Partida Rol por web

Todo se ha desarrollado tan deprisa que Víctor, tras ver que cae el último de los guardias, se queda de piedra. Asimila los datos y los recuerdos a toda la velocidad que puede. Pero ello le está dando una terrible jaqueca. Su mente en esos momentos parece un televisor en mal estado. Todo lo que va recordando lo va haciendo por medio de flashes que recuerdan a un loco haciendo zapping. Da dos pasos y recuerda haber estado en el ártico, otros dos y el cambio brusco de realidad en la silla, luego la Nueva York xxxx, los diferentes estados de su compañera de expedición Angie. Ahora Lydia. ¿Lydia?

Es en ese momento cuando la cyborg le da una orden, ¡VAMOS!. Lentamente va rehaciendo y ordenando sus pensamientos. Avanza con torpeza al principio hasta que llega a la altura del asiático al que le falta un brazo. Observa el brazo y parece uq e algo dentro de él despierta.

Lydia... No tendrás a mano algunas herramientas para poder reparar el brazo de éste hombre ¿verdad? Además, ¿cuánto hace que no te has pegado un repaso? Parece como si no cuidaras nada tu cuerpo...

La voz infantil hace que parezca un niño jugando a ser médico, pero su mirada es firme. Las frases no le gustó que sonaran así, pero entre la franqueza de un niño y la sutileza de un adulto prefería lo primero. Además, todavía había cosas que no conseguía encajar.

Dan se aprieta contra un lado del coche mientras su brazo pasa de de uno a otro.

- Tened cuidado, me vais a meter mi dedo en mi ojo - dice manteniendo los ojos cerrados.

Inspiro profundamente y mientras voy soltando el aire inclino la cabeza hasta apoyarla en el cristal de la ventana. Tardo bastante en responder, tanto que al final es resulta extraño enlazar la respuesta con su pregunta - ... Tengo alguna cosa. En la bolsa. - Enfatizo la respuesta moviendo un hombro, del que cuelga una de las asas de mi pequeña mochila - ... Es que hoy no hem... no ... Lo siento.

Sin dejar de mirar al frente, echo la mano atras, entre los asientos delanteros y a tientas busco la mano de a alguno de los chicos*. Se la agarro con fuerza, casi hasta demasiado fuerte. - Ya se que ahora es tarde pero solo quería deciros que lo siento. ... Lo siento mucho. Intenté hacerlo bien pero ... me asusté.

Despego por fin la mirada de la ventana y levanto la vista hasta poder ver por el espejo restovisor. - Je désolé. - Finalizo en esta ocasión con mas aplomo que la primera vez. Con el contorno de los ojos ligeramente enrojecidos pero una sonrisa.

*= Que diga el azar o el primero en responder. Yo que se. XD.

Ante la reprimenda del hombre asiático, Bryan se disculpa.

- Vale, vamos a ir con cuidado. Sólo pretendíamos intentar arreglar el estropicio. De todas maneras, aquí dentro del habitaculo, poco podemos hacer. Necesitamos espacio y alguna que otra herramienta. - el joven encerrado en el cuerpo de Breil maneja con cuidado el brazo maltrecho.

Al oír la voz triste de Lydia, se percata que las cosas ahí fuera, no van tan bien como cabía esperar. Bryan deja con cuidado el brazo en la falda de Vladimir y da un paso al frente, agarrándole el brazo extendido de la joven.

- ¡Hey, hey, hey! ¿No te alegras de volvernos a ver? Venga, mujer, no seas tan presumida. Con un par de retoques, volverás a desfilar para Victoria Secret, jejejeje! - Bryan, sigue siendo, a pesar del paréntesis forzado, un espíritu vital y optimista.

No sé porqué se disculpa. ¡Sacrificó su vida por salvarnos! Debo elevar sus ánimos y que no decaiga. Esta realidad parece no ser mucho mejor que la de la expedición.

- Nos tenéis que poner al día de todo, que aquí han llegado les trois petits mousquetaires para ayudaros. - sigue bromeando, de un modo deliberado.

- Si, de lo de la falta de espacio me he dado cuenta - Dan ríe abiertamente mientras se incorpora un poco. - En cuanto al resto... habréis oído que tengo un problemilla de memoria.- vuelve a sonreír- Y en cualquier caso, aunque la tuviera tampoco sería fiable.

El joven vuelve a tumbarse en el asiento mirando descaradamente hacia Angie, como esperando una explicación. (*) vuelve a cerrar los ojos aparentemente indiferente.

Donde (*)=Cuando Angie empieza a hablar o si pasa un rato sin contestar.

Observo de reojo los intentos de Bryan por levantar el ánimo. Aunque no es lo que necesito, apreció su buena intención y me esfuerzo a sonreir un poco. - Llamadme Angie, si no os importa. Es una historia un poco larga ... - Respondo primero a Bryan, dejando claro que no voy a ponerme a charlar hasta estar tranquilos.

Después aparece Dan y mi expresión cambia, haciendo patente que nuestra relación es un tanto peculiar. Suspiro con resignación para poder explicar un poco las escuetas palabras del simpático oriental - Antes de venir aquí, hemos tenido algunos inconvenientes y debido a ello, tenemos algunas lagunas en nuestras memorias. Lagunas que ni siquiera se como son de grandes ... ¿ A que año estamos ? - Me interrumpo un momento para preguntar al mendigo, aunque no se si me presta atención.

Bueno, el caso es que Dan - con la mano libre señalo hacia atrás, hacia el hombre de blanco y comentarios "amables" - Parece que se vaya a morir si no recupera de inmediato la integridad sus recuerdos.

El año es irrelevante. - Responde el mendigo con los ojos clavados en la carretera a medida que los edificios van pasando rápidamente.

Para los niños el viaje les está mostrando que no todo es lo que parece. Desde que han abandonado la institución donde estaban internados, los edificios han pasado a ser blancos y lisos, impersonales.

Las calles están muy vacías por la cantidad de edificios que hay, y todo, absolutamente todo, tiene ese matiz blanco e inmaculado de una ciudad falsa.

Los arboles, las aceras, la ropa de las personas.

Quizá el único dato relevante, es que ahora estaríais muertos. Pues desde la expedición hasta ahora habrán pasado unos 300 años.

Estáis en otros tiempos, en otro lugar, en otro cuerpo.

El coche continua a su enérgico ritmo entre los demás vehículos, como si el conductor no temiera por vuestra integridad física.

No tardaran en atraparnos.

Dice mirando hacia los lados y al cielo entre los enormes rascacielos de cristal y metal.

300 años ... Me sorprende mas la indiferencia con la que escucho este dato, que el propio dato en si.

Imitando el gesto del mendigo me acerco un poco al cristal parabrisas para mirar al cielo, como si esperase ver algo. - ¿ Y que estamos intentando hacer ? ¿ o donde esperas llegar ?

Mientras escucha las palabras de Angie, a Jake le viene en mente la escena llena de tensión que vivió junto a Bryan la última vez que, a la vista de los comentarios, se cruzaron con Lydia:

Bueno, Angie, supongo que todos cometimos errores... En esas circunstancias, no fue fácil para nadie.

Jake se muere de ganas de que alguien le explique de qué va todo eso. Ahora ya está completamente seguro de que en realidad no es la persona que cree que es, pero entiende que prefieran dar las explicaciones cuando haya más tranquilidad. Cuando escucha las palabras del mendigo, pero, se le presenta la oportunidad perfecta para intentar adelantar los acontecimientos:

Si no van a tardar en atraparnos, ¿no sería mejor que nos contarais ahora qué es lo que está pasando aquí?

- Oh, morir no creo que me muera. - el tono de Dan es casual, como si hablara de algo que no le importara.- Pero me siento mucho más cómodo cuando creo que tengo una razón para disparar a la gente.

- Además de pagar mis deudas por supuesto. - añade en un tono más serio al final mirando a Angie.

Bryan se pone serio en un santiamén.

- Jake, Vladimir, los cinturones, ¡ya! Nuestro cuerpo es frágil y ya sabemos cómo las gastan estos tipejos. - advierte a sus colegas, mientras se ajusta como puede alguna de las cintas de seguridad del vehículo.

¿Angie? Pero, entonces, ... Mierda, debí prestar más atención a la metafísica en el instituto. Con que Dan; de momento, se parece a Omar, tan sensible como un cactus. Espero que se pueda confiar en ti.

Al final suelto la mano que estuviese agarrando e intento sacarme la mochila de la espalda. Mientras continuo charlando, busco en ella hasta encontrar un pequeño parche, casi como una tirita cuadrada, que uso para cubrirme la mejilla. No creo que ayude mucho, pero al menos resulta mas discreto y menos anti-estético. Despues y por primera vez desde que estamos en el coche, me voy la vuelta para hablar cara a cara con los que van apretujados en la parte de atrás.

Jake, me encantaría poder contarte lo que ocurre pero tengo una pequeña laguna en mi memoria de unos ... casi 3 siècles. Creo que nos precipitamos con la limpieza de la memoria. - Casi bromeando y con cierta ironía, dedico esta última frase va para mi amado compañero. - Pero supongo que lo hicimos porque en ese momento creímos que era la mejor opción.

Volviendo a Jake y compañia - No eres el único que le apetecería una buena charla, pero de momento estoy improvisando sobre la marcha ... Hay cosas que no cambian con el tiempo, ¿ verdad ?. - Sonrío al pensar en ello. Por unos segundos me engaño a mi misma pensando que; En el fondo, las cosas no han cambiado tanto ... - Antes eran los Makarov, ahora ... ponle solo otro nombre. Pero seguimos sin gustarles a unos tipos mas bien equipados que nosotros, y nosotros seguimos dando zarpazos en su campanilla que no suena.

300 años... Y sigue con vida. Ésto hay que asimilarlo poco a poco. Lo malo es que no hay tiempo para hacerlo. Vladimir.... Sí, me llamo así. Y soy ruso, o por lo menos lo hablaba... Mi ra, parece que lo único bueno que hemos podido sacar de éste flaso internamiento es que ahora no hablo con acento forzado.

Vladimir observa el aspecto decaído de los demás. Sólo Bryan, con su eterno optimismo hace que Vladimir sonría cuando les pide que se pongan el cinturón.

Me acuerdo de las ridículas gafas que llevaba... Y de su adicción a la taurina...

Volviendo de su mundo de sueños vuelve a mirar a Dan, el hombro del hombre parece algo chafado, pero ya ha visto que puede ayudarlo. De repente se acuerda otra vez de la silla en aquella oscura sala...

Puede que parezca algo estúpido, pero... Se acerca a mirar las nucas de sus compañeros, Breil y James, luego los demás. No vaya a ser que en la institución nos pusieran esos asquerosos chips de seguimiento y control. Debo cerciorarme o de verdad que estamos jodidos. ¿Por ahora disponéis de uno o dos pisos francos? ¿O estamos conduciendo hasta que se nos acabe la gasolina?

Vladimir empieza a mirar los cuellos de sus compañeros mientras el mendigo, aún en su ritmo incesante, responde a sus preocupaciones.

No, vuestro chip de control no funciona, vuestro cerebro no le hace caso por algún motivo ... es por eso que os cerraron en ... - De repente su conversación se ve interrumpida por el atronador sonido de un helicóptero pasando por encima vuestro y haciendo un giro de 180º delante de vuestro paso.

¡Hijos de puta! - Estalla el viejo conductor mientras pisa el freno hasta el fondo y el coche derrapa en el asfalto golpeando a mas de una carrocería vecina.

Parece que el helicóptero va por vosotros por que su ametralladora no tarda en soltar una ráfaga de balas que literalmente abren a un taxi vecino como si de una lata de sardinas se tratara.

En ese momento, y entre el humo y polvo que levantan los disparos y las hélices, el mendigo pulsa el acelerador lanzándoos hacia atrás y girando el volante con fuerza. El viejo taxi termina subiéndose en el arcén y precipitándose en la boca de entrada del metro.

Joder, joder, joder!

La bajada no es suave y los retrovisores junto a la capa de pintura exterior del coche, desaparecen entre una nube de chispas a la par que algunos cuerpos ruedan por encima del capó ...

Estáis aturdidos, mareados y con la visión borrosa mientras el sonido de gritos, alarmas y cosas rotas os envuelve con un molesto efecto de eco.

Estáis pasadas las escaleras de la entrada y el coche parece haber arrollado con cuantos carteles publicitarios, cristaleras y maquinas de billetes que ha encontrado por el camino. A vuestro alrededor se encuentra una pequeña estación de metro sumida en el caos del accidente y a medida que conseguís salir del amasijo de hierros, podéis percibir el sonido de las sirenas de policía en el exterior acercándose.

No es hasta que la última sacudida, cuando el coche se detiene por fin, que vuelvo a ser dueña de mis movimientos. De no haber sido por el cinturón, ahora estaría ya en el maletero o vete a saber donde. Pero sin darme mas tiempo del que necesito para desabrocharlo, me doy la vuelta para analizar la situación. - ¿¡ ÊTES TOUS BIEN ¡? ... ¿ TOUS BIEN ?.

Las balas han atravesado y agujereado el otro coche como el hierro calienta atraviesa un taco de mantequilla. Ni siquiera se si nos han alcanzado, solo se que al darme la vuelta espero no encontrarme unicamente con una carnicería. Con los ojos saltando frenéticamente de un lado al otro observo a los demás, especialmente a los chicos. Mientras mis manos les siguen intentando examinar como se encuentran.

Si los chicos están bien, después me preocupo por Dan y "el mendigo".

Si estos están bien, después me preocupo por si tengo algo roto.

Ouahhh... Y pensaba que ésto sólo le pasaba a McClane... ¿Soy yo o el mundo da vueltas? El chico mira a su alrededor y observa cómo una frenética Angie los está inspeccionando de arriba a abajo. Sí, no te preocupes, al menos yo estoy bien, aunque algo mareado... Voy a ver a los demás...

Se desabrocha el cinturón y comienza a mirar a sus amigos para ver que no han sufrido daños.

Aún estando mareado, Bryan se desabrocha el cinturón. Les hace un gesto con la mano, indicando que más o menos está bien. Y aunque no sirva de nada, se preocupa por coger el brazo suelto de Dan.

Sale del maltrecho vehículo y contempla el panorama. No hay mucha opción si quieren continuar con la huida.

- Tíos, - hace un esfuerzo para hacerse oír en el embrollo - toca esconderse.

¿Como nos han encontrado tan rápido? (...) El mendigo nos tiene que contar más cosas. Si sobrevivimos, claro está.

Bryan no espera a una decisión colegiada y se adentra en la estación, buscando refugio en el interior del sub-urbano.

- Joder, menudo día - El tono es de autentico cabreo. Dan coge su escopeta con su único brazo y la comprueba al tiempo que sale del coche- Si son todos así creo que no tener memoria no esta tan mal. - añade el joven con una sonrisa tras recuperar su autocontrol mientras se sitúa entre los niños y la entrada de la calle.

- Creo que deberíamos salir de aqui, parece que va a ponerse divertido, pero yo ya he tenido demasiadas emociones para un día.