Partida Rol por web

- Pídeselo a oka-san y otto-san. A mí no me llega el dinero para eso.

Bebe el té tranquilamente después de haber ventilado como veinte hamburguesas.

- ¿Por qué crees que el sotaicho quiere que estés puntual? No harías nada malo en la división cero... ¿verdad? Aparte de matar al líder de dicha división. Solo se te ocurre a ti, baka-chan.

-Técnicamente no lo maté a él. Eso fue un efecto secundario de matar a otro. Que hubiesen puesto un cartel...y bueno, no hice nada más. Nada "malo" al menos...les desafié a combatir conmigo. Sin otro objetivo que entrenar, me gusta tener rivales fuertes. ¿Recuerdas mi rugido? Bueno...mientras me iba lo usé para decirles eso.

Me acabo mis hamburguesas.

La cara que pone es de seriedad.

Aunque realmente en su interior, no es la misma expresión.

Suspira finalmente. Renegada contigo.

- Baka... ellos no son un juguete de entrenamiento. Con ellos no se debe jugar. Seguro que no les has pasado desapercibida. Algo planean, de eso estoy segura...

-Bueno bueno...tampoco pasa nada. Aunque supongo que dentro de poco habrá que hacer elecciones de capitán. Les falta un miembro...tendrán que escoger a alguien para que lo sustituya, y será entre los capitanes imagino. Podrías presentarte tú...aunque el más adecuado sería Yamamoto, por poder quiero decir. Aunque sería raro que el sotaicho dejara de serlo...lleva mil años, seguro que se lo han ofrecido más de una vez y lo ha rechazado aun siendo más fuerte que algunos de ellos, si no todos.

-Bueno, ¿Vamos a buscar a Soyu, Shihöyu?

- Si pidiese eso me lo aceptarían pero no volveríais a verme el pelo. La división cero no hace visitas y tampoco las recibe. Me quedaría sin mis tigres, sin mi Soi Fong y sin mi familia.

Pero parece que no la escuchas. Ya te has levantado hablando con el tigre. Casi podrías escuchar desde ahí los lloros de Atila que se siente abandonado.

El tigre se levanta del suelo y se pone en marcha, dispuesto a seguirte hasta donde está Soyu sin ningún problema.

Una vez llegáis observas que Soyu sigue en el examen. Hitsugaya y Byakuya están sentados en el suelo observando.

Los rivales de tu hija ahora son más fuertes y tienen mucha menos compasión que los anteriores. No obstante, aunque la ves recibir golpes a ti misma te dolerían mientras notas las ganas de Byakuya de apalizar al chico y a la chica que le acaban de pegar al mismo tiempo, ella hace un senka por un lado y utiliza a Fubuki en shikai contra el otro, provocándoles cortes y más cortes en un ataque invisible que solo eres capaz de percibir por el reiatsu, y sale victoriosa.

Byakuya e Hitsugaya aplauden, sin comentar nada.

Era el último combate, así que en cuanto les dejan libres, viendo que Soyu se queda sola, una imagen muy contraria a cuando la veías en la otra clase, Shihöyu corre hasta ella y eso le saca una sonrisa.

Está algo herida, pero feliz.

-Si tú o yo fuesemos de la cero, esa norma cambiaría de una manera o de otra.- respondo a Yoruichi mientras me voy.

-Lo has hecho muy bien enana.- le acaricio la cabeza al llegar a su lado. -Los tienes a todos muertos de envidia y celos.

-Vamos a darte un buen baño y limpiarte esas heridas mientras los capitanes ponen las notas. ^^

Mientras se baña, me tumbo a un lado con Atila y Shihöyu.

-¡Atila! Te ha salido un hijo adoptivo.

Atila mira a Shihöyu con algo de envidia al principio pero se le dulcifica la cara a la de chucho bueno cuando el tigre se tira encima de él y le muerde la oreja. 

Mientras, escuchas a Soyu hablar desde el baño.

- Oka-san... ¿Crees que Hitsugaya-taicho me querrá en su división?

-Creo que cualquiera te querrá en su división, así que me parece que podrás elegir la que tu quieras. ¿Por qué lo preguntas?

Sigo con la cabeza apoyada en Atila mientras juega con Shihöyu.

- Nada... - permanece en silencio mientras termina de cerrar el grifo y se seca, hasta que sale con la toalla rodeándole el cuerpo. Está algo colorada aunque tal vez sea por el agua caliente.- Realmente me gustaría entrar ahí.

-No tendrás ningún problema, ya lo verás. Aunque eso de tener a Rangiku de superior no es la mejor idea...es vaga vaga...

La ayudo a secarse y vestirse.

-Bueno, ahora una buena cena ¿No? Te la mereces. Y después a dormir.

Haces sonreír a Soyu y juntas os vais a cenar con Yoruichi y Soi fong, Kasai y Kaze. Shihöyu incluido.

Pasais una buena noche y pronto os vais a dormir.

Los días pasan y tus labores como sotaicho no menguan. Que si inundaciones, disputas, gente que se pierde, pedidas de dinero... pero lo haces todo tan bien como lo llevabas haciendo, quedándote en el recuerdo de la gente como una gran líder.

Y así, entre trabajar y las fiestas llega el nuevo año. Un próspero año que pinta interesante y que no tarda mucho en serlo.

Te encuentras en donde está el Senkaimon y tras una espera que se te hace algo aburrida, ya que como se te pidió expresamente estás sola, las puertas se abren.

Yamamoto entra, pero te percatas de que tras él vienen el resto de los capitanes de la división cero, sin excepción. La mujer seria y de aire desafiante, la otra mujer regordeta y callada, el hombre que ríe estruendosamente y los otros dos. Sus andares son potentes, fuertes. No les importa que todo sepan que son fuertes y no se molestan en ocultar un reiatsu que ni tú puedes percibir en su totalidad.

Finalmente llegan hasta ti, pero no te saludan siquiera.

Yamamoto:- Shihöin taicho, puedes sentarte. Aquí estaremos bien reunidos y no hay necesidad de que se sepa que la división cero ha venido.

Se sientan y esperan a que hagas lo mismo para hablar contigo.

-Claro, sotaicho.- me siento, intrigada. -Aunque si pretendían que esto fuese un secreto...bueno, dudo que quede alguien que no note todo este reiatsu.- no puedo evitar decir algo que me parece tan evidente.

Los observo a todos.

El hombre de siempre vuelve a romper en carcajadas.

Mientras, la mujer que parece la portavoz de todos, habla:

- Tú podrás sentirnos de alguna manera, porque eres poderosa, pero los demás ni intuyen que el sotaicho ha llegado. Y es por eso que eres poderosa que hemos deliberado. Nos retaste, pero nosotros no aceptamos combates así porque sí. Tiene que haber un motivo y no nos venimos con chiquitas. A algunos les gusta bromear más que a otros, pero el lema es ese. No obstante, eres muy poderosa y junto a que fuiste tú la culpable de la muerte de Echizen-sama, hemos pensado que lo más adecuado sería que te unieses a la división cero.

Enarco una ceja ante la proposición.

-No...se puede decir que no lo haya pensado. Pero no me lo esperaba. Sin embargo tengo una duda. Tengo entendido que vosotros sois más fuertes que, o al menos tanto como, el sotaicho ¿No? En realidad no sé si eso es así...pero si es eso, no estoy a la altura. De momento.

Ya que ella es la que ha hablado, a ella la miro al hablar.

-¿No será un problema incluir a alguien demasiado débil?

- De eso no te preocupes. Te haríamos fuerte. Mucho más fuerte. De todas maneras... no tienes elección. Vendrás, si bien no hoy, cuando decidamos volver para que te unas. Quizás esperemos a que seas algo más fuerte y menos imprudente.

¿Te lo está imponiendo?

-Quizá te sorprendiese si intentas obligarme a algo.- lo dejo en el aire, pero me encojo de hombros.

-No me voy a negar, que necesitéis a alguien es culpa mía y por tanto asumiré el...¿castigo? ¿Premio?- vuelvo a encogerme de hombros. -Eso sí, poned una fecha menos vaga, no quiero que pille de sorpresa a nadie. Que puedan asimilar que me verán menos.

- ¿Verte menos? No te verán. Simplemente. Una vez pasas a la división cero, no vuelves. Y recuerda que un día allí equivale a más o menos 10 días aquí. ¿Una fecha menos vaga? - mira al sotaicho.- Genryusai... creí que educarías más a tus...¿cómo los sueles llamar? ¿Hijos?

Yamamoto parece molesto por que le estés avergonzando con tu comportamiento quizás, algo irrespetuoso.

- ¿Una fecha menos vaga? Simplemente cuando te veamos un poco más preparada. Y... resuelvas esos problemas de educación.

Se levanta y lo mismo hacen los demás, siendo el risueño el último en levantarse.

- Ya que no hay fecha, puedes ir despidiéndote ya.

Y sin más, se abre el Senkaimon y se van.

Una vez se cierra la puerta, Yamamoto te mira.

Yamamoto:- ¿Qué piensas, Shihöin?

Respondo a la pregunta del sotaicho, mientras aún se están marchando. Es decir, no me importa en absoluto que escuchen lo que digo.

-Me veréis menos por aquí, lo puedo entender, por la diferencia temporal. Pero veré a mi hija, eso no es discutible. Y...ay de aquellos que me lo intenten impedir.

Es una clara amenaza.

-Así que si no le importa, empezaremos a entrenar mañana usted y yo. Si pretendo cumplir eso, debo mejorar.

Parecen no haberte escuchado, y si lo han hecho simplemente te han ignorado, quitando al grandullón que se empieza a partir de risa nuevamente.

- Cossa*, no sabes donde te has metido. Te recomiendo- suena más a una orden.- que esto no salga de aquí. Nadie debe saber que han venido ni que han contactado contigo. Y ya puedes ir pensando algo si no quieres irte del Seireitei para siempre. Porque ellos han vuelto depués de más de 10.000 años.

Y se empieza a marchar hacia su división.

- Espero que al menos lo hayas hecho bien aquí. Puedes descansar. Imagino que habrá sido cansado.

-Más que cansado...complicado. Nunca es fácil tomar decisiones que afecten a muchos.- le sigo unos pasos. -Tiene un resumen de todo sobre la mesa.

-Volveré cuando yo quiera volver. Tendrán que impedirmelo en cada ocasión. Y...o bien se cansarán de hacerlo...o bien acabaré siendo lo bastante fuerte para que no puedan impedirlo. No hay más opciones.

-Le veré mañana a primera hora de la tarde.

Para entrenar, obviamente.

Regreso a mi habitación, con Soyu.