Partida Rol por web

Estaban todos en el salón de actos. Todos en fila, todos reunidos, todos los alumnos todos los docentes. Aqui y ahora eran todos iguales, el director daba su discurso. Al finalizar una profesora se paro delante de su fila.

Hay! - leáse jay - Alumnos! de 2-3! Venid conmigo! - La profesora que esta parada delante de sus filas echa a andar guiandolos al 1er piso del edificio 1 por las escaleras. Por lo que pueden notar le molesta mucho subir las escaleras, al igual que a ustedes. la escalera parece estar muy mal hecha. llegan frente a un salón. - Aqui!

uno a uno entran en el salón, ocupando distintos lugares. en total son 20 este año. que bueno.

Hola soy Meiko Akitsuki! Y ustedes? Le pregunto a la chica que se sento a mi lado y a la que esta sentada detras mio... De seguro pronto seremos buenas amigas :) Como estoy en el banco de adelante al medio me dedico a observar al resto de mis compañeros rapidamente!

-Yo Helen, Helen Berg, la hija del empresario Berg de Teléfonos móviles-le digo a la que se sentó delante de mí mirandola con cara de orgullo y con un tono presumido- ¿amigas nosotras?Dicen que todo es posible.. -añado con una ceja levantada y mirándola por encima del hombro en un tono irónico.

Miro a mis compañeras de clase con cierta indiferencia y me siento en un sitio cercana con las piernas levantadas y cruzadas encima de la mesa.

Momoka...encantada.

Les respondo con un cierto tono de indiferencia y giro mi vista hacia la ventana del exterior.

Papá lo conoce, el es dueño de la empresa fuyijiko, y suele comprar los modelos de celulares a la empresa de tu padre!  Le digo a Helen Berg.

Se anotaron en algún club? Les pregunto a las dos.

Canto...

Le contestaba algo aburrida mientras colocaba mis piernas en distinta posición.

Oh.. Me alegro de que se conozcan-le digo a Meiko con cierta indiferencia al hablar y unicamente pensando que seguro que mi padre es mucho mas importante.- Yo estoy esperando a que me acepten en el club de animadoras, ¿cuanto tiempo llevais en este colegio?-pregunto con el unico fin de saber su grado de popularidad y a que me enfrento para ser la lider del instituto.

Ah, llevo dos meses aqui...

Le respondo sin mirarla siquiera.

Estaba nervioso. Era habitual al estar entre desconocidos. Una especie de temor y de inseguridad me atenazaban. Me costaba tomar confianza con las personas, y estando en un nuevo grupo, esa sensación se acentuaba aún más. "Supongo que tanto cambio de residencia, tiene algo que ver"
Cuando llegamos a la planta de arriba, entramos al salón de actos. Todos bien ordenados. Algunos empezaron a cuchichear entre sí. Yo me mantuve algo apartado. No quería llamar la atención. Por eso mismo había venido a pié hoy y no en mi monopatín como suelo hacer siempre. Lo que no había dejado en casa era un par de sparys, uno negro y otro plata..."A ver si puedo dejar mi firma en algún rincón a modo de presentación" Me sonreí a mí mismo.
Observé al resto de jovenes que estaban allí, mis compañeros durante al menos el próximo curso " Luego ya veremos". Me fijé en alguna muchacha bastante atractiva, que destacaba sólo con andar, también estaba el típico empollón, o al menos con toda la pinta de serlo...también estaba el "malote", claro, siempre tenía que haber al menos uno. Este en concreto era alto, con cara de malas pulgas... pero me acerqué a él, más que nada, porque me llamó la atención, un pequeño gran detalle...Llevaba una sudadera roja con cremallera, y ésta la tenía bajada hasta la mitad, mostrando su pecho. Y en él, un precioso tatuaje, muy llamativo, de una especie de araña, encerrada en un círculo...como digo, me acerqué a él.
.- Buen tatuaje, muy sofisticado. Creo que yo podría hacer una buena copia, si alguién se dejara hacérselo.-...dije susurrando.
No esperé mucha respuesta de su parte, en realidad me lo estaba diciendo más a mí que a él mismo.
Levanté la vista por encima de su hombro, y sorpresa!! "Cómo se llamaba!!??" Era la misma chica que me había encontrado en la Plaza, hace unos días... la que me ofreció una manzana. Allí estaba, al menos físicamente, porque en realidad parecía lejos de allí, pensativa..." En realidad es guapa... muy guapa"... .- Hoy prometo no caerme.- Le digo en voz baja sonriendo...ni siquiera sé si me ha oido.

Miro a Yamamoto, disgustado por su pinta de empollon y le susurro entre dientes, masticando las palabras antes de escupirlas con desprecio

-Voy a partirte todos los huesos de tu miserable cuerpo, y después te usare como saco de boxeo hasta que te desuelle y te convierta en una alfombra-

Acto seguido sujeto mi katana, sonriente mientras miro a Senshi y Etzuko, preguntándome que clase de gente serán y como reaccionarán a mi amenaza al empollon de pelo tan raro.

Una mañana como cualquier otra, si no fuera que la habitación en donde se encontraba no era la misma en la cual había despertado los últimos  siete años. rezongando en un bufido no más suave que un suspiro. Etzuko se recostó nuevamente en la cama, cubriéndose hasta la cabeza, una segunda vez sonó su despertador, había que despertarse. Levantada,  y duchada, comía con tranquilidad su desayuno, unas tostadas y un vaso con leche blanca. Su padre la despidió, y ella sonrió, era a una de las pocas personas que sonreía.

En su bicicleta, la joven sentía la brisa matutina entre sus cabellos, que se mecían soltando las últimas gotas de agua que habían quedado del baño. No le costó mucho dar con la escuela, había estudiado con anticipación el trayecto, así que frente a la escuela se paró, mirando a aquel lugar. Sus ojos se mostraban apacibles, ocultando lo que había visto en una de las ventanas de aquel sitio.

***

La profesora los condujo hasta una de las aulas, subir las escaleras no fue tan desastroso como la maestra parecía sentirlo, pues los detalles de aquel lugar que tanto necesitaba de una mantención y alguna mano de pintura, fue una delicia para la joven,  cada detalle y como la luz era ahogada por la persistente penumbra de aquel lugar. Ante las puertas del salón, los congregados ahí era nada menos que una singular fauna.

Un chico le habla, mientras pensaba le habla, solo ve su gesto, no logrando escucharlo, - ¿ disculpa ? - le pregunta, obviamente no lo reconoció, sus ojos claros lo demostraban la verlo a los ojos y no tender a sonreir como lo hacen las personas cuando un rostro se le hace conocido. Estaban en eso cuando uno de los compañeros comenzó a hablar más fuerte y obviamente lejos de ser expresiones de alegría.

- umm...- ya dejó de tomar en atención al chico que primero habló, sino, en el grupo que estaba peleando. Avanzó con rápidez hasta donde estaban ellos, poniéndose delante del chico que sujetaba una especie de katana ¿acaso en esa escuela dejan que los alumnos anden armados?, Su sonrisa apacible y ese cierto mistísismo que envolvía su mirada quedó sobre el chico, era alto, pero ella no parecía notarlo por su postura.

- no es mi afán meterme, pero... ¿ no es mejor solucionar esto en otro lugar? -  su mirada estaba enfocada en el arma, había usado  una katana, hace tiempo, pero el sable era su arma por excelencia en el club - no es el lugar ¿ no crees? - apeló a su moralidad como practicante de una disciplina relacionada con armas.

De manera sorprente, irritante y espeluznantemente tranquila, mira a su agresor y pregunta.
Disculpe, creo que me ha confundido con alguien. ¿Nos conocemos?

Sonrío a Yamamoto "Es valiente, y la chica ya se ha metido"

-No nos conocemos, y tampoco tengo intención de conocerte, solamente quiero destrozarte

Me acerco al chico, mis movimientos son precisos, sin nada superfluo "Esperemos que el pelo azul salte pronto", miro a la chica y luego acaricio mi katana

-¿En otro lugar? da lo mismo donde morir, solo importa como mueras

La joven da un paso hacia el lado, y mueve su mano como permitiéndole pasar, era demasiado melodrama para su gusto, eso de morir, sonaba casi melodramático, propio de alguna historia de actores sobre actuados, que se alejaba mucho de sus intereses, suspiró, y bajó la cabeza, adoptando una postura casi de timidez extrema, afirmando con ambas manos su bolso. 

El tiempo habia pasado volando en su vida ultimamente, todo se hacia tan tipico y a la vez nuevo, poco y nada le importaban sus compañeros en ese preciso momento su interes se le desviaba rapidamente de un rostro desconocido o una profesora hablando frente a ellos hacia las piernas de una de las jovenes que pasaba a su costado, no podia evitar sentir un deseo de ir tras ella y hablarle pero habia aprendido a lidiar con emociones de esa indole.
Ya al empezar el acto de comunicacion entre los de su misma especie las palabras de un sujeto le hizo mover lentamente su cuello mirandole de lado con unos ojos marrones intensos a los cuales casi ni se le podian reconocer las pupilas, sus rubios cabellos se movieron ante aquel movimiento tapandole levemente la mirada hacia otro joven del mismo tono de color que él, le ignoro debido a que su comentario no le habia sido de ofensa como bien cree al escuchar alguna palabra de un sujeto de su mismo genero. Enarco la ceja izquierda y le observo con gesto frio y desinteresado, sin más preambulo deambulo por los sectores llevando sus manos hacia los bolsillos de su sudadera, camino esquivando con habilidad a varios chicos y chicas que caminaban hacia distintos lugares con destino desconocido, sin vacilar llego frente a una silla cercana a una pared y se hecho sobre esta casi como si se hubiera desarmado manteniendo su mirada oculta ante los mechones dorados y una mueca en la boca de inexpresividad.

Un joven de cabellos rubios ignoro por completo toda escena presente caminando hacia un sector alejado de todo lugar, sin importarle mucho quien se le topara en el camino, exceptuando claro a toda chica qie se cruzara frente a él a quien miraba de pies a cabezas de manera casi invasora, aunque aun asi no le hablaba a nadie, continuo su camino sin mucha prisa con sus manos en los bolsillos de su sudadera roja la cual se encontraba completamente abierta mostrando su esbelto fisico ante los presentes. Sus cabellos dorados se balanceaban ante el movimiento de su andar, llevaba unos pantalones de un negro oscuro con un cinturon con incrustaciones de metal y varias placas de metal las tipicas identificaciones de los veteranos de guerra y una que otra cadena de metal colgando de aquel cinturon.
Llego hasta el lugar deseado y se sento en éste manteniendo sus manos en los bolsillos de la sudadera y su mirada oculta entre sus lazios cabellos mientra que la mueca en sus labios era de indiferencia ante las cosas que ocurrian en aquel lugar.