piratas de ‘caracicatriz’.
 

-Pues sí, verá capitán Caracicatríz, como médico no puedo recomendarles que sigan con esa política de marcar a todos los que entren en su banda con una cicatriz en la cara. Pueden usar pinturas, maquillajes o pegatinas en su lugar y el resultado estético puede ser muy convincente!
En cualquier caso, si no quieren cambiar su ‘marca personal’, les recomiendo que guarden mucho cuidado con el material y que lo desinfecten bien antes de marcar la cara de sus hombres, porque si no se arriesgan a una infección como la que tiene su timonel. No es algo que no podamos solucionar con unos antibióticos y un desinfectante, pero en el mar las medicinas pueden escasear.
¡El bien de una tripulación es lo primero!

Lyvia lo veía con ojos tiernos.

- ¿A que es un solete?

Decía, mientras os acercábais a conocer al novio.
 

¡Es un solete, definitio!

Digno hombre para Lyv. 

¡A que nuestra médica es mejor que el suyo! -gritó retadora a lxs ahí reunidxs. 

La nossa minina puede hacerles un cosido en punta de cruz en medio de una tormenta, jajaj.  

¡Madre de la santísima virgen de los mares! ¿Él era el prometido de Lyvia? ¡Pero si era un mojigato! Bueeeeeeno, por lo menos se le veía buena persona. Y, si había salvado la vida a mi amiga, tenía todo mi respeto ganado.

—¡Sí que es un solete! ¡Sí! —le contesté a mi compañera—. ¡Se le ve buen partido!

Aunque intentar convencer a los Caracicatríz de que dejaran de marcarse la cara era como tratar de convencer a un cerdo de que dejara de revolcarse en el barro... ¡pero él lo intentaba! ¡Qué iluso!

Sin embargo, cuando Annie proclamó el reto a los cuatro vientos rodeada de mafiosos...

—Nuestra minina es la mejor de todos los mares —dije, pero añadí algo más para no meter gresca—. Sin embargo, ese hombre tiene una habilidad que nada tiene que envidiarle a ella.

Y recriminé a nuestra piloto con una seria mirada. ¡Por dios, Annie! ¡Qué estábamos rodeados de mafioso! Y... ¿cómo se te ocurre menospreciar al prometido en su día de bodas?

Khalan se quedó bastante sorprendido del aspecto del pirata. Más que un digno marido para Lyvia parecía un cualquiera sacado de las calles de una ciudad bien ordenada y con sus leyes inquebrantables, y se le notó en la cara sin duda. El pirata esperaba alguien fuerte, duro. A la altura de la habilidad de combate de la novia... en su lugar.

- Sin duda - Dijo respondiendo a la afirmación de que era un "solete". 

Khalan no terminaba de ver aquella situación como algo normal. Comenzó a observar a los mafiosos. ¿Como miraban a Mikele? ¿Lo respetaban? Algo en todo aquello no cuadraba en absoluto para el artillero...

No era difícil percatarse de que todos los miembros de los Cannoli estaban pendientes de Mikele. No por nada era uno de los hijos de su líder y una de las personas de honor en todo esto.

Destacaba en la lejanía (aunque no era difícil de denotar su presencia y menos para alguien como Khalan) que había una persona que lo vigilaba con muchísima vehemencia.

Este sujeto:

Tras ver al joven prometido de la capitana Lyvia, Bronz se sorprendio. La verdad que luego de que le dijeron que el chico era medico no esperaba encontrarse a un pirata de modales toscos y sumamente engeido. pero si que aquel chico no parecia miembro de una familia de mafiosos.

Me parece un Bueno chico JAJAJAJA— sentencio el gigante de bronce.

Sin embargo algo tenia intranquilo a Bronz, y ese era el extraño sujeto que no para de verlos, era una sensacion como la que sentiria una presa cuando un cazador esta a punto de saltar sobre ella para darle muerte. por instinto Bronz tomo una posición que de ser atacados, el seria que recibiria el primer impacto

-¿Ña?-inclinó la cabeza hacia un lado. Mikele no tenía la pinta de mafioso de los mares que vive en un castillo flotante como Audrey esperaba que tuviese, de hecho el muy buenazo trataba y aconsejaba de mil amores a miembros de otra cicatriz. Levantó ligeramente los hombros al sonreír y se frotó la nuca avergonzada por el reconocimiento de la capitana y de Annie.

-¡Es que vosotros os curáis superrápido!-en especial Khalan pero ya fuese por ayuditas genéticas, por la buena alimentación o por los tratamientos de Audrey había que reconocer que los piratas del Puño Rojo se recuperaban a las mil maravillas.-¡seguro que es súperlisto! ¿cose las heridas con aguja de verdad p tiene que improvisar con anzuelos?-preguntó ignorando sin darse cuenta la vigilancia intensa lanzadora de yuyus que había en el ambiente.

Estaba cómo una planta, aquel muchacho ko daba la impresión de ser un mafioso más, su aura y carácter eran los de una persona bondadosa, por extraño que parezca, se podría decir que es cómo un mar en calma, bajo la superficie debe ocultar algo. 

Sacudió los brazos un poco, para crear un poco de corriente de aire y alejara el olor del incienso y las velas aromáticas que  impregnan el recinto. 

Incluso en ese entonces, Grajo no dejó de ver al guardia, que los miraba cómo alcatraz a un pez bajo la superficie, molestando un poco esa intensidad en la mirada, el cuervo tampoco dejó de verle, con sutileza, sin dejar de repetir en su mente. 

Hazle daño a alguno de mis amigos, y estarás muerto para el amanecer.

Ante el comentario de Annie, Mikele se va acercando, saluda a su futura esposa con un beso en la mejilla y responde.

- Realmente lo que importa no es quién sea mejor médico, sino ser lo bastante bueno como para hacer bien el trabajo. Cuidar de los que te rodean. Si se tiene que hacer con un anzuelo e improvisando, pues se hace. ¡Hola! Vosotros debéis ser amigos de Lyvia. Yo soy Mikele Cannoli, es un placer conoceros.

- Dí que sí cielo.

Respondió vuestra amiga.

-Oye, dile a tu hermano que deje de acecharnos y que se acerque a saludar también!

Mikele le hizo una señal al hombre de la mirada intensa, que se acercó a vosotros prendiéndose un cigarrillo.

-Este es Santino, mi querido hermano mayor. Es el encargado de la seguridad.

-Das demasiadas explicaciones, Mikele.

Dijo mientras terminaba de acercarse. Al llegar a vuestra posición termina de saludar.

-Tanto gusto.

Dijo manteniendo su tono áspero.

— Es un verdadero placer conocer a quien se ha ganado el corazón de Lyvia — Dijo haciendo una reverencia ante Mikele a modo de respeto.

Miró entonces al tal Santino y asintió con la cabeza. Sin duda cuidaba de su hermano, Lyvia también se había dado cuenta a tenor de sus palabras.

— Habéis montando una fiesta espectacular — Dijo entonces tratando de bajar un poco la tensión que se había acumulado.

-¡Yo soy Audrey, ña!-levantó una mano en el aire por si cabía alguna duda-¿aprendiste con alguien? ¿dónde has aprendido?¿Tienes libros? ¿PUEDO VERLOS? Incluso si lo haces todo por improvisación estaría guay saberlo, nunca se es lo suficientemente creativo...-siguió diciendo cosas aunque no se distinguían unas de otras hasta que Mikele presentó a la tripulación al TIO DEL YUYU^TM -UOH, ¿en serio sois hermanos?-uno parecía un bollito de canela con gafas y el otro parecía sacado de la quilla de un barco después de hacerle eso tan feo que se hacía con los piratas a los que había que castigar. Audrey solo había visto los resultados de alguien pasado por la quilla una vez en la vida y solo de pensar en ello se le quitaban las ganas de comer durante un año. Menos mal que el olor de la comida de Bronz le solía recordar lo muertísima de hambre que estaba siempre.-Ehem-carraspeó enderezándose para parecer más grande. Todo el mundo sabía que era importante el tamaño para sobrevivir delante de un-Es decir, hola SantinohermanodeMikele, es un placer, sí sí sí.

Cuando escuché a Mikele decir todo aquello, saqué pecho y sonreí abiertamente.

—¡Muy bien dicho! —dije—. ¡Ése es el espíritu de la juventud! ¡Siempre buscando hacer lo mejor! ¡Pjé!

A la señora Lynn debía caerle bien este chico, estaba segura.

En cuanto al hermano, admitía que era totalmente diferente a Mikele. A uno se le veía un bonachón de cabo a rabo, al otro un tipo con el que había que tener cuidado. Tal vez su mirada afilada, o su mandíbula marcada... no sabía. Pero estaba claro que nada tenían que ver con la mirada amable y el rostro redondito y achuchable de Mikele.

—¡Encantada de conoceros! Yo soy Elizza Puño Rojo. Tal vez hayáis escuchado hablar de mí y de mi maravillosa tripulación —si la señora Lynn había escuchado de mí, aquellos mequetrefes también deberían—. ¡Me alegra mucho conocer al futuro marido de mi amiga y a su familia!

Luego me llevé la mano al bolsillo, tanteando el pequeño cofre que tenía allí guardado con mucho recelo.

—Bueno, qué... ¿se lo damos ya, chicos?