Partida Rol por web

Te encuentras en la ciudad de GrimminHagen, caminas por una de las calles prncipales con una encantadora sonrisa en el rostro, pero tus pensamientos son bastante dierentes a la expresión que muestras...

Sigues enfadada por la muerte de Enban...aún te quedaba mucho por aprender y lo sabes...

Llevas puesta tu armadura de cuero tachonado, pero aún así puedes notar las miradas posadas sobre tí de varios hombres al pasar frente a ellos...Sigues causando el efecto "habitual" en ellos...Sin embargo, esto no te satiface en lo absoluto...

Para colmo, desde hace un tiempo tienes la molesta sensación de que alguien te sigue, pero tanto cuando te das vuelta bruscamente, como cuando miras discretamente, no encuentras a nadie con tu mirada...

Sabes que hay una taberna importante en la ciudad, no queda muy lejos de aquí, "La Jarra Humeante" es el nombre...No hay un mal ambiente, según has oído, y los precios no son exhuberantes...

 Otra vez esa sensación, miras discretamente y no ves a nadie "sospechoso"...aunque te pareció distinguir una sombra desapareciendo tras un edificio...Eso no hace más que molestarte más, no puedes confirmar nada aún, pero la sensación es más fuerte ahora que has visto algo...

Mis pasos tranquilos y silentes me llevan a la taberna. Siempre son exelentes lugares para conseguir informacion, dinero, "compania"... e incluso trabajillos.

Concientemente, aislo la premonicion de "eso" que me sigue... Tengo que pensar la forma de conseguir mas poder, mejores conjuros y objetos magicos... Sea para enfrentarlo, si lo localizo apropiadamente. Sea para quitarmelo de encima, si solo es una expresion de mi inseguridad.

Mientras pienso en esto las calles pasan, y finalmente me detengo frente a mi destino, observando la fachada de la  taberna, para darme una primera impresion del lugar.

Hoy a la noche posteo

La Jarra huemante es un establecimiento de piedra de tamaño considerable.

Estás parada frente a ella y la observas detenidamente...

Tiene dos pisos de alto y un altillo de madera donde seguramente duerme el dueño, adelante, hay un puequeño patio con un reloj de sol y una roca similar a una lápida en la cual hay una jarra de cerveza tallada. A través del verde césped del jardín, un zixzagueante sendero de adoquines lleva al umbral de una gran puerta de madera de doble hoja...

La noche pronto se cernirá sobre la ciudad y ya puede oirse cierto ruido saliendo del antro, alcanzas a escuchar una alegre tonadilla...

Esa sensación otra vez...quizás una vez dentro logres discernir quién te ha estado siguiendo...

*Bien, sigueme aqui dentro, sombra... Hay buenos lugares por donde salir en caso de problemas y el lugar pinta para atraer ayuda en caso de una pelea... Bien bien.

Reviso mi vestuario... Las prendas de aventurera y la armadura van acordes con el lugar, sin ser llamativas dan pie a muchas oportunidades. El estoque y las dagas, asimismo, completan la imagen que quiero dar, de una joven chica buscando accion.

Lamo mis labios levemente, humedeciendolos, y echo el cabello hacia atras.

*Lista.

Sin mas preambulos, entro a la posada, caminando erguida y con soltura.

Caminas elegantemente por el "camino" y abres la puerta para entrar al establecimiento...

Una vez abres la puerta, una tenue ráfaga de calor te recibe junto con los sonidos propios de éstos lugares...

El ambiente es agradable, el suelo es de parqué y dos salamandras, acompañadas por un fogón mediano, caldean  la sala... Hay muchas mesas desperdigadas por la sala y detrás de la barra puedes ver al tabernero atendiendo a varias personas...

Un bardo parado sobre una mesa toca una alegre tonadilla con su flauta...

Camino sin mirar mas que al frente, hacia la barra, sentandome en un espacio vacio en ella. Me coloco de lado, de modo de poder ver la entrada del lugar... Cruzo las piernas, y apoyo el codo en la superficie, sosteniendo mi cabeza entre dos dedos... Espero que el tabernero se aproxime, para solicitar una copa de vino, mientras calo a la poblacion del local...

Te sientas sobre uno de los taburetes y examinas a los concurrentes de la taberna...

La mayoría son parroquianos y deduces que no tardarán en irse, la noche pronto se cernirá sobre la ciudad y, al tener que levantarse al alba, no pueden quedarse todo el tiempo que quisieran...

El tabernero se te acerca una vez termina de atender a la clientela y te trae una copa de vino

Buenas señorita, ¿Puedo servirle en algo más? - pregunta cortés el hombre -

Mientras tanto, y gracias a que estabas sentada de manera que podías ver la puerta, un hombre joven entra en el establecimiento...

El hombre entra en la sala con gesto distraído y cuando te ve clavas tu mirada en él...

Éste sonríe y arrastra su mano derecha contra el rostro, parece que su plan no salió demasiado bien, aunque no se inmuta mucho por ello...

Con paso rápido, se acerca hasta tu altura y toma aire de manera exagerada...

Oh señorita Amanda - dice el hombre mientras cierra los ojos y se arrodilla ante tí -

El hombre agacha la cabeza y toma tu pie derecho, cruzado sobre tu pierna izquierda, y deposita sus labios sobre él...

Aunque tu fachada exterior no demuestra nada, por dentro estás bastante sorprendida, aquel hombre arrodillado ante tus pies conocía tu nombre...

El hombre suspira prolongadamente y vuelve a besar tu pie, antes de incorporarse a medias y mirarte como esperando una reacción...

Como consesion al momento, enarco una ceja ante el exagerado despliegue de este hombre... He atendido admiradores antes, pero esto es un poco fuera de lugar, para alguien que no conozco sobre todo... y lo mas preocupante, que parece conocerme

*...Tu quien eres y como sabes mi nombre?

Extiendo la mano y le invito a sentarse  junto a mi. Recorro con la vista su presencia mientras lo hace, fijandome tanto en la apariencia de sus ropas como en si porta armas... Asimismo comienzan a fluir mis palabras, de modo de comenzar a extraer la informacion de este hombre tan peculiar. Sin embargo, no tengo prisa...

- Un saludo un tanto... extravagante, +sonrrio levemente al decir esto, en tono bajo y confidencial, solo para que nos oigamos entre los dos+... señor...?

El hombre se incorpora una vez que haces el gesto y se acomoda en el asiento siguiente al tuyo...

Es usted muy amable - dice mientras se sienta -

El hombre tiene un camisote de mallas debajo de un abrigo ligero y del cinto cuelga una espada larga... Es rubio y su pelo está desordenado, tiene una expresión alegre y un rostro anguloso, su constitución es buena aunque no llega a ser un hombre fornido...

Oh - dice en cuanto haces el primer comentario - Espero no haberla avergonzado...

Luego, sigue dedicandote su atención y cambia a un tono de voz más bajo y discreto en cuanto habla

Mi nombre es Alejandro, aunque a algunos me llaman Alex...no importa... - mientras habla, el tal Alejandro no despega su mirada de ti - En verdad lamento inportunarla en estos momentos, pero es que no tenía otra opción... - añade ahora y parece que no va a continuar hablando -

Hago un gesto con la mano, como descartando la idea de que me hubiera avergonzado. Su porte es el de un guerrero, no muy atractivo, pero suelen ser utiles...Le miro a los ojos, continuando la charla por el, en el mismo tono que venimos llevando.

-...Y por que no habrias de tenerla, Alex?...+le cuestiono, usando el nombre que me ha dado+... Conoces mi nombre, eso es mas de lo que pueden decir muchos... Que mas sabes de mi que te impulso a seguirme?

Mientras responde, presto atencion a su rostro ademas de a su voz, buscando las pequeñas indicaciones al hablar y gestualizar que determinan si esta mintiendo...

Bueno señorita - dice el hombre y gesticula un poco con las manos - En realidad estoy en un pequeño apuro...no sé si estaría dispuesta a realizar un viaje a Delberz...ahora...llegaremos dentro de dos días si salimos ahora mismo, tengo un par de caballos que nos serán de ayuda...

El hombre habla con sinceridad, pero parece nervioso por el asunto del tiempo...

Verá, tengo la obligación de llevarla hasta allí lo antes posible...es ese el motivo de que la haya seguido...una vez en Delberz se reunirá con sus compañeros... - mientras habla, Alex te mira a los ojos como intentado sondear tus pensamientos -

-Tengo ya caballo, gracias...+contesto, descartando la oferta. Pero que el tenga dos caballos indica que tiene un cierto poder adquisitivo, o para quienes trabaja+... el tema seria por que deberia... o querria, ir a Delbertz... a reunirme con un grupo... Si me cuentas mas, probablemente me sienta mejor dispuesta, o al menos, interesada. No inspira mucha confianza un aviso intempestivo de un desconocido que me ha estado siguiendo, si me entiendes...

Le hablo en tono franco, el sondeo parece decir que es un hombre honesto. Por ahora, es mejor jugar en sus terminos...

La entiendo perfectamente, pero me temo que no puedo contarle demasiado, en parte porque ni siquiera yo se mucho... - el hombre comienza a hablar de manera más insegura, pero honesta, al fin y al cabo -

Tanto si quiere usar su caballo como el que traje está bien... Ahora, con respecto a sus compañeros, no puedo contarle casi nada debido a que no me han informado de ellos, creo haber oido que serán dos hombre y otra mujer, sí eso es - confirma el hombre con un asentimiento de cabeza - pero no puedo decirle nada más sobre ellos...

Por otro lado, no dude que será recompensada por sus molestias, aunque su remuneración será dad en Delberz una vez lleguemos allí...

Digamos que se necesita de su ayuda - intenta simplificar, aunque ni él mismo parece estar muy seguro -

-Mmm remuneracion... Eso suena bien

*Aunque la ignorancia que expresas es muy sospechosa.

-De que cifras estamos hablando? Comprenderas, debe ser algo... interesante... como para tomarme la molestia de un viaje con tan pocos datos... Una chica como yo debe ser cuidadosa con las companias que frecuenta...

Oh...emm...pues puedo darte 200 piezas de oro ahora y puedes quedarte con el caballo, pero una vez lleguemos a Delberz y encontremos al resto sabrás eso...me temo que no sé de cuánto estamos hablando exactamente, aunque estoy seguro de que quedarás satisfecha - la expresión del Alex es de desasosiego, sin duda no sabe casi nada y convencer a alguien sin información resulta difícil -

¿Qué me dice señorita? ¿Partimos cuanto antes? - inquiere el hombre y su mirada es hasta suplicante -

Considero la propuesta unos momentos. Doscientas monedas por el viaje, y un caballo, solo por escuchar una propuesta de negocios... es un negocio en si mismo.

-Bien, aceptare tus doscientas monedas y el caballo+ le respondo, suavemente+. Sin embargo, no significa que acepte la otra propuesta cuando lleguemos a Debretz, ni son un adelanto... solo que te acompañare y escuchare lo que quieran hacer.... Queda claro?

La joven esta determinada a no comprometerse por adelantado, pero la oportunidad es prometedora y la sola ganancia por escuchar es aceptable...

Una sonrisa ilumina el rostro del joven, no parece preocupado, seguramente porque una vez lleguen a destino convencerte no será su problema.

Sí, por supuesto. - dice entusiasmado - Podemos partir cuando usted quiera...

El hombre te mira expectante, como si esperara tu respuesta.